17
Taehyun amaba cada espacio de esa habitación, era preciosa, tintada de colores azules claros, que hacían un contraste perfecto con el dorado y el cristal, arte en las paredes, muebles vintage sin dejar el romanticismo de lo que aquel lugar detonaba, caminó al balcón, por donde era fácil ver la hermosa vista que le daba la torre Eiffel, habían llegado esa noche al Shangri en Paris, no sabía si era el lugar que Jungkook tenía pensado desde un principio para hospedarse, durante el vuelo lo vio hacer unas cuantas llamadas, pero no estaba seguro si tenía que ver con su estadía, tampoco era como si lo considerara necesario, por qué su mejor amigo se tomaría esa molestia.
—Mi habitación está justo al lado—dijo Jungkook dejando el equipaje en el suelo—. Ha sido un viaje cansado, puedes pedir algo a la habitación, yo iré a dormir.
—Está bien—dijo volviéndose para sonreírle—. Gracias.
—No hay de qué, por la mañana tengo una reunión importante de negocios, termino a las dos, podemos almorzar juntos y tener un día entretenido, porque, pasado mañana iremos a los viñedos.
—¿A dónde iremos? Siempre que vengo es aquí, no conozco mucho de Francia, no como quisiera.
—Iremos al Valle de Loira, específicamente a los viñedos, pero, si quieres conocer el castillo de Chenonceau, podemos hacerlo.
—Vaya, eso sería increíble—sonrió ladino.
—Mañana mientras no estoy ve de compras—le guiñó el ojo—. Busca un lindo traje para una cena elegante, si todo sale bien mañana, entonces celebraremos.
—Perfecto—asintió sin dejar de sonreírle.
Jungkook le miró con un suspiro antes de encaminarse a la puerta y dejarlo solo, Taehyung le acompañó y se despidió, cuando se quedó solo suspiró pesadamente, se encaminó a su maleta para sacar su pijama y dormir, estaba cansado, no sólo por el vuelo, sino también por lo que había sucedido antes de este, su teléfono no había sonado ni una vez, esperaba un mensaje después de aquella llamada, uno donde Hoseok se disculpaba, pero no era así, se sentía un idiota, limpió algunas de las lágrimas que habían salido y decidió meterse a la tina para tomar un baño y relajarse antes de dormir, por alguna razón estaba nervioso y entusiasmado por el siguiente día.
Al siguiente día, Taehyung despertó con la luz de la mañana mojando su rostro, era delicioso, la cama en la que había dormido era una de las más cómodas, sentía que el cansancio se había ido de sus hombros, se sentó estirando su cuerpo, eran apenas las ocho de la mañana, sonrió ladino, pasaría la mañana comprando antes de tenerse que reunir con Jungkook para el almuerzo. Revisó su teléfono donde tenía un mensaje de Jin preguntando en dónde estaba, decidió no contestar, su primo se conformaría con saber que leyó el mensaje, se levantó para ir al baño y mojar su rostro, lucía bien después de un sueño reparador, a pesar de haberse dormido llorando.
Salió al tiempo que la puerta era tocada, se acomodó el cabello y fue a abrir, un chico vestido de negro llevaba un carrito con el desayuno que él no había pedido.
—Bonjour monsieur, votre petit déjeuner (Buenos días señor, su desayuno)—no dijo nada, sólo dejó que acomodara la bandeja en la mesa enana.
—Merci—agradeció antes de que este saliera por la puerta, cuando se acercó a la bandeja el aroma que esta desprendía era esquicito, sonrió al ver una nota cerca, al abrirla, en perfecta caligrafía estaba un mensaje.
Buenos días Tae, espero que hayas descansado, supuse que tendrías hambre, disfruta de una buena mañana, nos vemos a las dos en el café Le Dome"
Sonrió cerrando la tarjeta y mirando su desayuno, estaba hambriento, antes de comer, sacó su celular para mandarle un mensaje a Jungkook, agradeciendo el gesto y deseándole buena suerte en su reunión, eran amigos desde muchos años atrás, sabía de buena manera que Jungkook se había esforzado muchísimo para crear su propia marca de vino, y para posicionarse en el mercado sin la ayuda de su familia, había crecido enormemente y estaba muy orgulloso.
Mientras desayunaba, mirando por las puertas abiertas del balcón la torre, afirmaba que Jungkook era un amante del romanticismo oculto, rio por lo bajo imaginando lo afortunada que sería la persona que estuviera a su lado, aunque ese simple pensamiento lo llenó de melancolía, si Jungkook se enamoraba, era posible que sus atenciones no volverían a estar sobre él, no era estúpido, nunca lo fue, sabía que el corazón de su mejor amigo estaba ocupado por una persona que no le correspondía, él, muchas veces intentó imaginar qué pasaría si se enamoraba de Jungkook, estaba seguro de que sus atenciones serían así, todos los días, que lo consentiría, que le tomaría de la mano en la calle y no ocultaría su amor, era el partido perfecto, sin embargo, él no sentía más que cariño y respeto, era su mejor amigo y su corazón estaba ocupado por Hoseok.
Pero aquel amor se estaba ensombreciendo poco a poco por el dolor, de saber que él no era su prioridad, porque mientras él lloraba su ausencia, Hoseok mostraba fotografías de su novia en la playa, no comprendía por qué no la dejaba sino la amaba, si lo había prometido en más de una ocasión, sino dejaba de llenarle la cabeza diciendo que era especial.
Con la melancolía creciente en su interior, se obligó a levantarse, tomar un baño y vestirse, para hacer una de las cosas que más le gustaba, comprar, tenía que encontrar un traje lindo para aquella noche, porque estaba seguro de que Jungkook tendría una buena reunión.
Las calles de Paris estaban llenas de vida, de arte, de una clásica decoración que siempre le impresionaría, era afortunado de haber asistido en varias ocasiones como modelo, embajador de marcas internacionales y con un renombre que pesaba dentro de la industria, disfrutó probarse varios atuendos, comprar cosas para su sobrino, para Jin y para Jimin, este último le causaba ternura. Mirando los trajes encontró uno que sin duda iba con su personalidad y no dudo en comprarlo, estaba listo y antes de las dos ya se encontraba en aquella cafetería, en una de las mesas de afuera esperando a Jungkook.
Pensaba en llamarlo cuando lo vio bajar de un taxi, este llevaba un traje gris sencillo, al verlo le sonrió, se acercó y se sentó frente a él. —Lamento haberte hecho esperar, estaba despidiéndome de algunas personas.
—Por la sonrisa en tu rostro supongo que todo ha salido bien ¿Verdad?
Jungkook agrandó aún más su sonrisa. —Oh cariño, espero que hayas elegido un buen traje para esta noche.
—¡Felicidades Jungkookie! —dijo emocionado—. Aunque sabía que lo lograrías, siempre logras lo que te propones, eres como un chico con mucha suerte.
—Si estoy sentado aquí, con esta maravillosa vista en esta increíble tarde, mirando al chico más hermoso de todo Francia, claro que soy un chico con mucha suerte—le dijo con una sonrisa ladina.
—Oh tienes suerte de tenerme Jungkook, soy el modelo más solicitado—sonrió sarcástico con una ceja alzada—. Pronto serás muy importante ¿Debería de casarme contigo?
—No lo sé lindo, allá hay una joyería ¿Quieres que te compre un diamante?
Taehyung soltó una carcajada. —Gracias—dijo seriamente, con el agradecimiento adornando sus ojos—. Sé que siempre lo digo, pero sin duda estaría perdido sin ti, eres y siempre serás mi tabla de salvación, no sé qué habría hecho sin ti, creo que me habría quedado en mi departamento siendo patético y llorando hasta quedarme dormido.
—Te quiero, eso lo sabes, pero Tae, no siempre podré estar a tu rescate, mucho menos cuando me alejas de ti—suspiró con una mueca—. Estoy preocupado, no hablaré de él, porque sabes que nada bueno pueda salir de mi boca, pero Taehyung, es momento de que comiences a ver que esta situación te está lastimando. Ya no eres el mismo, estas esperando por él cuando antes sólo querías vivir y disfrutar la vida.
—Es difícil ¿Sabes? Porque realmente lo amo, no pensé que me enamoraría, al principio era un juego solamente, pero después de un tiempo, la admiración y el cariño, se convirtieron en amor y este está creciendo día con día, no puedo evitar amarlo, tal vez no me entiendas.
—Te entiendo—aclaró la garganta—. No puedes evitar amar a alguien, es imposible, pero, ¿Realmente es sano? Deberías encontrar a una persona que se desviva por ti, porque tienes todo para tener loco a alguien, si yo estuviera en su lugar, no dejaría de decirte lo mucho que te amo, lo demostraría con cosas que merezcas, como un desayuno en Paris.
—Qué cosas dices—rio por lo bajo, pero sus mejillas se colorearon ligeramente—. Aunque ciertamente, este lugar es precioso.
—Lo es—asintió—. Mis padres amaban venir aquí, pero con el tiempo dejaron de hacerlo, supongo que el trabajo se volvió su prioridad, espero que eso no me pase, si algún día tengo a alguien lo llevaré a viajar conmigo por el mundo.
—Eso sería encantador—concordó—. Aunque, mis padres siempre viajaban, nunca me llevaban, casi no los vi, por eso me críe con SeokJin.
—Debió ser difícil, seamos mejores padres—sacó de su chaqueta un cigarrillo, el cual puso en sus labios—. ¿Estás listo para pedir algo?
—Sí, creo que si—le observó fijamente, tenía la torre detrás, con aquellos lentes oscuros, la sonrisa de conejo y un porte espectacular, sin duda era divino verlo. Negó ligeramente y se limitó a mirar la carta, estaba pensando de más.
Después del almuerzo, ambos decidieron caminar por la plaza, antes de ir al hotel para prepararse, Jungkook le hablaba animadamente sobre sus negocios y sobre la esperanza de poder estar cerrando uno de los acuerdos más grandes, que posicionaría a su marca en un puesto superior, compitiendo con los grandes, a medida que escuchaba él mismo se emocionaba.
—Pero, eso significa que tienes que mudarte aquí ¿Verdad? —preguntó cuándo el tema de conversación se puso mucho más serio.
—Por un tiempo, por lo menos un año—asintió—. O puede que hasta más, depende del proceso, sabes que me gusta mucho supervisar mis negocios de cerca, sobre todo si estos son nuevos, quiero estar presente. ¿Por qué el puchero?
—Creo que será difícil no verte todos los días, es sólo eso—se encogió ligeramente de hombros.
—Siempre puedes venir conmigo.
—Tengo un trabajo.
—¿Y? Puedes ser el mejor modelo de Paris si te lo propones—alargó el brazo para rodear sus hombros—. Yo preparo mi vino, mientras tú te preparas para posar con las marcas más reconocidas a nivel mundial.
—No creo tener lo necesario—rio por lo bajo, rodeando con su brazo su cintura—. Tan vez me vuelva camarero.
—Entonces tendría que ir todos los días por un desayuno que se enfriará porque estaré muy ocupado mirándote, creo que serás un éxito a donde quiera que vayas.
—Lo dices porque me aprecias—bufó, pero su ego estaba por las nubes por todo lo que le escuchaba decir—. Me encantaría casarme aquí.
—Eres un romántico empedernido Tae—negó sin dejar de reír.
—No fijas que tú no lo eres—chasqueo la lengua—. Jungkook casémonos en Paris.
—No me ilusiones Tae, porque en este momento puedo estar planeando el nombre de nuestros hijos.
Taehyung se permitió imaginarlo por unos momentos, corroborando que efectivamente, su vida sería diferente si se hubiese enamorado de Jungkook, lamentablemente todo era una ilusión creada por el momento y por la vista, nada entre ellos era real, porque su corazón le pertenecía a Jung Hoseok.
Estaba nervioso, no muchas veces se había sentido así, se trataba de recordar a sí mismo que esa no era una cita, sólo una celebración con su mejor amigo, pero había tenido especial cuidado en su vestuario y en su arreglo, se miró nuevamente en el espejo, llevaba un traje color ladillo claro de seda, sobre una camisa blanca con dos botones descubiertos y su cabello castaño ondeando alrededor de su rostro, le gustaba mucho como lucía, tomó un abrigo negro y salió de su habitación, olvidando por completo su celular, no quería seguir al pendiente de un mensaje o una llamada que no recibiría, esa noche estaba para disfrutar el logro de su querido amigo, bajo en el ascensor hasta el lobbie, buscó con la mirada hasta que lo vio.
Casi deja caer la mandíbula, nunca iba a negar a admitir que Jungkook era muy apuesto, su cuerpo era fornido y su rostro una adquiría un semblante seductor cuando lo quería, como en ese momento, llevaba unos pantalones de vestir negros, una playera de cuello de tortuga del mismo color y una gabardina color gris Oxford, su cabello estaba peinado hacía atrás y le sonreía, se acercó sintiendo una extraña sensación en la boca del estómago.
—Te ves espectacular Tae—dijo con un tono de voz muy profundo, nunca antes había empleado ese tono con él, pero no le molestó, al contrario.
—Mérate nada más, creo que decir que luces increíble es poco comparado con la realidad, estás apuesto esta noche—sin saberlo le había hablado al tiempo que tomaba su brazo y le sonreía con picardía.
—Bueno, es una noche especial, ciertamente merecía este tipo de vestuarios, vamos que muero de hambre.
Lo condujo a la salida del hotel, mordió su labio inferior, aquello parecía ser una cita, una en donde no tenía que esconderse, le gustaba la sensación de estar al lado de alguien que, en vez de esconderlo, hacía todo lo posible porque se luciera, era nuevo, y le encantaba.
Un auto negro les esperaba, Jungkook le abrió la puerta de atrás, donde subió, este lo acompañó enseguida, ambos estaban sonrientes y tranquilos, mostrando un aura de jovialidad, no tuvieron que decir la dirección, porque el chofer ya sabía a donde se dirigían, menos Taehyung, quien le miró curioso.
—¿A dónde vamos?
—Una sorpresa—se encogió de hombros, alargó la mano y acaricio ligeramente su mejilla—. Hueles delicioso.
—Compre un perfume hoy, Paris merece ser vivido como un nuevo yo ¿No te parece?
—La idea es maravillosa, seamos nuevas personas aquí—asintió riendo por lo bajo—. Si hubiera sabido que Paris saca lo mejor de ti, te habría traído mucho antes.
—Amo esta ciudad—hizo un puchero—. Quedémonos aquí para siempre.
—Esta tarde dijiste que no.
—Bueno he cambiado de opinión, estoy a nada de decir que sí, que te acompañaré ese año, supongo que sería agradable.
Jungkook tragó en seco antes de asentir. —Lo sería, imagina, una casa en el campo cerca de los viñedos, donde pudiéramos explorar, beber hasta la madrugada con la chimenea encendida y desayunos al aire libre, compras los fines de semana, fiestas elegantes, pero, sobre todo, la mejor compañía.
—Jungkook—dijo sin dejar de mirarlo—. ¿Estás pidiéndome que viva contigo?
—Claro—asintió.
—Quiero aceptar—rio encantadoramente—. Pero aun quiero estar en Seoul para navidad. Tus padres nos matarían sino asistimos.
—Faltan dos meses para eso, pero tienes razón, regresemos después de navidad.
—Es un trato—elevó una de sus cejas.
—Lo es—suspiró.
Cuando llegaron, Jungkook sonrió, espero a que el chofer les abriera la puerta y le tendió la mano al bajar. Taehyung estaba encantado, flotando en un cuento de hadas, cuando miró el restaurante supo que la noche no iba más que mejorando. Le pré Catelan, era uno de los mejores restaurantes de Paris, Jungkook no soltó su mano, la puso en su antebrazo y avanzó por la alfombra hasta la entrada, donde estaba un guardia de uniforme impecable, quien les dejó entrar abriendo la puerta para ellos, el interior, era mucho mejor de lo que lucía por fuera, una señorita se acercó a ellos.
—Bonsoir messieurs—les dio las buenas noches con una sonrisa encantadora.
—Bonne soirée mademoiselle—respondió Jungkook—. Nous avons une réservation, au nom de Jeon Jungkook.
—D'accord suivez moi s'il vous plait—les indicó un pasillo, el cual recorrieron con tranquilidad, el interior era precioso, elegante y costoso, siguieron a la señorita hasta una de las mesas alejadas, que estaba cerca de una ventana que daba al exterior, había algunos comensales disfrutando de la comida y la música intrumental.
—Merci—dijeron al unisono, Jungkook le alejó la silla para que se sentara, aquello le impresionó porque nunca había hecho eso antes, se sentó sin dejar de mirarlo.
La mujer se alejó no sin antes decirles que pronto vendrían a atenderlos, Taehyung miraba con anhelo todo lo que había a su alrededor. —¿Te gusta? —preguntó Jungkook satisfecho de ver su sonrisa.
—Es hermoso—asintió—. Nunca había tenido la oportunidad de venir, siempre que he venbnido a Paris es po trabajo o de compras, este viaje esta siendo muy interesante.
—Me alegro que te guste—suspiró para evitar sonreír de satisfacción—. En otra ocasion podremos recorrer Paris entero, aunque nos tomaría más de un año, ¿Y si nos quedamos aquí toda una vida?
—Eso me suena interesante—asintió—. Pero centremonos en el presente, estamos aquí para celebrar tu logro Jungkook, uno en el que has trabajado demasiado.
—Me estoy convirtiendo en alguien genial, respetado, pronto mis vinos competiran con los mejores del mercado, me expandiré, me gusta lo que he logrado, ¿Pretencioso?
—No—negó—. Es realista.
—Y tú mi querido Tae ¿Estás logrando lo que has soñado? —preguntó acomodando los codos en la mesa, y dejando su barbilla en sus manos.
—Supongo que sí, no pienso mucho en eso, poco a poco me estoy haciendo conocido, eso es bueno, mejores contratos, marcas exclusivas—se encogió de hombros—. Soy feliz con mi estatus profesional.
—¿Y ese es tu sueño?
—Sí, es parte de él, para estar completo se necesita una buena solvencia económica y ser catalogado como el mejor en cualquier cosa a la que uno se dedique, en ese aspecto me siento satisfecho, aún hambriento por más.
—Tienes todo para comerte el mundo Taehyung—elevó una ceja—. Belleza, inteligencia, ingenio y un hermoso corazón.
—¿Por qué me sigues viendo de esa manera? Me incomoda—dijo desviando la mirada.
—Bueno, también eres un poco idiota a veces—bufó acomodándose en la silla—. ¿Mejor?
—Un poco—asintió riendo por lo bajo—. Para ti siempre seré idiota.
—Tú sabes bien por qué pienso que eres un idiota, pero, no todo es tu culpa, sino de él.
—No pude evitar enamorarme JungKook y cuando te enamores lo vas a entender.
Jungkook lo miró fijamente, tanto que se sintió desnudo, como si este pudiese ver a través de sus ojos, directo a su interior, y podía, estaba seguro de que podía hacerlo.
—Te entiendo mejor de lo que puedes llegar a imaginar Taehyung—dijo con una ligera mueca—. Nadie decide de quien enamorarse, lo entiendo, pero sí de poner un alto cuando lastima, el amor no debe doler.
—No hablemos de eso ahora, no en este momento. Por favor.
Jungkook suspiró y asintió. —Tengamos una buena noche, ya sé, yo seré el músico que trabajo horas para pagarle un lindo restaurante a quien quiere impresionar.
—¿Ah si? ¿Y por qué haría eso?
—Porque se siente muy enamorado—se encogió de hombros.
Taehyung comenzó a reír y asentir. —Bien, sólo te la dejaré más fácil porque es un lindo lugar—podía sentir como sus mejillas estaban sonrojadas.
El mesero volvió, dejando la carta y una botella de vino, les sirvió, ambos se concentraron en ver lo que había y pidieron la especialidad, Jungkook tomó su copa y la acercó a él, Taehyung sonrió ladino y la chocó ligeramente.
—Salud, por un buen negocio—dijo el pelinegro con orgullo.
—Salud, por las nuevas oportunidades y por está noche en Paris.
Sin dejar de mirarse probaron el vino, Jungkook bufó. —Los míos son mejores.
—De eso no hay duda.
La noche era hermosa, cuando llegaron al Hotel, lo hicieron en medio de una sesión de risas, era bueno pasar el tiempo con el otro, Jungkook llevaba de la mano a Taehyung quien no dejaba de hablar de lo deliciosa de la comida, había decidido regresar temprano, porque por la mañana tendrían un pequeño viaje al Valle de Loira, donde visitarían uno de los viñedos que estaría produciendo el nuevo vino de Jungkook.
—Bueno—suspiró Jungkook recargando la espalda en la pared de cristal del elevador—. Ha sido una buena noche.
—Una de las mejores—rio Taehyung mirándolo—. Siempre me divierto estando contigo.
—He de tomar eso como uno de los mejores halagos que me han dado.
—¿Esperabas menos? Somos mejores amigos, pasar buenos momentos juntos es un requicito.
Jungkook suspiró. —Tienes razón, lo es.
Las puertas del elevador se abrieron, ambos salieron y caminaron en silencio por el pasillo, aquellas últimas frases habían puesto tenso el ambiente sin saber, Jungkook se paró en la puerta de la habitación de Tae, mientras que este entraba, lo miró unos mometos, sosteniendo la puerta, la mirada de ambos era profunda y sus respiraciones aumentaron.
—Te veo por la mañana—dijo Jungkook con una ligera sonrisa.
—Descansa—asintió alejándose para cerrar la puerta, se recargó en esta sintiendo sus mejillas arder—. ¿Qué carajo estás pensando? —se recriminó a sí mismo.
Se preparó para ir a la cama, antes de apagar la luz de la lámpara, miró su teléfono, había un mensaje de Hoseok, que le removió las entrañas.
Hobi bebé
Regresé antes a Seoul, pude escaparme de ellas, pensé que estarías en casa, así que compre comida y bebidas...
Pero no estás, Jin me djo que estabas en un viaje, no es difícil adivinar con quien, Tae, sé que estás molesto, lo entiendo muy bien, créeme que lo sé, pero, por favor, sólo dime que estás bien, dime que estamos bien.
No me contestas, yo estoy listo para dormir, ¿Estabas vestido así como la foto que subiste a instagram? ¿Hay algo con lo que no luzcas bien?
No te voy a prometer un viaje, pero, podemos ir a cenar, a ese restaurante que te gusta mucho, el de cortes de carne, sólo responde.
Tae...por favor, lo siento.
Bloqueó el teléfono dejándolo en visto, hizo una mueca, la foto que le mandó era algo que hizo latir su corazón con fuerza, ¿Por qué? Cómo era que después de todo no podía sacarlo de su mente, ¿Por qué no podía enamorarse de alguien más? Intentó no pensar en nada para dormir, pero a duras penas lo logro, los mensajes de Hoseok estaban rondando en su mente y la noche con Jungkook también, estaba confundido.
No canten victoria o elijan aún, este trío tiene muchas cosas preparadas xD
Nos leemos el jueves
💖
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