Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

05.

Taehyung estaba siendo un completo imbécil y lo sabía. Su excusa siempre era el trabajo. Tenía apenas dos semanas para terminar la primera parte de su informe y trabajar desde casa era absolutamente imposible gracias a todo el asunto de Jungkook rondando por ahí siendo obscenamente bello. En realidad, lo que le preocupaba no era el trabajo, sino lo hermoso que se encontraba Jungkook, lo difícil que era correr la mirada de sus piernas desnudas y de su cola esponjosa, y las cosquillas que le generaba al mirarlo a los ojos cuando recién se despertaba de sus siestas con párpados caídos de pestañas infinitas. Cada vez que estaba en una habitación con él, debía morderse los labios para calmar la picazón que le provocaban las ganas de besarlo.

Pero él no podía besarlo. No debía, realmente. Jungkook tenía el cuerpo de un hombre —el de uno guapo, pequeño y curvilíneo—, pero no lo era, al menos no del todo. No entendía reglas básicas de convivencia ni comprendía asuntos del mundo como el trabajo, lo distinto que era a otros conejos o la relación de altura y proporción entre él y el mesón de la cocina. Era como un niño, algunas veces. No cuando se rozaba contra sus muslos para darse placer o cuando argumentaba con la fuerza de mil tornados a cada una de sus absurdas reglas, pero lo era la mayor parte del tiempo y él no se sentía cómodo deseándolo de esa manera. Además, Jungkook era un conejo, y la sola idea era técnicamente zoofilia, ¿Verdad?

Cuando Taehyung llegó a su casa el viernes por la noche, el menor estaba sentado en el mesón de la cocina. Lo llamó desesperado, pero cuando se asomó por el marco de la puerta no lo vio con los ojos grandes y esperanzados, sino con una silenciosa resignación que le causó un nudo en el estómago. Llevaba las orejas bien atrás y apagadas, y él se sintió como un terrible monstruo.

—Necesitas aprender a bajarte —dijo, intentando no sonar hostil. Era difícil, porque cuando se dejaba suavizar por el azabache, salían de sus labios palabras como "bebé", entonces él sonreía tan bonito y su mundo dejaba de tener sentido—. ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—Mucho, no lo sé —lloriqueó y agachó la mirada. Al notar la bolsa en sus manos frunció el ceño—. ¿Qué traes ahí?

Taehyung tragó saliva.

—Comida —respondió—, estoy demasiado cansado para cocinar. Creo que me iré directo a la cama.

—Nunca estás conmigo —musitó Jungkook, y no era un reclamo tanto como lo era una afirmación.

Se encogió de hombros. No, no lo estaba.

—Tengo mucho trabajo.

Jungkook no levantó la mirada y Taehyung no se quedó a esperar que lo hiciera. Respiró hondo, intentando relajar el nudo en su estómago, pero no funcionó. Se dió vuelta de todas formas hacia los gabinetes del lado opuesto, sacando un plato y un par de cubiertos —aunque los últimos eran inútiles, porque Jungkook disfrutaba comiendo con las manos.

—Es ensalada, tiene muchos ingredientes y ni una zanahoria —comentó—, te gustará.

Luego de decir eso, salió de la cocina y preparó la mesa sobre el espacio desnudo. No habían rastros de él allí, ni un papel, ni una nota, ni un libro de su trabajo. Taehyung encontraba irónico que Jungkook lo hiciera sentir como un monstruo cuando era él quien estaba absolutamente aterrorizado por su pequeño conejo.

—¿Puedes, al menos, traerme la comida aquí? —preguntó desde la cocina.

A Taehyung le dolieron sus palabras, el "al menos" más que otras. Negó suavemente, aunque Jungkook no podía verlo. Luego tomó una silla de la mesa y la llevó a la cocina. El menor estaba abrazado a sus rodillas y frunciendo el ceño con tanta fuerza que lo hacía ver más triste que enojado.

Dejó la silla junto al mesón.

—Baja por ahí —le dijo.

Jungkook miró a su lado el asiento de la silla y tragó saliva. Lo miró con ruego en sus ojos y él tuvo que esforzarse mucho para quedarse en su lugar y no correr a ayudarlo.

—Es muy alto.

—No lo es. Sólo intenta bajar una pierna, puedes dejar el resto del cuerpo arriba—explicó—. Verás que llegas.

Jungkook lo miró unos segundos más con insistencia, pero al notar que no cambiaba de opinión, se acercó al borde del mesón. Bajó una pierna hasta tocar con la punta de los dedos el asiento y después respiró hondo, sujetándose del respaldo de la silla para bajar la otra también. Bajó de allí con un brinco y sus orejas se elevaron enérgicas cuando tuvo los dos pies en el suelo.

—¿Ves? Podías hacerlo solo —Taehyung sonrió.

Cuando Jungkook lo escuchó hablar, sin embargo, sus orejas se echaron hacia atrás nuevamente y sus gestos se oscurecieron.

—Pero no quería hacerlo solo —murmuró, y pasó su lado sin siquiera mirarlo.

Taehyung llevó la silla junto a la mesa otra vez, y sirvió la ensalada. Buscó el control remoto para encender el televisor, y luego de decirle que no subiera mucho el volumen porque ya era tarde, suspiró.

—Bueno, voy a irme a acostar.

—Okay.

—Te dejaré preparado el desayuno mañana, ¿Si? Sólo busca en la heladera.

Jungkook asintió esta vez.

—Buenas noches.

Al no obtener respuestas, suspiró una vez más y se dió la vuelta. Jungkook lo llamó cuando recién estaba adentrándose al pasillo.

—¿Tae?

—¿Qué?

—¿Has visto mi suéter lavanda?

Taehyung frunció el ceño

—Este me pica —explicó, pero él sabía que mentía, porque si realmente le picara se lo hubiese quitado un segundo al menos desde que se lo prestó por primera vez.

—Está en el placar, en una estantería.

—¿Puedes traérmelo?

—¿Por qué no lo buscas después de comer? Cuando te vayas a acostar.

Jungkook tragó saliva.

—Creo que dormiré aquí esta noche —dijo—. El sofá es igual de cómodo que la cama y tú estás cansado.

Agachó la mirada, sintiéndose algo avergonzado por lo triste que eso lo ponía. Asintió, porque Jungkook tenía derecho a dormir donde quisiera y porque sería mejor para ambos, de todas formas.

Dejó el suéter y un almohadón sobre el sofá, luego una frazada a los pies, aunque Jungkook nunca dormía tapado y volvió a la habitación que por primera vez se notaba fría y vacía, como antes de que el azabache durmiera con él, como antes de que hiciera las cuevas en cada esquina de la casa. Se quitó la camiseta y se metió en la cama, intentando no pensar en Jungkook hasta que se quedó dormido.

Cuando oyó la puerta abrirse, despertó del sueño rápido y seguro como si una alarma hubiese sonado. Todavía se quedó quieto, de espaldas a ella con los ojos cerrados. Sintió a Jungkook trepar a la cama, tan torpe y para nada sutil como todo lo que hacía. Apretó los labios para no sonreír, porque no quería delatar que estaba despierto y porque no debería estar orgulloso de que Jungkook se hubiese rendido para dormir con él de todas formas. Sintió un alivio en el pecho al saber que en unas horas, cuando el menor estuviese dormido también, podría darse la vuelta en el colchón para abrazarlo por la cintura, y dormir tan cerca de él que su tibieza se hiciera una con su piel.

Sin embargo, Jungkook no se acostó.

Se acercó a su lado hasta estar bien cerca, acariciando sus rizos hasta llevarlos detrás de su oreja, con una delicadeza que lo hizo sentir como si una estrella hubiera explotado y pudiera ver su movimiento lento en la intensidad lejana del universo, aún consciente del calor y la furia de aquel evento magnífico. Jungkook lo tocaba como si fuera de otro mundo, y quizás lo era; con sus orejas y su cola, y su manía de andar desnudo, pero había algo debajo de la magia de sus dedos que era carnal y terrestre, alimentando sus ganas de darse la vuelta para tomarlo de la muñeca hasta hacerlo caer sobre su cuerpo y besarlo.

Pero no lo hizo. Y cuando Jungkook acercó el rostro a su cuello y sintió la respiración tan cerca de su piel, pensó que iba a hacerlo. Rozó su hombro con el mentón durante varios segundos antes de finalmente alejarse de él.

—Buenas noches —susurró, y se fue del dormitorio.

Taehyung pensó que ese gesto, fuera lo que fuera, quemaba más que mil besos y que mil soles explotando en el universo.

━━━━━━━━ ✧❃✧ ━━━━━━━━

Cortito pero hermoso, más tarde trataré de subir el siguiente cap para no quedarnos con las ganas de saber qué pasó después entre el kukencio y tete jshdksjs

¡Muchas gracias por las 100 vistas! ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro