¡Oh!
Con una bella bata se seda color oro, mirándome fijamente a los ojos de manera seductora y rodeando mi cintura.
Trago grueso.
¡Thranduil!
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¡Oh, mi Eru!
Es el... pero ¿Qué hace aquí? ¿Por qué esta aquí? pienso por un momento.
¡No lo puede creer! Es el... ¡Demonio! Es el y yo estoy... ¡Oh, no!.... ¡esto no puede estar pasando Eru!
─¿Qué hacías en el lago Niniel?─ rompe el silencio provocándome un sobresalto.
¡Demonios!
Solo unos cuantos centímetros separan nuestros rostros del otro. Mi respiración de dispara a toda máquina y mi torrente sanguino está a punto del colapsar. Los minutos transcurren lentamente cuando veo su pecho contra el mío. El aroma me enloquece y el calor llena mi ya húmeda piel. Intento contener la respiración pero es algo que se sale por completo de mi control.
─Este yo...
Dudo por un momento, la verdad es que tenerlo así, aquí, tan cerca de mí, tan varonil y yo tan... empapada... es algo que le quita las palabras a cualquiera.
¡Oh, Eru!
─Yo tenía mucho calor, así que decidí ir a nadar un poco─ parpadeo un poco tímida─ pero ya estaba por entrar al palacio mi señor.
El esboza una sonrisa y me mira de manera divertida.
¡Se está burlando de mí!
─¿Y pensabas entras así?─ pregunta bajando su vista a mi bata.
¡Demonios! Yo asiento con la cabeza, porque una vez más las palabras me han abandonado por completo.
¡Qué vergüenza!
─Aunque es una vista completamente hermosa, no quiero que ningún otro elfo te contemple de esta manera─ dice mientras se desase del nudo de su bata.
¿Qué hace? ¡Madre mía!
¡Oh! Abro los ojos como plato al contemplar lo que está haciendo. Se despoja por completo de su bata de seda, quedado solo con un par de pantalones de pijama y desnudo de la cintura para arriba. ¡Madre mía! ¡He quedado completamente muda! Thranduil es sin duda completamente perfecto, hermoso, es tan sensual...
¡Imagínatelo sin nada Niniel!
¡Cállate, maldita conciencia! La reprendo rápidamente. ¡Deja de estar penando en estupideces!
El esboza una gran sonrisa al ver mi expresión. ¡Claro en este momento mi cara debe de ser lo más cómica que pueda existir!
Trago grueso.
─ ¿Qué pasa Niniel?─ pregunta acercándose a mi oído, mientras deja caer su bata por encima de mis hombros─ acaso no te gusta la vista─ musita rodeándome con sus manos.
¿Qué? ¿Cómo pregunta esas cosas? No solo me gusta sino... ¡Cálmate Niniel! ¡Cálmate!
─Yo... No me salen las palabras. Observo fascinada la boca de Thranduil, y él me observa a mí con una mirada impenetrable. Estoy entre tus brazos y he dejado de respirar por completo.
¿Qué me pasa? Es acaso que....
¡Basta! ¡Basta ya! Me reprende mi yo interior.
Levanto la vista por un instante y me pierdo en el hermoso azul cielo de sus ojos y ahí está nuevamente.... Un extraño y desconocido deseo que me paraliza. Estoy totalmente cautivada por sus ojos, por su boca, por su cuerpo. ¡Eru!
─creo que será mejor que entremos al palacio mi señor─ digo tratando de esquivar su mirada.
─Es eso, o te sientes nerviosa conmigo─ me musita de manera sensual, mientras sus ojos se iluminan.
¡Vaya!
─Para nada mi señor─ miento─ la verdad es que ya es muy tarde y ... Tira de mí hasta rodearme entre sus brazos. El movimiento me pilla por sorpresa y de pronto siento todo su cuerpo pegado al mío.
-Eres tan mala mintiendo -me susurra-. Te extrañaba tanto mi luz de estrella.
¿Qué? ¡Luz de estrella! Me arde la sangre. ¿Dónde he escuchado eso? ¡Luz de estrella! Pero ¿Dónde? Me pregunto para mí misma. ¡Tengo una ligera corazonada! Algo me dice que mi vida está por cambiar pero ¿Por qué?
Thranduil por su parte me mira fijamente y sonríe. ¡Vaya! ¡Este elfo es verdaderamente hermoso! Pienso mara mi misma, mientras descaradamente le miro el pecho. Trago grueso. ¿Qué debería hacer? ¿Cómo dejo de pensar en estas cosas? Me pregunto para mí misma. ¿Cómo alejo a Thranduil de mi mente?
─Sera mejor que volvamos mi señor─ me giro rápidamente tratando de salir de este silencio sepulcral.
¡Cobarde! ¡Eres una cobarde! Me reprende mi conciencia. ¡¿Por qué no te acercas y lo besas, no es eso lo que quieres?!
─Espera, Niniel─ me toma del brazo y me detiene─ Déjame llevarte al palacio, no quiero que te coman con la mirada.
¿Qué? ¿Qué dijo? ¿Quién me va a comer con la mirada?
─No es nece.... ¡Ah!─ chillo─ Thranduil me toma de las piernas y me lleva alzada en dirección al palacio.
─¿Qué haces Thranduil? ¡Bájame, en este preciso instante!─ grito en voz baja, para que nadie nos oiga.
─Llevarte al palacio─ contesta divertido.
─¡Bájame! , yo puedo ir por mis propios medios─ le digo decidida.
─No, Niniel, y es mi última palabra.
¿Qué? Y este... ¿Quién se cree?
─Pero... pero...
Thranduil se inclina y me besa suavemente.
¡Madre mía!
─Pero nada, Niniel, tú eres mi más preciado tesoro, nadie, absolutamente nadie puede ver tu piel y tu cuerpo, ¡Me comprendes!
¿Qué? Con que de eso se trata. Por eso me ha dado su bata. Genial. Yo creía que era para que no muriera de frio. ¡Vaya! Que desilusión.
─Vaya, pensé que lo de la bata era para que no muriera de frio─ le digo con tono de resignación. Total, ¡si no puedes con el enemigo únete a él! Me digo para mí misma.
─Claro que ha sido para eso Niniel, pero también he matado dos pájaros de un tiro─ me riñe─ crees que sería bien visto que entradas prácticamente desnuda a altas horas de la noche al palacio─ me reprende.
¿Qué? Pero...
─ No estoy desnuda─ me defiendo.
El frunce el ceño y me mira fijamente.
─No estás desnuda Niniel, pero con esa bata de seda que llevas puesta que a propósito esta embebida en agua, no dejas mucho a la imaginación─ me vuelve a reñir.
¡Genial! ¡Ahora me reprende!
─Bien, tal vez tengas razón─ le inquiero─ pero yo podría haber salido de estas sola su majestad─ le digo molesta.
─Enserio, ¿Qué hubieras hecho?... ¿Esperar a que se secara tu bata, o esperar a que el ciervo trajera tu camisón?
¡Oh! Abro los ojos como platos. ¿QUE?
─¿ME ESTABAS ESPIANDO?─ le grito atónica.
¡No lo puedo cree! El elfo de mis sueños es un acosador. ¡No lo puedo creer!
─Por supuesto que no Niniel─ se defiende.─ solo estaba caminando por ahí, cuando vi pasar un ciervo con una prenda femenina, jamás me imagine que sería parte de tu bata─ musita─ es mas; a estas horas daba por hecho que estabas descansando y es lo que deberías estar haciendo─ me reprende, mientras frunce el ceño.
¡Genial! ¡Ahora tengo un papa queme reprende!
─ ¿Entonces eras tú? ─ Pregunto resignada.
─ ¿Qué?─ se hace el desentendido.
─ ¿Eras tú el que estaba en el lago?
─ ¿Qué?─ me mira fijamente ─ Había alguien en el lago contigo─ me pregunta alarmado.
─Pues la verdad no estoy muy segura─ miento─ sentí que alguien me observaba, pero creo que son ideas mías, aparte como tu acabas de nombrar al ciervo ladrón, creí que tal vez hayas sido el que estaba ahí─ le contesto.
─No, no he sido yo─ me fulmina con la mirada.
¡Genial! ¡Ya lo puse de malas! Me reprendo.
─Perdón, su majestad─ me disculpo por mi insolencia. Como me atrevía yo, una simple elfa a hablarle de esa manera. ¡Soy una insolente, por Eru!
Este guarda silencio, mientras sigue caminando. ¡Demonios! Y se hizo el silencio...
─ "Así que el ciervo ladrón"─ me dice, mientras esboza una enorme y amplia sonrisa. Yo solo asiento, mientras me pierdo en el bello azul de sus ojos.
"Si la belleza fuera pecado Thranduil"
Ladeo la cabeza. ¡Niniel, Niniel, Niniel! ¡Deja de llenarte la cabeza con tonterías!
─Bueno─ dice mientras entra a un pasadizo─ le estoy completamente agradecido al ciervo ladrón por haber robado tu camisón─ dice mientras su mirada se oscurece.
¡Oh, madre mía!
Un escalofrió que no logro explicar recorrió mi cuerpo de arriba hasta abajo y se posiciono en mi entre pierna. ¡Eru! ¿Qué fue eso? Trago grueso.
Thranduil camina por en medio de un sendero que para mis ojos era muy familiar. ¡Vaya! Pero ¿Por qué? Es que la verdad no tengo idea porque siento que lo conozco, es como si antes hubiera estado ahí, es extraño lo sé, pero es así, yo nunca he estado aquí, incluso sería prácticamente imposible... es ¡Imposible!
─Thranduil─ lo llamo consiguiendo su atención.
─¿Dime, Niniel?─ pregunta mirándome fijamente.
─¿Siento que conozco este lugar?─ le digo mientras miro todo a mi alrededor. Thranduil se detiene en seco y veo como su cuerpo se tensa rápidamente.
¿Qué paso? ¿Qué dije?
─Niniel, yo... este tu...
─Shhh, está bien Thranduil, ya entendí─ le contesto resignada.
─Niniel, ya lo sabrás, solo esperemos a que Legolas esté mejor, así podremos aclarar tus dudas─ me dice aferrándome a su cuerpo.
¡Oh, mi Eru! Su pecho.... su piel, su olor. Madre mía. ¡Esto es un sueño! ¡Esto no es real! Pero si lo es... que nadie se atreva a despertarme.
Es tan bello, pero a la vez es tan....
¡No seas tonta Niniel! Sabes muy bien que Thranduil es un rey y tú pues... Mírate querida. ¡Es imposible que un rey se fije en ti!
─Niniel─ dice sacándome de mis pensamientos.
─Dígame mi señor─ pregunto de sorprendida.
─Hemos llegado.
¿Qué? Pero ¿En qué momento? Pero si....¡Demonios! tan perdida estaba con mis pensamientos que no me di cuenta en qué momento llegamos a la puerta de la alcoba.
─Niniel, ¿Estás bien? ─ Pregunta algo preocupado.
─Ehhh, si mi señor, estoy bien, solo estoy un poco cansada─ miento, pero no le iba a decir que
Venia pensando en el en todo el camino. ¡Voy a quedar con una elfa estúpida si lo hago!
─Eres pésima mintiendo Niniel, pero en fin; abre la puerta para dejarte en tu habitación─ me dice mientras su mirada se ilumina.
¡Ah, no, ni que lo piense! La última vez que estuvimos en una habitación los dos juntos, casi me olvido por completo de mi juicio, así que no. No, no y no.
─No mi señor, no es necesario─ le musito tímidamente─ ya usted ha hecho mucho por mí en esta noche, así que le agradezco la intención pero no.
─No ha sido nada Niniel, así que abre la puerta de la habitación, ya te he traído hasta aquí, creo que puedo terminar el trabajo completo. ¿No crees?─ me mira mientras quedo sin habla.
El corazón se me acelera a toda máquina y mi respiración se agita rápidamente. Es increíble como sus palabras logran este efecto en mí. ¡Por Eru! sin pensarlo dos veces hago lo que me pide y entramos los dos a la habitación. ¡Es extraño! Pero este momento me parece tan familiar. Yo entrando en brazos de Thranduil a mi habitación. Pero ¿Qué raro? Es como si ya lo hubiera vivido antes. ¿Será posible eso?
─Bueno mi lady Niniel, ya está sana y salva en su alcoba─ dice mientras me deposita de manera dulce en el suelo.
─Gracias Thranduil─ digo mientras me amarro bien la bata a mi cuerpo─ Lamento los inconvenientes que le he causado mi señor─ me disculpo algo avergonzada.
─No te disculpes por nada, mi luz de estrella─ dice mientras pasa un mechón de mi pelo detrás de mi oreja─ no sabes lo que me encanta que estés aquí.
¡Oh! ¡Es enserio!
─Thranduil yo....
─Shhh, no digas nada Niniel─ me toma por sorpresa y se aferra a mis brazos en un fuerte y a la vez tierno abrazo, que me llena de alegría pero a la vez de nostalgia.
─Descansa Niniel─ deposita un casto beso en mi frente y se gira en dirección a la puerta.
¿Qué? ¿Cómo así? ¿Eso es todo, se va? ¡No lo puedo creer! Tú no quieres que él se vaya.
─Este yo...
─Shhh, no digas nada, solo ve y cámbiate de bata por favor─ dice mientras se gira y sonríe.
─Voy a ir a ver como esta Legolas─ dice y vuelve a caminar en dirección a la puerta.
¿Qué? No, no y no... si se da cuenta que Tauriel está con Legolas se va a enojar; o peor aun no sé en qué condiciones estarán en esa habitación... ¿Qué hago?
¡Demonios!
─Espera...
Thranduil se gira y me mira fijamente. ¡Genial! y que se supone que le voy a decir.
─¿Qué pasa Niniel?─ me pregunta.
Ehhh... Buena pregunta ha hecho. Dime Niniel es lo mismo que quiero saber. ¿Qué te pasa? Me riño yo misma.
─ ¿Y si viene el ciervo? ─ es lo primero que sale de mi boca, espera... ¿Qué? ¡Oh, no! Estoy tan nerviosa que no sé ni lo que estoy diciendo.
Thranduil esboza una gran sonrisa y se acerca a mí de manera lenta, pero muy sensual.
¡Madre mía!
─ Entonces me quedare─ dice divertido─ por si se le ocurre venir a llevarse la otra parte de la bata─ musita, mientras me recorre el cuerpo con la mirada.
¡Oh! ¿Qué estás haciendo Niniel? ¿Por qué te comportas de esta manera? Me reprende mi yo interior.
─No tienes hambre─ pregunto tratando de evadir lo electrizante del ambiente.
─Si, mucha─ contesta juguetón.
¡Oh, mi Eru!
Abro los ojos como platos, ya que no me espera esa puesta. ¿Qué quiso decir?
─Ven, vamos, me toma de la mano y me conduce a la cocina.
¡Oh!
─Pensé que no sabias donde estaba la cocina─ le tiro en tono divertido.
Este frunce el ceño y me mira fijamente.
─Le sorprendería saber las cosas que soy capaz de hacer en la cocina─ asegura de manera sensual
¿Qué? ¡Vaya!
Trago grueso.
─Entonces, muéstreme lo que eres capaz de hacer, mi señor Thranduil─ sonrió, mientras camino divertida.
Thranduil me toma de la cintura y me aprisiona a la pared. Chillo. Ese movimiento me ha tomado desprevenida. La atmósfera entre nosotros cambia y se carga de eléctrica y excitante anticipación. Se me acelera la respiración y el corazón me late a toda prisa. ¡Eru! ¡Bésame, por favor! Pienso para mí misma. ¡Por el amor a Eru! ¡Bésame, Thranduil!
─Sera un placer mostrarle mi señora...
Hola mis querida lectoras, discúlpenme la demora, pero es que he estado muy liada con el trabajo y la verdad es que tiempo, lo que se llama tiempo, no estoy teniendo últimamente. Si lo sé; se que ha sido muy corto, pero espero actualizar muy pronto el siguiente capitulo. Muchas gracias por el apoyo. Saludos y un fuerte y enorme abrazo. Gracias por leer y besos a todos.
Katy
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