El día del baile llego 2
Legolas camina a mi lado sin decir palabra, mientras yo trato de aclararme la mente. Me siento realmente nerviosa, tanto que siento como mis piernas comienzan a temblar.
¡Madre mía! No voy a poder mantenerme en pie por mucho tiempo. El, por su parte va completamente en silencio, cosa que hace que mis nervios estén a la vuelta de la esquina. Mi mente da vueltas y vueltas y siento como este maldito silencio acaba con mi paciencia. ¿Se dignará hablar el señor Evasivas?
—¡Legolas...! —farfullo, exasperada.
─ Dime.
—¿Solías traer a otras damas al baile? —le increpo.
—A algunas sí, pero por petición de mi padre—dice en voz baja.
Mmm... claro.
— ¿Y a Tauriel?
Parece vacilar.
─ ¿Adónde quieres llegar con esto?
—Solo preguntaba.
El esboza una sonrisa.
¡Vaya! Así que si le gusta.
—Cuéntame cosas de ella.
—¿Qué quieres saber?
Se relaja visiblemente, contento de hablar de ella.
—Háblame de vuestros sentimientos hacia ella.
Ah... La sonrisa de Legolas desaparece.
—¿Cuáles?
Me lanza una rápida sonrisa.
¡Vaya! Me está tirando una evasiva.
─ ¡Por favor Legolas! ¿En serio? Yo creía que eras más decidido —No creas que no he notado la forma en que la miras.
La sonrisa de Legolas se expande.
— Es.... Complicado.
─ ¿Complicado?
─Si, complicado.
—De acuerdo. Eso puedo soportarlo. Cuando quieras hablar del tema aquí estaré, solo que espero que no dures mucho en hacerlo.
—De acuerdo.
─Bien, vamos.
─ Vamos.
¡Todavía no puedo creer que me haya dejado convencer por Legolas! Suspiro resignada. Los nervios me están matando y la incertidumbre me empieza a agobiar.... Y ahora que lo pienso... ¡No me gustaría hacer quedar mal a Legolas en el baile! Yo no estoy acostumbrada a este tipo de eventos, ¿Y si lo dejo en ridículo? O peor aun ¿Si el Rey se enoja con mi presencia?
¡Oh, no!
A mi mente llegan un sinfín de motivos por los cuales debería de regresar a mi habitación, pero no creo que Legolas lo permita. A parte, no puedo hacerle ese tipo de desairé a él, ya que ha sido tan bueno y genero conmigo.
¡Oh, mi Eru! ¡Por favor, ayúdame!
Legolas sigue caminando a mi lado sin decir una palabra, va completamente perdido en sus pensamientos. ¿Qué estará pensando? ¿Cuál será el misterio que se trae Legolas? Me pregunto una y otra vez.
De repente esboza una gran sonrisa y me mira.
—Niniel. Estás deslumbrante.
Su cumplido hace que me ruborice.
─ Recuérdame que le mande una nota de agradecimiento a las costureras.
—Claro. Yo también les debo de agradecer.
El vestido que me han elaborado las elfas es verdaderamente hermoso. ¡Es mágico! Es el más hermoso que pudiera imaginar. Cuando Arien lo ha llevado a la habitación no podía creer lo que mis ojos miraban, estas elfas han hecho algo verdaderamente increíble.
El vestido es de una hermosa y fina seda blanca, con inscripciones de pequeñas piedras preciosas. Esta bordado con hilos de oro y de plata que le dan un realce místico, de mucha elegancia y lo mejor aun que hacen que mi tono de piel y el color de mis ojos realcen. Sin duda estas elfas lo han hecho a mi medida, ya que el corte que posee hace que cada una de mis curvas se resalte notablemente y ni que hablar del escote tan perfecto que han elaborado, es sin duda realmente sensual; pero no vulgar. ¡Es perfecto!
—Estoy realmente anonadado.
—Ya lo veo─ digo en tono divertido.
Y ambos reímos.
Seguimos caminando por los grandes y amplios pasillos, que cada vez son más y más interminables para mí. ¡Por, Eru! ¿Cómo hace esta gente para no perderse? ¡Ya estoy mareada de tanto y tanto pasillo! Me digo para mí misma, y no puedo evitar mirar y observar al hermoso elfo que me lleva de su brazo. Suspiro. ¡Creo que en la noche de hoy una que otra elfa va a querer matarme! Susurro en mi mente mientras camino del brazo de Legolas. Y ahora que lo pienso...
¡Hay algo que no logro entender!
¿Por qué Legolas me ha elegido a mí para ser su acompañante?
Esa pregunta me la he hecho una y otra vez desde que me lo ha pedido, pero aun no lo logro comprender. Legolas es un elfo verdaderamente hermoso, y esta noche se ve aun más bello y hermoso de lo que ya es. Y es ahí donde no me lo logro explicar. ¿Porque a mí? Sin duda alguna debe de haber no solo una, sino cientos de elfas que desearían ir al baile con él, entonces....
¡No lo entiendo!
A parte ¿Porque es tan delicado y atento conmigo? y ¿Por qué siento este sentimiento hacia él? ¿Por qué siento que hay algo? ¿Por qué? Me pregunto una y otra vez.
Levanto mi mirada y lo observo discretamente. Va caminando de manera relajada con una enorme y amplia sonrisa. Se ve completamente feliz. Pero ¿Por qué?
¡No lo comprendo! Pero lo único que si se, es que "hoy no voy a salir viva de ese baile" Murmuro y esbozo una sonrisa.
─ ¿Y esa sonrisa, mi señora?─ me pregunta el hermoso elfo que me lleva del brazo.
─ ¡¡Ehhh!! , estaba pensando.
Legolas Esboza una hermosa sonrisa y clava sus ojos zafiros en mí.
─ ¿Y se puede saber en que estaba pensando?
Suspiro.
─Creo que hoy es mi último día de vida─ le digo en un tono divertido.
Legolas abre los ojos como platos y veo como el color ha abandonado su rostro. ¡Oh! ¿Porque esta así de pálido?
─Legolas, ¿Estás bien?
El asiente pero no articula palabra alguna.
─ ¡Legolas estas pálido! ¿Enserio estas bien?
─ ¿Porque a dicho eso mi señora?─ me pregunta en un tono de voz muy bajo.
─ ¡Crees que no me dado cuenta de tus intenciones en este baile!─ le digo mientras lo miro fijamente.
Legolas abre los ojos aun más y siento que la sangre de su cuerpo se ha estancado por un segundo. Oh ¿Qué dije ahora? Si antes Legolas estaba pálido, ahora esta de color azul. ¡Me preocupa!
─Mi señora, yo.... Trata de articulas palabra pero no lo consigue.
─Legolas, me estas llevando a la cueva del lobo, todas las elfas van a querer matarme apenas me vean entrar con el elfo más guapo de la fiesta─ le tiro de golpe─ No creas que no me he dado cuenta ─ y dejo escapar una pequeña risa.
─ Ahhh, ¿Era eso?
─ Pues sí, ¿Que pensabas que era Legolas?
─ Nada... no me haga caso mi señora─ me dice mientras observo como su cuerpo se relaja.
¿Sera?
─No se preocupe por eso, mi señora Niniel, en el reino solo existe una mujer capaz de utilizar a mil maravillas la espada, el arco y las dagas. Y esa persona sabe que usted viene conmigo─ me dice mientras esboza una amplia sonrisa.
─ Tauriel ─ susurro divertida.
─ Si, Tauriel, y por lo que me ha contado usted también es muy buena utilizando la espada mi señora.
Asiento mientras lo observo detenidamente. ¡Oh!
¡Vaya!
Me dirán que estoy loca, pero es la primera vez que le noto. El rostro de Legolas tiene ciertos rasgos iguales a los míos. Muy pocos, pero los tiene. ¿Qué raro? Me acerco un poco más a él, mientras el solo me observa. Pero.... Pero.... ¡Oh! Abro los ojos como platos. ¿Esto es extraño? Legolas tiene el mismo lunar en la oreja derecha.
─Mi señora, ¿Está bien?─ me dice Legolas, sacándome de mis pensamientos.
─Si ─ le murmuro─ creo que deberíamos caminar, hay un baile al cual me han invitado y no quiero llegar tarde─ le digo mientras lo tomo del brazo.
─ Tiene usted toda la razón mi señora, vamos.
Caminamos los dos en silencio por un trayecto bastante largo. Mientras yo observaba detenidamente cada pasillo. Trago grueso. Habían pasillos que para mi resultaban muy familiares, y no me logro explicar ¿Por qué? ¡Es extraño!
Los pasillos eran verdaderamente hermosos. Yo en lo personal, jamás había visto tantos lujos en mi vida; es más, pensé que no era posible tener un lugar como este. ¡Es realmente hermoso este lugar! Las pinturas, los adornos, las flores. Suspiro.
El silencio sepulcral que nos acompaña está haciendo que mis nervios salgan a flor de piel. Y la verdad es que sin antes estaba nerviosa, ahora estoy mucho peor. Por su parte Legolas va caminando completamente ajeno a mi estado. Y eso me inquieta aun más. El va caminando tan tranquilo, tan feliz, pero ¿porque tan feliz?
¿Por qué estará tan feliz? Me susurro yo misma. ¿Qué se trae entre manos Legolas? A mi mente llega un sinfín de razones que me ponen aun más nerviosa de lo que ya estaba.
¡Qué nervios! Susurro para mí misma.
─ ¿Falta mucho para llegar Legolas?
El arque una ceja y esboza una risa.
─ Hemos llegado mi señora.
─¡Gracias Eru!
¡Creo que se han gastado mis zapatillas! Me susurro en la mente.
─ Unos cuantos pasos más y no tendría ánimos de bailar Legolas ─ le digo con gracia.
Y ambos reímos.
─Lo siento mucho.
─Tranquilo, que no pasa nada, de todos modos necesitaba un poco de ejercicio─ le murmuro.
Volteo rápidamente a mí alrededor y... ¡Madre mía! Habíamos llegado a un amplio pasillo, el cual estaba lleno y concurrido de gente.
¡Oh, mi señor Eru! Esto está repleto de elfos y elfas. Trago grueso. Me agarro con más fuerza del brazo Legolas y este por fin nota mi nerviosismo.
¡Por fin!
El esboza una sonrisa y me mira con esos hermosos zafiros.
─ ¿Estás nerviosa Niniel?
─ Mucho, ya me estoy arrepintiendo Legolas─ le susurro.
─Nada de eso mi señora, ya no hay vuelta atrás.
Trago grueso.
─ ¡Legolas! ─ escuchamos que dicen.
Los dos nos giramos rápidamente y ahí estaba ella. ¡Tauriel! Uau. ¡Esta hermosísima! Llevaba puesto un hermoso vestido color vino que contrastaba perfectamente con el tono de su piel, y con el color de su pelo. ¡Realmente hermosa!
─Pensé que ya no iban a venir─ susurra la elfa.
Yo le dedico una amplia sonrisa, mientras dirijo mi mirada a Legolas, que está con los ojos como platos.... Se la está comiendo con la mirada. ¡Elfos! Susurro en mi mente.
¡Vaya!
Legolas se encuentra mirando de manera tan hermosa a Tauriel, la mira con devoción, con ternura, con amor. ¡Oh, mi Eru! Dejo escapar una risita. Y Legolas se incorpora nuevamente a la realidad y logra articulas palabras.
─Estas... estas hermosa ─ le dice este.
Ella solo logra ponerse más roja que su vestido vino.
─Gracias─ le contesta.
¡Vaya! "Creo que aquí estoy sobrando yo"
─ Si, luces muy hermosa Tauriel─ le murmuro.
Ella esboza una sonrisa y dirige su mirada a mí.
─ ¡Pero no más hermosa que usted mi señora, es usted Varda en persona! ─ me susurra.
Yo dejo escapar una risita.
─ No seas exagerada Tauriel, pero de todos modos gracias por tus palabras.
Ella solo sonríe mientras comienza a caminar junto a nosotros. Legolas sigue completamente mudo observándola embelesado, yo solo ladeo la cabeza.
¿No puedo creer? No puedo creer que Legolas no haya tenido el valor para decirle algo más, ¡Por el amor a Varda! Por lo que me tomo el atrevimiento de ayudarle un poco.
─ Tauriel.
─ ¿Dígame mi señora?
─ ¡No crees que Legolas se ve hoy mucho más hermoso que de costumbre!─ le murmuro.
─No─ contesta.
¡Vaya!
¿Cómo que no? Me pregunto en mi mente ya algo molesta.
Abro lo ojos como platos.
─ El príncipe Legolas es igual de hermoso todos los días ─ tira de golpe, mientras sigue caminando.
Lo sabía.... Tu también sientes lo mismos por él.
Legolas abre los ojos como platos y yo solo le guiño un ojo. "Me debes una" le susurro al oído.
Llegamos a la amplia puerta del salón. La música es hermosa, la decoración es exquisita. ¡Claro yo hubiera utilizado colores más vivos como rosados con blanco o azueles con blancos! Pero estaba hermoso, de eso no había duda.
Legolas me mira y sonríe.
─ ¿Lista?
Ahora si ya no hay marcha atrás.
─ Lista─ contesto.
─Antes de entrar déjame ponerte esto.
Saca de uno de los bolsillos de su pantalón, un hermoso collar de piedras blancas que me dejan completamente muda. ¡Es hermoso!
─Era de mi nana─ me dice.
¡Vaya!
─ ¡Es muy hermoso!─le susurro.
─ ¿Me permites?
─No, No Legolas, no creo que yo deba portar algo tan valioso como esto, ¡No puedo!
─ ¡Por favor! es importante para mi Niniel.
─Pero....
─ ¡Por favor!─ me susurra en un tono casi suplicante
Asiento. Pero solo porque es importante para él.
─ Está bien Legolas.
El esboza una sonrisa y me ordena que me dé la vuelta. Hago lo que me pide y en cuestión de segundos ya está listo. Ahora estoy portando en mi cuello un hermoso collar de piedras blancas que no merezco.
─ ¿Ya estas Lista?
Suspiro.
─Si.
Las hermosas puertas de vidrio del salón se abren y la música inunda ahora mis oídos. Es una melodía muy hermosa. Legolas me conduce de su brazo por en medio de la multitud, su roce es delicado, sublime y familiar... muy familiar, y eso me desconcierta. Pero ¿Por qué? Cientos de personas comienzan a saludar a Legolas con forme vamos pasando y de repente como por arte de magia la música cesa. ¡Lástima! Tan linda que estaba la melodía.
¿Qué paso?
El silencio inundo el salón y cientos de miradas se posaron en mí. Un momento...en Mi....¿Qué pasa? ¿Qué tengo?
Miro a mí alrededor por unos instantes y observo como todos me miran con los ojos como platos, con incredulidad, con sorpresa, Es como si.... Si hubieran visto a un fantasma.
¿Qué pasa?
─ Legolas, ¿Porque me miran así?─ le susurro en un tono bajito.
─ Tranquila, estás conmigo, todo va a estar bien, ¿Confías en mi?
Yo solo asiento.
El dirige su mirada al frente y aprieta con más fuerza mi agarre. ¿Qué está pasando aquí? Me murmuro para mí misma. A lo lejos escucho como una copa se cae y como va bajando por los escalones.
Dirijo mi mirada hacia el frente. Y me detengo en seco. ¡Oh, mi Eru!
¡No puede ser!
¡Esto es uno de mis sueños!
¡Esos Ojos!.... Es.... Esos Ojos.... ¡El elfo de mis sueños!
─¡¡¿Irianel?!! ─ se escucha por todo el salón.
Hola a todos gracias por leer, espero que este capitulo le haya gustado. Si... se que ha sido muy corto pero les juro que el próximo sera mas largo... Omg Thranduil ya la vio... que pasara....
besos a todos
katy
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro