Este capítulo está dedicado a dos de mis lectoras a nuevalectora y a Legolasmio. Gracias por comentar y botar chicas.

Narra Thranduil

¡El día del baile llego, mi amada Irianel!

Suspiro.

Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que la vi, desde la última vez que la bese, desde la última vez que le dije lo mucho que la amaba. ¿Cuánto?

"Mi vida sin ti no tiene sentido"

Dejo escapar una lágrima por el dolor que oprime mi corazón, por el vacio tan grande que me acompaña día y noche, minuto a segundo, día tras día.

"No soy nada sin ti, mi luz de estrella"

La brisa choca contra mi rostro, sacándome de mis pensamientos.

¡Irianel!

No había hora, segundo o minuto que no la recordara. "Que no te recuerde Irianel, que no te extrañe, que no te añore" Y aquí estoy yo, solo, destrozado, fingiendo que todo está bien; cuando se muy bien que no es así, cuando mi vida ya no tiene sentido. Es la peor tortura que un corazón pude subir; cuanto te extraño.

Suspiro.

Vuelvo a mi cruda realidad, y miro a mí alrededor. ¡Vaya! Todos están listos y preparados para la celebración. ¿Qué fastidio?─Murmura mi subconsciente.

_ ¡Syna!─grito

─ ¿Mi Señor? -pregunta Syna cuando llega hasta mi.

─Prepárame el baño.

-Por supuesto, señor -me contesta y hace una reverencia.

Camino por los pasillos como alma perdida, y observo como los sirvientes van y vienes con bandejas resplandecientes, con copas de vino y futas, con arreglos de flores. ¡Las flores! Suspiro. Todo está perfecto, todo está en su lugar. Todos están listos y felices... todos menos yo... ¡Mierda! ─ Pienso mientras cojo una copa de vino para distraerme de mis sombríos pensamientos.

Sorbo un poco de vino.

¡Vaya!

─Este vino es sin duda exquisito─ me digo para mí mismo.

Me giro rápidamente en dirección a las escaleras, y un recuerdo inundo mi corazón.

Cuando mi hermosa Irianel se pasaba horas y días planeando todo lo referente para este día; lo mucho que le gustaban que las flores fueran perfectas...

_ ¡Pero ayúdame Thranduil! ¿Cual color te gusta más? Rosadas con blancas o azules y blancas.

Oh mi Irianel. Tan bella siempre. Disfruta cada detalle de este baile como si fuera su cumpleaños. ¡Por Eru! Como la amo.

─Thranduil, ¿Me estas escuchando?

Esbozo una sonrisa.

─ Para mí las que tú escojas amada mía.

─Sabes, no eres de mucha ayuda para mí en este momento su majestad─ me susurra en un tono divertido. Oh, está enojada... Mmm. Me acerco a su cuerpo, la tomo de la cintura y la traigo a mi pecho. Oh, pero que bien que huele. Ella pone resistencia ¡Genial! esto me gusta.

─Así que estas enojada, lady Irianel─ le susurro al oído.

─Si, y mucho Rey Thranduil─ me contesta mordiéndose los labios, está tratando de no reírse.

─Enserio, y que puedo hacer para que mi reina me perdone.

Ella esboza una sonrisa y en su mirada veo un brillo oscuro que me encanta, que me vuelve loco.

─Te veo en la alcoba en cinco minutos─ me susurra con un aire divertido. Oh. Esta mujer me vuelve loco. Me aparto rápidamente, mientras la observo detenidamente.

─Bueno, tendré que sacrificarme por el bien del reino─ le murmuro en un tono divertido.

Ella esboza una sonrisa, mientras la oigo contar.

─Uno, Dos, Tres.... Su majestad, debería estar ya en la alcoba─ me susurra.

Oh, Mi reina es tan pero tan...

─ ¡Como usted ordene su majestad!─ hago una reverencia y salgo a toda prisa a la alcoba.

─ ¡Mi señor!...

Escucho una voz a lo lejos. ¡Mierda! todo era un recuerdo.

─Mi señor, ¿Se encuentra bien?

─Si─ contesto

─Su baño está listo, su majestad.

─Bien, y asegúrate de que lleven a mi habitación una botella de este vino ─indico con mi mano la copa de vino que llevo en la mano.

─Enseguida su majestad─ la elfa hace una reverencia y se esfuma en cuestión de minutos.

─Bien

─ "Lo único que deseo es un baño relajante" Susurro en mi mente.

Sorbo un poco de este vino. Suspiro. Lo único que me retiene en esta miserable vida es Legolas, mi hijo, el hijo de mi amor.

Sorbo un poco de vino... Mmm ¡Este vino realmente es placentero!

─ Bueno, es realmente lo único bueno que hacen los humanos.

Pero en fin, este año no tena intención alguna de asistir al dichoso baile; total soy el rey así que puedo darme el lujo de asistir o no a cualquier evento que se dé en mi reino. Pero este año ha sido muy diferente; esta mañana, en el transcurso desayuno, le he comentado a mi hijo que no asistiría a la celebración.

─ Legolas, el día de hoy no asistiré al baile.

─Pero... pero...

─ ¿Qué pasa Legolas?

─Ada, ¡Por favor! ve al baile hoy, para mi es importante que hoy estés presente ahí, conmigo.

─ ¿Pasa algo Legolas?

─ ¡Por favor, Ada!

─Solo porque tú me lo pides Legolas.

─ Gracias, Ada.

─Bien, ¿Porque tanto misterio? ¡No creas que no me doy cuenta! te he notado muy distinto últimamente.

─Soy ideas tuyas, Ada.

─Te conozco, soy tu padre, pero bien, no me digas, pero tarde o temprano lo sabré.

─Más temprano que tarde Ada─ me contesta con una amplia sonrisa.

─ ¿Porque has dicho eso, Legolas?

─Mmm, esta tarta de manzana esta deliciosa ¿No te parece?─ me contesta con una evasiva, como si no lo conociera, es igual que su madre cuando trataba de zafarse de alguna pregunta.

─He probado mejores, ¡créeme!

Bueno le he dicho a mi hijo que si asistiría, solo porque se trata de mi hijo, eso sí, le he dicho que estaría solo por un tiempo corto y el ha aceptado. Así que ahora tomare un merecido baño─ me murmuro para mí mismo.

Mientras me desvisto, no puedo dejar de pensar, ¿Qué raro que ha andado mi hijo en estos últimos días? ¿Le pasara algo? ¿Qué le estará pasando? ¿Qué te traes entre manos Legolas? la verdad me intriga mucho que Legolas me haya pedido eso, ya que él nunca ha sido de bailes, ni fiestas, ni nada por el estilo; es más, no tengo recuerdo alguno que haya asistido a un baile hecho en el reino; es más, no hay recuerdo alguno porque el simplemente no asistía y ya. Pero igual, iré solo porque mi hijo me lo ha pedido...

¿Qué se traerá entre manos?

─Bueno, sin duda esta noche lo sabré.

Me meto a la tina y me sumerjo. Dejo de respirar por unos segundos y un recuerdo vuelve a mi mente.

─ ¿Thranduil?

_Oh, es mi amada.

─ ¡Thranduil!

─ Rey Thranduil, si usted no sale de esa bañera en cinco minutos, lo dejare dormir solo─ me grita

¡Vaya!

Sin dudarlo ni un momento salgo de la bañera completamente desnudo, mi esposa demanda de mis obligaciones maritales, y quien soy yo para negárselos.

─Hola ─me dice apenas me ve. Ahí está mi hermosa esposa, acostada con esa bata de seda semitransparente que le queda tan pero tan bien.

─Hola amor─ contesto

─Parece que está feliz de verme, su majestad─ dice mientras observa descaradamente mi miembro que está listo para ella.

─Lo estoy. Tengo una esposa maravillosa que me hace feliz y pronto tendré un hijo. ¿Qué más puedo pedir?

─Su majestad, creo que su esposa siente lo mismo por usted.

Esbozo una gran sonrisa.

─Lo se─ me regala una sonrisa tímida. ─Te amo

─Y yo a ti.

Siento como unas manos bajan por mi cuello, como se funden con el agua y como mi excitación se hace presente.

─Irianel

─No, soy yo mi señor.

Abro los ojos como plato y ahí está ella

─ ¿Maia?

─ ¿Que quieres?_ le grito rápidamente.

─Pensé que desearía divertirse un poco─ me contesta en todo seductor.

¡Pobre estúpida!─ pienso en mi mente

─Cuando yo quiera jugar contigo te lo hare saber, para eso estas no ─le tiro del golpe, sin ninguna muestra de cariño.

─Pero... pero...

─Cállate y lárgate de mi vista.

Ella solo abre los ojos y se retira

Suelto el aire de mis pulmones y sigo en mi baño.

"Mi luz de estrella"─ me susurro en mis adentros

Jamás podre olvidar los momentos en los que Irianel y yo hicimos el amor, en los momentos en los que la luna fue testigo de nuestra pasión, de los momentos en los que le profesaba mi amor infinito y todos aquellos detalles que hacia única y especial a Irianel.

"Irianel, mi Irianel"─ me susurro en mis adentros

No puedo evitar que las lágrimas resbalen una a una por mis mejillas, mientras lo que queda de mi corazón se contrae ya por inercia del dolor, un dolor que llevo en mi corazón, en mi alma, en mi piel como si fuera una marca, la marca del dolor, de su perdida, la marca de un amor inmenso, profundo, un amor que con su partida se ha llevado parte de mi. Y me dejo atrapar nuevamente por la melancolía y lloro como toda las noches su recuerdo.

Así pasaron las horas y yo aquí en esta habitación. Cuando de repente una voz me saco de mi trance.

─Adelante.

─ ¡Mi señor! ─me susurra Abdul

─Dime─contesto

─ Los invitados están llegando, mi señor.

¡Mierda! ¡Los invitados!

─Bien, enseguida bajo.

─Como usted diga, su majestad.

─¡Abdul!

─ ¿Dígame su alteza?

─ ¿Mi hijo ya bajo?

─No mi señor, pero se estaba alistando.

─Bien, puedes retirarte─Ordeno

El asiente y hace una reverencia.

Salgo de la tina y me dirijo al armario. Me visto y me arreglo, bueno la verdad es que no tengo que hacer mucho por mi apariencia, soy demasiado apuesto, al igual que mi hijo. Me miro al espejo y me gusta lo que veo. Ya estoy listo, me coloco la corona y giro en dirección a la puerta.

─Bueno, veremos qué es lo que se trae Legolas entre manos el día de hoy...

Hola a tod@s, muchas gracias por leer este capítulo. En este capítulo quise plasmar un poco la incertidumbre en el Rey Thranduil con respecto al baile, para que más o menos se espere cualquier cosa en dicha noche. Tampoco quiero que se muera a penas la vea. Obvio no!!! Pero por lo menos ya tiene un poco de intriga de saber que pasara... como siempre a todos los que leen y votan muchas gracias por el apoyo. En estos días estaré subiendo el capitulo del baile, este si va a ser un poco largo, aquí estoy aun quemándome las pestanas con todo lo referente a ese día... muchas gracias a todos. Y muchos besos.

Katy