Dime la verdad...
─Entonces, muéstreme lo que eres capaz de hacer, mi señor Thranduil─ sonrió, mientras camino divertida.
Thranduil me toma de la cintura y me aprisiona a la pared. Chillo. Ese movimiento me ha tomado desprevenida. La atmósfera entre nosotros cambia y se carga de eléctrica y excitante anticipación. Se me acelera la respiración y el corazón me late a toda prisa. ¡Eru! ¡Bésame, por favor! Pienso para mí misma. ¡Por el amor a Eru! ¡Bésame, Thranduil!
─Sera un placer mostrarle mi señora...
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Me quedo boquiabierta... ¿Qué? ¿Desde cuándo soy tan atrevida? ¡No lo puedo comprender! ¿Qué me pasa? Pienso para mi misma.
Thranduil toma mis caderas y las pega a su cuerpo. gimo. Ciento como el calor inunda mis parte más intima y como la sangre bombea por en medio de mis venas, mi entrepierna muestra signos de pequeños escalofríos que rodean mi espina doral.
—Ven —murmura.
—¿Qué?
—Vamos a cocinar
¿Qué? ¡Eru! trago grueso.
Siento que el suelo se mueve.
—Si quieres, claro. Y si aun tienes hambre.
—Creía que...
Trago saliva. De pronto se me ha secado la boca.
Thranduil me lanza una sonrisa maliciosa que me recorre el cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. Tira de mí hasta rodearme entre sus brazos. El movimiento me pilla por sorpresa y de pronto siento todo su cuerpo pegado al mío.
—Te necesito Niniel —me susurra—. Te necesito más que al aire que respiro.
¡Oh, mi Eru!
Sus palabras son mi perdición. Me arde la sangre. Se inclina, me besa suavemente y me recorre el cuerpo con sus manos.
—Quiero sentir nuevamente tu piel —murmura sin despegarse de mi boca. Está mirándome. Lo sé. El deseo, un deseo caliente e intenso, me invade el vientre las piernas, cada centímetro de mi piel; es como si mi piel lo anhelara. Es una sensación que no logro explicar. Oh! Lo deseo.
—¿Tienes idea de lo mucho que te deseo, Niniel? —me susurra.
Me ruborizo con sus palabras. Madre mía... Yo también lo deseo. Mis ojos ardientes se mezclan con los suyos y quedamos hipnotizados por lo que parecen minutos, o quizás segundos, no lo sé, lo único que se, es que ya no puedo contenerme más. Me inclino y lo beso. Sus labios responden de manera exigente a los míos y empieza a desabrocharme el nudo de su bata. Gimo ante su contacto. El beso se intensifica tanto que la razón y la cordura han desaparecido por completo. Deseo a Thranduil aquí y ahora, de la manera que él me desea a mí.
—Niniel... —me dice—. Quiero besarte centímetro a centímetro.
─Oh.
¿Por qué dice esas cosas? ¿Por qué mi cuerpo me traiciona? Pienso por un momento, mientras sigo perdida en este mar de sensaciones que es mi cuerpo.
Me rodea con sus brazos, me acerca a su cuerpo y me aprieta muy fuerte. Gimo. Apenas puedo resistir las desenfrenadas sensaciones de mi cuerpo. Me desea. Lo rodeo con mis brazos y siento su musculoso cuerpo. Es sorprendentemente fuerte... musculoso, varonil. Subo las manos de manera lenta hasta su cara y las atrapa con las suyas manteniéndolas sobre sus mejillas, mientras escruta mi rostro.
─Thranduil... ─Digo en un hilo de voz.
─Si─ pregunta indeciso...
─¡Hazme tuya!─ le suplico.
Sin apartar sus ojos de los míos, desliza una de sus manos hasta mi trasero y avanza hasta los muslos arrastrando con ella mi bata aun húmeda. No puedo dejar de mirarlo. Se detiene y, sin apartar los ojos de mí ni un segundo, se inclina hacia delante y me besa. Me besa de la manera más letal que puede y me alza a la altura de sus caderas. El movimiento me pilla por sorpresa y de pronto siento todo su cuerpo pegado al mío.
─Muero por hacerte el amor Niniel, pero aquí no, tu mereces mas... mucho mas...
Rodeo mis piernas a su cintura y el comienza a caminar conmigo en brazos.
─ ¿A dónde me llevas?─ pregunto algo nerviosa. Este hunde su nariz en mi pelo y me abraza dulcemente.
─A un lugar digno para ti Niniel─ me contesta mientras su aliento golpea mi nuca, enviando un estremecimiento por cada parte de piel. ¿A un lugar digno para mí? ¿Qué quiso decir con eso? Me pregunto para mí misma.
─Creí que....
Suspiro. Sus brazos rodean mi cintura, mientras continúa avanzando con paso firme. Me siento algo extraña, pero esto resulta cada vez más familiar que me dejo atrapar por completo por esto que siento. Y es que si, lo siento, siento que Thranduil es... Mío; como yo de él.
─ ¿Creíste qué?─ pregunta trayéndome de nuevo a la realidad.
¡Genial! ¿Qué le digo? No sé qué decirle y opto por besarlo, a lo que él solo sonríe, mientras responde a mi beso de la misma manera. Sin darme cuenta estábamos entrando a una habitación completamente distinta a las demás. Pero un momento....Mis ojos se abren como platos a sentir esta extraña sensación...
Thranduil me deposita en la cama de manera delicada, mientras él me observa de manera detallada. Permanecemos en silencio por unos minutos, mientras yo miro detenidamente la habitación.
─ ¿Estás bien Niniel?─ pregunta en vos baja. Mi corazón pasa de la calma a iniciar una desenfrenada carrera olímpica.
─¿Quieres que hablemos?─ pregunta algo alarmado, analizando mi rostro.
¿Qué? ¿Quiere que hablemos? Trago grueso.
Niego con la cabeza, mientras analizo su mirada escrutadora.
─Creí que querías...─ comienzo a decir mientras arrugo con mis manos la sabanas.
Sus ojos penetrantes me miran detenidamente, mientras esboza una gran y dulce sonrisa. Thranduil gatea de rodillas en la cama hasta estar a solo centímetros de mi cuerpo. Dejo escapar un chillido por imaginar lo que es capaz de hacerme estando en sus brazos.
¡Cálmate Niniel! ¡Tú no sabes lo que él es capaz de hacer! Recuerda... Eres virgen...
─Yo...yo... me retuerzo algo nerviosa por su mirada demandante.
─ ¿Qué?─ esboza una sonrisa.─¿Estás nerviosa?─ pregunta tan seductoramente que se me eriza la piel.
¿Qué? ¡Claro que lo estoy! Pienso por un instante... ¿Quién no lo estaría al tenerlo así, tan cerca, tan...
─ ¿Estás bien?─ vuelve a peguntar, mientras una de sus manos acaricia mi mejilla. Su contacto piel a piel es mi perdición. Pero es que estar aquí, en esta habitación me resulta tan familiar, es como si ya hubiera estado aquí en otra ocasión...es...¡Extraño! Pienso para mi misma.
─ ¿Niniel?─ pregunta con voz tímida. Tomo su mano y me lanzo a sus brazos escondiendo mi rostro en su cuello. A mi mente vienen una serie de imágenes que me hacen temblar en sus brazos. Esta habitación, esta cama...Thranduil y ....un momento... YO...es...¡Imposible!
─¿Niniel, que pasa?─ pregunta con un hilo de voz─ ¿Tienes fríos?
─¡No! Solo abrázame.
Cierro los ojos por un instante. No podría explicar esto que acaba de pasar. Trago grueso. Me aferro a su cuerpo como si fuera una almohada y el no se nueve. Solo me abraza y acaricio mi cabello de manera lenta que me llena de calma. Es como si en sus brazos nada malo pudiera pasarme. Me remuevo un poco avergonzada entre sus brazos y el solo se limita a mirarme de manera detallada.
─¿Estas mejor?─Pregunta pasando un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja.
Yo asiento y me tiro nuevamente entre sus brazos.
─Lo lamento ─ digo con sinceridad.
─ ¿Por qué? ─ pregunta como si no fuera obvio.
─Pues...
─Niniel, si tú supieras lo significas para mi, eres mucho más valiosa que mi propia vida ─ afirma mirándome a los ojos.
¿Qué ha dicho? Es una locura... ¡Es imposible! sus palabras provocan un nudo en mi garganta y las lagrimas hacen su aparición estelar. Abro los ojos como plato, mientras lo miro detenidamente. ¡Es imposible!
─Thranduil, yo....
─Shhh, no digas nada Niniel, solo descansa.
¿Qué?
Abro los ojos como platos.
¡Demonios! ¡Viste lo que has hecho Niniel! Me reprende mi yo interior. ¿Qué hago? ¡Piensa Niniel! ¡Piensa!
─Pensé que...
Thranduil esboza una gran sonrisa, mientras se acerca lentamente a mis brazos y me abraza.
─Pero yo voy a dormir contigo─ susurra sobre mi pelo.
¡Oh, mi Eru! dejo escapar el aire de mis pulmones. ¿Qué? No lo puedo creer, es decir... trago grueso.
─Ven, acuéstate─ dice señalando la cama. Me tumbo en la cama como él me lo ha pedido y enseguida él hace lo mismo. ¡Eru!
¡Eres una estúpida Niniel! Es lo único que pasa por mi mente. ¡Cómo vas a desperdiciar esta oportunidad! Me reprende mi yo interior. Pero... tienen razón. ¿Qué hago?
─Niniel...─dice sacándome de mis pensamientos─ ¿Puedo?─ pregunta pasando una de sus manos por mi cintura.
¡Madre mía!
─Thranduil yo....
─Shhh, lo único que necesito es tenerte cerca Niniel, he esperado tanto tiempo por tenerte así, aquí, conmigo, que me conformo con tenerte cerca ─acaricia mi mejilla y suspira. Me quedo completamente muda con sus palabras. Siento como mi corazón se contrae de dolor, pero... ¿Por qué? No lo puedo explicar.
─ Thranduil─ me giro rápidamente quedando a solo unos centímetros de distancia. ¡Mala idea! Su aliento, sus ojos, su boca... ¡Eru! Esto es una tortura.
─ ¿Ocurre algo?─ pregunta arqueando una ceja.
─No─ niego con la cabeza.
Thranduil esboza una sonrisa y pasa uno de sus manos por mi rostro. ¡Oh, mi Eru! como m gusta que haga eso...
─Deberías de cambiarte Niniel, aun esta bata esta mojada─ dice intentando ponerse en pie.
─Espera... ¿A dónde vas?─ pregunto sujetando su mano.
─Necesitas una bata limpia Niniel y que no esté mojada─ dice esbozando una sonrisa.
─Pero.... Yo puedo ir por ella─ digo intentando ponerme de pie.
─No es necesario─ dice caminando al enorme y amplio armario que hay en la habitación.
¿Qué hace? Pienso por un momento. Será que...
─Toma, puedes usar esta bata─ dice tendiéndome una hermosa bata de seda rosa. Pero.... al tomarla entre mis manos una serie de imágenes volvieron a mi mente. Espera.... Esa bata...
¿Qué?
¿Dónde estoy? Parpadeo por un momento pero no hay nada. Un momento...Es Arien...Si, es ella, está aquí, en la habitación. Pero... ¿Y Thranduil? ¿Qué se hizo? ¿Dónde está? Froto mis ojos por un momento para comprobar si esto es un sueño, pero no...Es Arien la que está en la habitación, pero.... Un momento... quien es la otra elfa que está de espaldas.
─Arien, ¿Thranduil sigue en su reunión con Elrond?
─Si mi señora, aun siguen en el trono.
─Bien, creo que lo esperare un rato mas.
─Su majestad, otra cosa que necesite.
─Si Arien, puedes pasarme del armario la bata de seda rosa que está ahí.
─ ¿Esta?
─Si esa Arien, gracias.
─Con todo el gusto mi niña Irianel, ¿algo más que necesite mi señora?
─No Arien, es todo muchas gracias─ dice esta mientras gira por completo.
¿QUE?
¡ES IMPOSIBLE! ¡ESTO NO ES REAL!.... ELLA ES.... ESA SOY..... SOY YO....
─¡Niniel!─ Thranduil me toma del rostro completamente alarmado. Parpadeo un par de veces para poder salir del trance y comienzo a llorar. Por arte de magia todo lo que he visto ha desaparecido por completo. Pero fue tan.... ¡Esa bata es mía!
─¡Thranduil!─ sollozo desesperada─ el me mira fijamente y empuja con sus dedos las lagrimas que resbalan por mis mejillas.
─¿Por qué lloras Niniel? ¿Qué pasa?─ pregunta limpiando mis mejillas. Tomo su mano y la aferro a la mía, sintiendo como la sangre bombea por mis venas. Eso fue tan real...
─¿Quieres que llame a alguien?─ dice mirándome fijamente. Las palabras no salen de mi boca, estoy tan...
─No─ niego con la cabeza.
─¡Por favor, di algo Niniel!─ susurra desesperado─ lo que sea, pero di algo.
─Thranduil... ─ mis lagrimas no cesan de caer. Es imposible... era yo...
─Niniel....
─Dime la verdad Thranduil─ susurro entre sollozos─ ¿Qué es lo que me esconden?─ pregunto con lagrimas en los ojos.
Thranduil abre los ojos como platos y el color abandona por completo su rostro.
─No comprendo─ dice dándome la espalda. ¿Qué?
Lo observo atónica. Todo esto me asusta. Pero...
─Thranduil, ¿dime la verdad?─pregunto por segunda vez, pero no responde, es....
Suspiro.
─Así que no me vas a decir porque tienes mi bata en tus manos...
Hola a todos, muchas gracias por leer, lamento mucho no haber podido subir anteriormente pero es que la verdad ha sido un caos este capítulo por Dios. Espero que les guste... gracias por leer. Un fuerte abrazo a todos.
Katy
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