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A flor de piel.





Por primera vez en mucho tiempo, me siento un poco abrumada por todo lo que está pasando. ¡Esa sensación no se va! ¡No se aleja! ¡No me deja! ...¿Por qué? pienso, mientras contemplo el roció de la mañana.

Los días han pasado lentamente y esa sensación de vacío, angustia y tristeza no me abandonan completamente; es como si me persiguiera mi propio pasado. Como si mi vida estuviera destinada solo a eso... ¡Sufrir! Al ¡Dolor! A todo esto que estoy sintiendo. Estoy acostumbrada a que todo en mi vida sean secretos, caos, confusión, pero eso a que sea él. ¡Por favor!

¡Es imposible que sea el! Es...

Llego mis manos a mi rostro mientras contemplo mi reflejo en el espejo. Soy carne de su carne, sangre de su sangre y aun así solo se... guardo silencio en la tristeza, mientras el corazón me aporrea sin cesar.

¡Solo se fue! ¡Me abandono! Pero... ¿Quién sería capaz de dejar a una pequeña bebe a su suerte? ¿Quién? Pienso... Solo un desalmado y sin corazón... un...

El nudo en mi garganta me devuelve a la realidad, mientras contemplo aun mi rostro inerte en el espejo.

¿Por qué él? ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué el? Susurra mi razón. Yo que tanto lo adoraba, yo que cuando niña solía cantar en su honor... ¡Eu!.... ¡No!....

¿Por qué el?

El dolor en mi pecho se incrementa y una parte de mi alma se destroza en el dolor. Es como si mi propio castillo de cristal hubiera caído de las nubes. Suspiro y sonrió con sarcasmo. ¡Bueno! Técnicamente así paso, solo que ese castillo nunca fue mío, nunca fue mi castillo, nunca fui...

¡Basta! Me reprende mi yo interior. ¡Basta! Grita colérica.

El sonido del viento aporreando mi ventana, despeja mi nube de pensamientos melancólicos.

¡Basta ya Niniel! ¡Basta!

Debo buscar la manera de no pensar más en este asunto. Debo de buscar la manera de dejar todo esto atrás. ¡No tiene sentido! Esto solo es pasado, un pasado que no es parte de mi futuro y eso lo tengo muy claro. ¡Muy claro!

Irritada y confundida, he optado por dejar el tema por la paz. Está claro que el tiempo no va a regresar, y que existen heridas que ya están más que selladas.

−¿Estas segura Niniel?

Abro los ojos como platos, y mi corazón se sobresalta al punto de infarto.

Esa voz...

¡No puede ser! ¡Es el!... ¡Está aquí!

¡Eru! Es el... es... ¡Demonios! susurro a mis adentro. Esa voz....

−No pienso agobiarte Niniel− murmura mientras siento como acaricia mi cabello lentamente.

¿Qué hace?

¿Qué hace aquí?

Sorprendida y confundida me aparto rápidamente. ¿Que pretende? ¿Qué es lo que quiere?

−Niniel...

−¿Qué deseas de mí?− pregunto de golpe sintiendo la angustia por tenerlo ante mi presencia−¿Qué podría decirme a estas alturas de la vida?−digo mientras camino en dirección a la puerta, sin atreverme a mirarle.

¡Necesito irme! ¡Huir!

−Espera hi...

Me detengo de golpe y la puerta se cierra de par en par.

−¡Basta!− grito colérica y giro para enfrentarlo.

¡Eru!...Abro los ojos como platos. Por primera vez contemplo en persona al imponente Valar de las agua...Es como siempre lo imagine, es el....mis ojos arden, pican, queman. Es el... ¡Maldita sea! Es el...

−Niniel...

Camina en dirección a mí, mientras yo contengo el aliento. Es el...no cabe duda. Sus ojos... sus ojos... son mis ojos.

−Pequeña...

¡No!... ¡No se acerque! ¡No!...

−No se acerque, no me haga más daño mi señor Ulmo−digo mientras las lágrimas resbalan sin dudar.

Este se detiene y me mira de una manera que no logro comprende. Es una mezcla de pena, angustia y hasta juraría que dolor. Pero niego al instante. ¡No! ¡Dolor no!

El tiempo se detiene y el silencio nos envuelve. ¡No hay nada que decir! ¡Nada!

Los bordes de su boca hacen una pequeña mueca y suspira derrotado. Gira en dirección a la ventana y eso me saca de mi transe emocional... se va... es todo... se aleja.

−Tu madre te amaba− susurra entre sollozos, mientras sus palabras son mi sentencia de muerte.

¿Qué dijo? ¿Qué ha dicho?

¡Mi Nana! Ella...

¿Por qué tuvo que decir eso? ¿Qué es lo que pretende? ¿Herirme? ¿Lastimarme?

¿Por qué?

Me derrumbo entre mis talones, mientras llevo las manos a mi rostro para ocultar mi llanto. No quiero que me vea llorar, pero... ¿Cómo lo evito? ¿Cómo se le pide al corazón que esas palabras no duelan? ¿Cómo? ¡Maldita sea! ¿Cómo?

−Nunca ha sido esa mi intención Niniel, yo...

Niego con la cabeza y sollozo por lo que parece una eternidad. Ninguno de los dos es capaz de articular palabras. No me muevo. Solo sollozo en el silencio y a la distancia contemplo su presencia. Su imponente presencia que me mira sin pestañar. ¿Qué esperabas Niniel? Digo para mí misma. ¡Compasión de su parte! ¡O algo de afecto!

Me abrazo a mí misma y quito las lágrimas que caen sin cesar. ¡No! ¡Cualquier cosa menos afecto! Respondo internamente ¡Cualquier cosa menos eso!

¡Bien, entonces basta! Digo para mis adentros...

¡Es todo! ¡No más!

Me incorpora rápidamente tomando el porte que suele usar mi amado, al fin y a cuentas en teoría soy su esposa, así que hago de tripas corazón y dejo escapar una sonrisa. ¡Listo! ¡Lo tengo!

Ulmo no se mueve, nos respira, no pestañea, solo me mira fijamente sin perder detalle alguno de mis movimientos torpes y fingidos. Mientras yo...

¡Eru! Soy un mar de sensaciones en este preciso momento, pero todo tiene un límite y el mío ya llego.

−A mí no puedes engárrame pequeña− susurra mientras sus ojos toman un ligero brillo interior.

¡Demonios! ¡Debería prestarle más atención a Thranduil! Con él es tan difícil saber que ocurre, es un tempano de hielo cuando tiene que serlo y en este momento quisiera ser como...

−Tu eres tu− articula Ulmo− y aunque desees fingirlo soy tu Ada, te conozco Niniel, así que...

De repente unos pasos fuera de la habitación atraen mi atención. Clavo mi mirada nuevamente en Ulmo y este frunce el ceño. Me incorporo rápidamente alisando mi vestido y arreglando con mis manos parte de mi cabello.

¡Nadie tiene porque saberlo! He llorado, sí; pero nadie lo notara...

Ulmo me mira atentamente y desaparece en mi presencia.

¡Listo! Eso fue todo...

−Te amaba tanto como lo hago yo...

¿Qué?

Abro los ojos como platos...

¿Qué han sido esas palabras?

¡¿Tanto como lo hago yo?! Tanto como...


Las puerta de la habitación se abren lentamente y de ellas aparece mi adorado Thranduil... ¡Oh Thranduil!

Por más que intente guardar la postura esas últimas palabras de Ulmo han conseguido descolocarme completamente.

Thranduil me mira atentamente alarmado, pero no dice nada. Solo se acerca, me toma entre sus brazos y me acuna entre su pecho. Ese simple gesto hace que mi corazón y mi alma convulsionen sin medida. Que todo este maldito dolor y sufrimiento salgan de una vez por todas de mi interior... ¡Ay, como duele!

¡Te amaba tanto como lo hago yo!

¡Eru! Mis piernas no son capaces de soportar mi propio peso y él lo nota. Me toma entre sus brazos y me levanta sin problemas. Yo por mi parte solo me aferro más a sus brazos, mientras su aroma se impregna en mis sentidos. Su olor. Su presencia. ¡Oh Thranduil!

Sus pasos son lentos, silenciosos, elegantes, como siempre lo hace. Pero...

¿En qué momento salimos de la habitación? ¿En qué momento...?

−Niniel− escuchar mi nombre salir de sus labios es una droga para mí y eso me regala un poco de consuelo− ¿Qué es lo que aflige tu alma?− pregunta mientras inhala fuertemente el aroma de mi cabello.

Suspiro. ¡Hay Thranduil!... si supieras.

−Nada− miento y el solo se limita a observarme.−Cuando esté lista para hablar lo hare− digo mientras inhalo con desespero su aroma.

Thranduil asiente con la cabeza y sonríe.

¡Bien! Eso amo de él. Me da mi espacio, mí tiempo. Sonrió torpemente y me dejo conducir entre sus brazos.

Llegamos a un jardín desconocido para mi vista, en medio del mismo se encuentra una hermosa cama decorada con cortinas y sábanas blancas. Respiro el aroma de los cientos y cientos de lirios que adornan el lugar y por primera vez en mucho tiempo siento la paz que mi alma necesita. Suspiro. ¡Por fin un poco de paz!

−Espero que no te importe− susurra Thranduil inhalando nuevamente mi aroma y yo sonrió como boba− Pero las estrellas serán testigo de tus sueños− dice y yo levanto la vista a las estrellas. ¡Wow! ¡Es hermoso! ¡Mágico! Es un jardín secreto cuyo techo es el mismo cielo, esto es...

−Quien dijo que yo quiero dormir mi rey− Thranduil sonríe maliciosamente y me deposita en medio de la cama.

−Bueno...en este caso podemos contar las estrellas del firmamento si es lo que deseas− musita quitándose los botones de su camisa, mientras contempla descaradamente el escote de mi vestido.

¡Vaya!

Niego con la cabeza y lamo con mi lengua mis labios secos del deseo.

−Entonces no sé qué más podríamos hacer en este lugar mi reina− dice mientras toma mis tobillos y me empuja hasta él.

¡Ay! Chillo por la osadía de su movimiento, pero no me cohíbo.

Muerdo mi labio insinuantemente y este sonríe con malicia en sus ojos. Esos ojos que son la perdición mi alma sin medida. Esos ojos que me nublan la razón, que me desean y me demandan a la locura.

¡Thranduil! ¡Te deseo! Lo deseo aquí y ahora.

−Bien, parece que alguien quiere jugar en la ca...

No lo dejo terminar y con ardiente deseo desmedido devoro sin piedad la comisura de sus labios. Hundo mi lengua dentro de su boca y un gemido ahogado escapa de su boca. ¡Madre mía! Ese sonido ha sido la detonante de mi perdición. Con un ágil movimiento me coloco por encima de su cuerpo y con la ayuda de mis manos rasgo mi vestido ante sus ojos. Thranduil me mira fijamente sin apartar la vista de mis senos, mientras de un ágil movimiento baja parte de su pantalón... ¡Eru!... ¿Qué es esto? ¿Qué me pasa? Estoy tan excitada, tan ardiente y tan caliente que no dejo que se termine de quitar el pantalón cuando ya estoy hundiendo su miembro dentro de mi ser...

Cierro los ojos fuertemente sintiendo como cada poro de mi cuerpo disfruta la sensación.

−Niniel...−Thranduil me mira impresionado por mi osadía, pero parece complacido.

−Hazme tuya amor mío− susurro antes de devórale la boca nuevamente.

Thranduil me toma de la cintura, mientras comienzo a moverme por encima de su miembro erecto. Nuestros movimientos se vuelven sincronizados y cuando estoy a punto de llegar a la cima me abraza con ternura y me besa los labios con ternura, devoción.

−Te amo Niniel...

Y esa fue mi perdición...

−Yo también te amo Thranduil...



Me muevo perezosamente entre las sabanas mirando a mi amado dormir profundamente. Ha sido una noche excesivamente intensa. Intensa y larga pero aun así no consigo conciliar el sueño. Me levanto de la cama y busco entre los escombros de mi ropa algo que me pueda servir para vestirme, pero no... ¡Demonios! yo y mis hormonas alocadas han destruido el que creía era mi vestido favorito.

Camino desnuda hasta llegar a la puerta y ahí encuentro un par de vestidos que me pueden servir...

¡Bien! ¡Thranduil es sin duda un genio! Pienso para mis adentros mientras termino de ajustar el vestido que encaja a la perfección en mi cuerpo. Giro nuevamente para cerciorarme que está dormido y así poder salir de aquí por un momento.

¡Bien! Aun duerme... sonrió como niña traviesa y salgo del lugar...

Camino por en medio de los amplios pasillos del castillo cuando de repente una agitada y desconsolada Tauriel aparece de la nada.

¿Qué pasa? Pienso al instante.

−Pequeña, ¿Qué pasa?− pregunto alarmada mientras la contemplo sollozar.

−Es...niega con la cabeza y solloza −Na.... na...nada mi señora−Tartamudea y parece reaccionar.

¡Eru! ¿Qué pudo perturbarla tanto?

−¿Estas segura Tauriel?− repito sin apartarle la mirada.

Esta asiente y me regala una sonrisa fingida.

¡Miente! ¡Lo sé! Pero... suspiro. Ella ocupa tiempo para poder aclarar su mente, igual que yo.

−Está bien pequeña− sonrió dulcemente− Cuando estés lista para hablar no dudes en buscarme− quito una de sus lágrimas y esta asiente.

−Gracias mi señora− susurra con voz temblorosa y se aleja...−Mi señora...

−Dime Tauriel.

−Necesito que me prometa que nadie a parte de usted sabrá que estuve en este lugar esta noche.

¿Qué?

Abro los ojos como platos y eso no me empieza a gustar...

−Pero...

−¡Por favor!

A Tauriel se le humedecen los ojos nuevamente y yo...

−Pero... suspiro. –Está bien Tauriel, es una promesa de elfa a otra elfa− digo sin entender y esta sonríe.

−Gracias mi señora, disculpe las molestias y buenas noches− hace la maldita reverencia que odio y sale como alma que lleva... un momento....

Me detengo de golpe.

¡Tauriel lloraba desconsoladamente de dolor por alguna razón y no quiere que sepan que ella estuvo en este lugar, será acaso que...!

Niego con la cabeza y giro en dirección contraria... ¡Legolas!... ¡Legolas!

Camino por en medio de los pasillos hasta llegar a una pequeña puerta. Se escucha movimientos al otro lado. ¡Bien! Suspiro. ¡Sea lo que sea aquí estoy!

−Niniel...

¡Irmo!

−Ahorita no Irmo...− digo mientras empujo con fuerza la puerta.

−Yo que tú no entrar...

¡Eru!

Giro mi cuerpo al instante, mientras mis ojos no dan crédito a la escena.

− ¡Legolas!− exclamo en un grito.

−Na...

¡No lo puedo creer! ¡Claro!... ¡Pobre de Tauriel! Ella vio... ¡Claro que vio!

Niego con la cabeza, mientras tomo con mis manos la puerta nuevamente.

−Legolas te doy cinco minutos para que te vistas− tiro de golpe y usted señorita...

−Nana....

−Te quedan cuatro minutos Legolas− tiro de golpe− si en cuatro minutos no sales te juro por el mismo Eru que entro lleves lo que lleves− ¿Quedo claro Legolas?

−Si nana.

Cierro con fuerzas la puerta mientras algo dentro de mí sale a flote rápidamente.

−Te dije que no entraras pequeña− exclama Irmo con un alpiste de diversión.

−Irmo este no es el momento− digo clavándole los ojos como dagas.

−Bien, bien pequeña− este sonríe con la manos alzadas y deja escapar la carcajada.−Deberías de ver tu rostro pequeña es tan...

−Irmo, no es el momento...

La puerta del lugar se abre rápidamente y sale la pobre elfa como alma que lleva el demonio...

−¡Como el alma que lleva su suegra! Susurra Irmo y yo lo fulmino con la mirada.

−¡Bien!... ya entendí... ¡Ya entendí Niniel!

−Ya era hora Irmo− respondo y aparto mi mirada de sus ojos.

−Solo...No seas tan dura con el pequeña− susurra Irmo y desaparece.

Entro como alma que lleva el demonio a la habitación y Legolas solo me mira sin pestañar...

¡Demonios! es el vivo retrato de su padre...

−¿Me puedes explicar que significa esto?− tiro de golpe, mientras respiro torpemente para contar hasta el infinito.

−Nana...

−¡Contéstame Legolas!− exijo mientras camino en medio del dichoso cuarto.

Legolas retrocede y no pestañea.

Niego con la cabeza.

−¿Y tu supuesto amor por Tauriel? – pregunto sin vacilar, mientras el solo se encoje de hombros y me mira.

−Soy hombre nana y pues... tengo necesidades básicas.

¿Qué?

¡Irmo! ¡Por favor, que no lo haya dicho!

Suspiro y trago grueso...

¡Cálmate Niniel! ¡Cálmate Niniel! Irmo susurra a mi oído...

−NECESIDADES BASICAS LEGOLAS− grito sin poderlo contener.

Legolas palidece y se sobresalta.

Creo que ni en la otra vida ni en esta había estado tan enojada como en este momento.

−Así que necesidades básicas Legolas, eso somos, ese es el concepto que tienes de una elfa...

−No nana...

−¡Silencio!− exijo y este se calla de una.

Niego y suspiro. Niego y suspiro.

Camino en medio de la dichosa habitación en busca de una señal divina, un poco de inspiración... pero no....

¡Irmo! ¡Ayúdame! ¡Dime algo para no estallar!

−Mmmmm.... Recuerda que es tu hijo− susurra Irmo y eso me devuelve de nuevo a la realidad.

¡Cierto! ¡Cierto!...

¡Relájate Niniel! ¡Relájate!

Legolas abre los ojos como platos y ese gesto hace que guarde un poco la compostura. ¡Es tu hijo Niniel! Es tu hijo...

−Mira Legolas...− me acerco hasta su lado y lo miro atentamente.

¡Eru! ¡Es el vivo retrato de su padre! Suspiro. ¡Y este parece ser resultado de su crianza! Niego resignada y lo miro nuevamente. ¡Tendré que hablar seriamente con Thranduil también!

−Legolas...

−Nana yo no soy así pero...

−Legolas, el cuerpo de una elfa debes verlo como un templo, no como un lugar de llegar picar y salir volando− Legolas apenado baja el rostro y yo pues...

−Me refiero a que con este acto se vuelven un solo ser, cuerpo y alma, corazón... es un momento mágico, perfecto donde debe existir amor, cariño no solo...

−Entiendo nana pero...

−Lo se Legolas... eres un elfo hermoso y para muchas elfas eres una tentación pero eso no significa que sea correcto lo que haces con ellas.

−Pero Nana...

−¡Escúchame Hijo!− exijo y este me mira− Si yo hubiera estado en tu crianza muchas cosas fueran distintas pero ya lo pasado es pasado solo...

−Nana yo...

−Todo acto trae consecuencias hijo− digo pensado desgarradamente en la pobre de Tauriel− Y creo que el tuyo lo pagaras muy caro− susurro mientras acaricio el rostro de mi hijo.

−¿Qué quieres decir con eso Nana?− pregunta levantando el rostro.

¡Ay hijo mío!....

¡Prométamelo mi señora! ¡Prométamelo! Las palabras de Tauriel las repaso internamente.

Sonrió torpemente y camino en dirección a la puerta. Giro para contemplar nuevamente a mi hijo y suspiro desilusionada...

Amo a Thranduil con todo mí ser, pero esto es algo que tendré que hablar muy seriamente con él.

−Que antes de ser madre soy también elfa e hice una promesa hijo mío− digo para así salir del lugar...






























Hola mis lectoras bellas, aquí le dejo un nuevo capítulo de la historia. Espero que sea de su agrado. Como siempre mil gracias por votar, leer y comentar.

Saludos a tod@s.

Este capítulo lo dedico a una de mis nuevas Lectoras. MariaClaraSierraCast, espero que haya sido de tu agrado. 

ros+y+@TG

Katy.


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