A Tobias le dolía la cabeza, la garganta y no sabía que más, tal vez ¿un pezón? No, no, eso no era posible ¿Por qué debería dolerle específicamente un pezón? Abrió los ojos manteniéndose en la misma oscuridad a la que estaba acostumbrado y enfocó sus sentidos. No estaba solo en la habitación. Al menos estaba acostado en su cama, él olor a canela que siempre estaba impregnado en sus sábanas era muestra de ello.

Se incorporó lentamente sintiendo una textura diferente sobre él. Pasó la mano sobre la prenda que cubría su torso y era diferente a la que tenía antes.

-¿Me cambiaste la ropa?- preguntó al aire sabiendo quien estaba a su lado.

Horus estaba recostado en el borde de la puerta. Se había dado cuenta que el chico se había despertado cuando comenzó a moverse sobre la cama y murmuraba irregularmente. Había estado inconsciente por  tres horas y él solo pudo quitarle la ropa sucia esperando que despertara. Él nunca había cuidado a nadie por lo que no tenía idea de que hacer en situaciones así y el muy imbécil de Ra le había cortado incluso su posibilidad de comunicarse, por lo que no pudo pedir que algún dios menos hiciera el trabajo. Por lo que no le quedó más remedio que encargarse él mismo de la situación terminando de cambiar la camisa por la primera que encontró en el armario y solamente esperar.

-Sí, algún problema con eso- el dios se dio media vuelta para salir- No te pienses que esta te saldrá gratis, prepárame comida, estoy hambriento- y con la misma salió.

Tobias solo pudo suspirar cansado. Se llevó la mano a al frente y recordó las imágenes que anteriormente le habían cruzado por la mente y tembló inconscientemente.

-Demonios- maldijo dejando caer la cabeza entre sus manos. Eso no podía pasar.

En su visión él estaba en el cuerpo de Horus pudiendo sentir el enorme poder del Dios. No por gusto tenía esa arrogancia, el muy desgraciado era realmente fuerte. Podía jurar que incluso más que Anubis. Delante estaba nada más y mana menos que él mismo con una sonrisa extraña que desfiguraba su rostro, sus ojos siempre blancos ahora tenían en ellos un a pupila oscura y un iris marrón oscuro. Solo de recordar la visión, tragó en seco. Verse así lo había perturbado, pero lo que le siguió fue aun peor.

Odiaba a Horus, tenía sus razones muy personales para hacerlo y que arrastraba de años, pero no como para enterrarle un cuchillo en el vientre con una expresión plena de satisfacción. El dolor fue lo que lo había sacado de la visión y correr al baño a soltar todo el alimento. Se frotó por encima del abdomen. Claro que no había herida, pero las visiones siempre se sentían tan reales que daba miedo. Además estaba el muy pequeño detalle de por qué sus ojos estaban así. De niño había tenido los ojos claros, muy claros y se habían aclarado más después de que los perdió, así que ese color en el iris era totalmente irracional. A menos que…Sacudió la cabeza, era mejor no pensar mucho en el tema, pero tendría que hablar con Ra lo antes posible.

Iba a comentarle lo ocurrido cuando se detuvo y un temblor azotó su cuerpo. Fue leve pero lo paralizó ¿Y si volvía a ocurrir lo anterior? ¿Y si volvía a colapsar? ¿Y si volvía a escuchar esa voz en su cabeza? Apretó los labios. Demonios, se estaba volviendo loco.

Se levantó y buscó con los pies algo que ponerse encontrando sus chancletas regadas pero en el borde de la cama. Se las puso y dio un paso para ir a la cocina cuando sus rodillas fallaron. Maldijo nuevamente y respirando profundo, utilizando su cama se arrimó a ella, torpemente.

-Te vas a seguir demorando- a pesar de sus palabras el tono de Horus no era tan agresivo como antes. Seguidamente este comenzó a carcajearse con fuerza.

-Se puede saber de qué te ríes- Tobias comenzaba a acomplejarse, tenía un don especial para eso y el dios tenía otro don mucho más grande para agotarle la paciencia demasiado rápido.

-Si te vieras- rio nuevamente- tu posición, es increíble, pareces un perro en esa pose-

El menor apretó los puños, este tipo destruía con sus pies lo que hacía con las manos. Claro que estaba en una posición incómoda, sus piernas temblaban.

-Lástima- espetó- no puedo verlo- y reuniendo todas sus fuerzas se enderezó y caminó pasando por el costado del dios que todavía sonreía divertido.

-Eres más volátil que Ra. Te molestas muy fácil por todo…Toby-

Tobias se detuvo de como si algo lo hubiera pegado al suelo y se giró con rostro de incredulidad.

-¿Cómo me has llamado?-

La sonrisa de Horus se extendió dándose cuenta que había encontrado otro punto para molestarlo. Se acercó al chico que alzó la cabeza con los ojos amenazantes y él por supuesto ignoró.

-Te llamé Toby- y cometió un pequeño error. Tomó entre sus dedos la barbilla del humano solo para que una descarga eléctrica lo atreverá y esta vez el que estuviera de rodillas era él.

Un bufido de escuchó por parte de Tobías.

-Te lo mereces- se dio media vuelta y retomó el camino hacia la cocina. Él era del tipo de personas que nunca le debía nada a nadie, a excepción de Ra, con él el asunto era mucho más grande y complicado, así que lo obviaba. Por lo que como Horus lo había, como él decía cuidado, le daría su respectiva comida. No quería tenerlo detrás de él como pajarraco empedernido.

Mientras tanto Horus estaba en el suelo y lo golpeó con el nudillo ¿Qué estaba mal con esa manilla? Por momentos le daba descargas y en otras no. Se paró y fue hacia donde Tobias cuando un delicioso olor lo dejó sin palabras. Pudo ver al chico detrás de la estufa cocinando y tanto su estómago como boca estaban ansiosos. Había probado las sobras del chico y por poco cae sentado como un idiota. Era delicioso. Ni la comida más exquisita que hubiera probado en todos sus milenarios años se comparaba. Y aunque le costaba admitirlo tenía que reconocer que el chico tenía una buena mano.

-Siéntate-

-A mí no me des órdenes- incluso así Horus se sentó en la mesa y se agarró las manos para no mostrar el entusiasmo para probar lo que había preparado.

Minutos después Tobias dejó un plato suculento de no supo qué porque antes de que el chico estuviera sentado ya este devoraba la mitad. Estaba realmente hambriento. El cuerpo humano con demasiadas necesidades era mucho para él. Si seguía así no duraría lo necesario para cumplir su venganza contra todos aquellos que osaron humillarlo incluyendo al humano delante de él. Necesitaba salidas pronto y solo se le ocurrió decir lo primero que le vino a la mente.

-Oye, Toby- el rostro de Tobias se tensó al ser llamado así y no supo por qué pero le pareció lindo, quería verlo más –Toby hagamos un trato-

-Primero me dejas de llamar Toby- el chico masticaba con la cabeza baja.

-Como decía, Toby- lo oyó resoplar y supo que había ganado- Yo traigo mi comida y tú me cocinas-

-No creo que eso sea un trato, solo estás repitiendo lo que te dije desde el primer momento- tomó un sorbo de agua y se enderezó en la silla cruzando sus brazos –Sé más creativo para la próxima, ahora lo que tienes que hacer es mover el trasero y buscar un trabajo, el dinero para comprar la comida se suda, así que la puerta te espera-

Horus chasqueó la lengua y copió su posición.

-Eres realmente odioso cuando quieres-

-Ya somos dos entonces-

Por eso prefería a Darien, el chico tenía naturaleza sumisa, pero el que estaba delante de él tenía una respuesta para todo. Todavía se preguntaba que había visto de lindo de él.

-Bien, yo puedo buscar trabajo, pero no pretendas que salga en estas fachas- señaló el shenti, su única prenda para vestir.

Tobias volvió a suspirar. Ra realmente lo metía en problemas. Solo recordaba que tenía una muda de ropa de cuando Anubis se iba a quedar a su casa pero esto no se lo diría. Ahora además de vigilarlo tenía que comprarle al menos tres mudas hasta que pudiera comprarlas él por sus propios medios. Era parte del castigo.

-Te traeré ropa y vístete, vamos a salir-

Agradezco las.sugerencias de aquellas que le pusieron el apodo a Tobías 😆😆😆 después dicen que la mala soy yo