Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Baby, soy un dios eficiente

Horus caminaba por donde aquella mujer le había indicado pero ni rastro del chico. Era como si se hubiera esfumado. No debía haber ido muy lejos, era ciego, no. Bueno, ya no sabía, por momentos parecía que el chico era capaz de ver todo a su alrededor y en otros momentos no, así que saber.

El famoso Oráculo, como se hacía llamar era toda una caja de sorpresas y eso lo hacía interesante. Tal vez convivir no era tan malo como pensaba. Quizás quitándole a parte de explotador y su mala forma, pero había encontrado que gracias a él estaba haciendo cosas nuevas. Después de vivir tantos años un cambio no venía mal, aunque le hubiera gustado que Darien hubiera formado parte de ese cambio.

-Toby, Toby, Toby, dónde rayos te metiste- gruñó asustando a una pareja que en ese preciso momento pasó por su lado, que ignoró –Si volviste a casa sin mi tendremos serios problemas, te lo puedo asegurar-

Su paso era pesado, estaba cansado después de buscar trabajo y ahora tenía que buscarlo a él. De seguro con su primer salario le compraría una correa, después de todo le pegaba, así la próxima vez que salieran juntos, si es que salían lo amarraría. Dobló la esquina y buscó por encima de las cabezas de las personas alguna cabellera rubia y lacia como la de él sin resultado. Ya comenzaba a molestarse en serio.

Por otra parte aquella mujer le había dicho que había salido corriendo como si estuviera asuntado ¿Qué podría estar perturbando a aquella bestia de humano que podía osar explotarlo a él. Se tocó la barbilla. Algo extraño estaba pasando y él ni siquiera se daba por enterado. Esperaba que no fuera alguna visión extraña referente al Imperio. Ahora sin poderes, si era atacado, ganaría, lo que con un poco de trabajo. Reconocer que era débil para perder, primero muerto.

Recorrió algunas calles más hasta que por fin se detuvo.

-Maldito, con que ahí estás- exclamó Horus jadeante y la camisa con los tres primeros botones abiertos debido a la sofocación –Ya verás humano, hacerme esto a mí- se acercó rápidamente con los dientes apretados olvidándose por completo del efecto de la manilla.

Tobias estaba sentado en uno de los bancos del parque, su cabeza gacha cubierta por todo su cabello que había salido de detrás de las orejas donde siempre lo mantenía peinado, y las bolsas a su lado. Horus se detuvo al lado de él y lo fue a zarandear por el hombre cuando su mano de detuvo en el camino.

La cabeza de Tobias que hasta ahora estaba casi sin vida hacia abajo, se había alzado levemente y entre el cabello dos pares de orbes oscuros, muy definidos lo miraban como atravesándole el alma. Una sonrisa sádica se proyectó en los finos labios antes de que el cuerpo del chico volviera a quedar inconsciente cayendo hacia un lado. Su cabeza chocó contra el abdomen de un petrificado dios.

Horus no se podía mover. Estaba en shock, conmocionado ¿Qué demonios había sido eso? Reconocía esa sensación, era la misma de aquella vez, no había dudas. Era como si lo hubieran analizado de arriba abajo y extraído cada parte de su alma. Tragó en seco y se secó la frente empapada de sudor. Bajó la cabeza vacilante para encontrarse al humano rendido contra su cuerpo y temió tocarlo, pero ya no quedaba rastro de aquella presencia por ningún lado.

-Toby- lo llamó agitando su hombro –Oye Toby, despiértate y explícame que acaba de pasar- movió con más fuerza pero eso solo hizo que el chico resbalara hacia adelante y el dios se tuvo que mover para agarrarlo antes de que cayera al suelo –Maldito niño del diablo, tendrás que pagarme grande por esta- gruñó Horus para después suspirar.

Tendría que hablar con Ra cuanto antes. Algo estaba sucediendo y era lo bastante grave como para que no se le fuera notificado.

Ra se mordía el dorso de la mano sin darse cuenta. El tablero del cielo había tenido una irregularidad. Más bien otra irregularidad y eso no le gustaba para nada, lo ponía de mal humor, no saber que ocurría o simplemente jugar con las piezas en él. Tomó la figura de Tobias entre sus dedos y el cristal se había oscurecido un poco, incluso agrietado en la zona de abajo. Muy imperceptible pero estaba allí.

Frunció el ceño. Comenzaba a preocuparse. Había intentado hablar con Tobias para saber que estaba ocurriendo pero era como si el chico no supiera nada. Además Horus estaba con él y con sus poderes reprimidos. Doble problema.

-Kalet- llamó al chico que apareció y se arrodilló delante de él -¿Cuál es el estado ahora mismo del Orbe?-

El dios menor apretó los labios.

-En estos momentos hay una confluencia entre los dos mundos-

Ra alzó la vista del Tablero del Cielo.

-¿Y por qué no se me fue informado?- alzó un poco su voz.

-Isis y Thoth dijeron que  no era nada grave y que solo es una pequeña irregularidad, que debe estar bien en solo unos días-

Ra chasqueó la lengua. No necesitaba unos días, tenía que ser ahora.

-Llámalos a ellos dos, quiero saber de sus propias bocas por qué no me notificaron personalmente- dejó la pieza de Tobias de vuelta a su lugar –Y ven acá- llamó al chico con el dedo.

Kalet se levantó del lugar y se acercó al dios. Su aura en esos momentos era bastante densa a su alrededor por lo que el chico tembló ligeramente. Su muñeca fue rodeada por la mano más grande y pronto se vio sentado en el regazo de Ra. Este le tomó la barbilla y atrapó sus labios con violencia insertando su lengua lo más profundo que podía.

Kalet solo pudo echar la cabeza más hacia atrás dándole todo el acceso que el dios quisiera. El cuerpo del Supremo estaba tenso y si con aquello podía hacer que se sintiera mejor pues él estaba más que dispuesto.

Tobías sintió el aire soplar sobre su rostro y la conciencia volvió pronto a él. Abrió sus ojos con un inmenso dolor de cabeza. Era como si se quisiera partir a la mitad y se llevó la mano a la sien apretándola. No recordaba que había pasado desde que…desde que Horus lo había dejado en aquella cafetería. Entonces dónde estaba.

Su cabeza estaba recostada sobre algo duro que a la vez era cálido y ¿suave?

-¿Despertaste?- la típica voz prepotente se oyó demasiado cerca, específicamente sobre él –Si, despertaste- ese era Horus.

Tobias se encontró acostado sobre lo que recordaría por la textura como un banco y por el olor alrededor de él debía estar en un parque. La mano de la cabeza la desplazó para saber dónde estaba recostado encontrándose con la rodilla del dios. Su muslo era la dura, cálido y ¿suave?

Se levantó con la mayor velocidad que pudo sintiéndose más mareado que bien y casi cae hacia adelante. Posó su mano sobre el muslo y la otra un poco más arriba. Horus alzó una ceja.

-Si te despiertas tan emocionado, no tengo quejas en dejarte gimiendo aquí mismo-

-Qué estupideces dices Hor…- pero se percató que debajo de sus dedos había algo grande y largo y la apartó de golpe –Fue un accidente, no te creas mucho- suspiró sentándose a su lado-

-Bueno, di lo que quieras, pero tú y yo tenemos mucho de qué hablar-

Tobias se quitó el cabello del rostro corriéndolo hacia atrás y tomando aire.

-Primero ¿conseguiste trabajo?-

-Baby, soy un dios eficiente, pero no me cambies el tema ¿qué demonios eres tú realmente?-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro