7. Es mi gatita y me adora
Las carcajadas de Deathmask y su acompañante, un joven de larga melena violácea, resonaban por la taberna, superando el ruido producido por todos los demás clientes juntos.
- ¡No puedo! ¡Estoy a punto de ahogarme de la risa! ¡Para ya!
- ...Y, entonces, el caballero llega y le dice: ¡perdone, señora mía...! ¡Es que se le ve todo el cosmos...!
- ¡Me matas, Saguita! ¡Me matas! -profirió el de Cáncer entre risotadas, golpeándose los muslos con ambas manos.
- ¡Voy a matarte, pero de un coma etílico, amigo! ¡Dos más de whisky aquí! -bramó Saga con el brazo en alto.
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Kyrene llenó los vasos y envió a un camarero a la mesa, pero los caballeros patearon el suelo en protesta:
- ¡Nikos, tío feo! ¡Vete! ¡Queremos que venga la jefa!
El joven, bandeja en mano, regresó a la barra intentando aguantar la risa:
- Kyrene, creo que quieren que les atiendas personalmente...
- Ya, eso es justo lo que yo pretendía evitar -resopló ella, mientras los otros dos coreaban a dúo:
- ¡La jefa, la jefa, la jefa! ¡La jefa, la jefa, la jefa!
- Menudo pedal están pillando, ¿no? -comentó Nikos al pasar tras la barra para ocupar el puesto de la chica.
- Prefiero no pensarlo...
Kyrene cogió la bandeja y se acercó a los dos caballeros, que cesaron su escándalo al verla llegar:
- ¡Esto es otra cosa!
- ¡Mucho mejor contigo que con el chaval! -exclamó Saga- Siéntate y bebe con nosotros, anda.
- Lo siento, estoy trabajando.
- ¡No seas aburrida!
- No te empeñes, Saga, Kyrene es súper aguafiestas. Es una mujer intensa y violenta con un pasado oscuro a sus espaldas, rollo Batman, porque... -ella miró al caballero de Cáncer con expresión hostil, pero él continuó-, ¡se crio en un barrio difícil! ¡Un... barrio... difícil! -completó, a duras penas, luchando por no reírse.
Ambos caballeros comenzaron a carcajearse de nuevo y ella aprovechó para iniciar la retirada con un bufido.
- Entonces, ¿te lo montas con ella o no? Porque no me importaría relevarte si es demasiada mujer para ti, "pincitas"... -Saga creía haber hablado en susurros, pero su estado de embriaguez le impedía calibrar el volumen de su voz. Kyrene se detuvo sin girarse, a la espera de la respuesta de Deathmask:
- ¿Tú qué crees? ¡Es mi gatita! ¡Come de la palma de mi mano! Podría chasquear los dedos y la tendría aquí en décimas de segundo, así... -el italiano intentó juntar ambas yemas, con escaso éxito.
Ella cerró los párpados un instante al escucharle. De verdad que aquel hombre tenía el poder de cabrear al universo, pero aquella fanfarronada no quedaría impune, podía estar seguro. Exhaló un suspiro exasperado y se acercó, disimulando su irritación con una dulce sonrisa:
- ¿Me has llamado, "pincitas"? ¿Qué quieres que tu gatita haga por ti? -dejó la bandeja y se inclinó junto a él, al tiempo que ambos caballeros fijaban los ojos en el breve escote que dejaba atisbar su camiseta.
- ¿Ves? ¡Me adora! -se vanaglorió mientras ella jugaba con su mano sobre la de él y le rodeaba los hombros con el otro brazo.
- Vaya, amigo mío, no me lo esperaba... Reconozco que pensé que ibas de farol cuando me dijiste que la camarera estaba colada por ti... -admitió Saga, con un gesto de aprobación- ¿Queréis que os mande a otra dimensión para que podáis estar solos un rato?
Kyrene ensanchó la sonrisa y entrelazó sus dedos con los de Deathmask, girando la muñeca para retorcérselos y mascullando entre dientes:
- Eres un salido y preferiría masturbarme hasta quedarme sin huellas dactilares antes que permitir que tú me tocases un solo pelo, ¿lo has entendido?
- ¡Joder, eso duele! ¡Para ya! ¡Gatita mala!
Saga rompió a reír viendo a Deathmask sobarse los dedos con la otra mano:
- ¡Qué patético, Death! ¡Te controla una chiquilla!
- ¡Cállate! ¡Ha sido por tu culpa!
- Está bien, te compensaré contándote el chiste del patriarca en el mercado...
Ella volvió a la barra, rumiando su enfado. Estúpido cangrejo. Estúpido Saga. Como siguiesen así, les echaría laxante en la próxima bebida y cerraría con llave la puerta del baño, solo por diversión.
El resto de la velada transcurrió sin grandes problemas, aparte de algún vaso roto y los gritos de amistad y compañerismo de los caballeros, que entonaban himnos desconocidos para Kyrene y se juraban lealtad eterna entre sí y a su diosa. Poco a poco, la taberna fue vaciándose y ella concedió permiso a sus empleados para marcharse mientras terminaba de recoger, a la espera de que los últimos rezagados diesen por finalizada su fiesta particular.
- ¿Vais a necesitar que avise al Patriarca o aún recordáis el camino de vuelta? -les preguntó, al tiempo que ordenaba las botellas y anotaba en el cuaderno qué necesitaba reponer.
- ¡Estamos... fenomenal! -proclamó un alcoholizado Saga, señalándola con el dedo- Y tú... ¡eres una cortarrollos aburrida!
Deathmask comenzó a reír y cuchicheó algo a su compañero, que asintió con energía. Kyrene, cansada de aquellos dos, continuó con su tarea, intentando abstraerse hasta que un vaso cruzó flotando por delante de su cara. El pequeño objeto se paseó ante ella describiendo una pauta un tanto errática y, finalmente, se posó sobre la barra.
- No hagáis el tonto con cosas que se puedan romper -pidió, como si sus interlocutores tuviesen tres años.
Ellos se rieron con disimulo y la chica volvió al trabajo, pero poco después, fue toda una fila de vasos la que desfiló a veinte centímetros por encima de la barra mientras Saga gesticulaba como un mago decimonónico y Deathmask trataba de imitar el sonido de un motor cubriéndose la boca con una mano:
- Vroooom, vroooom... uuuuuh, uuuuuh...
- ¡Eh, camarera! ¿Crees en los platillos volantes?
- ¡No! ¡Creo en estampar vuestras caras contra la mesa si no os marcháis ya! -exclamó ella, concentrada en recoger todos los vasos antes de que llegasen al extremo de la encimera.
Cuando regresó a su sitio para seguir con el inventario, el cuaderno estaba abierto por una hoja cualquiera y sobre él, el lápiz se desplazaba con un ritmo irregular, dejando renglones serpenteantes:
"Hola."
Kyrene continuó a lo suyo.
"No ignores este mensaje."
- No sé quién de los dos escribe, pero vaya asco de caligrafía -los caballeros se señalaron mutuamente, con aire acusador, antes de volver a desternillarse.
"Pon otra ronda a los chicos sexys de la mesa del fondo."
- Os habéis bebido hasta el agua de la cisterna, se ha terminado por hoy.
"Eres guapa... Pero soporífera."
- Vale, lo he pillado, Saga, te parezco aburrida. ¿Ahora puedes irte a tu casa a dormir la mona que llevas?
"No hasta que le des un beso a mi amigo. Siempre le haces sufrir."
Esta vez fue Kyrene quien se echó a reír, incapaz de mantener el tipo ante aquella exhibición de humor etílico que tomaba tintes cada vez más surrealistas.
- ¿Y qué más? ¿Nos lo montamos entre los tres?
"Vale, pervertida, pero besa al ragazzo."
- ¡Cuando el infierno se congele!
- ¿Hablas en serio? -preguntó el caballero de Cáncer, de viva voz, levantándose bruscamente de la silla- ¡Camus, te necesito!
- ¡Mierda, Death! ¡Ahora sabrá que escribíamos nosotros!
- ¡En serio, el cazatalentos del Santuario estaba drogado el día en que os reclutó! -comentó ella, secándose un par de lágrimas de risa.
- ¡Anda, Kyrene...! ¡Dale un beso, solo uno...! Su exoesqueleto le obliga a pinchar y hacerse el duro, pero por dentro es blandito y necesita tu amor... Y ya que estás, déjale tocarte un poco el trasero... Le obsesiona...
- Si lo hago, ¿os marcharéis y me dejaréis cerrar en paz?
- ¿Lo del trasero?
- ¡Lo del beso, par de bobos!
- ¡Prometido! -gritó Deathmask, atusándose el pelo y estirándose la camiseta a toda prisa, como si se preparase para una cita inesperada.
La chica se acercó a la mesa y se situó tras él, que ya la aguardaba sentado de nuevo, con la cara levantada hacia el techo.
- Estas son las reglas: yo llevo el control; no puedes usar las manos; solo un beso y os marcháis. ¿Está claro?
- Clarísimo.
- Cristalino. ¿Me darás otro a mí?
- ¡Cállate, Saga! ¡Es mi gatita! ¡Búscate la tuya!
Con un suspiro, sujetó la cara de Deathmask y se aproximó despacio, hasta que sus labios hicieron contacto con la nariz del caballero, depositó un ligero beso en el extremo y se retiró.
- ¡Ahí tienes tu beso! ¡Id saliendo por la puerta!
- ¿Qué? ¿Eso es todo? ¡Has timado a mi amigo! ¡Eres una farolera!
- ¡Eh, eh, caballero! No se especificó dónde debía besarle, así que yo he cumplido mi parte. Ahora, os toca a vosotros.
- Gatita... -Deathmask se levantó, con aire derrotado, y se inclinó, tambaleándose un poco-, si hoy te ofendí, admito que acabas de devolvérmela con intereses. Yo sé perder... Pero esto no quedará así.
- Yo no beso a borrachos, cangrejo. Y ahora, marchaos antes de que le enseñe a Saga cómo te gusta que te acaricie con mi escoba.
Gracias, una vez más, por acompañar esta historia. Espero que la estés disfrutando y que la nueva frecuencia de publicación, día sí, día no, te ayude a mantener el interés. En el próximo capítulo, "Una noche libre", descubriremos que Deathmask y Kyrene tienen una afición en común y ella le avanzará algún detalle sobre su pasado. Te espero. Y recuerda: deja estrella y comenta, que la autora se pone contenta.
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