Capítulo 1: El Dios Equivocado
La mochila de la escuela se desliza de mi hombro y cae al suelo con un ruido sordo, un recordatorio del mundo exterior que siempre dejo atrás. Con el uniforme aún puesto, una camisa blanca, remangada en mis brazos y un vestido de cuadros rojo, me siento en mi escritorio. Un lugar algo desordenado, con algunas hojas arrugadas, garabatos, lápices y una taza de café de la noche anterior, pero ese desorden es mi refugio. Es donde puedo dejar volar mi imaginación y dar vida a personajes que, en este momento, son más reales para mí que cualquier cosa fuera de esas paredes.
Cierro los ojos por un instante y respiro hondo, sintiendo la emoción vibrar en el aire.
— Hoy es el día. Hoy tengo que escribir sobre la elección de los dioses — digo emocionada.
Abro los ojos, mis dedos ya ansiosos sobre el teclado, y empiezo a escribir con fervor, dejando que las palabras fluyan como un río desbordado. La historia comienza a tomar forma, y con cada golpe, me sumerjo más en el mundo que he creado.
En un abrir y cerrar de ojos. Estoy ahí, justo donde siempre estoy cuando escribo: en medio de la historia. Las gradas están llenas de discípulos, maestros y ciudadanos de todas partes del reino, reunidos en la Gran Torre para presenciar la gran elección. Puedo sentir el aire caliente, el murmullo del público que espera ansioso, y la tensión de los candidatos en formación perfecta en el centro del escenario.
El eco de los megáfonos resuena en el aire, vibrante, solemne. Me envuelve por completo, como si fuera real.
— ¡El Dios de los Sueños es...! —repito en voz baja, justo antes de que el maestro mayor anuncie el tan esperado nombre.
Y entonces sucede: el nombre que sale por los megáfonos no es el que todos esperaban. La multitud contiene el aliento, preparándose para oír el nombre de "Darían". El prodigio que se había entrenado toda su vida para ese momento. Era él quien debía ser elegido, el discípulo perfecto. Pero su camino ya está trazado por mi: al ser rechazado, su rabia lo consumiría, llevándolo inevitablemente a convertirse en el villano de la historia. Así debe ser.
— Eryon — anuncia el maestro, con la voz solemne amplificada por toda la torre.
La multitud estalla en murmullos. Siento cómo la confusión se despliega en el aire, envolviendo cada rincón del lugar. Lo veo con mis propios ojos — aunque ya sabía que esto pasaría—: Eryon, un discípulo novato que nadie consideraba digno, sube al escenario. Es un joven que luce despreocupado, con una media sonrisa, aunque por dentro no comprende lo que acaba de pasarle.
El público está perplejo, pero no entienden lo que viene. Eryon les demostrará a todos que están equivocados. Él será un dios impredecible, lleno de imaginación, capaz de moldear sueños imposibles y romper las barreras del pensamiento lógico. Lo escribí así. "Mi Dios de los sueños".
La emoción me rodea y entonces mis ojos ahora se posan sobre Darían: el futuro villano de esta historia quien ahora mismo es consumido por del rechazo. Solo "Imagina prepararte toda tu vida para un puesto y solo de golpe pum te lo arrebatan"
Pero tranquilo Darian, tu eres esencial, tu eres el catalizador de está historia, aquel que uniría a Eryon (El Dios de los Sueños) y Kaelen (El Dios de la Oscuridad) en una misión imposible para salvar al mundo.
Y sin embargo, allí está inquietantemente sereno. Darian inclina ligeramente la cabeza cuando anuncian el nombre de Eryon, y en lugar de mostrar la ira que debería sentir, esboza una leve sonrisa. No hay furia en sus ojos. No está molesto. No está decepcionado.
¿Está... aceptando su rechazo?.
Una corriente fría me recorre la espalda. — ¡Esto no estaba en el guion. Darian debería estar furioso, frustrado, destruido! — exclamó y desde mi lugar en las gradas, apretó las manos sobre mi falda, intentando calmar el temblor que siento y sin apartar los ojos de él. ¿Por qué está tan calmado?
Darian no es el tipo de persona que se rinde con gracia. No lo escribí así.
Eryon sube al podio con su sonrisa preciosa, su dorado cabello brilla como el sol y entonces él público murmura, aún intentando asimilar el giro inesperado. Pero Darian permanece allí, de pie entre los demás discípulos rechazados, con las manos relajadas a los lados y la mirada fija en Eryon, como si supiera algo que yo no.
Una sensación inquietante se enrosca en mi pecho. Este no es el Darian que escribí. ¿Por qué no está enfurecido? ¿Por qué no siente que le han arrebatado lo que le pertenece por derecho?
Entonces Darian gira ligeramente la cabeza, mirando al público y por un instante... ¿Me ve?
Mi corazón se detiene. No. No puede hacer eso. Yo solo soy la escritora. Ellos jamás deberían notar mi presencia. Pero por un segundo, sus ojos oscuros se clavan en los míos, y en esa mirada tranquila, casi burlona, veo una certeza inquietante:
Él lo sabe...
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Hola, soñadores!
¿Están listos para cruzar la línea entre sueño y realidad? ✨
Soy Caty y esta #NuevaHistoria ya está terminada, Pero para generar drama solo estaré publicando un capítulo por semana. Espero les guste y llene de ideas y sobre todo muchos sueños como a mi al escribirla ✨🫶🏻
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