Serie N.º 14: 🧛‍♂️👹🦄😈

En la mística tierra de La Cascada de la Luna Boreal, donde los unicornios y sus guardianes vivían en armonía, nació el príncipe guardián Celys Luminni. Su cabello plateado y ojos arcoíris resplandecían con la magia única de su linaje, y su compañero, el majestuoso unicornio Centella, lo acompañaba desde su nacimiento, forjando un vínculo eterno entre seres mágicos.

Una noche, el brillo de la alegría se vio opacado cuando una luna carmesí debilitó a los unicornios y sus guardianes. La amenaza de vampiros sedientos de inmortalidad desató caos y tragedia en La Cascada de la Luna Boreal.

En medio del caos, Celys se encontró con el Rey Demonio, Vorkath, quien le otorgó una marca de vigilancia para protegerlo de su propio poder. Theron Noctis, el Rey Vampiro, emergió como una sombra amenazante, deseando la sangre del unicornio y del príncipe guardián. Neutral en todo, Vorkath defendió a Celys, permitiéndole escapar.

A medida que los años transcurrían, Celys creció en belleza y sabiduría, siempre custodiado por su leal Centella. Sin embargo, Theron reapareció, decidido a poseer a Celys. Vorkath, aunque neutral, se enamoró del joven guardián, pero sabía que su amor era imposible.

Celys fue secuestrado por Theron y encerrado en una jaula de oro blanco que lo debilitaba. Theron, cruel y despiadado, intentó corromper a Celys, pero su amor y pureza resistieron. A pesar de las torturas, Celys escapó y se reencontró con Vorkath. En un momento conmovedor, Vorkath, llorando, le confesó su amor, pero era demasiado tarde. Celys, moribundo, agradeció a Vorkath por salvarlo y le expresó su amor.

En los brazos del gran Rey Demonio, Celys cerró los ojos, dejando un legado de valentía y amor en La Cascada de la Luna Boreal. Después de su conmovedora muerte, el destino de la tierra mística tomó un giro inesperado.

El alma pura de Celys se elevó hacia los cielos, transformándose en una esencia de pureza única que abrazó toda la tierra. Esta energía divina, impregnada de amor y nobleza, desató una cascada de cambios que reverberaron a través de los reinos mágicos.

La esencia de Celys, ahora convertida en una fuerza celestial, actuó como un escudo mágico contra los vampiros que habían amenazado la armonía de La Cascada de la Luna Boreal. Uno a uno, los vampiros sucumbieron ante esta pureza única, desvaneciéndose en la oscuridad de la extinción. La caza de unicornios llegó a su fin, y la tierra, una vez más, floreció en la luz de la paz restaurada.

En cuanto a Vorkath, el gran Rey Demonio, su dolor por la pérdida de Celys era palpable. Incapaz de soportar la soledad, se sumió en una tarea titánica: buscar las flores que solo florecían bajo la luna brillante de Celys, conocidas como "Lágrimas Estelares".

Estas flores eran portadoras de un mensaje de amor cálido y resonante. Vorkath atravesó bosques encantados, valles ocultos y ascendió a las cimas de las montañas más elevadas en su búsqueda. Cada pétalo de las Lágrimas Estelares llevaba consigo la esencia de Celys, convirtiéndose en un diálogo silencioso entre el Rey Demonio y el amor perdido.

Mientras las Lágrimas Estelares florecían bajo la luz de la luna, llevaban consigo la belleza de un cálido "te amo". Vorkath, aferrándose a estas flores como a un lazo con su amado Celys, continuaba su viaje en busca de consuelo y conexión con el alma que tanto amaba.

En cada pétalo, veía reflejado el brillo de la eternidad y el recordatorio de que el amor, aunque separado por el velo de la muerte, perduraba en la esencia misma de La Cascada de la Luna Boreal.

—Celys, aunque estés lejos, tu amor ilumina mi camino. Buscaré estas flores para recordar nuestro tiempo juntos —susurró Vorkath mientras continuaba su búsqueda.

Cada pétalo representaba el recuerdo del tiempo compartido con Celys y su deseo constante de sentir ese amor una vez más. Las flores, como testigos silenciosos del amor eterno, se convertían en una conexión entre dos mundos: el terrenal y el celestial, donde la esencia de Celys perduraba.

La historia de La Cascada de la Luna Boreal resonaba en el viento, recordando a todos la valentía de Celys y el poder transformador del amor, incluso más allá de la vida. Y así, la tierra mágica se renovó, floreciendo con la esperanza y la memoria de un príncipe guardián cuyo amor había dejado una marca indeleble en el corazón de todos los que habían tenido el privilegio de conocerlo.