Capítulo XIV: Escape
Capítulo XIV: Escape
- Aquí vamos.- Dijo Jim, tomándose unos segundos, teniendo a Kevin a su espalda y tras tomar una profunda bocanada de aire, llenando los pulmones, cerró los ojos y subió la palanca del generador, pasando su luz de roja a verde. Pronto, la máquina comenzó a emitir sonido, llevando a que se acercara y comprobara de que todo estaba en orden.- ¡Sí! ¡Muy bien!.- Festejó tras obtener el resultado que buscaba.
- ¡Genial, ya tenemos corriente!.- Se le sumó el policía.
- Sí, pero ojo, solo nos queda restablecerla en la "Sala del Interruptor" y listo, problema resuelto.- Anunció Jim, mientras que se sentía apoyado y bendecido por la buena suerte.-
- No hay nada más alegre que eso, ahora...- En aquel momento, la felicidad que había en ambos desapareció por completo. De golpe, una serie de fuertes golpes dieron contra la puerta del basurero y desde allí vieron emerger, tras haber caído la entrada contra el piso, una horda de muertos vivientes que se dirigía hacia ellos.
- ¡NO ME JODAS!.- Exclamó el rubio.- ¡Vámonos, no podemos hacer nada!.- Corrió y fueron hacia la salida, en donde la trancaron con una improvisada barricada.
- Con esto debería bastar.- Observó Kevin la solidez de los objetos que tomaron para bloquearles el paso a los enemigos.
Los zombies que se encontraban dentro comenzaron a aglomerarse y chocar, torpemente, contra la puerta, oyéndose como sus cuerpos golpeaban la misma y la barricada resistía como podía a sus embates. Jim y Kevin retrocedieron, no podían quedarse allí por mucho tiempo o todo se iría al caño mismo. Salieron de allí, corriendo para donde estaban los demás.
- Allí vienen.- Señaló Mark cuando, de golpe, un estruendo se escuchó, pasillo abajo, por donde acababan de venir.
- ¡Salgamos de aquí! ¡Ahí vienen, zombies, muchos!.- Les alertó Kevin, mientras que comenzaban a escucharse los gruñidos, lamentosos y de pesadez de los muertos vivientes que arrastraban sus pies, yendo hacia ellos.
George se asomó y, lo primero que vio, fue una "sombra" en movimiento pero al aclararse, frente a las luces del pasillo, notó, horrorizado, comprobó de que se trataba de una inmensa horda de zombies, todos ellos atraídos por el sonido del generador y con la caída de la puerta que les impedía el paso.
- ¡Carajo!.- Bramó el médico y siguieron a los demás, yendo hacia la escalera que los devolvió a la "Planta Alta".
- ¡Cierren!.- Pidió Mark pero no tuvieron a nada, el enemigo había llegado y con ello estaban impidiendo de que pudieran cumplir con dicha acción.- ¡Carajo, no me jodan!.- Exclamó el Guardia de Seguridad y comenzó a ejercer una feroz presión para evitar que consiguieran abrir la puerta. Con su cuerpo empujando la misma, tuvo que tomar su arma y apuntar al primer zombie que amenazaba con entrar. Tiró del gatillo y un fogonazo, seguido del sonido, producto del disparo, dio contra el oponente, quien cayó hacia atrás.
Los otros "compañeros" arremetieron y eso llevó a que se abriera la puerta, un poco, tirando a Mark hacia atrás y su Pistola Beretta rodó por el suelo. Cindy la tomó y apuntó. Sus manos temblaban, estaba apuntando a personas "vivas". Sentía que su estómago se retorcía, daba vueltas como un lavarropas y lo único que podía hacer era esperar a que ocurriera algún "milagro".
- ¡Cindy!.- Gritó Alyssa, viendo que ella no estaba ejecutando ninguna acción.- ¡DISPARA! ¡DISPARA, MALDITA SEA O TERMINAMOS TODOS MUERTOS!.- Bramó la rubia periodista.
No podía, eran civiles, gente que, tal vez, ella conociera, incluso pensaba en Will, su colega del trabajo. Tragó saliva pero su garganta estaba tan seca como un desierto. De golpe, recordó las palabras que George le había dado, acerca del contexto en el que estaban metidos.
- "Pase lo que pase, recuerda esto: Ellos no cejarán en atacarnos. Cuando nos vean y marchen hacia nosotros, tendremos que pelear. Nos guste o no. Ya no hay ley ni orden, tampoco ética ni moral, solo caos, muerte y destrucción. Y si queremos sobrevivir, tendremos que poner todo de nosotros para salir adelante".- Oyó lo que el médico le había dejado.
- ¡CINDY!.- Ahora escuchaba la voz de Kevin y ella reaccionó. Hizo a un lado los sentimientos y empatías. Estaban en una guerra y en ellas se mataba o moría. Se sacó el miedo y apuntó, tomando una posición firme y estable, sacándole el seguro al arma y de ahí disparó una segunda bala, la cual dio contra la cabeza de una mujer. Ésta cayó contra una pared, empapándola con su sangre, oyéndose el crujir de su cuello que se partía como una nuez. Acto seguido, ella cargó contra otro oponente, uno que llevaba el uniforme de empleado del Subterráneo.
Kevin vio que ella había recapacitado, por lo que se sumó y George corrió para ayudar a Mark. Con su tubería, éste empezó a partir cráneos a más no poder, cubriendo el piso y las paredes con aquel líquido coagulado.
- ¡Debemos despejar el camino para que pueda ir hacia la "Sala del Interruptor"!.- Pidió Jim ese "recado".
- ¡Ve, nosotros te cubrimos!.- Le animó Cindy, dándole su arma reglamentaria a Mark y cuando consiguieron, en parte, limpiar el pasillo, diezmando al "Batallón" de zombies que había llegado, más venían desde la escalera de abajo.
Corrió todo lo que sus piernas podían aguantar. Aún oía los disparos contra los muertos vivientes, el fragor de la batalla que continuaba, así como también la lucha por la supervivencia. Consiguió llegar hasta la puerta y abrirla, quedando dentro de esa habitación con máquinas y un panel de control. En la pared de atrás podía verse un cartel que él tomó y leyó.
"Advertencia:
Se ha determinado la causa del incendio producido el mes pasado cuando el tren realizó una parada de emergencia para evitar colisionar con un obstáculo, el sistema de frenos sufrió un cortocircuito.
Para evitar accidentes similares en el Futuro, se ha puesto en marcha un sistema que corta el suministro eléctrico en caso de emergencia. Sólo se restablecerá la energía cuando la situación esté controlada.
Para activar el "Generador Auxiliar", es precioso redirigir el suministro eléctrico en la "Sala del Interruptor". El funcionamiento de este sistema precisa de un mantenimiento correcto.
El Jefe de Estación".
Jim terminó de leer ese aviso y la guardó en uno de sus bolsillos. Podía escuchar el combate, todavía presente, en el exterior. Un nuevo disparo, en la lejanía, resonó y provocó, tal vez, que otro zombie cayera muerto. Miró hacia el tablero del panel, sus teclas limpias y pulidas, el silencio que volvía a ser "protagonista". La calma que era "veneno" para ellos, el enfrentamiento, zombies, muerte, sangre. Pensó en lo que tenía que hacer, su mente procesaba datos a más no poder, igual que una computadora u otra máquina. Llevó sus manos y comenzó a teclear, viendo que la pantalla se encendía y mostraba unos "Indicadores" con números en ambas partes.
Se llevó la lengua hacia afuera, relamiendo los labios, al tenerlos secos, recordando lo que les habían enseñado, tiempo atrás, para cuando tenían que restablecer el suministro eléctrico en la estación.
- Muy bien: Esto es, también, para el "Almacén", ya que está con la "Cerradura Electrónica" y depende del mencionado suministro, así que voy a empezar con esto. Solo necesito recordar un par de cosas...- Se dijo para sí mismo y quedó en silencio.
Kevin y Alyssa empujaron la puerta, haciendo que los zombies retrocedieran. Un nuevo "grupo" había llegado para reorganizar las filas enemigas. Mark les ayudaba con su gran fuerza para que pudieran cerrarla. La llave estaba, aún, en el cerrojo y necesitaban ganar tiempo. George y Cindy, por su parte, atacaban con sus bates de baseball y tuberías de acero desde el flanco izquierdo, en un intento por volver a abrir una "brecha" y así conseguir su objetivo.
- ¡Hijo de puta!.- Maldijo Kevin a un zombie que casi le agarraba del brazo y estaba por darle una dentellada. De no haber sido por Alyssa, quien usó su "Taiser", colocándolo en la cabeza, frente a los ojos del no-muerto, cayendo fulminado por la descarga eléctrica, todo hubiera acabado para el policía.- ¡Jim, date prisa, vamos!.
Oyó que lo llamaban. El joven estaba enfocado en su misión. Aquel panel y sus "Indicadores" tenían que marcar diez en ambas partes. Era un "juego contrarreloj" para él. Su mirada enfocada en el tablero, tecleando sobre la consola para obtener los resultados que buscaba. El sudor que le iba perlando la frente, unas gotas que caían contra el piso.
- Vamos, vamos.- Pedía Jim y de ahí vio que uno de los "Indicadores" marcó "10/10".- ¡SÍ! ¡Resistan!.-
Otro zombie cayó muerto, esta vez por Cindy, la cual golpeaba contra todos aquellos que se movieran hacia la puerta.
- ¡No paran de venir, es como si se hubieran juntado para tendernos una emboscada!.- Exclamó Alyssa, mientras que empujaba, otra vez.-
- Si seguimos así, tendremos que buscar otra ruta de escape.- Advirtió Kevin, viendo de que la situación se iba complicando con cada segundo que pasaba. Con su arma en mano, apuntando al enemigo, disparaba a mansalva contra todo lo que se moviera. Uno, dos, tres, cuatro, cinco zombies cayeron por las balas, incrustándose en la carne, destrozando cráneos y cerebros muertos, haciendo volar la sangre y restos de masa encefálica junto a fragmentos de huesos.
En un momento dado, Mark, Alyssa y Cindy consiguieron ir cerrando la puerta un poco más, mientras que George y el policía les daban una mano, sin descanso, contra la horda de enemigos. El médico tenía las manos empapadas de aquel líquido, al igual que su rostro, tras haber utilizado el bate de baseball.
- "Solo cuatro más y listo".- Pensó Jim, mientras que tenía otro "Indicador" con la misma cifra.
- ¡AHORA!.- Ordenó George y con la fuerza de ellos combinada, consiguieron cerrarles la puerta en la cara a los zombies.
La alegría duró poco, aquellos seres volvieron a arremeter, con la misma fuerza de un ariete de la Edad Media contra una fortaleza enemiga, consiguiendo abrirla por segunda vez, llevando a que ellos tuvieran que retroceder. El primer infectado que entró terminó por recibir un batazo en la cabeza, de "cortesía" por parte de George, mientras que Cindy decidió emplear la Pistola Browing de Jack, la cual había encontrado en la Oficina de éste cuando estaban escapando de los zombies en el "J's Bar". Le sacó el seguro al arma y gatilló, disparando contra otro de esos inmundos monstruos.
- Se están demorando. ¿Habrá pasado algo?.- Quiso saber David, mientras que continuaba cuidando a Yoko. En un momento dado, el plomero escuchó algo que caminaba por encima del techo de la formación detenida. Éste se puso de pie y dio unos pasos dentro del vagón hasta que, de golpe, unas extrañas patas de insecto emergieron desde el exterior, haciendo sacudir el interior del mismo. Con escasos segundos y gracias a sus instintos, el hombre se tiró contra el piso, agarrando a la nipona, la cual seguía dormida, evitando que esa criatura los atrapara.- ¿Qué es eso?. Parece...- Quiso saber pero el atacante se había alejado.
No podía dejarla allí, pero tampoco permitiría que esa monstruosidad saliera impune. Fue entonces que sacó la escopeta que ella tenía y salió al exterior, para el andén, con la misión de destruir aquella cosa que había salido de la nada.
Estaba vacío, no se oía ningún otro sonido, salvo el de la superficie y los ductos de ventilación. Avanzaba con cautela, cuidado, mirando por todas partes, incluso cubriendo sus espaldas con la escopeta en mano. De golpe, una sombra corrió desde el "Andén Oriental" hasta el techo, nuevamente. Sorprendido, David vio una enorme garrapata que lanzó un chillido al aire, su "grito de batalla" y de ahí pegó un salto contra el suelo, levantando una columna de polvo, mientras que se ponía en posición de batalla.
- Dios...- Quedó sorprendido pero no se dejó atemorizar. Apuntó con el arma y disparó la primera bala contra la criatura.- ¡Muere, hijo de puta, muere!.- Exclamó pero la metralla no le parecían hacer daño alguno. Resistía como podía, el plomero retrocedía pero solo estratégicamente, necesitaba medir sus pasos para poder acabar con el enemigo. En un momento dado, la garrapata alzó sus patas y David vio aquellas púas que conformaban las extremidades, mientras que se preparaba para saltar y atacarlo.
Se tiró contra el suelo y de ahí consiguió apuntarle, justo debajo del estómago, haciendo que la misma volara hacia atrás, cayera y de ahí muriera tras lanzar un alarido agónico. Para su sorpresa, otra más apareció, lista para atacarlo.
- Oh, lo siento, ¿esa era tu tía?.- Preguntó David y mató a una tercera que había emergido desde el túnel.- Entonces esa sí era tu tía.- Respondió, burlón, hacia el atacante, mientras que abatía a una segunda.- Lo siento, es que todos son iguales.- Apuntó con tono gracioso y de ahí era encarado por la garrapata.- Vaya, vaya, malévola garrapata se nos puso sentimental.-
El enemigo lo miró con ira y atacó. El plomero se defendió y volvió a lanzar una nueva ronda de disparos, las cuales terminaron por agujerear el cuerpo de éste, cayendo hacia atrás, estirando las patas en un último movimiento espasmódico.
- Je, te lo tienes bien merecida, alimaña de mierda. La próxima vez quédate donde debes estar.- Apuntó el joven a ésta.- "Aún así, no creo que hayan sido las únicas. Puede que este lugar esté repleto de ellas...Un momento, ¿y si era esto lo que Mark nos contó que vio en el "Baño de Damas"?. Es mejor irnos de aquí ya mismo".- Pensó el plomero, viendo de que esto podía tratarse de la "Punta del Iceberg".
- ¡EUREKA!.- Exclamó Jim, habiendo conseguido dirigir la energía eléctrica a toda la estación.- ¡Amigos, ya tenemos corriente en las vías!.- Les anunció.
- Perfecto.- Suspiró Kevin, aliviado, mientras que el moreno veía el pasillo repleto de cadáveres por doquier, incluyendo en la escalera que daba al "2FB".
- A la mierda, ¿todo esto pasó cuando yo estaba ocupado?.- Preguntó, sorprendido de semejante batalla.
- Sí y es mejor que lo olvidemos. Vayamos para el "Almacén" y de ahí reparas la tubería dañada en la "Sala de la Bomba".- Pidió George, sugiriendo de que fueran rápido ante una posible segunda oleada de zombies.
Ir hasta allí fue pan comido, dentro Jim encontró una cinta especial, de uso industrial empleada para reparaciones de maquinaria y caños afectados. Una vez que se la guardó consigo, volvieron por el mismo camino que tomaron anteriormente, las escaleras, ahora cubiertas de cuerpos por doquier, hasta donde alcanzaba la vista. Abajo se toparon con algunos rezagados, restos de la horda que acababan de destruir, los cuales no fueron problema alguno para ellos.
Una vez que el camino estuvo despejado, el moreno pudo reparar la tubería dañada y redirigir el agua hacia los aspersores, en el caso de que se produjera alguna emergencia repentina.
Pronto regresaron hasta el "Andén Occidental", con uno de los "Emblemas" en su poder, aunque todavía falta uno más para completar la operación. Al llegar, se encontraron con sangre, casquillos de escopeta y unas extrañas criaturas parecidas, mejor dicho, garrapatas que yacían por doquier, abatidas por el fuego de un arma que alguien portaba allí. Sentado en uno de los vagones del subterráneo hallaron a David, el cual montaba guardia y al oír sus pasos les apuntó, pero bajó, inmediatamente, aquel objeto.
- Mierda, me asustaron.- Suspiró del alivio.- Bueno, ¿ya nos vamos de aquí?.
- Todo listo.- Le informó Jim, mientras que iba entrando en la cabina junto a los demás.- Aunque no encuentro el siguiente "Emblema" para desenganchar la formación. Es parte del "Manuel de Conducción".- Sostuvo el joven, quien tomó asiento.- Oye, David, con respecto a esas cosas...
- Se les seré franco: Me atacaron junto a Yoko. Parecía que una me quería llevar con ella, pero conseguía matarlas, además de unos zombies que andaban rondando por allí.- Les explicó y se vieron imágenes de lo ocurrido.- Esas cosas pueden estar rondando por aquí y también serán las que Mark nos contó.
- Sí, es verdad, tenían ese aspecto, a garrapatas cuando las vi en el "Baño de Damas", al tratar de salvar a esa mujer.- Recordó el moreno.-
Cundió el silencio, nadie hablaba. Había algo que se empezaba a escuchar en el exterior del tren.
- ¿Qué está pasando?.- Quiso saber George y salió, ya que estaba oyendo un altoparlante.
- "Atención: Tren entrando en la estación".- Decía aquella voz mecánica pero el médico no veía nada en el túnel de abajo. Azuzó la vista y, para sorpresa suya, una luz comenzó a dibujarse en el fondo hasta tomar la forma de un tren subterráneo. Éste iba a toda velocidad, yendo hacia el "Andén Oriental" y cuando el "Sistema de Frenado" notó que habían obstáculos en el camino, éste se detuvo, chirriando los rieles, haciendo saltar chispas por doquier pero fue tarde.
La formación colisionó, entrando de lleno en el túnel y provocando que éste se descarrilara y alzara. Acto seguido, se comenzó a filtrar aceite que entró en contacto con los cables cortados, llevando a que se produjera un incendio. Una densa columna de humo cubrió la estación pero, por suerte, los aspersores se activaron, dando por iniciada su labor de apagar las llamas. Al cabo de unos minutos, todo el lugar quedó empapado por el agua, unas pequeñas columnas de humo brotaban desde la formación calcinada pero ya no era peligroso. George avanzó y notó que, desde el interior del tren, un cuerpo había salido disparado y llevaba consigo un "Emblema" pero de color plateado, siendo un golpe de suerte para ellos.
- ¡Amigos!.- Les llamó éste y de ahí se los dio a Jim para que terminara con lo último que faltaba.
[Una prueba, de las tantas otras que tuvieron, ha sido superada pero ¿qué les deparará en su escape?. Ya estamos en la recta final de esta historia, amigos.
Mando saludos y agradecimientos para Luís Carlos y MontrealSoldier/Ontario Militar.
Cuídense, buen comienzo de día Lunes y también del Mes de Octubre, Camaradas.].
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