Capítulo IX: Monstruos
Capítulo IX: Monstruos
Mientras que la Policía había establecido una posición de defensa para detener a los zombies que avanzaban por la Calle Principal junto al "Banco American", otros agentes llevaron a cabo la destrucción de una de las avenidas más importantes con una bomba, consiguiendo diezmar a las hordas de criaturas que intentaban llegar hasta ellos. No había sido una tarea sencilla, el enemigo siempre ofrecía sus "tácticas" como avanzar en grupos numerosos y así debilitar las barricadas instaladas. Por su parte, en un edificio en llamas, las puertas estallaron y allí salía una muchacha perteneciente a los "S.T.A.R.S", sobreviviente del "Incidente de la Mansión Spencer" y armada con un rifle de asalto M-16, conseguía alejarse de las criaturas y ponerse a resguardo en un almacén junto a un hombre de nombre Dario Rosso.
A su vez, el grupo de supervivientes comandados por el Oficial Kevin Ryman estaban en las calles, de vuelta, tras haber dejado la librería atrás. Por donde avanzaban solo encontraban muerte y destrucción a su paso. El castaño iba con su arma reglamentaria en mano, siempre listo para disparar y sobre todo de confiarse por la calma que se vivía allí, ya que todo podía cambiar en una mera fracción de segundos.
- Tengan cuidado con los coches. Puede que algunos de sus dueños y ocupantes estén muertos, pero he visto cómo salen, tirando las puertas y atacan a los civiles. Mantengan la distancia.- Les aconsejó el policía y de ahí alzó su mano para pedir unos momentos en los que pudiera establecer contacto con alguien.- Soy el Oficial Kevin Ryman del "Departamento de Policía de Raccoon City", me encuentro con un grupo de supervivientes. Quien sea que esté presente y en línea, por favor, comuníquese conmigo en esta frecuencia.- Dejó su mensaje pero la única respuesta fue la pura estática.- Mierda.- Negó con la cabeza, decepcionado.
- ¿Nada?.- Se acercó David a él.
- Ni una sola llamada. Ya el "R.P.D" habrá caído. Solo espero que Marvin y los otros hayan podido escapar de allí a tiempo.- Sostuvo con pesar pero volvió a recuperar la compostura.- Basta de sentimentalismos. Sigamos.- Pidió pero notó que Jim se había detenido en una patrulla que estaba dañada por un choque que tuvo contra un auto. Los ocupantes no estaban pero el empleado del Metro había encontrado una escopeta en uno de los asientos.-
- Esperen.- Pidió éste, mientras que revisaba de que no hubiera ninguna "desagradable sorpresa" en el coche de la Policía y consiguió tomar el arma que, para su mala suerte, se había partido a la mitad, producto de la colisión.- ¡Carajo!. Hoy no está de mi lado la Diosa Fortuna.- Apuntó él con decepción.
- Aún si no tienes el arma, fíjate si hay alguna más, incluso pueden haber municiones.- Señaló Alyssa, quien se acercó hasta él y empleó una ganzúa que llevaba consigo, logrando abrir uno de los baúles de los coches.- Nada, pero prueba en revisar esas zonas.- Le sugirió, mientras que se enfocaba en un segundo ya mencionado.
Jim consiguió entrar en la patrulla, las luces de la sirena seguían prendidas y giraban al compás, mientras que iba inspeccionando los asientos traseros, en donde encontró unas pocas cajas de municiones de escopeta y el arma reglamentaria de uno de los policías. Era poco pero podía serles de utilidad en las calles. Kevin vigilaba y continuaba con establecer comunicación con otros supervivientes pero nada sucedía. Era como si estuvieran alguna "Dimensión Desconocida", donde solo ellos eran sus actores en medio de la debacle en que se hallaban sumergidos.
Desde los Cielos, un helicóptero de "Umbrella" iluminaba la zona con su reflector pero no hacía nada por ellos. Simplemente se alejó volando de allí hasta desaparecer por el Norte.
- No sé para qué los enviaron hasta aquí. Traen todas esas armas y Mercenarios pero no vienen a sacarnos de aquí.- Apuntó Jim tras haber sacado las pocas municiones del coche patrulla estrellado.-
- ¿De verdad piensas que nos van a rescatar?.- Oyó la voz de David, quien estaba terminando de revisar un camión abandonado por su dueño.- Me temo que no es así. Para ellos, nosotros solo somos más que unas simples hormigas debajo de sus pies. No les importamos en lo absoluto y si vienen a sacar a los civiles, solo será para todos aquellos que tengan contacto y relaciones con "Umbrella". Nada más que eso. El resto puede morirse a merced de los zombies.- Dio esa cruda pero dura explicación, cosa que dejó un poco incómodo al empleado del Subterráneo.
- Con o sin ellos, la Policía también está haciendo todo lo que puede para parar a estos desgraciados y salvar a la mayor cantidad de personas.- Intervino Mark, dándole ánimos a Jim, ya que las palabras de David habían sonado un poco duras.- Además, en estos momentos, no recomendaría pensar en "Umbrella".
David se encogió de hombros y de ahí subió hasta el techo del camión para observar más de cerca el Norte de la Ciudad.
- Oigan, puedo ver el "Hospital General de Raccoon City" desde aquí. Hay movimiento.- Informó el castaño, mientras que notaba unas sombras que iban de un lado para el otro, llegando hasta los oídos del Dr. George Hamilton, quien se subió también para ver qué estaba ocurriendo.
- ¿En qué pisos?.- Preguntó el peli negro y el plomero le señaló hacia los últimos.- Hmmm, son los niveles 7, 8 y 9, incluyendo la azotea. Tal vez haya alguien allí. Puede que consiguieran repeler a los zombies pero...- En aquel momento y viendo de que, posiblemente, el hospital contaría, aún, con las medicinas necesarias, éste decidió pegar un salto y volver a la calle.- Tengo que ir allí.
- ¿Qué?. Pero si dijiste que no irías por lo que escuchaste en esa radio.- Intervino Cindy.
- Lo sé, pero necesito ir a buscar unas cosas, más que nada medicinas. Si algo nos llegara a pasar, alguien se lastima, ¿qué haremos?.- Sostuvo el hombre con calma y poniendo su mano en los hombros de la camarera rubia.
- Si vas a ir allí, yo voy contigo.- Se ofreció la chica en acompañarlo.- Puedo ayudarte con las medicinas.-
- Pero...- Intentó el médico en que se quedara, podía ser peligroso.
- Tranquilo, sé lo que hago.- Le tranquilizó y tras asentir con la cabeza, se dirigió hacia los demás.- De acuerdo, está decidido: Cindy y yo iremos para el "Hospital General" por medicinas y otros pertrechos. Dennos, como máximo, cuatro horas, si en ese plazo no volvemos, váyanse de aquí.- Dejó ese plan establecido.
- Muy bien y si nosotros nos vamos de aquí, por si aparecen los zombies, búsquennos cerca del "Hotel Apple Inn".- Añadió Kevin y tras despedirse, la pareja partió hacia el Norte.
Fueron caminando en silencio, tomando atajos para ir acortando el camino pero evitando los callejones más extensos debido a la presencia de zombies. Cindy iba a su lado y con el bate de baseball en su poder. En un momento dado, ella se detuvo y vio a un enemigo que iba solo, perdido, pensó en atacarlo pero éste se alejó rápidamente, sin prestarles el más mínimo grado de atención. Después del recorrido, los dos consiguieron divisar la entrada del "Hospital General", la entrada estaba ocupada por un numeroso grupo de zombies, dos de ellos estaban dando golpes contra las puertas corredizas, las cuales permanecían cerradas y otros se sumaban a la refriega, ya que eran atraídos por el sonido que se iba expandiendo.
- Por aquí.- Le guío George a ella, dirigiéndose hacia la parte trasera del complejo.- El garage de las ambulancias siempre lo dejan abierto.- Señaló a aquel sector que tenían para estacionar a las mencionadas y así salir en caso de alguna emergencia.
- ¿Es seguro?.- Preguntó Cindy.
- Eso lo averiguaremos cuando hayamos entrado. Este fue uno de los que cayó con mayor rapidez por los zombies. Los iban trayendo, uno por uno, luego fueron en aumento hasta ocupar todas las camas de los "Cuidados Intensivos". Cuando comenzaron a reanimarse, atacaron al Personal y tuvieron que cerrar las zonas afectadas para evitar que tomaran los otros pisos.- Le relataba el médico, mientras que se iban metiendo en el hospital.
Tomando su mano, evitando no activar la alarma de una de las ambulancias estacionadas, George y Cindy consiguieron ingresar, poniendo rumbo hacia el interior del edificio.
("The Hive", OST de "Resident Evil: Outbreak File 1")
https://youtu.be/xyb-LlDptT0
Tras abrir una puerta y caminar por un pasillo, los dos arribaron hasta la Sala Principal. El lugar estaba vacío, las luces prendidas y la recepción estaba cerrada, las persianas bajadas, al igual que en uno de los caminos que llevaba hacia el Oeste. Habían algunos bancos de espera que se emplearon como barricadas para contener a los zombies y papeles por el piso. Daba una atmósfera de miedo, soledad, sin nadie que estuviera rondando por allí. Solo el frío y cruel hálito de la Muerte que era la única que ocupaba el complejo médico.
- El Almacén de Medicinas se encuentra en esta zona. Lo que debemos hacer es ir rápido, tomar todas las que podamos y listo.- Dijo el peli negro y ella asintió en silencio.
Avanzaron y tras abrir una puerta, llegaron hasta la "Sala de las Enfermeras". Su interior estaba desordenado, muebles y sangre por doquier. Papeles tirados por todas partes, así como también los cuerpos de aquellos que no consiguieron salvarse.
- George, mira.- Señaló Cindy y vio que uno de los empleados sostenía una especie de diario personal en sus manos. Lo tomó con cuidado y comenzó a leer.
"Diario del Enfermero:
Deberíamos de habernos desecho de esa cosa cuando tuvimos tiempo. Se ha hecho con el cuerpo de Robert y ahora deambula por los pasillos, hambrienta de sangre.
La herida que me hizo...no consigo cerrarla. Ni siquiera la munición de la Pistola del Guardia de Seguridad consiguió hacerle daño alguno. Se mueve atraída por la misma, por la sangre. No importa cómo, parece no tener punto débil.
Es un "Cazador" y ahora nosotros somos sus presas...Para todos aquellos que vengan hasta aquí...váyanse, no es seguro este lugar...Es una..."Colmena"...una "Colmena de Monstruos"..."
Un escalofrío recorrió la espalda de los presentes, ¿a qué se estaba refiriendo aquel enfermero con esa "cosa". Aún así, ellos tenían una misión por cumplir, así que reanudaron la marcha pero llevándose el diario consigo.
Llegaron hasta el primer piso y con ello a los pasillos. Éste se encontraba completamente abandonado junto a las habitaciones de los pacientes. Una serie de camillas y sillas de rueda rondaban por el lugar, así como también un pequeño puesto de recepción tenía una de las citadas atravesando la ventana, cuyos cristales estaban regados por el piso. La sangre tampoco faltaba y lo peor de todo era ese silencio, uno tan atroz y que podía volver a cualquiera que deambulara por allí. De golpe, unos extraños pasos comenzaron a sonar, proveniente desde los ductos de ventilación y elevar la mirada, algo negro y viscoso, pero vivo, cayó contra el suelo. Tanto George como Cindy alzaron la mirada y tuvieron unos escasos segundos para saltar de allí, justo cuando la rejilla de allí arriba cedía y un amasijo conformado por incontables sanguijuelas aparecieron, controlando el cuerpo de un fallecido.
- ¡¿Qué es esa cosa?!.- Exclamó Cindy.
- Exacto, es lo que decía y advertía el enfermero en su diario. ¡Cuidado!.- Respondió George y la tomó de la mano, huyendo de allí antes de que una especie de "espada" conformada por esas criaturas, los atacara y causara una herida grave. La chica respondió y atacó, pero el golpe no sirvió de nada. Era como si estuviera atacando a alguna superficie blanda y eso era lo que conformaba al extraño personaje que acababa de aparecer.- ¡Pronto, por aquí! ¡Ven!.- Pidió y consiguió abrir el ascensor.
Una vez dentro, George comenzó a buscar uno de los pisos, cualquiera, para poder protegerse ellos dos de ese enemigo.
- Las sanguijuelas...las sanguijuelas están contaminadas con este virus. Pero, hay una forma de poder destruirlo. Ellas odian el calor extremo y seco. Sé dónde podemos encontrarlo.- Dio a conocer su respuesta ante la chica.
- Espero que sirva...Agh.- Cindy lanzó un gruñido y vio que su hombro tenía un pequeño corte sangriento.- Debí de haberme cortado con alguna punta afilada de las camillas o un vidrio.
- Déjame ver.- Se acercó George y comenzó a examinarla.- Tranquila, no es nada. Solo un poco de alcohol y en unos días estarás como nueva.- Auguró éste, calmado, a pesar del momento de terror que se estaba viviendo. En instante, ambos tuvieron un intercambio de miradas y con ello notó cierto rubor, uno muy pequeño, en las mejillas de la camarera. No tuvieron tiempo para decir algo, una palabra más, ya que el ascensor se abrió y allí terminaron en el Piso 5.
En el nuevo pasillo se encontraron con una de las habitaciones que necesitaban: La "Unidad de Refrigeración", en la cual se preservaba, a temperaturas frías, la sangre para las transfusiones necesarias. George tomó un par de bolsas y con ello fueron hasta otra sección, en la cual había una especie de "Cuarto Vacío" y un extraño mecanismo de paneles.
- Ya que él se siente atraído por la sangre, vamos a atraerlo con esto. Esta máquina la instalaron para hacer unas pruebas que nunca se pudieron efectuar, así que la usaremos ahora contra ese maldito. Será su tumba.- Auguró el hombre y tras soltar aquel líquido vital y viscoso contra la superficie, comenzaron a oír pasos. La criatura apareció, abriéndose la puerta corrediza y sin prestarles atención, fue directo hacia el anzuelo plantado.
Con Cindy fuera, George fue hasta el panel, cerrando la entrada y de ahí activaba los paneles de la máquina. En cuestión de segundos, el interior comenzó a volverse cálido y seco como el propio desierto. La humedad que rodeaba a las sanguijuelas comenzó a hervir, un color rojo apareció sobre su superficie, reflejado por los paneles y con ello, el atacante intentó moverse pero cada paso que daba lo iba llevando, poco a poco, hacia la muerte misma. En un momento dado, con todas sus "funciones" destruidas, no pudo seguir más de pie y colapsó contra el piso, dejando un tendal de esas criaturas mutantes muertas al igual que el cuerpo que había usado para moverse. Los últimos estertores y humedad restante, conducido por las sanguijuelas hasta el suelo, terminaron por desaparecer. Una vez acabada la tarea, George apagó la máquina y con ello pudieron ver que el "monstruo" era uno de los doctores controlado por esa aberración de la Naturaleza.
- Jamás había visto algo así. Las sanguijuelas nunca serían capaces de tener una actitud así. No, si esto es producto de la contaminación efectuada por ese virus y "Umbrella" sería la causante...- George hizo una pausa.- No quisiera ni imaginarme de lo que sería capaz en otros animales.
- Ni yo. Además, fíjate en su rostro, las mismas se alimentaron de toda su sangre. Quedó seco y siendo un zombie, ellas eran quienes lo controlaban a él.- Apuntó Cindy, con asombro y repugnancia, ya que podía atisbar una serie de marcas en su piel, sobre todo alrededor del cuello.
El médico se puso de pie y de ahí arrastró el cuerpo del fallecido hasta el exterior. Luego de ello, los dos pudieron reiniciar su marcha hacia el "Almacén de Medicinas", en donde se llevaron lo necesario, incluyendo pastillas, botellas de alcohol, algodón y otros materiales de suma importancia. De ahí salieron hacia las calles.
- Han pasado dos horas, si en las próximas dos más no llegan, tendremos que irnos de aquí.- Informó Kevin a los demás.
- Tranquilo, que llegarán. No son lentos. Además, el "Hospital General" era uno de los focos donde más gente se convirtió.- Le tranquilizó Jim, quien estaba sentado en una esquina de la calle y lanzaba su moneda al aire, atrapándola y viendo su resultado.
Por su parte, Yoko y Alyssa vigilaban de que no hubiera algún tipo de atacante a la vista. En un momento dado, la joven nipona había visto avanzar a un punto negro. Éste iba creciendo hasta adquirir la forma de un perro. Ladeó la cabeza, se preguntaba si estaría bien pero, cuando iba a avanzar, se quedó dura en su posición mientras que el animal gruñía, mostraba los dientes, su piel gangrenosa, cubierta de pústulas sangrientas y en un avanzado estado de descomposición, sumado de que iba atrayendo a otros más de su jauría.
- Oficial Ryman.- Le llamó Yoko y entonces él sacó su arma.
- Escúchame, con cuidado, ¿sí?, con cuidado ve dándote la vuelta y no te separes.- Pidió el hombre, quien les apuntaba a esos "perros-zombies". Eran Rottweilers y el que los dirigía lanzó un ladrido que se hizo presente, dando la señal para atacar.- ¡CARAJO! ¡CORRAN, CORRAN!.- Ordenó Kevin, mientras que la jauría se les venía encima y tuvieron que huir de allí hacia un sitio más seguro, sumado de que, en esos momentos, George y Cindy estaban de camino para reunirse en aquel punto.
[Y el nivel de monstruos sigue creciendo. Ahora han aparecido los "Cerberus" y "El Hombre Sanguijuela", enemigo del "Resident Evil: Outbreak File 1" y que pertenece al nivel llamado "La Colmena", en el "Hospital General de Raccoon City" y uno de los niveles más aterradores, sobre todo por la música y que encima es de noche.
Los supervivientes han tenido que dividirse por el ataque de los "Cerberus", ¿en dónde se volverán a encontrar?. Eso lo veremos más adelante, en el próximo capítulo.
Mando saludos y agradecimientos para MontrealSoldier y Luís Carlos.
Cuídense, amigos y buen inicio de día Jueves de mi parte.].
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