Cuatro
Ann
― Wake up! ―escuchó gritar a Matt al otro lado de la puerta, ella se tapó la cabeza con la almohada y fingió no escucharlo.
No tenía ganas de levantarse.
Se había dormido hacía unas dos horas por culpa de ese maldito libro de hipnotismo. ¿Quién iba a pensar que iba a resultar tan interesante? Apretó la almohada contra su cabeza y se acostó mejor, con su pierna golpeó una libreta y la escuchó caer al suelo, pero le dio igual. Estaba demasiado cansada. Se había pasado toda la noche leyendo, tomando notas de las cosas importantes y practicando frente al espejo cómo mover la moneda de forma constante, ni demasiado rápido ni demasiado lento. ¿Cómo podía ser tan difícil? Sólo era mover una monedita.
Volvió a escuchar varios golpes en la puerta y quiso asesinar a su hermano. No pasaba nada por no ir un día a la Universidad y pasarlo durmiendo.
― ¿Se puede saber por qué tardas tanto? ―preguntó Matt abriendo la puerta, al verla todavía acostada se apoyó sobre el marco de la puerta―. Déjame adivinar, te emocionaste leyendo ese libro de hipnotismo y apenas has dormido.
― Leave me alone, I want to sleep ―gritó lanzándole la almohada a Matt, él cerró la puerta y la almohada se estrelló contra ella. Se revolvió por la cama y se tapó la cabeza con las sábanas, pero su paz y tranquilidad no duró mucho ya que a los pocos segundos Matt volvía a abrir la puerta.
― ¿No tenías hoy una presentación? ―indicó su hermano y ella se quedó pensativa.
― Shit! ―masculló contra la cama antes de levantarse como un huracán, escuchó a Matt reír y ella le recogió la libreta del suelo para lanzarla contra Matt, pero al igual que la almohada, golpeó la puerta.
A toda prisa se duchó para despejarse y poder decir más de dos palabras seguidas, se vistió, peinó y tuvo que decidir entre maquillarse y desayunar. Finalmente optó por desayunar, ella era guapa tanto al natural como maquillada. Volvió a su dormitorio y tras meter sus libretas y libros a presión en la mochila se dirigió a la cocina donde sus padres y Matt terminaban de desayunar.
― ¡Gofres! ―exclamó contenta tomando uno, lo untó con Nocilla* y se lo metió en la boca mientras untaba otro y lo colocaba en una servilleta. Ya se lo comería mientras iba hacia la universidad.
― ¿Vienes hoy conmigo? ―preguntó Matt y ella negó.
― Voy con Triz y Dafne como siempre―contestó después de tragar un enorme trozo de gofre por lo que tuvo que tomar un trago del café de Matt para no morir ahogada.
― ¿En el coche de Triz? ―preguntó su madre y ella asintió―. ¿Pero esa cosa todavía funciona?
― Sorprendentemente, sí―contestó con diversión. Todo el mundo se preguntaba lo mismo y no era para menos. El coche de Triz era un modelo antiguo de Opel Corsa de color verde (o eso suponían), era pequeño y gran parte de su exterior estaba cubierto por cinta americana. Le habían dicho varias veces a Triz que debía llevarlo al taller, pero la testaruda de su amiga se negaba y lo abrazaba mientras le susurraba al coche que no iban a separarlo de ella. Cosas de Triz. Empezaba a entender por qué Héctor huyó.
Vio de reojo como Matt miraba el reloj antes de salir de la cocina para tomar sus cosas, por lo que ella tragó el resto del gofre y se despidió de sus padres con un beso en la mejilla antes de coger su mochila y marcharse con Matt.
Se montaron en el ascensor y ella no pudo evitar bostezar varias veces. Iría a clase, pero se pensaba sentar al fondo y dormir hasta que fuera su presentación. Y después de eso, seguiría durmiendo.
― ¿Seguro que no quieres venir conmigo? ―curioseó Matt.
― ¿E ir en el mismo coche que Dan y Sonia para oírlos discutir sobre los panes-pechos? No, gracias―contestó para darle un mordisco al gofre que se había llevado en una servilleta.
― Pues Triz me va a pagar por grabarlos―contó Matt y ella lo miró, su hermano levantó las manos con inocencia―. ¿Qué?
― Luego no me pidas que hipnotice a Sonia para que no te haga nada.
― Si me pilla le digo que Triz coló un micro y listo―indicó Matt mientras ambos abandonaban el ascensor.
Matt abrió la puerta de la calle y salieron, justo para encontrarse con las hermanas Castillo. Dafne miró con ilusión el gofre que ella se comía por lo que se metió en la boca lo que le quedaba.
― Oye, oye... egoísta―recriminó Dafne―. Al menos podrías haberme bajado alguno.
Intentó responderle pero era eso o masticar y respirar. Y como le gustaba vivir y esas cosas, se concentró en no morir por ansiosa.
― ¿Preparada? ―preguntó Matt a Nora que suspiró pesadamente.
― Dice que hoy se viene con nosotras―apuntó Dafne entre risas por lo que Matt miró mal a Nora.
― No pienso soportar una discusión sobre forma de panes yo sólo―dijo Matt.
― Vale, pero yo voy delante contigo―contestó Nora y Matt asintió.
― Estupendo, así podemos hacer manitas como en los viejos tiempos―habló Matt y Nora frunció el ceño.
― Nunca hemos hecho man... ¡espera! ¡Por eso José se empeña en que no me siente a tu lado en ningún sitio! ―exclamó Nora y Matt comenzó a reírse―. ¡Deja de decirle cosas raras!
― ¿Me he perdido algo? ¿Dónde está Sonia? ¿Y Dan? ―preguntó Triz corriendo hasta ellos para ponerse a mirar hacia los lados.
― Ahí tienes a Dan―dijo Dafne señalando al portal por donde aparecía Dan que le mostraba su móvil a Kyle―. Pobre Kyle.
Si, pobre Kyle.
Estaba segura de que Dan no había parado de intentar convencerlo de que él tenía razón y Sonia se equivocaba.
― Mira, estos si son unos pechos hechos con pan, lo mío ni se parece, ¿a qué no? ―preguntó Dan a Kyle mientras caminaban hacia ellos. Notó la postura incómoda de Kyle y sintió pena por él... Kyle era demasiado bueno para su bien.
― ¡Que eran unas tetas Daniel! ―gritó Sonia―. Hiciste unas tetas, admítelo.
― ¡Que no! ¡Que eran panes! ¡Panes! ―se defendió Dan.
― Que sí, que eran panes, ¡pero con forma de tetas! Y para colmo los frotaste contra tu mejilla...―acusó Sonia.
― Porque estaba orgulloso de cómo me había quedado... ¡Era la primera vez que hacía pan! ―se defendió Dan cortando a Sonia que lo miró enfurecida.
― Luego los miraste, me miraste las tetas y dijiste que tus panes eran más grandes...
― ¡Es que eran más grandes! ―exclamó Dan.
― Idiota―mascullaron todos a la vez.
― Vamos como si tú estuvieras bien distribuido, me he tenido que comprar un juguetito en Amazon para cubrir tus deficiencias―indicó Sonia ante las miradas de asombro de todos.
― Imposible―dijo un sobrado Dan a Kyle por lo que no pudo esquivar el zapato que golpeó directamente su entrepierna, así que Dan cayó de rodillas mientras miraba mal a Sonia que sonreía satisfecha―. ¡Nuestros hijos! ¡Que los matas animal!
― ¡Que te den! ―dijo Sonia dándose la vuelta y marchándose dignamente hacia el coche de Matt.
Matt y Nora compartieron una mirada antes de separarse; y mientras Nora recuperaba el zapato de Sonia y se lo llevaba, Matt ayudaba a Dan a incorporarse. Triz silbó y Matt le levantó el dedo pulgar antes de irse. La peliblanca asintió contenta y se dirigió a su coche seguida de Dafne.
Kyle, que hoy llevaba una sudadera de color rojo, la señaló con el dedo.
― ¿También soñaste con panes? ―le preguntó Kyle y ella estalló en carcajadas para empezar a toser. Kyle se acercó a ella y le dio palmaditas hasta que estuvo mejor.
― Gracias―dijo con sinceridad, luego señaló el coche de Triz donde Dafne ya había empezado a pitarle para que fuera―. ¿Te vienes?
― Preferiría que no...―dijo Kyle y ella puso los ojos en blanco.
― Venga, es más seguro de lo que parece―dijo tomándolo del brazo y obligándolo a ir con ella―. Lo peligroso de verdad es Triz.
Ambos se montaron en la parte trasera del coche y después de tres intentos para que el coche arrancase por fin pudieron ponerse en marcha hacia la Universidad.
Una vez que llegaron, se despidieron y cada uno caminó hacia su facultad. No supo por qué, pero volteó para ver cómo Kyle se alejaba de ella. Había sido muy gracioso verlo preocupado porque sus cinturones funcionasen correctamente. Bostezó pesadamente y decidió ir a clase, sí quería buenos asientos para dormir, debería apresurarse.
*********
Presentación realizada con éxito.
Se bajó del pequeño escenario no sin antes entregarle un ticket canjeable por una sesión en su diván a su profesor y sonrió contenta. Estaba segura de que como mínimo tendría un notable. Su presentación había sido perfecta. El profesor no había tenido que corregirla ni una sola vez (al contrario que a otros compañeros que también exponían sus trabajos hoy) y había sabido responder a todas las preguntas de su profesor y compañeras sin dudar.
De hecho, hasta había sido una presentación un poco aburrida. En Góngora las presentaciones siempre eran más intensas y solían acabar en absurdas pero argumentadas discusiones.
Regresó a su sitio en la última fila y se dejó caer en él. A pesar de haber echado una pequeña siesta durante la clase anterior, todavía seguía teniendo sueño. Sopesó el volver a dormir pero no creyó que fuera buena idea, ya había pasado bastante vergüenza diez minutos antes cuando le dieron un codazo para despertarla y ella había gritado "I am not sleeping" mientras se levantaba a toda prisa con un trozo de folio pegado al rostro.
Miró a su alrededor y rezó porque nadie la hubiera grabado, porque si eso estaba grabado sólo era cuestión de segundos que ese vídeo llegase hasta Triz. ¿Cómo? Ni idea. Pero Triz siempre conseguía vídeos de todo.
Así que, dado que no iba a dormir, decidió enviarle un mensaje a Dafne para informarle sobre su exitosa presentación. Como seguramente su amiga estaba entretenida en clase, decidió prestar un poco de atención a la chica que exponía su trabajo. Pero para su sorpresa Dafne le respondió rápidamente.
"Oye, oye... obvio que ibas a arrasar!! En Góngora siempre los dejabas a todos callados en tus presentaciones, ¡esto es pan comido para ti!"
"Aw! Mañana te bajaré gofres"
"Con que hipnotices a mi padre y lo obligues a cancelar todas sus estúpidas excursiones me conformo"
"¿A dónde quiere llevarte ahora?"
"A una granja a que aprendamos a ordeñar vacas, cuidar animales y yo que sé... Me mandó un mensaje hace un rato para decirme que lo estaba organizando con Ricardo Duarte.... ¡Y eso significa que el idiota de Damián también va a ir!"
"No te preocupes, yo me encargo. Hipnotizaré a tu padre para que se le olviden las excursiones y a Damián para que sea un pato *carita de angelito*"
"Por cosas como estas eres mi mejor amiga *emoji enviando abrazo virtual*"
Sonrió y seleccionó el mismo emoji pero justo cuando lo iba a enviar le llegó un aviso de que Triz había enviado un vídeo al chat grupal. Entrecerró los ojos y sus peores pensamientos se confirmaron en cuanto abrió el vídeo y se vio a sí misma medio adormilada.
¿Cómo? ¿Cómo era posible que Triz hubiera conseguido ese vídeo tan rápido?
Miró a cada uno de sus compañeros y compañeras con rencor. Ese traidor o traidora que aprovechase sus últimos minutos de tranquilidad. En cuanto descubriese quién le había pasado el vídeo a Triz, podía darse por muerto.
"Oye, oye...Tengo mi pistola eléctrica cargada y a tus órdenes. Dime quién y lo frio como a una patata *Emoji demoniaco*"
Leyó el mensaje de Dafne y sonrió. Que bueno era tener una mejor amiga en tu vida.
Volvió a mirar a su alrededor y lo que quedó de clase se dedicó a hacer un mapa y un listado de sus compañeros. Iba a averiguar quién le había pasado el vídeo a Triz e iba hacer que se arrepintiese durante el resto de su vida.
La hora de clase terminó justo cuando ella finalizó su mapa de compañeros. Así que decidió seguir su investigación con Dafne, metió todas sus cosas en la mochila y salió del aula. Miró el reloj y suspiró. A Dafne aún le quedaba al menos otra hora de clase, bueno a ella también, pero tenía cero ganas.
¿Y ahora qué?
Podía ir a la cafetería de Derecho a esperar allí a Dafne. O podía darse un saltito por Química y visitar a Kyle.
Ladeó la cabeza y sopesó las ideas hasta que sonrió.
Iría a visitar a Kyle.
Con paso decidido abandonó su facultad y se dirigió a la Facultad de Química. Cuando pasó por el parking se fijó en si el coche de Raúl todavía seguía envuelto en papel de celofán y sonrió al comprobar que así era. Se lo tenía bien merecido.
Entró en la facultad y se detuvo en la entrada. No recordaba muy bien dónde era la clase de Kyle, y aunque recordase mínimamente cuál era, podía estar en una de las aulas de prácticas. Se encogió de hombros y decidió recorrer todos los pasillos, total no tenía nada mejor que hacer y era una buena oportunidad para repartir sus tickets a los estudiantes que encontrase por el pasillo. Cuantos más tickets repartiese más probabilidades había de que alguien se atreviese a pasar por su diván.
Estuvo dando vueltas durante unos quince minutos hasta que encontró a Kyle, o al menos supuso que era él. Se asomó una vez más por la pequeña ventana de la puerta y sonrió satisfecha. Era Kyle, estaba completamente segura. Ningún otro estudiante se escondería tan bien bajo una capucha. Dejó su mochila en el suelo y se asomó mejor, como era de esperar, Kyle miraba la pizarra, aunque de vez en cuando desviaba la mirada hacia la chica de pelo negro que se sentaba a unas cuatro filas de él.
Puso los ojos en blanco.
No entendía que tanto le costaba decirle "hola". La chica era mona, sí. Pero tampoco era para tanto. Y si él fuera feo o estuviera desfigurado, entendería su timidez. Pero Kyle era lindo. Muy lindo.
Bueno, por suerte para Kyle. Ahí estaba ella para ayudarlo a superar esa absurda timidez.
Se quedó mirando un rato más por el cristal y se puso a hacer tonterías pensando que como la anterior vez Kyle ni se daría cuenta de que estaba ahí, pero para su sorpresa su amigo la pilló mientras sacaba la lengua y le envió un tímido saludo. Con un poco de vergüenza le devolvió el saludo y se apartó de la ventana.
Lo esperaría. Total, no creía que le quedase mucho tiempo más de clase. Se sentó en el suelo al lado de su mochila y sacó la libreta con la lista de sus compañeros de clase. Tenía trabajo que hacer.
Kyle
Tenía que hacer algo.
No podía seguir observando a Elsa y no decirle nada. Como siguiese así parecería un acosador. Bueno, por suerte o desgracia ella no se había percatado de sus miradas furtivas, de hecho, estaba bastante convencido de que ni si quiera se había percatado de su existencia.
Apartó la mirada de ella y volvió a mirar la pizarra.
Cada vez se veía más tentado de aceptar la oferta de Ann. ¿Qué mal podría hacerle sentarse un par de días en su diván? Con ella podía hablar fácilmente, a lo mejor podía darle tips o consejos para que le fuera más fácil hablar con Elsa.
Ann.
Recordó como la rubia se había dormido un par de segundos en el coche de Triz y había apoyado la cabeza contra su hombro hasta que Triz dio un frenazo. Había sido raro. Se había sentido raro.
Miró hacia la pequeña ventana que había en la puerta y se sorprendió al ver a Ann haciendo muecas. Rio divertido y la saludó con timidez, ella pareció sorprendida pero enseguida le devolvió el saludo antes de desaparecer.
Seguramente había ido allí a pedirle algún tipo de veneno para Triz.
Estaba en ese chat grupal, había visto el vídeo donde una adormilada Ann gritaba con un folio pegado a su cara algo en inglés. Su reacción había sido de lo más Ann, tras despejarse, había hecho una bola con la hoja y se la había lanzado al compañero que la había despertado. No quería ser el que la hubiese grabado.
Sonó el timbre que indicaba el final de la clase y recogió sus cosas con rapidez. Salió de la clase y se encontró a Ann sentada en el pasillo mientras examinaba su libreta con gran concentración.
― ¿Qué haces? ―curioseó con miedo, Ann levantó la cabeza y lo miró con una sonrisa malévola.
― Después de examinar el vídeo durante incontables veces, he llegado a la conclusión de que la persona que me grabó debía estar sentada por esta zona―indicó Ann señalando una parte de la hoja que había rodeado con un círculo fucsia.
― No me gustaría ser esa persona―murmuró viendo como Ann cerraba la libreta y la guardaba en su mochila―. ¿Y qué haces aquí?
― Esperarte―contestó Ann con simpleza y él se quedó mirándola―. ¿De casualidad tienes algo que pueda echar en la comida de Triz? ¿Algo como laxante? ¿O veneno? ¿O alcohol tan concentrado que la haga estar borracha en menos de un segundo?
― No―dijo aguatándose la risa al ver la cara de decepción de Ann―. ¿No te queda nada de lo que te di estando en Góngora?
Curioseó mientras le tendía la mano derecha para ayudarla a incorporarse. Ann se quedó pensativa mientras tomaba su mano y se ponía en pie.
― No, creo que lo usamos todo contra Quevedo―contestó Ann y él asintió―. Sí, lo usamos todo contra ellos, me acuerdo que Ren me hackeó el ordenador cerca de un mes hasta que se le pasó el enfado.
― Espera, ¿fue por eso por lo que todos estuvimos cerca de un mes con los ordenadores hackeados? ―indagó y Ann asintió con fuerza, abrió la boca para quejarse, pero justo pasó Elsa por delante suyo así que cerró la boca de golpe y la siguió con la mirada hasta que desapareció de su vista.
De reojo vio como Ann ponía los ojos en blanco.
― Sólo dile "hola" ―dijo Ann y él negó con la cabeza.― No entiendo tu timidez, ella no es tan guapa y tú eres lindo.
Masculló Ann más para sí misma que para él. Pero eso no evitó que sintiese sus mejillas arder, por lo que agradeció que su rostro estuviese bien oculto bajo la capucha.
― ¿Entonces mañana a las 10 en mi diván? ―preguntó Ann pero no le dio tiempo a responder―. No, mejor por la tarde, así me da tiempo de releer el libro de hipnotismo.
Continuaron caminando juntos mientras ella hablaba sobre hipnotismo. La verdad es que creía que todo lo que decía eran tonterías, pero se veía tan emocionada hablando que no quiso interrumpirla y la escuchó atentamente. Al parecer se había pasado gran parte de la noche estudiando el libro y tomando notas para poder hipnotizarlo y ayudarlo a superar su timidez. Algo que lo enterneció bastante. Ann era muy amable cuando se lo proponía.
La miró fijamente y suspiró. A lo mejor no era tan mala idea ceder y sentarse en su diván.
¿Qué era lo peor que podía pasar?
-------------------------------------
La nocilla es una crema untable de cacao, algo así como la Nutella pero made in Spain xD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro