El ser raro abrió la alcantarilla y entró casi cerrándola por detrás, pero la pulpo con agilidad pudo detener la acción. Con ello tuvo ventaja. El contrario no se dio cuenta.

Octobella, ya adentro, visualizó un camino no tan largo, paredes y un techo de piedra verdes, ese pintado del color no era tan perceptible. Se escondió entre unas cajas al terminar ese espeluznante pasillo.

Sintió un fuerte bullicio, eran voces, música y risas. Además de pasos. La pulpo vio un poco mediante la abertura de una caja.

—Ninja Nocturno —llamó un niño al que recien entraba—. Has venido. Creí que no te vería esta noche.

El ninja se rió—. No me digas, no fue fácil.

Después de eso, el ojiazul se fue a jugar junto al de bata de laboratorio. La de palpos estaba desconcertada, no tanto por ver a Romeo ni al ninja, era más por ver a varios villanos en un mismo sitio.

—Oh, rayos. Bolas de pelo, ¡largo de mi espacio personal! —Romeo se sentó sobre un banco, para separarse de los lobeznos a su lado.

«¿Qué hacen ellos aquí?» pensó Octobella.

Salió de aquel escondite, entonces pudo apreciar mejor sus charlas.

—¿Ah? Howler, mira a quien tenemos aquí —informó Rip, aferrada a Kevin.

El lobezno mayor volteó para mirarla, acción que hizo brincar un poco a la chica pulpo. El Ninja Nocturno y el científico se rehusaron a decir unas palabras, realmente no les tomó sorpresa.

—¿Niños villanos o intentos de villanos? —interrogó la ojiceleste.

—Hola, niña pulpo. Por si no lo sabías el silencio predomina el afuera, en este sitio es todo lo contrario; este es un club nocturno sólo para villanos. Ya que entras, siempre estamos dispuestos a recibir a otro más. Sólo no nos delates —explicó Kevin con inocencia y amabilidad.

—¿Mmm, club nocturno? Esto debe ser una burla.

—No, no lo es. Mira a ese robot. —Apuntó al que traía sombrero de pirata y una espátula simulando una espada—. Él inventó esta dinámica. —Sonrió.

La criatura turquesa levantó una ceja extrañada. De repente, la música se hizo incontrolable. Se dio cuenta que esto hacían en sus tiempos libres, cuando no querían batallar contra los héroes.

Ellos eran noctámbulos, quienes salían a divertirse con juegos, baile y charlas sin discutir. Un ambiente inusual para estos adversarios.

—También te preguntarás porque estos días suenan muy tranquilos para los héroes, pues pensé que la distracción sería nuestra mejor aliada. Que no hayan peleas que afrontar —dijo Robot Pirata.

—Ahh, eso era.

—Sí, ¿te gustaría tomar algo?

—¿Tomar algo?, ¿aquí tienen jugo?

—Desde luego, tenemos: agua, jugo de mango y manzana, batido de fresa con crema, y leche con chocolate, eso es todo. Me avisas si es que quieres algo especial.

—Que antojo, claro. Quisiera agua. —Rió amistosa.

—Voy por el, regresaré en unos momentos. —Este le guiñó un ojo.

La pulpo se quedó a esperar, mientras lo hacía miró que alguien llegaba al club, otra noctámbula a la lista.

—Aquí estaban, cómo no se me ocurrió antes. —Se acercaba una niña albina de traje oscuro al ninja y Romeo.

«¿La niña lunar también lo sabía?» se cuestionó la pulpo, con una mano en su mentón.

—¿Luna? ¿qué haces acá?, pensé que estarías con tus amigos, los insecto-héroes —mencionó el de bata, sin quitar su vista del juego.

—Es verdad. Ni siquiera sales para intentar derrotarlos, eres muy aburrida. —Se metió a la conversación el Ninja Nocturno.

—Tú callate, Romeo. ¿Estresas si?, miren, estos días no he estado haciendo nada malo, sólo pintar y estar con mi hermanita. ¿Qué más puedo pedir?

—Suenas como un héroe. —Sonrió burlón el científico.

—No soy un héroe, en ese caso sería heroína. ¡Pero no lo soy, paren sus especulaciones!

—¿Entonces cómo explicas tus acciones? —interrogó el ninja.

—Sólo... —Se tocó la cabeza con frustración—. Sólo les hice un favor al no estar atacando, ustedes están casi igual a mí. Bueno, no tanto. Pero yo sigo siendo villana, con la diferencia de que no pretendo molestarlos otra vez, ellos me han ayudado.

—Igual debemos de cuidarnos.

—¡Ush!, no les hablé ni de este lugar.

—Bueno.

—Okay

Octobella siguió observándolos, como estos se dirigían entre sí, como otros hablaban con ellos o simplemente su pasar en esa noche. Ellos se divertían con juegos de mesa, como el Jenga, las damas o domino, entre otros.

—Hey, marinera. Tu agua. —Se rió Robot Pirata.

—Oh, pues gr-gracias, je...

El robot notó una intranquilidad en la pulpo al hablar. Su pollo también, este mismo salió de su sombrero.

—¿Qué pasa? ¿no sabés decir gracias verdad? ¿o es qué te sientes rara al decirlo?

—Mmm, tú lo dijiste. —La ojiceleste evadió más cuestiones.

El pequeño robot la miró y soltó una carcajada amistosa, después le brindó el vaso y esta lo agarró.

—Tranquila, pasada esta noche no ha pasado nada. Podrás atentar contra mí y los demás, como si todo siguiera igual. Esa es la perspectiva de los héroes.

Mientras la música seguía, la chica pulpo asintió y el pequeño robot pirata aplaudió, combinando con la canción que sonaba.

—Wow, si que te gusta la música —comentó Octobella.

—Claro, marinera. Ojalá disfrutes este ambiente.

•

Los minutos pasaron volando, como palomas en un fuerte viento. Esto para la pulpo fue imprevisto, puso sus brazos sobre la mesa de madera en la que tomó asiento. Intentaba pensar.

«¿Que podría hacer ahora?, ya sé. A seguir investigando»

—Estaré por ahí... —avisó sin ver al robot.

Paseó por el lugar de reuniones, lo supo cuando caminó por esos sitios y contempló una puerta con una madera que decía "sala de reuniones". Luego, siguió y en eso halló un cuarto con una tenue luz.

Sus tentáculos palparon aquel cuarto y permanecieron estáticos sin más. Ojeó unas cajas y una pared repleta de cuadros.

—Uh, esto parece antiguo. ¿Qué es esto?

Ella tocó la caja del suelo, vio un pequeño cartel que decía "Cosas pérdidas". Abrió el abjeto y halló algunas pertenencias de otros villanos o conocidos.

—Tal vez esto me ayude.

Sus dedos tocaron un poco el interior de la caja y arrastró lo que agarró hasta fuera de la caja, suspiró, mientras la música apenas se oía por ese solitario cuarto.

—Estos deben ser algunas de sus cosas que no han sido confiscadas. Que curioso, ¿cómo es que siguen aquí? ¿cómo lograron mantenerlas ocultas? —Encontró también una historieta y una revista. Su extravagante cabello se movió con temor, Octobella no comprendió ese sentimiento por lo que, tomó asiento en el suelo—. Y bien, ¿qué significará esto?

—Quizás no lo sabes porque te estas entrometiendo —le contestó una voz irreconocible para la pulpo.

Ella se giró y se limpió las manos, para después mirar al de la voz.

Reconoció esos colores, esa personalidad de competitivo y no pudo evitarlo, sus mejillas se calentaron.

—¿Mmm?, tú, eres tú. No creí que estarías aquí... que serías así.

—Ja, pero si siempre me meto en donde quiero. Un ninja sabe lo que quiere, pero el mejor de todos soy yo. —Se señaló presuntuoso.

Ella le sonrió, pensó por un momento que decir.

—Ya veo. Tal vez nadie tuvo el valor de decir que tus planes si son geniales, podrían resultar.

—La verdad no lo han dicho, pero es bueno que lo sepas. Un gusto. Ninja Nocturno, criatura marina antropomórf...

—Me llamo Octobella.

•

Romeo miraba a Luna, esta yacía recargada contra la pared, el científico tomaba jugo de manzana con un sorbete en calma.

—Y bien, ¿ya alejaste tus pensamientos de ser héroe de la noche?

—No has cambiado en nada.

—No tengo porque-¡ahh!

—¿Eh? —La albina miró de donde provenía el susto de Romeo, al final se quedó paralizada—. Es el niño raro, oh.

—¿Niño raro? querrás decir su futuro soberano y monarca.

Estas palabras dejaron temblando a los dos villanos.

—Pero, —Pausó su oracion mientras observaba el sitio—. Esto es diferente e interesante, después de todo no son súbditos aburridos...

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Uff, este cap es bien largo y por eso lo dividí en dos partes. Me divertí bastante haciéndolo, hace tiempo no hago caps extensos ;)

Bueno eso es todo, ¡gracias por leer!