Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La casería del juramento




Zusure sacó un mazo de su espalda y lo apuntó a Rugar, este lo vio de frente mientras buscaba en su cuerpo algún arma para defenderse, pero Zusure le saltó encima sin darle tiempo, parecía una gacela al saltar, dejó caer sus piernas en los hombros de Rugar llevándolo al suelo, el sonido que emitió fue bofo.

—Cranck, cranck, cranck —Río descontroladamente — Martillar, martillar, vamos a ver de qué color es tu cabeza.

Zusure tenía el mazo sostenido con ambas manos mientras lo dejaba caer en la cabeza de Rugar una y otra vez, los gritos de Rugar fueron indescriptibles su asombro y dolor se mezclaban con cada "cranck" que Zusure cantaba como melodía acompañada del sonido del cráneo agrietándose, su cara se fue deformando, estiro su mano a Krist en busca de ayuda, pero este ya corría hacia mí con su arma en el aire.

Todos comenzaron a moverse en búsqueda de una víctima; Belesemu chocaba sus machetes alargados dirigiéndose a Biller, mientras que Nazarí había dejado de estar en el suelo donde había estado llorando, desapareciendo.

—¿Krist? —Su mirada tenía furia — Espera, no debemos

Comenzó a correr desviándose a un pilar que sostenía el segundo piso de las habitaciones, tomó una lanza con una punta de piedra tallada y la lanzó a mí. Actúe con rapidez y logre agacharme, aun así, pasó a unos metros de donde yo estaba, clavándose en un pilar a mis espaldas.

—¿Krist? —La impresión en mi voz me hizo reaccionar.

Me mataría, su mirada estaba sobre mí, comencé a correr a mi habitación, podía arriesgarme a pelear con cualquiera menos con él.

—¿A dónde vas cobarde? ¡Regresa! —Su gritó me mareaba.

Llegue a mi habitación la cerré con fuerza y moví la cama bloqueando la puerta, me puse del otro lado y empuje con fuerza la cama mientras sollozaba, el ruido de la pelea afuera de mi habitación era evidente. Esperaba que Krist intentara derrumbar la puerta a golpes, pero parecía haberse rendido conmigo.

Estaba seguro de que Krist alcanzó a lastimarme de algún modo, palpe mi pecho en busca de alguna mancha de sangre, me vi las manos esperando encontrar algo, el dolor que sentía era desbordante, me tire al suelo e intente halar aire, mi corazón latía fuerte y mi respiración era muy acelerada, mis manos sudaban, todo me daba vueltas. Necesitaba aire, mis pulmones se rehusaban a dejarme inhalar, me quite la camisa y tome mi garganta buscando alguna herida. No había sangre, me tire al suelo con lágrimas brotando de mis ojos, comencé a ver manchas negras y a sentirme mareado, todo se puso oscuro. <<Mi corazón dejara de latir en cualquier momento>>. Me desvanecí con la voz de Krist gritando fuera de mi habitación.

—¡Se acabo la cacería, deténganse!


· · • • • ⚔︎ • • • · ·


El calor me despertó, estaba exaltado y sudando, el sonido de las cigarras inundaba todo el lugar, parecían cantar con fuerza rogándole al cielo que lloviera. Eso significaba que próximamente habría lluvia, me sentía desorientado, no entendía que había sucedido, intente recordar y pronto mis pensamientos fueron llenados con el recuerdo de anoche.

Me levanté a prisa buscando la Santoku, la encontré en el suelo cerca de la entrada, la había dejado caer al bloquear la puerta con la cama. Intente escuchar que sucedía en el exterior, pero no había ruido, no me arriesgaría a salir así que decidí buscar una botella de agua para hidratarme un poco y tome asiento en la cama.

Llevábamos tres días en la casa de thanos lo que significaba que restaban once días para sobrevivir, no dejaba de pensar en Krist, su mirada y la forma en que me había lanzado esa lanza, la cabeza de Rugar deformándose y los ojos de Nathel, no estaba seguro de sobrevivir tanto tiempo en este lugar.

—¿Por qué? ¿Por qué acepte entrar? Maldito Li me hiciste venir para dejarme solo.

En ese momento recordé; Sí Li logró sobrevivir llegaría hoy, lo dejarían en la casa y él no sabía nada, necesitaba salir, debía ir a buscarlo, pero como podría estar seguro qué consiguió mantenerse vivo y lo traerían de ser así ¿A qué hora seria? No tenía noción de cuanto había dormido, posiblemente había llegado ya mientras yo dormía, necesitaba salir de la habitación.

Me sentía incomodo, mi cuerpo estaba cansado no dejaba de dar vueltas mi cabeza y sentía miedo, pero necesitaba comprobarlo, no podía permanecer once días encerrado si acaso tenía comida y agua solamente para un día más.

Respire hondo, llene mis pulmones de aire y lo deje salir con un soplo fuerte, repetí lo mismo.

—Rey, no seas cobarde — Dije para mí.

Tome el cuchillo con una mano, busque mi navaja, no la encontré, posiblemente la había dejado caer ayer durante el alboroto, moví la cama intentando hacer el menos ruido posible y abrí la puerta despacio, con cada rechinido de las bisagras me detuve un instante.

Salí de mi habitación, el cuerpo de Nathel seguía tirado en el suelo, sobre el posaban dos aves grandes que comenzaban a tirar de su piel dejando trozos descubiertos a carne viva, los ojos que me habían observado con vacío ya no estaban en sus cuencas, en su lugar líneas de sangre lo sustituían con hoyos profundos. Busque señales de otros cuerpos, pero no había nada, el cuerpo de Rugar había desaparecido solo quedaban algunos trozos de cráneo y sangre donde fue asesinado. Corrí en silencio al baño, pero no sin asegurarme que no hubiera nadie cerca o alrededor, solo me tomó un momento salir del baño, respire nuevamente hondo e intente correr a la salida, sin voltear atrás. Li podría llegar en cualquier momento, necesitaba estar afuera de la casa de thanos para ver cuando llegara, pero no podía permanecer en el patio de entrenamiento.

No parecía haber señales de la llegada de Li, estaba decidido a que nada me detendría para salir de esta casa, estire mis piernas lo más que podía con cada zancada, estaba a medio patio divise que Krist salía de su habitación, posiblemente había hecho más ruido del que tenía pensado.

—Rey, espera Rey —Comenzó a correr a mí.

Intente acelerar mi paso tropezando por voltear a ver a Krist y trastabille ambas, manos me detuvieron de dejar la cara en el suelo, me enderece y emprendí nuevamente mi carrera. Krist corría detrás, debía alejarme de él, quería matarme, va a matarme y la salida estaba cerca, no podía dejar que me alcanzara. Mi respiración era acelerada, los pulmones me picaban, no dejaba de jadear.

—¡Rey detente, entiende maldición!

Quiere matarme no dejaba de repetirme esa idea mientras recordaba sus labios, el calor de su cuerpo, las noches en el risco y la noche que me fui de su casa sin voltear atrás. Se lanzó a mi cayéndome encima.

—¡Suéltame! — Intente zafarme de su cuerpo, pero su cuerpo cubría toda mi espalda – Si tanto querías matarme no necesitabas esperarte a la purga para hacerlo.

Me giró y dejo caer su puño en mi mejilla haciéndome callar, estaba atónito, podía verlo sudando encima de mi jadeando.

—Deja de comportarte como si no supieras de que se trata esta contienda.

—¿De asesinar a tus examantes?

—Si mueres que sea por mis propias manos, pero no seas tonto, no dejare que nada te mate antes que yo.

Recogio una piedra de un costado y la arrojo a la entrada, una luz electrificante inundo la entrada y la piedra se volvió polvo, el aire atrajo la tierra de la piedra hacia nosotros.

—En verdad crees que nadie ha salido de la casa porque desean matarse unos a otros, lo mencionaron al llegar; Quien intente salir morirá si quiera antes de intentarlo.

—¡Yo jamás escuche eso!

—Seguramente porque estabas cuidando de tú Li mientras explicaban.

—¿Pero?...

—¿Qué, de nada? Eso es lo que querías decir, no fue nada, intenta dejar de morir por ti mismo.

—Espera ¿A dónde vas? — Se levantó dejándome en el suelo, no entendía que intentaba con todo esto.

—Alejarme de ti, no me interesa estar cerca de ti más tiempo.

—Entonces ¿Por qué no me dejaste morir? Si tanto te molesta mi presencia — Sabía que estaba comportándome infantil y aun así no me detendría.

—Ya te lo dije, si vas a morir será porque yo te matare.

—Entonces, hazlo — Estire la Santoku que aun llevaba en mi mano a él.

La verdad no sabía que esperaba de esto, simplemente estaba avergonzado por no saber algo tan importante y porque él había tenido que salvarme dos veces he intentado matarme una. Se dio la espalda riéndose, pero algo lo hizo volver a girar a ver por la entrada, giré para observar que llamaba su atención, pero no vi nada. Corrió a mí y estío su mano.

—Dame la mano ¡Vamos, no tenemos tiempo!

Confundido le di la mano y el me estiro levantándome del suelo y comenzó a correr lejos de la entrada.

—¿Qué te sucede, el calor ya te hizo una mala pasada?

—¡Cállate y corre!

Una lluvia metálica comenzó a atravesar detrás de nosotros y se dirigía a donde nos encontrábamos, el suelo se levantaba dejando agujeros pequeños donde antes me encontraba yo, acelere sin mirar atrás. El brazo de Krist, el corriendo frente a mí, su mano, sus dedos me llevaba a recordar.


· · • • • ⚔︎ • • • · ·


—¿Algún día podríamos llegar a ser Tandems?

—De que hablas, sabemos que a ti no te agrada ser de alguien o sentir que pierdes tu libertad.

—Pero Rey, tú eres mi libertad, te has vuelto mis alas, no quiero perderte.

—Deja de decir tonterías — Me veía fijamente

—¿Mi amor por ti te parece una tontería?

—Claro que no Krist, es solo que, si me descuido te perteneceré y podrías llegar a destruirme.

—Nunca te hare daño Reinar ¿Puedes ver eso? — Señalaba al cielo oscuro donde dos estrellas brillaban juntas.

—Somos nosotros, mientras tu brilles a mi lado yo seré tuyo.

Sus labios cubrieron mis palabras antes de poder dejarlas salir, sus manos calmaron mi ansiedad por hablar y nos entregamos, brillamos juntos aquella noche como esas estrellas en el cielo, permaneciendo cerca una de la otra.


· · • • • ⚔︎ • • • · ·



—¡Algo viene detrás de nosotros Krist!

—¡No dejes de correr, no te detengas!

Escuchaba el silbido del aire siendo cortado por la ráfaga, parecía lamentarse por ser atravesado con tanta velocidad, Krist tiraba de mi hasta llegar al baño al final del patio de entrenamiento, entramos y cubriéndome con su cuerpo, podía sentir su respiración agitada, los bellos en su brazo estaban en mi rostro, abrazándome la cabeza, mis labios estaban pegados a su cuello haciéndome sentir la palpitación de su corazón que subía por sus venas. Por un momento me permití recordar, mis noches en vela a su lado, la sensación de sus labios, sus juramentos, su cara enojada, la sonrisa en sus labios, su aroma; dulce amargo despido.

—¿Estas bien? —Su voz me regresó a la realidad

—Si — dude antes de responder y se denoto en mi voz.

No dejo de cubrirme aun después de responder, intente decirle algo que me permitiera estar más tiempo cerca de él. Ya se estaba levantando, poniéndome detrás de él.

—Vamos, veamos que fue todo eso.

—No tengo el cuchillo, lo dejé caer cuando corríamos —Le dije mientras buscaba algo con qué defenderme.

Busco en su bolsillo y sacó la navaja oxidada que había perdido.

—Ten, encontré esto, no la vuelvas a perder cuando te la regale no fue con la intención que la perdieras. —Miré atónito la navaja recordando el motivo que me había hecho perderla.

—Gracias — La tome sin verlo a la cara.

Cuando abrió la puerta del baño todo el campo de entrenamiento estaba lleno de agujeros y un camión blanco estaba al centro, detrás tenían barras de metal características que había visto anteriormente. Dos verdugos salieron de la parte trasera arrojando a un hombre del camión; Este estaba vendado de las manos y cubierto de la cabeza.

—¿Qué mierdas les sucede? Gracias por el paseo ¿Les debo algo hijos de? — Una patada en el costado calló al chico.

—¿Linar? — Hable sin esperar respuesta.

—¿Rey, estas ahí? Ayúdame entre los dos pondremos en su lugar a estos mald. —Otro golpe en el costado lo hizo callar.

Intente acércame a Linar para ayudarlo, pero Krist me sujeto del brazo deteniéndome.

—Espera.

Los dos verdugos nos apuntaban con sus lanzas electrificadas, regresaron al camión y arrancaron comenzando alejarse.

—Ahora si vallamos por él. — Me soltó del brazo.

Nos acercamos a Linar y corte las cuerdas de sus muñecas y pies mientras Krist le retiraba la tela de la cabeza.

—Ve por tu cuchillo yo me encargo. — Krist sonaba frio.

Corrí a mi Santoku y la recogí del suelo, parecía intacta la lluvia de metal no le había hecho daño, entonces un ruido atravesó el cielo y junto a él una voz lo acompañaba.

—Casa de thanos, habitada por topos, se les notifica que su residencia se ha reducido, no podremos esperarlos once días a que mueran, les quedan cinco días para decidir quienes merecen ser los cinco eros que saldrán vivos. Dejaremos que tomen su decisión en calma.

El ruido se detuvo, pero al fondo pude observar aquello que había llamado la atención de Krist hace unos momentos, la yerba fuera de la casa parecía volar por los aires, como sí un viento fuerte la hiciera levantarse en trozos.

—¡Krist Linar! ¡Corran! Demonios ¡Corran! — Arranqué hacia ellos.

Krist estaba a un costado de Linar mientras este se sacudía el polvo del cuerpo, ambos me observaban curiosos de mis palabras, entonces Krist entendió porque estaba corriendo a ellos.

—¡Maldita sea corre hacia el otro lado! — Krist se dirigía a prisa a mí.

Me tomó del brazo y me jaló pasamos a un costado de Linar cuando la lluvia de metal regreso a cubrir el patio de entrenamiento inundando poco a poco todo el espacio libre. Sujete a Linar del brazo y lo hale hacia nosotros, su consternación lo hacía reaccionar lento, giramos a una habitación y nos arrojamos a ella.

Linar y yo aun estábamos en el suelo jadeando cuando Krist cerró la puerta dejándonos a los tres dentro, a un costado de la puerta descansaba la lanza de Krist la cual tomó y nos apuntó ambos que aún nos encontrábamos en el suelo.

—¡No se muevan! — Krist se veía agitado, decidido y frio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro