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Castigo del cielo



Me deje caer en el suelo recostándome por un momento, observe el cielo y aún conservaba la cabeza en mis hombros. Alguien discutía cerca.

–¡Van a romper la alianza, traidores! – Zusure estaba alterado frente a Its.

–¡Nosotros no somos igual a ustedes! No podemos confiarnos de que no traten de terminar lo que comenzaron.

–¿Comenzamos? – Esta vez era Zerov el que respondía.

Krist y Linar aparecieron frente a mi campo de visión estirando sus brazos para levantarme del suelo.

–Te vez bien de negro Rey ¿Desde cuándo te gusta andar sin camisa? – Li parecía disfrutar de la escena.

No llevaba camisa y estaba bañado de sangre negra. Me acerque a Its y Al, continuaban discutiendo, ambos apuntaban sus armas a Zusure y Zerov.

–Nosotros no les haremos nada, los topos no rompen sus promesas – Dije pensando en Nazari, era algo que solamente nosotros conocíamos.

–¿Cómo podemos estar seguros de eso? – Al respondió al instante.

–No pido que confíen, ustedes son los únicos que conservan sus armas, nosotros no tenemos nada, solamente Zerov tiene su navaja – Este apuntaba a Its con la navaja intentando parecer amenazador – Y cómo ven esa navaja no impone mucho – Zerov me atravesó con la mirada.

–¿Por qué no salvaste topo? – Al se dirigía a mí.

–Me di cuenta que nos equivocamos al creer que debíamos matarlos para salir de ese maldito infierno.

–Acaban de conocer las puertas del infierno, aun no acceden realmente a él. – Su seguridad provocó miedo en mis entrañas.

–Entiendo, pero no somos enemigos, Zerov baja la navaja. – Di la orden cómo si yo fuera su líder.

–¿Pero? – Este rechisto.

–He de recordarte que te salve el culo allá atrás. – Señale a la casa de thanos.

–No. – Bajo su navaja.

–Vez no nos interesa matarlos, solo sobrevivir y salir de la casa, estamos afuera, disculpa la equivocación.

–¿Equivocación? Asesinar a Ri, Nom y Yei te parece una equivocación – Al interrumpió el camino de Its antes que se me aventara encima.

–Te creo, todos estamos aqui para ganar la purga de eros, si ustedes se hubieran equivocado, habrian muerto, nostros fuimos los que nos confiamos. – Al inclinaba su cabeza en modo de respeto.

–Gracias por entender. – Li se apresuró hablar – ¿Quiénes son ustedes? No sabíamos nada sobre un sector fuera de los sectores ¿Qué mierdas eran esos monstruos?

Antes de Al poder responder un helicóptero a la lejanía nos interrumpió, aterrizó cerca de nosotros y de él descendieron tres verdugos. Todos estábamos indecisos de tirarnos al suelo en forma de reverencia, esto dejo una escena de algunos dando vueltas en circulo y otros haciendo un tipo de sentadillas. Yo me mantuve de pie alerta de cualquier cosa al igual que Krist y Linar.

–Felicidades por haber sobrevivido – su voz aun parecía modificada – han logrado salir de la casa de thanos, pasaron a su siguiente etapa, alístense, en un momento volvemos con ustedes – Nos ignoraron después para ver de frente a Its y Al – Ustedes depredadores, regresen a la casa de thanos.

–¡Pero nosotros también salimos! – Al se veía enojado.

–La orden era que todos sobrevivieran – los apuntaron con las lanzas envueltas en electricidad – No desobedezcan – Los comenzaron a guiar devuelta a la casa.

Una vez dentro Its y Al nos observaban con miedo.

–¡Esperen! Ellos y nosotros – Me acerque cauteloso a los verdugos.

–Rey ¿Qué haces? – Li me sujetó del brazo.

–¡Nosotros tenemos una alianza a ellos, no pueden hacerles nada!

Los verdugos me ignoraron, en el centro del campo de entrenamiento comenzó a levantarse el polvo. Una lluvia de metal comenzaba a acercarse a la puerta de ingreso de la casa.

–¡Al, Its, cúbranse! – Les grite a todo pulmón.

Ambos me sonrieron e inclinaron su cabeza y entonces.

–Al e Its sean recordados como thanos su camino termino con el castigo del cielo, buena ventura – Un verdugo se inclinó y el resto comenzó a caminar de regresó al helicóptero.

Los cuerpos acribillados en el suelo me revolvieron el estómago, no pude controlar las arcadas, caí al suelo, las piernas me fallaron, no podía sostenerme, los verdugos se alejaban de nosotros.

–¡Esperen ahora ¿A dónde vamos?! – Krist gritó a los verdugos.

Para salir de la casa de thanos debíamos protegerlos para posteriormente verlos ser asesinados frente a nosotros, buscaban acabar nuestras esperanzas, nuestra humanidad, querían dejar en claro que ellos tenían el control de nuestras vidas en sus manos. Podíamos creer que éramos estrellas resplandeciendo en el firmamento brillando alejados de todos, ninguna mano podría alcanzarnos, esa era la ilusión de la vida humana.

–Vamos Rey, necesitamos continuar –Li se aferraba a mi brazo para levantarme de la hierba.

–Dame un momento. – Respondí con la voz cortada.

–No tenemos un momento Reinar, podrían asesinarnos en un instante si consideran que no podemos con esto – Krist se afianzó a mi otro brazo.

Permití que me apoyaran para levantarme, comencé a caminar procurando no voltear atrás y mis pies golpearon algo entre la hierba, me agache para levantarlo; la espada dentada de Its y cerca se encontraba la lanza con punta de oro de Al.

–¿Creen que sabían lo que les deparaba? – Les pregunte con el estómago hecho un nudo.

–No eran tontos Rei – Krist contestó levantando ambas armas.

–¿Nosotros sabremos cuando estemos por morir? – Pregunté derramando una lagrima.

–Somos demasiado tontos como para darnos cuenta, sobre todo tu Rey – Respondió Li.

–¿Por qué yo?

–Siempre encuentras una oportunidad para continuar Reinar – Krist respondió al instante extendiéndome la espada dentada de Its.

–No olvidare lo que sucedió aquí, honrare la espada de Its – La sujete con fuerza.

En la batalla perdí el cuchillo Santoku, tener la espada no de dejaba desarmado, Krist se quedó la lanza mientras Linar nos observaba y viraba su mirada en la hierba buscando algo.

–Yo estaré bien chicos, no necesito arma los protegeré con mis puños – Sonrío de forma ingenua.

–Mejor asegúrate de no perder tus puños o cabeza, andando que nos dejan – Krist tomó la delantera.

Todos seguían a los verdugos hacía el helicóptero, pero al llegar nos cotaron el paso con las lanzas para que no subiéramos.

–No tardara en llegar la jaula por ustedes, espérenla aquí – Un verdugo se dirigió a nosotros.

–¿Jaula? Me vieron cara de animal – Zusure mostró su impulsividad de siempre.

–Está bien, esperaremos – Krist sujetó a Zusure del brazo y lo aventó por detrás.

–¡Te comeré mientras aun respiras! – Intentó abalanzarse sobre Krist y él interpuso la lanza entre él y Zusure.

–¿Con que arma caníbal? – Krist lo retó – Espero entiendas pronto que aún no han dicho que cada uno va por su lado, debemos salir los cinco de este valle o ninguno saldremos, sí dejo que cometas una estupidez, nos cargaras a todos junto contigo.

–Nos veremos pronto sector de topos – El verdugo ignoró por completo la escena y subió al helicóptero.

Las hazas comenzaron a girar alborotando la hierba de alrededor, no pasó tanto tiempo antes de perder el helicóptero de vista.

–Agradece que no tuviera un arma Krist, de lo contrario te hubiera triturado el cráneo en ese instante. – Zusure aún deseaba continuar peleando.

–Ya déjalo pasar topo, debemos mantenernos al tanto, no sabemos que sorpresa nos tienen preparada. – Zerov se interpuso en la discusión que estaba por comenzar.

Terminamos sentándonos en la hierba cuidando no estar cerca de Zerov y Zusure, ambos habían tomado su propio espacio y nosotros el nuestro, no podíamos bajar la guardia en ningún momento, eso lo aprendí en poco tiempo.

En la lejanía se aproximaba nuestro transporte, el mismo camión con una jaula en la cabina, con asientos de lujo para ir cómodos.

–Es momento de irnos, pido la ventana, me mareo si no me da el aire – Linar buscaba hacernos reír, pero no respondimos a su broma.

–Andando – Krist le dijo levantándose.

Se estaciono cerca de donde nos encontrábamos, bajaron cuatro verdugos y nos escoltaron a la parte trasera.

–Fórmense y no se junten tanto – El verdugo sujetó con sus manos las muñecas de Zusure.

Al soltarlas dos hilos plateados le sujetaban las muñecas, unidas por el mismo hilo.

–No intentes tirar de ellas o se cerraran hasta cercenarte las manos. – El verdugo le comentó cuando se dio cuenta que comenzaba a tirar de estas. – Irán más cómodos si se comportan con tranquilidad.

Zusure subió al camión sentándose en la primera hilera del camión, hicieron lo mismo con cada uno de nosotros, yo decidí quedarme cerca de la puerta trasera para no correr riesgos de ser acorralado. Una vez todos estuvimos atados y sentados el camión arrancó.

–¿Cómo es el camino, tienes idea de a dónde vamos? – Linar se encontraba a mi lado y frente a mi estaba Krist.

–No tengo idea Li la última vez que me subí a uno de estos decidiste ir desangrándote en el camino, así que no preste atención. – Le respondí sonriéndole.

–Que buen viaje el tuyo – Buscaba no tocar el tema, seguramente aun le apenaba la situación – Tampoco pude ver nada mientras me traían a la casa de thanos.

Pasó un tiempo antes de dejar el campo de hierbas detrás, frente a nosotros comenzaron a formarse edificaciones destruidas, estaban consumidas por la naturaleza, el camión comenzó a andar sobre grava y cemento cuarteado provocando que fuera chocando con Li por el movimiento.

No parecía haber nadie cerca, algunos carros destruidos con vegetación en ellos, arboles gigantes nos rodeaban, parecía existir un solo camino despejado por el que transitábamos.

–No preste atención, pero no creo haber podido ignorar algo así – Dije en voz alta.

–Este camino es diferente, no habíamos pasado por aquí – Krist respondió al enseguida.

–¿Dónde estamos? – Li parecía estar maravillado.

–En el sector de los constructores – Zerov habló sin voltearnos a ver.

–¡El sector que cayó por el diamante negro! – Li alzó su voz.

–¡Ahí atrás, será mejor que guarden silencio! – Un verdugo nos regañaba desde la cabina del camión.

–No se supone que ese sector fue destruido hace más de cincuenta años – Li retomó la conversación con voz moderada.

–No estoy seguro Linar, solo digo lo que alguna vez escuche – Zerov no mostraba interés en continuar conversando.

El sector de los constructores eran los encargados de reparar todas las herramientas de los otros sectores, aseguraban contar con el suficiente material para crear objetos innovadores para otros sectores, tener un contacto que pudiera venir del sector de los constructores te aseguraba lograr buenos negocios, continuamente compraban carbón y otros minerales a los topos para sus herramientas a un costo menor.

–¿Sabes cómo sucedió? – Le pregunté a Krist acercándome a su oído para que los demás no escucharan.

–Todo lo que he escuchado son mitos Reinar – Respondió sin más.

Volví acomodarme en mi asiento, la herida del brazo, la pantorrilla y la mejilla me escocia. Detrás de nosotros comenzó a verse una mancha blanca acercándose con rapidez, llamó mi atención y cambié de posición para prestarle mayor cuidado, Linar imitó lo que hice y posteriormente Krist y los demás.

–¿Qué es? – Zusure fue interrumpido por el ruido de un claxon sonando sin reparo alguno.

El camión en el que íbamos aceleró su velocidad llevándonos a todos a sujetarnos de donde podíamos para no caer.

–¿Cuál es la prisa? Rey algo malo está sucediendo – Linar se sujetaba de la barra de hierro que nos tenía apresados.

Un camión igual al nuestro se acercaba rápido, detrás parecía tener una jaula, dentro venia otro distrito, parecían llevar demasiado apresuramiento para considerar que solamente iban tarde.

–¡Chicos miren adelante! – Krist señalaba con el mentón.

El camino terminaba frente a un muro enorme, lizo y blanco, parecía hecho de mármol y detrás de los muros se asomaban cupulas. El castillo de mármol; la ciudad blanca, el hogar de las nereidas, ese era nuestro próximo destino.

Un impactó en el camión hizo que volteara a ver que sucedía, el otro automóvil estaba impactándonos, dentro se veían verdugos agitando las manos, parecía que pedían que nos moviéramos o aceleráramos.

–¡Rey! ... ¡Arriba! – Linar observaba consternado la parte de arriba del camión.

Un "silencio" estaba golpeando el techo del camión que estaba frente a mí, el claxon no dejaba de sonar, detrás del camión se escuchó un alarido de dolor.

–¡Mierda, mierda, mierda! Esos malditos regresaron – Zusure se hacía lo más atrás que los barrotes le permitían.

El "silencio" volteó a nosotros, parecía que el grito de Zusure había captado su atención, este se arrojó a la parte trasera de la jaula, donde nos encontrábamos Li y yo.

Parece que subir al ultimó no había sido la mejor decisión después de todo, con las manos aun atadas alcance arrojarme atrás antes de que la mano del "silencio" estuviera a punto de sujetarme.

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