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Captura a Linar

Las rondas de vigilancia fueron cambiando, Avalon y yo pudimos descansar poco, el ruido del bosque nos hacía despertar constantemente, la tierra fría y el viento provocaba que me dolieran las articulaciones, deseaba constantemente acercarme a Krist, pero este cubría del frio a su Nereida, pues vestía ropa corta y ajustada, al menos me reconfortaba saber que estaría más incomoda por el frio que yo.

Había decidido no tocar el tema de la purga nuevamente con Avalon, tenía que enfocarme en recuperar a Linar, después podría pensar en otras cosas.

—Rey, Krist... —Lial sonaba preocupado —la luces frente a mi están creciendo.

La hilera de luces que nos guiaba a Linar y por el contrario que a los Carneros guiaban a Lial estaban más resplandecientes.

—¿Qué es eso? —Krist estaba ya aun lado de Lial y lo acompañaba Andrómeda.

—Que están cerca —Andrómeda contestó.

—Seguramente se han movido, ya estarán cerca de nosotros, ellos no saben cuántos somos, tal vez piensen que es un grupo menor y podrán encargarse pronto —Avalon terminaba de hablar por Andrómeda.

—Debemos apresurarnos. —intenté alentar a todos a moverse.

Comenzaron a despabilarse con rapidez, la luz del sol estaba saliendo, volviendo un ambiente más frio y húmedo.

—Dividámonos en grupo, todos júntense en un círculo, debemos cubrir el terreno antes que ellos, las luces acaban de cambiar, así que no saben realmente donde nos encontramos o cuantos somos aún —Avalon retomaba esa voz de mando peculiar que la hacía ver más grande.

Hicimos un círculo perfecto dejando al centro un vacío.

—Vendrán directo a Lial —Krist parecía ansioso por pelear —No pueden separarse de Linar y tampoco quedarse atrás.

Recuperar a Linar era algo que ambos anhelábamos, estar los tres nos daba mayor seguridad, fuerza, podríamos terminar la purga si estábamos juntos.

—Avalon y yo estaremos cerca de Lial, ustedes deberán ir en contrario de nosotros, estaremos desde la lateral cubriendo un flanco, ustedes vayan al otro. —Apuntaba a Krist y Andrómeda.

—No perdamos tiempo —Andrómeda parecía estar lista para pelear.

Lial comenzó a avanzar directamente hacia la luz, hacia Linar, nosotros nos alejamos de Lial volteé hacia atrás para ver a Krist y no pude resistir, me detuve y corrí hacia él.

—¡Krist! —esperaba no equivocarme con esto.

—¿Rey? ¿Qué sucede? ...

Calle sus palabras con un beso, largo, profundo, inusual. Por un instante se resistió a mis labios para después entregarse, pude sentir lagrimas cubriendo nuestras mejillas, no podía saber si eran mías o las suyas. No quería perderlo, lo necesitaba, odiaba Andrómeda, odiaba la purga, odiaba no tener más valor antes para estar con él a pesar de todo.

—Rey... —Su voz chocaba con mis labios.

—Te amo Krist.

Krist alejo sus labios. Pude ver que eran sus ojos los que lagrimeaban, por un momento vi dolor en ellos, vacío. Me jaló y atrapo entre sus brazos, pude sentir como en su pecho oprimía un llanto descontrolado.

—Te amo Rey —me alejó despacio y paso su pulgar sobre mi pómulo —No llores, sobreviviremos también a esta batalla.

—Lo sé, llegaremos juntos hasta el final, tu, Linar, Avalon y yo.

—Así será Rey, Linar, Avalon, tú y yo —se río —¿Te molesta que también Andrómeda llegue con nosotros?

—No —reí —solo tardare en acostumbrarme a ella.

—Te diré un secreto, pero no le digas a nadie; Avalon me asusta —Krist sonreía como cuando estábamos en el sector de los topos.

—A veces a mí también —comencé a reír aliviando el pesar de mi pecho.

Krist sabia como lograr calmarme y hacerme sentir protegido.

—Nos vemos en un rato, cuida a Avalon —Krist se comenzó a retirar.

—Y tú a Andrómeda.

Avalon me esperaba con los brazos cruzados, pero no tenía un rostro duro, por el contrario, estaba sonriendo.

—No me importaría compartir la cama con él, pero yo soy prioridad —Avalon se veía tranquila, aunque no podía estar seguro de no haberla herido.

La relación entre Avalon y yo era difícil de describir, lo que sentía por ella o pensaba sobre ella, únicamente podía estar seguro de que ella era; importante.

Después de algunos metros Lial dejó de avanzar y se quedó en un espacio con menos árboles que permitiera ver más el perímetro, todos estábamos de alguna forma cerca de él cubiertos por arbustos y árboles.

Nunca había estado lejos tanto tiempo de Linar o Krist, ansiaba verlo, asegurarme de que estaba bien, sentía la ansiedad invadiendo mi cuerpo, si fueran otras circunstancias habría corrido a rescatarlo, sin pensar en las consecuencias, habría dado mi vida por recuperarlo sin importar nada, estábamos por verlo. Un ruido detrás de nosotros me arrebato de mis pensamientos.

—No te muevas y levántate lento —Avalon susurraba.

Nos levantamos, detrás de nosotros se encontraba un hombre sujetando una caja metálica con un metal dentando.

—Que gusto encontrarnos —Avalon se mostraba relajada con las manos en el aire, la imite.

—No esperaba tener visitas ¿Viste mi dignidad? La estábamos buscando —le dije mientras forzaba una sonrisa.

—Muévanse y no intenten nada si no quieren que los haga pedazos con mi niña —el hombre frente a nosotros era corpulento y estaba sobando su caja metálica con dientes.

—Muy linda tu caja de metal —dije mientras nos hacía avanzar hacia Lial.

—Es una sierra —dijo con voz áspera.

—Perdónalo, no lo he sacado lo suficiente —Avalon me observó juzgándome de ingenuo.

Llegamos a Lial sin darle la espalda al hombre corpulento, cuando Lial notó nuestra presencia intentó sacarle conversación.

—¿Cómo estas Krock? Te había extrañado, has venido a rescatarme. —Lial sonaba incomodo.

—Estoy aquí porque de lo contrario no podría continuar la purga, pero en cuanto me quiten el mandato te hare pagar por hacernos esto.

Frente a Lial a lo lejos salió un hombre sujetando una soga, detrás de él venia Linar caminando lento y tropezándose, su rostro estaba amoratado, su labio se veía ensangrentado y tenía algunos cortes en los brazos.

—¡Linar! —intenté correr hacia él, pero Avalon me sujeto del brazo.

—No Rey.

—¡Linar! ¿Estas bien? —estaba acelerado.

—Rey... —levantó su mirada, no había brillo en ella — ¡Rey! —parecía estar a punto de llorar.

Mi mirada pasó de su rostro a sus brazos, hasta sus manos atadas, estas estaban cubiertas de sangre seca, no tenía uñas.

—Lo siento —el hombre que lo tenía comenzó a hablar —Dijeron que teníamos que mantenerlo vivo, pero no mencionaron nada sobre poder divertirnos con él.

—¡Eres un pedazo de mierda! —escupí al suelo —¡Te matare! Escucha bien... te hare rogar —mi cuerpo estaba temblando —Pagaras, pagaras, pagaras —mis lagrimas se salían de mis mejillas.

—Estoy bien Rey, relájate —Linar intentó sonreír, pero su mirada se veía cansada, sin fuerza.

—¡Eres un cabron! —Avalon me sostenía con fuerza del brazo. —Aun no Rey, aún no.

—¡Que belleza es eso! —Krock el hombre de la sierra alzaba su voz.

—Tenemos a dos de esas cosas, eso son las Nereidas —el otro hombre le respondía apuntando a Shyllphie.

—¡No! —Lial respondió enojado —¡Con ella no te metas Gargonte!

—Así que muy Carnero saliste, solo la quieres para ti.

Era verdad, hasta este momento me había percatado que ninguno de ellos tenía una Nereida cerca, tampoco Linar parecía tener a una.

—A nosotros no nos entregaron la motivación de una Nereida —Gargonte hacia movimientos con su cadera —Nos divertiremos con ustedes en lo que llegan las nuestras.

—No puedo esperarme más —Avalon me soltó del brazo e intento avanzar hacia Gargonte que custodiaba a Linar.

—No, no no no —con sus manos sujetó la quijada de Linar y abrió su boca.

—¡Detente Gargonte! —Lial intentó pararlo —No lo hagas.

—¿Estas con ellos? —Gargonte soltó a Linar y se mostró furioso.

—A Gargonte le gusta arrancar la quijada de los animales, tiene la fuerza suficiente para hacerlo —Lial explicaba.

—Si lo haces perderán y morirán, la regla es que no puedes matar a la bandera —Avalon intentaba amenazarlo.

—Si recupero a Lial antes de que muera desangrado, no contara como perder. —Gargonte sonreía.

Estaban dementes, no buscaban recuperar a Lial, únicamente querían matarnos a todos.

—Avalon —le apreté la mano —¿Confías en mí? —podría perder la compostura en poco tiempo si no hacia algo, ver a Linar así me recordó a Dirty.

La última vez no había pensado lo que hacía, simplemente me había arrojado encima de Dirty y la purga me dio la experiencia suficiente para saber que gane por suerte, no podía fiarme nuevamente de la suerte, no si la vida de Linar era lo que estaba apostando.

—Siempre mi amor —Avalon me regresó el apretón y me dio un beso en los labios.

El beso me dejo pasmado, con un beso se había llevado el aliento de mis pulmones y el enojo. No sabía que pensar, eran suaves sus labios << ¿Por qué me beso? >> Sentía nuevamente estar en control de mis pensamientos, al menos me había regalado un momento para pensar.

—Krock —Gargonte el que custodiaba a Linar le hablaba al de la sierra —Ve por ella la quiero.

Esperaba que funcionara, solo tenía esa oportunidad, si iba apostar seria con mi propia vida, podría funcionar, no tenía todo el plan armado en caso de que funcionara, pero para hacerlo, no podía perder a ninguno de vista, debía poder ver donde estaba Krist y así cuidar de él, si ellos no tenían una Nereida, significaba que posiblemente no supieran sobre lo demás.

—¡No Avalon corre! —Grité lo más fuerte que pude — ¡Krist!¡Sal! ... ¡Sal! ¡Krist! ...  —Avalon me veía consternada —¡Avalon huye con Krist! ¡Si confías en mi huye!

Avalon no dudo en correr hacia Krist y este salió rápido de su escondite poniendo a Avalon detrás de él.

—¡Eres un maldito cobarde de mierda! —Krock el de la sierra se burlaba de mí.

—¡Si la quieres! ¡Primero mátame! —no deje de gritar lo más que podía.

—Cállalo ya Krock me dará dolor de cabeza —Gargonte me había mostrado que no sabía lo que necesitaba saber.

Gargonte prendió su sierra haciendo un ruido de maquinaria.

—Gracias —le dije esta vez con voz baja.

No esperaba que esas máquinas fueran tan ruidosas, pero no podía dejar que nadie se acercara a nosotros.

—¡Krist! ¡Lial! ¡Avalon! ¡Ninguno se mueva! — ¡¿Entendieron?!

—¡Si! —Habían entendido lo que quería hacer.

—¡No Rey! —Linar parecía angustiado — ¡Detente! ¡Por favor! —estaba a punto de llorar.

Volteé a verlo directamente y le sonreí.

—¡Linar! ¡Silencio! —sostuve mi mirada y el abrió la boca.

Krock estaba caminando lento, disfrutaba cada paso, saboreaba su momento, lamia sus labios mientras la maquina hacia vibrar sus brazos.

—Estas muerto. —su sonrisa depravada nunca la olvidaría, me daba placer verla.

A lo lejos pude ver algo gris moviéndose, estaban aquí. Krock alzó su sierra sobre su cabeza y decidido dejarla caer, cerré los ojos, habían tardado más de lo que esperaba a pesar de haber hecho el ruido suficiente, aun así estaba satisfecho.

—¡Quiero escuchar tus ultimas pala!... —su voz se alejó de mi a prisa.

Cuatro "Silencios" estaban encima de él, el primero le había saltado arrastrándolo.

—¡Ah!... ¡Ayuda! ¡No!...  —Krock no paraba de gritar.

Los cuatro "Silencios" estaban peleándose por su cabeza, los rasguños le sacaron un ojo mientras aun gritaba, la sonrisa en mi cara me asustaba, pero no dejaría de disfrutar este momento <<No volverás a tocar a Linar>>. Conocía la mirada de alguien al que se habían aprovechado de su alma, la había visto muchas veces en el sector de los topos, en niños, adultos, algunos se suicidaban después de hacerles ver que su cuerpo no les pertenecía, que ellos no tenían control sobre su vida, sobre su placer. Dejando una mirada vacía detrás de sus actos.

Krock terminó por ser abierto del abdomen sin dejar de gritar, se calló cuando su cabeza fue arrancada de sus hombros y después volteé a ver a Gargonte, este me veía con miedo, me hinqué lentamente en el suelo sin hacer ruido. Su mirada de terror se cruzó con mi rostro, algo veía en mi porque su expresión parecía haber cambiado. Cuando vio mi cara comenzó a gritar, parecía que la locura se había apoderado de él.

Linar lo pateó alejándolo de él, este cayó a pocos metros de Linar, se levantó soltando la cuerda de Linar y comenzó a correr sin dejar de gritar por ayuda, intentó acercarse a mí, pidiendo mi auxilio, dio tres pasos antes de que otros cuatro "Silencios" salieran del bosque y le cayeran encima.

Contuve la risa cínica en mi garganta, deseaba que lo destrozaran una y otra vez, que no se detuvieran, que todo fuera lento, que pudiera revivirlo en un bucle, no volverían a tocar a Linar, nadie lo volvería hacer.

Busque a Linar con la mirada y este me veía conmovido, en su mirada había terror, pero también agradecimiento, sabía que no podíamos haberle dado mejor justicia de la que le habíamos entregado.

—Gracias —Leí en sus labios que hablaban sin voz.

Cerré los ojos y lloré.

Todos estábamos esparcidos, había ocho silencios rondando alrededor, buscando sonidos para cazar, esto me remontó a la casa de thanos, pero ya no era el mismo que en la casa de thanos y tampoco me sentía solo como en esa ocasión, esta vez estaba acompañado de guerreros.

Abrí los ojos, limpie mis lágrimas y busque la mirada de Avalon, esta me observaba directamente esperando una orden, examiné con mi mano el mango de mi espada dentada. Avalon sujetó sus dos catanas y a su lado Krist el hacha que aún conservaba de Lial que también sostenía su hacha ya en la mano. Me levanté sin hacer ruido y todos hicieron lo mismo, sin dejar de ver a Avalon asenté con la cabeza y la Amazona sonrió.

Los "Silencios" lamentarían haber venido en nuestra ayuda.

—¡A gritar! —desfunde la espada y lance mi primera estocada.





Siguiente capitulo; "Ojos sin alma"

Gracias por seguir hasta este punto.  Buena ventura y espero verlos pronto.


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