Había una vez en el fin del mundo una puerta ¿era aquella el paso a la nada? O el principio del todo nadie lo sabía y tampoco querían descubrirlo, generaciones de reyes pasaron frente a esta y ninguna quiso intervenir para saber a dónde llevaba, pero tal como la gente cambiaba lo hacían los pensamientos de las personas y cada vez había más curiosidad y menos miedo, aunque seguían dejándola pasar por lo tanto la historia de la puerta se fue desvaneciendo de las narraciones de los ancestros. Unos cuantos años después hubo un parto en el castillo de Windsor naciendo así unos hermosos mellizos tan bellos como la luna y el sol, el primer bebe que nació fue una niña y se llamó Gadea, su significado era de mujer virtuosa en todo el sentido de la palabra, ya que al ser la primera debía ser la siguiente reina y gobernante, el segundo heredero fue un varón llamado Harald el siguiente guardia real.