8. La puerta cian
Los días de viaje se hacen pesados, es imposible huir del paisaje de tierra devastada, por lo menos tenemos un menú de comidas muy amplio. Algunos días, para darle un respiro a Elástica, he servido lasaña a todos, pero no puedo hacer mucho más por ella. El tema de conversación principal son los dragones ¿Como se les puede vencer? ¿Qué tipo de dragones serán? A saber qué persona se habrá imaginado a esas criaturas. Si fuese yo esos dragones serían o bien como Smaug o bien como los de Isla mema. Ojalá fuesen los segundos.
Viendo el rastro que dejan parece que son máquinas de cementar las calles. Lo dejan todo gris, en algunos sitios el verde está rebrotando, todavía debemos estar lejos de las criaturas esas.
En una de las reuniones le pregunto a Sarah que nos aconseje usando su poder. Le preguntó sobre cómo podríamos derrotarlos.
—Hay una manera y desconozco si es la única. El poder destructor de la naturaleza pierde contra el poder vivo de la misma, mira estos hierbajos que empiezan a brotar. Deberías reunir a la naturaleza en torno a ti para poder reconducir la destrucción hacia la vida.
Javi se le acerca sonriente y le dice —¿Podrías se un poco menos enigmática?— la respuesta de Sarah es poner los ojos en blanco e irse.
Han pasado varios días desde que empezamos la travesía por el desierto. Es tan insoportable que hemos decidido desviarnos un poco hacia el sur a ver si podemos llegar hasta ellos desde un paisaje más normal. Además que si hay que reclutar naturaleza viva no es un buen lugar hacerlo dónde está muerta. Nos dejamos guiar por Observador porque dice que tiene el poder de la intuición. Para explicar ese poder cuenta que siempre es capaz de ver el camino que conviene más. Lo ha descubierto gracias a las sesiones de memoria que propuso Elástica, hasta ahora lo medio seguía sin saber porqué y por eso se quedó con nosotros al acabar nunca jamás.
Al cabo de dos horas llegamos a la ladera de una montaña que está intacta al fuego. Más que una montaña parece una vivienda gigante porque está llena de portales y carriles, llena de conexiones y seres yendo y viniendo. Son enanos.
Cuando descendemos hay un grupo preparado para recibirnos. Sus ropas están rodeadas de cinturones de cuero en los que guardan toda clase de herramientas, parece gente curtida y belicosa. Me recuerdan a los enanos de las películas del señor de los anillos. Solo que estos tienen una nota disonante, llevan linternas en la frente. Nos están esperando en una especie de explanada en medio de la montaña que me recuerda a un helipuerto. Aterrizamos todos allí y, sin mediar palabra empiezan a caminar hacia el interior de la montaña. Nos miramos extrañados pero les seguimos. Los pasillos no sólo están excavados sino que están pulidos y, como no es un corte plano, las sombras de las antorchas hacen dibujos muy variables sobre la pared y provocan brillos de distintas tonalidades de color.
Los pasillos son largos y llenos de curvas y desviaciones. Aprenderse el camino resulta casi imposible. El grupo de enanos se detiene de pronto frente a unos portones y nos indican que los crucemos. Al otro lado hay un salón amplio, con rendijas que dejan pasar luz natural. La piedra está pulida y me atrevería a decir que la han barnizado para que brille más, si eso es posible. Hay imágenes talladas de batallas y de banquetes, hay estatuas de héroes enanos a lo largo de las distintas paredes. En el centro de la sala se encuentra un enano sentado en una mesa. Cuando nos acercamos a él empieza a hablar un poco raro y lento pero parece que todos le entendemos.
—Bienvenidos al Grongoth— dice intentando mostrar una sonrisa
Liedna ya me había avisado al principio pero ahora me lo confirma —Este tipo de enanos hasta ahora no existían, creo que es cosa de vuestra horneada, ¿tú sabes algo?— le contaría lo que conozco del Señor de los Anillos pero no puedo hacerlo sin llamar la atención del enano.
—Entienden la lengua común, ¿cierto?— espera la confirmación de todos y entonces continúa. —¿han venido al encuentro?
—No— respondo —hemos venido por casualidad.
—El azar no existe, está claro que han caído en la montaña para el encuentro.— tras decir esto llama a uno de los enanos de la puerta y le dice —Prepara la habitación grande— luego se gira hacia nosotros —Tenemos preparada una zona de descanso para vosotros, aún faltan dos días para el encuentro. Habéis llegado demasiado pronto.
Tras decir esto se va junto con el resto de enanos y nos deja solos en la sala. Miro a Javi y me dice —Si si, claro que podía leerle la mente pero cuando piensan en idiomas raros me es imposible.
Todo el grupo está esperando a que alguien diga qué tenemos que hacer. La verdad es que no tenemos muchas opciones, nos hemos adentrado en un laberinto inmenso y estamos rodeados de enanos sobre los que no conocemos nada. Creo que nuestra única opción es ver qué pasa.
—Fausto, la verdad es que no es la única— me dice Javi en voz baja mientras señala a Sarah. Se me había olvidado lo de Sarah y en verdad Liedna también podría movernos a algún otro sitio. Javi asiente con la cabeza.
Antes de poderlo discutir con el grupo llegan un grupo de enanos con unas bolsas de tela que expanden en el suelo y muestran un montón de comida que dejan claro que está a nuestra disposición. Antes de que se vuelvan a ir les pregunto porqué nunca dicen nada y se quedan petrificados —¿Habla nuestro idioma el señor?— Me quedo extrañado y al fijarme en el grupo parece que debe ser algo parecido a lo que me pasa con Liedna. Les contesto que sí. Su reacción es de alegría pero no se quedan, desaparecen por el portón.
No es que comiesemos mal hasta ahora, Elástica es una crack, pero la verdad es que hemos agotado los menús de su imaginación y se ha llegado a hacer aburrido por lo que el manjar de los enanos es como agua fresca. Muchos están emocionados comentando los platos. Javi y Sarah han decidido hacer una competición de a ver quién encuentra el plato más dulce. Entiendo el juego cuando empiezo a comer y todo me parece muy empalagoso. Aún así está riquísimo.
Sin darnos cuenta asumimos que vamos a esperar al encuentro. Sea lo que sea. Los enanos cuando han descubierto que no sabemos lo que es han tomado la decisión de que va a ser una sorpresa.
Lo que el Enano que nos recibió llamó habitación grande ha resultado ser una zona bastante acogedora con mantas y literas en batería con unos separadores que permiten cierta intimidad. Hay un lado más iluminado que el otro. De no ser por el poder de Observador no sabríamos si es de día o de noche o si han pasado una o cuatro horas. En esta sala no hay ventanas y me he dado cuenta de que nunca cambian las antorchas, supongo que no se consumen.
A pesar de estar encerrados intentamos cumplir la rutina de entrenamiento. Al acabarla se me acerca Lucas y me dice: —¿tienes un segundo?— como la respuesta es obvia empiezo a seguirle, salimos de la habitación principal a una zona de pasillos, entramos en una de las habitaciones.
—Pregúntame si no nos escucha nadie— Me dice Lucas. Se lo pregunto y responde robóticamente— no.
—Fausto, lo de las puertas me da mucho miedo. Está pasando algo muy raro, la puerta de Sarah, la azul, se está empezando a fusionar con la puerta Azul de Javi. Hay veces que me parece ver una única puerta de color cian, con brillos eléctricos que la recubren y que se conecta a los dos. Te lo cuento porque necesito que me hagas una pregunta sobre las puertas. Pregúntame ¿Cuántas puertas existen y porqué?
Le hago la pregunta. Me llama mucho la atención Lucas, con la de información que debe estar recibiendo todo el rato es capaz de centrarse en la que le interesa y obviar todos los chascarrillos que le sobran.
—Hay tantas puertas como la suma de las básicas y las combinadas. Las puertas básicas no pierden su sentido al combinarse, solo lo adecúan. Existen tantas combinaciones como puertas— responde con voz robótica.
—¿Y porqué me sigue la puerta azul últimamente?— aprovecho para preguntarle. Me responde diciendo —La puerta azul se encuentra donde quieres estar.
Ahora que miró un poco más fijamente mi puerta veo que la cornamenta se ha desarrollado más. No me había dado cuenta hasta ahora pero el poder de Lucas de las respuestas le agota bastante por lo que paro de preguntar y volvemos a la sala general. Solo allí me doy cuenta de lo que significa la puerta Cian y de porqué Lucas estaba preocupando. Al final es que Javi quiere estar con Sarah y Sarah con Javi. Supongo que si se separan cada uno se llevará consigo la puerta del otro. Pero, ¿Qué es eso de que puedan combinarse las puertas entre personas? Eso me parece muy raro.
Acabo de despertarme y veo que un enano me hace señas desde la puerta, carga una maza más ancha que su cintura cuando me acerco me pide que haga de traductor y empieza a hablar.
—Seguidme. Dentro de poco será el encuentro.
De alguna manera soy consciente de que estamos deshaciendo los pasillos del primer día y acabamos llegando al mismo lugar en el que aterrizamos. La ladera de la montaña está plagada de enanos que miran al cielo. El Enano que nos guía después de mirar el sol dice:
—Es la hora acordada.
A lo lejos empiezan a verse unas cosas que vuelan hacia nosotros, reflejan bastante la luz solar. Es un grupo de aviones y helicópteros que vuelan todos muy rápido y a la misma velocidad. Cuando están más cerca empiezo a distinguir entre ellos una cosa que me recuerda mucho a la enterprise y otra al halcón milenario. Si apareciese la estrella de la muerte ya no me sorprendería.
Los enanos no parecen sorprendidos sino atentos, casi impacientes. La zona de aterrizaje la han ampliado y preparado bien estos dos días.
Al aterrizar todas las naves empiezan a salir chicos y chicas de ellas. Más o menos son unas 30 personas. Van sonrientes a saludar al jefe enano. Al estar lejos no sé de qué hablan pero se les ve cómodos. El guía nos explica que tienen un trato de comercio en el que los enanos les dan materiales y los humanos les hacen armas y artilugios. Dice orgulloso que las antorchas son obras de los humanos así como su maza y otros instrumentos que emplean, que la levanta para demostrar de qué está hablando.
El cabecilla del grupo es una chica con el pelo por los hombros y ropa de deporte, tras hablar un poco más con el enano jefe veo que nos señala y todos se giran para observarnos. Tras eso se acercan y se presentan como el salón 3 de la prepa de el Río. Tardo un rato en darme cuenta de que se refiere a que son una clase de instituto.
Tengo muchas preguntas que hacerle pero me es imposible. La chica empieza a caminar hacia las galerías mientras me pregunta y todos le seguimos como ovejitas. Parece que sabe dónde va. Llegamos a una sala amueblada con sofás, butacas y algún puff, con guitarras batería, bajo y piano, con televisión y consolas, desde la Xbox hasta la switch y muchos mandos. Es una sala muy grande con distintas zonas y todas parecen de ocio. La chica se gira sonriendo y nos dice —Aunque sea solo por un rato, sentiros como en casa.
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