7. Hubo una primera vez
—Liedna, necesitamos una explicación bastante más clara de todo lo que está pasando ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué sentido tiene todo esto?— Le señalo alrededor, seguimos recorriendo tierra devastada. Llevamos días así.
Tras un rato Liedna me responde —Ya te dije que yo no provengo de la primera generación verdad, si quieres respuestas lo mejor es que le preguntes a Miemac para eso.— parece que lo está diciendo en serio, pensaba que le daba miedo volver al pliegue.
—¿Crees que eso es una buena idea?
—Sí, entrenados un poco sí. Ahora ya conoces un poco más tus capacidades, no será lo mismo que cuando llegaste. Aún así no estaría de más que reservaseis una parte del día a entrenados.
Muchas veces se me olvida que somos muy pocos los que podemos entender lo que dice. En esos casos suele haber carraspeos y cierta incomodidad. Les traduzco a los demás y les pongo un poco en contexto sobre cómo fue el día de mi llegada a este mundo y cómo conocí a Liedna.
A nadie le parece buena idea lo de ir al pliegue pero sin embargo si que están de acuerdo en entrenar. Empezamos así una rutina de ejercicios entre los cuales, a sugerencia de Elástica, el más importante es el de recordar. Intentar hacer memoría de las cosas en las que un día creímos y con las que un día soñamos. Recordar también cuáles fueron nuestros miedos y cómo los superábamos. Este último punto ha tenido que explicarlo muchas veces. Nos ha convencido con esta reflexión:
—Pensadlo bien, si en este mundo existen las cosas que queríamos ser o las cosas que queríamos poder hacer también existirá lo contrario, las cosas que nos han dado miedo y que nos han parecido amenazantes, como el Demogorgon ese que comentaste— dice mientras me señala —O las mismas Ninfas. Supongo que también existirán cosas que hemos creído reales, yo de pequeña estaba convencida de que en el mundo existían los borrowers, da igual que no sepáis que son, lo cierto es que pongo mi mano en el fuego de que en alguna parte de este mundo habrá personitas pequeñas que tomarán prestado cosas. ¿Os dais cuenta? Lo mejor que podemos hacer, aparte de pulir nuestras habilidades es descubrir cuales tenemos y no recordamos e investigar qué peligros puede haber creado nuestra cabecita para así, cuando aparezcan delante de nosotros, afrontarlos.
De hecho es muy curioso otra cosa que matizó un día Elástica sobre los poderes. Creo que ella es muy intuitiva. Dijo que Sarah era capaz de hacer cualquier hechizo sin practicar aunque fuese inventado, porque lo que ella quería no era aprender en howarts sino que quería saber hacer hechizos y su cabeza debía estar llena de imaginación.
Hemos decidido dedicar dos horas al día a entrenar. Una de reflexión y el resto de hacer pruebas y simular combates. He descubierto muchas cosas que no recordaba, desde materializar herramientas armas o cualquier otra cosa hasta contar chistes que hacen reir a la fuerza, esto último fue más culpa de Nico que idea mía, estaba harto que me chafase los chistes y parece que deseé eso. Cada uno del grupo va descubriendo cosas nuevas y las aplica en la fase dos del entreno. Es increíble verlos volar y lanzar rayos o hacer explotar cosas. Muchos van gritando nombres de sus habilidades, a veces hasta les queda bien, aunque normalmente es ridículo.
Ha sido gracioso ver a risas decir gomu gomu noak o a Sarah que de pronto tiene una mariquita por mascota. Camicace dice que es el heredero del one for all pero que solo puede actuar al 20%. Y así cada uno. Aquí o bien te limitas o bien revelas tus gustos más íntimos, no hay otra.
Voy dándole vueltas a eso de ir a ver a los elfos del pliegue. Hablando con Liedna dice que ellos saben mucho y que tendrán las respuestas que necesito. Me aconseja que no vaya solo por lo que armo un pequeño grupo para que me acompañe. Risas para que cambie el ambiente usando su poder de encendedor, como él le llama. Llevo conmigo a Javi para que pueda leer la mente y que así estemos todos prevenidos ante un ataque y a elástica porque es capaz de hechizar. Sarah quiere venir también y me cuesta decirle que no. Tras pensarlo me he dado cuenta de que hasta ahora Sarah es la que ha sabido sacarnos de las situaciones más peligrosas por lo que al final se nos une.
Me acerco a Liedna y le digo que estamos listos. Ella con un gesto del brazo hace aparecer un velo y se aparta. Estamos a punto de cruzar cuando me paro y la miro —Tu vienes ¿no?— Me responde que no con la cabeza.
—Entonces ¿Cómo hacemos para volver?
—Sarah puede abrir portales, en teoría lo hemos practicado. Si yo viajo no me van a dejar escapar una segunda vez. Daros prisa.
Atravesar el velo es como cruzar una cortina, parece natural pero no lo es del todo. Estamos a las faldas del árbol nevado. Esta situación la conozco bastante. Muchos elfos con un áurea roja me miran. Están muy en alerta.
Magnifíco mi voz y digo —Tengo que hablar con el elfo más anciano que hay aquí, necesito respuestas— últimamente creo que estoy teatralizando demasiado, no sé porqué lo hago, me sale así. Entre los elfos aparece Miemac.
Enseguida Javi se pone en alerta y nos dice que no entiende nada de los pensamientos del elfo pero que tiene mala pinta. Miro a Risas que empieza a "quemar zinc", como dice él, y los colores de todos los elfos se suavizan mucho. Incluido el de Miemac, quién se detiene y nos mira sorpresa.
—Pensaba que Liedna estaría contigo, ¿Dónde está?— Me pregunta. Es raro verle tan participativo, la habilidad de risas es bastante útil.
—Se ha querido quedar con el resto del grupo, nosotros hemos venido a contaros como está la situación allá fuera y a haceros unas preguntas que necesitamos su respuesta. ¿Quién es el elfo más anciano de aquí?— Pregunto, antes de que me respondan decido que es mejor hablar un poco del exterior— En está horneada han vuelto a aparecer dragones y la mayoría de la tierra que he visto está devastada— Los elfos empiezan a suspirar y a lamentar la noticia— Hemos venido porque queremos enfrentarnos a esas bestias pero necesitamos información.
Miemac manda traer una mesa y sillas y por lo visto también un aperitivo, luego hace llamar a Hesper quién aparece enseguida. Es una hembra bastante diferente al resto, más hermosa y serena. La vejez no se le nota en absoluto, allí no hay nadie que parezca viejo. Su halo es anaranjado ahora mismo.
Tras presentarnos le hago la primera pregunta, la única que tengo, en realidad. —Háblame de la primera horneada, por favor.
La elfina me mira extrañada, luego mira al resto de elfos y suspira como diciendo "está bien". Creo que sin Risas por en medio nunca se hubiera planteado contarnos nada.
—Creemos que fue la primera porque no hemos encontrado nada anterior a nosotros. El mundo era muy diferente al de ahora. En las últimas horneadas los monstruos han sido cosas gelatinosas y seres negros, en esta última he visto que han aparecido incluso lo que llamáis robots pero en las primeras los monstruos eran criaturas incluso más sanas, menos complicadas y sobretodo, quienes las trajeron sabían cómo vencerlas. Podríais preguntárselo a la esfinge de Sarab y os dirá lo mismo.
Recuerdo que aparecimos todos a la vez, el grupo de humanos era muy pequeño. Entre ellos estaba Eracloes, él sabía perfectamente quienes éramos y se acercó a mí para presentarse. Desde ese momento fuimos casi inseparables. Los humanos se pusieron por objetivo acabar con todas las bestias, es lo que llamaron cumplir las 12 pruebas. Lo hacían todo en equipo y me pedían ayuda para lo que no podían conseguir. Fueron a por el gran León y consiguieron acabar con él, también con la hidra y muchas otras criaturas. Se les veía orgullosos. Eran jóvenes como vosotros y una vez completaron su epopeya nos reunieron y nos dijeron las siguientes palabras.
"A partir de ahora el mundo correrá a vuestro cargo, sed guías de las siguientes generaciones, mostradles los caminos que habéis descubierto y no dejéis que sucumban a sus propios miedos"
Luego, de la nada, apareció una puerta dorada. Brillante y muy grande. Nos dijeron que era su premio, que no podíamos cruzarla y se fueron. Estuvimos por el mundo cientos de años, conociendo y descubriendo hasta que llegó la siguiente horneada que, al vernos, nos atacó. Intentamos dirigirlos pero no nos entendían, intentamos enseñarles pero no nos apreciaron. Nos atacaron sin miramientos. Por suerte nuestro poder era superior. Nos salvamos y encontramos está grieta, en cada horneada venimos aquí. Si lo que decís es verdad y el mundo ha sido devastado, puede que este sea ahora nuestro lugar para siempre— Mira el recinto con cierto resquemor, hacia las paredes de luz y luego a las plantas, por último mira el árbol principal—Antes de irse dijeron otra cosa sobre una criatura que guardaba las puertas. Dijeron que— Se calla de pronto. Sus ojos empiezan a entrecerrarse y aprieta mucho su mandíbula. Me doy cuenta de que su color ahora es rojo sangre, miro a Risas y me devuelve la mirada como con culpabilidad diciéndome que se le ha acabado el zinc.
Noto como empiezan a levantarme por las muñecas, debe ser Miemac otra vez. Ahora se mueve con mucha más precaución. de algún lugar empiezan a volar hacia mí unos huesos afilados, gracias al entrenamiento sé que puedo hacer levitar cosas por lo que la mesa me salva del golpe. Mis compañeros están igual que yo. Volando, colgando de sus muñecas. En ese momento elástica empieza a cantar y con su canción me entran sueño irresistible.
Cuando me despierto veo que los cinco estamos en un rincón del recinto, hemos vuelto a la falda del gran árbol. Los elfos se están despertando también pero Elástica se ha encargado de separarlos de nosotros todo lo que ha podido.
Elástica está como desquiciada y cansada, soy el primero en despertarme, por alguna razón los hechizos de sueño no me afectan tanto a mí que al resto. La que tiene que despertar ya sí o sí es Sarah, y no lo hace. Alguno de los elfos empieza a ponerse en pié, se tambalean de lado a lado como si hubiesen bebido. Intentamos despertar a Sarah pero no es posible. Solo se me ocurre una cosa, taparles los oídos a los que duermen para que elástica vuelva a cantar y lo único que soy capaz de crear es lasaña. En el momento en el que Elástica me ve me hunde su mirada y dice —Aparte de una marranada eso va a ser totalmente inútil, mejor usa sus propios dedos— así lo hacemos, luego me los tapo yo y cuando empieza a cantar vuelvo a caer dormido.
Me despierto junto a Liedna y el resto, por lo visto Sarah ha conseguido abrir el portal a tiempo. Aunque viendo su cara no parece que lo haya hecho pacificamente, me parece que ha debido de tirar de varita contra los elfos. Tanto ella como Javi tienen algún que otro rasguño nuevo. El caso es que hemos vuelto, no he podido preguntar nada sobre los dragones pero puede que lo que nos han contado pueda nos sirva para algo.
Hacemos una reunión improvisada en la que le contamos al resto la expedición con pelos y señales, todos se quedan fascinados. No se me escapan las miradas furtivas de mis compañeros a Liedna, creo que ella está un poco incómoda. Según nos ha dicho ella quizás no nos han matado de primeras porque esperaban que ella apareciese por allí. Es razonable. Le he pedido que la próxima vez que veamos grifos o ninfas o algo que los mande para allá. Esos merecen tener cosas que les espoleen un poco.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro