6. La puerta negra
Provoco un ruido en una zona del bosque a bastante distancia de nosotros y empezamos a retroceder. Al mismo tiempo, con la voz ampliada todavía, digo —Si esta es vuestra respuesta despedíros del lago.
Las ninfas empiezan a gritar todas a la vez. Entonces escucho la voz de Javi, usando su poder robado que me dice —la máquina seca aguas solo la está congelando.
Mientras nos alejamos Sarah menciona que puede probar un hechizo medio inventado. Uno que permite ver sin ver. Entonces toma su varita y tras decir unas palabras cambia toda mi visión. Ahora es como si yo fuese un personaje de un anime, donde antes había un roble ahora veo su dibujo. No nos da tiempo a escondernos, una de las ninfas sale a nuestro encuentro y se queda petrificada al ver que no reaccionamos a su presencia. Para mí es un dibujo pero uno precioso. Un aura de agua rodea su ropa cristalina y azulada y sus ojos verde azabaches relucen con cada brillo de sus cristales. Es un espectáculo. Nos está mirando.
Nos damos cuenta de que hemos vencido su único poder cuando en su cara brilla el miedo. Nos acercamos a ella y hacemos que se siente en una roca. Entonces empezamos un interrogatorio improvisado.
Escucho a Javi decir telemáticamente —nos han rodeado, están por todas partes— no podemos perder más tiempo.
—¿Como hacemos para despertar a los que duermen?— le pregunto
—Solo lo podemos hacer nosotras.
—¡Hazlo!
La ninfa se ríe diciendo —Tus amigos ahora ya deben estar divirtiéndose en el gran sueño, y en poco se irán a otro más largo. Nadie nos desafía.
—¿Te das cuenta de que si es así acabaremos con todas vosotras una a una? Te conviene ayudarnos para salvar a las tuyas.
La ninfa cada vez tiene más miedo. Lo primero que hago es ponerle a Liedna delante. —despiértala.
Al verla se sorprende mucho. —¿Qué hace un elfo aquí?— pero al ver mi rostro la despierta con la mirada. Liedna se levanta y grita algo como "por fin" luego mira a la Ninfa y le dice —Habéis incumplido el código, os va a costar salir de esta.
—Si es que están vivas dentro de 10 minutos— digo. Me interesa mucho mantener la tensión. Necesito salvar a todos. —Llévanos con las otras.
—Estáis acabados lo queráis o no. Nosotras tenemos a Gonzo que acabará con vosotros muy rápido— Me dice la ninfa mientras avanza hacia el lago.
—Gonzo no me da mucho miedo, si es de la anterior horneada lo máximo que sabrá hacer es acertar flechas y dar mandobles— digo con decisión. Sarah me mira como queriendo contradecirme pero se lo guarda.
Antes de llegar le pido secretamente a Sarah que le haga el hechizo ese de anime a Liedna. Es gracioso ver a Liedna intentando asimilar lo que acaba de suceder. Al final intuye que hemos sido nosotros y lo acepta bastante bien. Estamos a punto de salir del bosque, las ninfas se han reunido en su descampado y están con un bulto de gente al lado, son mis compañeros. Todos los otros del grupo. El agua del lago está totalmente congelada.
Me acerco al cúmulo de ninfas, hay unas 20, cada una de una tonalidad de azul distinta. Tras un rato para que asimilen que no me pueden hechizar les digo —¿Sabeis lo que os espera verdad?
—Monstruos, sois monstruos— Dice una ninfa medio alta y esbelta, bastante desquiciada por lo que parece.
—¿Hola? ¿Quién tiene apilados a mis amigos?— le pregunto perdiendo un poco mi lugar.
Entonces Liedna toma la palabra —Esto que ha pasado es cosa del comité de convivencia. Dejadlos libres y ya hablaremos.— Al ver a Liedna a todo el grupo se le oscurece el rostro. Todas pasan su aura de un color rojo intenso a un color violeta.
—Pero, ¿y el lago? Por culpa de estos hemos perdido el lago— Dijo la ninfa alta sacando algo de valor.
—"Estos" vinieron para buscar a gente a que ayudara a los grifos contra los dragones y los tumbasteis en el sueño ese de la juventud infinita. ¿Qué queréis? ¿que tengamos que derrotar a los dragones nosotros? ¿Es eso?— Mientras Liedna dice esto su presencia va aumentando, su pelo plateado empieza a bailar sutilmente y la presión del aire sube.
—Lo de los dragones es agua pasada, se fueron hace 6 años— Dijo una de ellas.
—¿Seis qué?— grita Liedna.
—Hace seis años migraron hacia el norte. Conseguimos salvar el lago pactando con ellos.
—¿Me estás contando que he estado seis años o más siendo tratada como un hada que tira polvitos mágicos? ¡No pienso esperar al comité!— entonces todos los árboles de alrededor, las ninfas e incluso nosotros empezamos a flotar. Los troncos de los árboles empiezan a crujir, luego lo hace el lago. Las ninfas gritan como posesas. El aire parece querer crujir también y mi cuerpo empieza a girar sobre sí. Lo veo todo con claridad. El tal Gonzo saca una pócima del bolsillo y se la lanza a Liedna. Cae al suelo antes de llegar y bastante lejos. Al caer consume el propio suelo muy rápido dejando un cráter. Sarah pronuncia unas palabras y Gonzo deja de moverse.
—Liedna, vamos a arreglar esto, —Le digo— ¡para! ¡nos vas a matar!— por algún motivo reacciona a mi voz y para. Todos caemos al suelo y suerte que sé volar moviendo los brazos, de los otros solo Javi ha actuado a tiempo, ha intentado sujetar a Sarah pero estaban bastante separados. Casi todos han caído como de un metro y se han hecho algo de daño seguro.
—Vale, no tenéis ninguna opción, ahora liberadlos u os iré matando una a una. ¡Ah! Y también vais a hacer un juramento de no atacar nuca a los humanos— les digo.
En el momento que hacen el juramento Lucas mira muy fijamente a Gonzo. Entonces lo que solo ve Lucas empezamos a verlo todos. Una puerta negra, vieja, llena de telarañas y polvo, con cuernos retorcidos por todos lados, se materializa. Gonzo la mira entre admirado y alarmado. La puerta está abierta y de alguna manera Gonzo es arrastrado hacia ella. No intenta resistirse. Cruza su marco y al rato la puerta se difumina en el aire, Gonzo ya no está.
—¿Qué acaba de pasar?— pregunto.
—Le ha llegado su final— Contesta una de las ninfas.
—¿Pero donde ha ido?
—Eso no lo sabemos, solo sabemos que el final de los humanos llega con las puertas— Sigue explicando la misma ninfa. Esa ninfa se acerca uno a uno a los del tumulto, les dedica una mirada profunda y se van despertando.
En el montón está también la chica rubia que he visto al principio. No he llegado a preguntarles para que la querían o qué iban a hacer con ella. La despiertan como a uno más y descubro que se trata de la florero. Le llamábamos así porque todo el día se ponía flores en la cabeza.
Estamos a punto de irnos cuando nos reclaman que devolvamos el lago a su forma. Les digo que en cuestión de unas horas estará como siempre. Y empezamos a caminar. Que Javi lea la mente es muy cómodo porque sin yo tener que decir nada le hace una seña a Lucas y este empieza a sacar robocopteros para todos. Esta vez Sarah usa la escoba porque "es mucho más interesante que el paraguas". Pregunto al grupo si quieren ir a cazar dragones y parece que han decidido acompañarnos.
Antes de despegar le pido a Sarah que me quite lo de los dibujitos y se empieza a reír, —no sabía hasta cuándo aguantarías— me dice, pero antes de sacar la varita se me acerca observador y dice "Kai". Esta vez sí que le funciona y vuelvo a ver normal. Liedna se está riendo. Por lo visto a ella le ha liberado hace bastante rato.
Al tomar un poco de altura descubrimos el desastre. Lo que antes era verde ahora es gris, lo que antes eran ríos y bosques ahora parece el gran cañón y desiertos. Solo queda el trocito del bosque en el que estábamos, a saber que habrán hecho las ninfas para conservarlo. Escucho a Liedna susurrar —debería haber enviado a los grifos al pliegue, ojalá estén bien— Tras ver eso les pido a todos para hacer una reunión y nos vamos a la cima de una duna. Sarah saca varias sombrillas de su bolso y con eso podemos estar bastante cómodos.
En esta introducción les cuento lo que conozco del mundo en el que nos encontramos. Les hablo de las puertas que hemos visto y de los poderes que hay. Les cuento mis teorías y les pregunto desde cuándo llevan en el sueño de nunca jamás y si recuerdan algo más o no aparte de las ninfas. Casi todos cayeron directamente en las ninfas. Los más afortunados estuvieron dos meses vagando por el mundo y descubriendo sus poderes. Entre los que estamos compartimos nuestras teorías sobre el mundo y sus puertas, aunque el tema principal es la puerta negra de Gonzo.
El hecho de que Gonzo fuese de la horneada anterior según liedna significa que ha estado en este mundo 150 años de nuestro mundo. Eso me dice varias cosas, la primera es que aquí no envejecemos y la segunda es que no necesariamente morimos pero si es así ¿Porqué la puerta negra se le ha abierto? Por primera vez veo que tengo una puerta a mi espalda que me sigue, es la azul y está cerrada. Es la puerta de la voluntad, al ciervo le ha empezado a salir su primer cuerno. El hilo de la puerta roja sigue marcando hacia el este, aunque se ha movido bastante. El de la puerta amarilla se ha movido también y parece que también está por el este. De alguna manera ha abandonado el pliegue.
Florero tiene una teoría interesante, dice que a lo mejor la puerta negra lleva al infierno, la amarilla al purgatorio y la azul al cielo. Después de discutirlo no nos cuadra falta la puerta roja.
—¿Qué es la puerta negra? No la había visto nunca— Pregunta risas.
—Es una puerta que sigue a algunas personas, su emblema son cuernos con telaranas.— Responde la voz robótica de Lucas.
—Yo solo tengo 3 hilos y ninguno es negro— digo más pensando en voz alta que hablando. Nos quedamos todos callados un rato.
—¿Qué creéis que le habrá pasado a ese chico al que la puerta ha absorvido?— pregunta una de las gemelas.
—Ojalá tuviésemos la respuesta— Le contesta Sarah. Javi se acerca a ella y se sienta a su lado.
Tras hablar de varias cosas al final decidimos que lo mejor es movernos hacia algún lugar diferente, que en el desierto no encontraremos nada. Antes de salir, Elástica nos tiende unos platos llenos de comida que va sacando de una estantería imaginaria. Me ha dejado tan impresionado que creo que se ha visto obligada a explicarse —¿Nunca jugasteis a cocinitas cuando erais enanos?
A lo largo de la conversación descubrimos un dato curioso, nuestras puertas rojas se encuentran todas en la misma dirección. Creemos en que ese lugar es la guarida de los dragones. Lucas sin embargo tiene a sus puertas roja y la azul a la espalda y no me quiere decir nada de las puertas de los demás. Los colores del aura de todos los del grupo rondan entre el azul y el amarillo. Todos me inspiran confianza.
A Javi se le han pasado los efectos del calcetín. Menos mal porque me parece horrible verle tan musculado, y tampoco me hace gracia que tenga mis poderes. Me mira sonriente —¿No te gusta que sea capaz de hacer poesía de rima consonante?— Se ríe a carcajadas limpia. Ni yo me acordaba de que un día desee eso en clase de lengua... Tengo la teoría de que Javi deseó en su día ser el profesor X proque no es normal que haya descubierto que tengo esa habilidad.
Vamos volando hacia nuestras puertas rojas. Por el camino nos encontramos con un chico solitario que anda arrastrando los pies. Nos paramos y vemos que se trata de decelerado, otro de los que éramos los niños perdidos.
Al preguntarle qué hace se echa a llorar y nos cuenta que cuando estaban yéndose aparecieron de debajo de la arena unas serpientes gigantes y los atacaron.
—Nadie supo defenderse y los que no fueron comidos quedaron fatal. Yo solo pude hacer lo de siempre, ralentizar el tiempo e irlos poniendo a salvo uno a uno pero resultó ser demasiado tarde. —todo su cuerpo tiene un escalofrío— una a una empezaron a aparecer puertas y puertas y absorbieron a los que estaban más heridos. No podía hacer nada por curarlos y al final me quedé solo.
—¿De qué color eran las puertas?— pregunta risas. Todos los miramos como queriendo indicarle que es la pregunta más inoportuna del mundo. Sin embargo decelerado le responde con mucha paz y naturalidad.
—No me fijé mucho en las puertas, solo intentaba retenerlos, los sujetaba pero era inútil, hasta intenté cerrar algunas pero no sirvió para nada. Creo que había unas amarillas, y otras rojas. Me pareció ver una azul también.
Antes de seguir elástica le da un vaso lleno de zumo y algo de comer. Le decimos donde vamos y aunque no muestra mucho interés decide acompañarnos un rato. Lucas le tiende un robocóptero y seguimos el camino.
Nunca me hubiese imaginado estar tan cómodo mientras vuelo hacia mi casi asegurada muerte. Miro a Risas y sonríe. Quizás mi paz no se deba a mi entereza.
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