El ritmo de nunca jamás es como el de una noria. Cada vuelta que da lo hace en secreto, sin que casi lo percibamos. Bailamos y jugamos, contamos cuentos y simulamos peleas, cantamos y chillamos por igual. A veces nieva aunque no haga frío y las guerras de nieve se vuelven épicas.

He perdido la noción del tiempo, no sé si llevamos aquí dos meses o un año. De vez en cuando Lucas tiene un arrebato de responsabilidad dice cosas como no deberíamos estar aquí o ¿Recuerdas lo que habíamos venido a hacer? Debe ser horrible no poder dejar de ver las puertas. Es como estar en una cascada y que en medio del lago cristalino y brillante se encuentre un rascacielos de cristal amarillento. No sé cómo puede soportarlo.

Aquí no hace falta dormir por las noches, es como un sueño cumplido, uno más. ¿Quién quiere soñar si puede vivir las mil aventuras? ¿Quién quiere dormir cuando puede volar? Solo hay dos normas. Las puso el jefe del lugar. No acercarnos al lago y pasar de las puertas, seguro que a Lucas le debe parecer muy difícil.

Liedna ya es de la familia. La llamamos campanilla porque dicen que no habla y que si fuese mucho más pequeña y de aspecto diferente sería "idéntica". A ella no le gusta pero como no sabe quién es, no puede molestarle demasiado.

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Me acabo de despertar. Es muy raro, nunca dormíamos, hasta ahora. Los demás están todos en una pila de gente inmensa, como una jauría de perros amontonados en la hora de dormir. Estamos en un claro pequeño rodeado de árboles y bosque. En uno de los árboles hay uno con cabañas y lianas por todas partes, me resulta familiar pero no lo reconozco. Me escondo entre los árboles. Muy cerca se escuchan risas y bailes. Las voces son femeninas y hay algo que no las hace humanas. —Gonzo deberías traer a otro, ya va siendo la hora del lago. Para este año danos algo interesante— Al cabo de un rato veo a Gonzo caminar hasta el montón de gente dormida y tomar a una chica rubia y delgada. La arrastra de malas maneras y ella no se despierta. Cuando un rayo de luna le alumbra la cara reconozco al chico que bailaba cuando llegamos, era quien tenía la puerta de las telarañas.

Me fijo en el montón y veo a los 4 que me acompañaban tumbados casi en la superficie. No entiendo muy bien lo que está pasando pero sé una cosa, no los puedo dejar allí. Uno a uno y haciendo el mínimo ruido posible los llevo a una zona del bosque cercana. Al separarlos del montón empiezan a despertarse, la primera es Sarah aunque por poco la llamo soñadora. De hecho me ha costado recordar sus nombres, llevo mucho tiempo llamándolos campanilla, largo, pensante y soñadora.

Poco a poco van abriendo los ojos, todos menos Liedna. Les cuento lo que he visto, el montón en el que estábamos y la existencia de Gonzo y las voces femeninas. Entonces Sarah pregunta:

—¿En qué momento empezamos a estar hipnotizados? Y otra cosa, yo he estado en el mundo de Peter Pan y a ella le llamábamos campanilla.— señala a Liedna.

Los demás confirman que han vivido lo mismo y suponen que el momento de la hipnosis debió ser el ver a las ninfas. Ahora el problema es el siguiente. ¿Podemos derrotar a unas ninfas que nos hechizarán en cuanto las veamos? ¿Deberíamos escapar? Y lo más importante, ¿por qué Liedna no se ha despertado?

—Si nos hemos despertado al salir del montón quizás a todos les pase igual, ¿no?— dice Javi.

—Puede ser, no creo que nos lleve mucho tiempo.— le contesta Sarah.

Así lo hacemos, usamos todos los poderes que podemos, telarañas, hechizos, movimientos yedi. Todo. Lo más importante es ser silenciosos para que Gonzo o las voces no se percaten. Poco a poco hemos reunido a todos los cuerpos en una pequeña explanada. Lo más difícil ha sido que no hiciesen ruido al despertar. Sarah ha necesitado usar su varita unas cuantas veces porque la cúpula de silencio no daba a basto.

En total debemos ser unos cuarenta más o menos. Cuarenta personas que llevábamos viviendo un sueño a saber cuánto tiempo. Quizás muchos no sepan las reglas de este mundo...

En el centro del antiguo montón humano ha quedado la fogata. Por lo visto es una piedra con una ilusión de fuego. Creo que ese debe haber sido el detonante de la hipnosis aunque es raro porque vimos a gente antes del fuego y eran los mismos tras el sueño. La piedra podía ser perfectamente lo que alargaba el sueño. Quizás el mejor truco para que alguien no se despierte sea ese. Hacerle pensar que no necesita dormir.

Tenemos dos opciones. Irnos o destruir a las ninfas para que nadie vuelva a caer en su trampa.

La mayoría deciden irse y nos quedamos unos 10. Para mi irme no es una opción porque Liedna sigue atrapada y no despierta. No pienso dejarla aquí.

Entre los que se han quedado está la chica de la I, creo que es el símbolo de los increíbles pero no estoy seguro. Está un grupo de tres chicos que parecen amigos y dos chicas. No me sé sus nombres, solo los que usábamos en nunca jamás. Elástica, Observador, Camicace y Risas, y a las dos chicas las llamábamos las gemelas porque nunca se separaban, aunque no se parecían demasiado, solo en la ropa.

Miro a Lucas de reojo por si tiene algo que decir sobre las puertas de nuestros acompañantes y me hace una seña de que no. Sus colores son buenos así que empiezo a hablar.

—¿Cómo lo hacemos?

—A lo mejor la podemos despertar con la técnica de liberación de genjutsu— Dice Observador mientras se pone serio, coloca el índice y el corazón en vertical a la altura de los ojos y los otros dedos cerrados y dice —Kai— no sucede nada.

—¿Qué sabemos de las ninfas esas?— pregunta elástica.

—Sabemos que sus voces no nos afectan— le respondo.

—¿Nada más?

—Bueno pues que saben hablar y que son capaces de inducirnos ese sueño que hemos vivido— matizo.

—Una pregunta un poco extraña— dice Sarah— ¿qué poderes y habilidades tenéis?

Empieza a responder Elástica —yo todas las habilidades de los cuatro fantásticos y las de los increíbles. Aparte puedo hechizar cuando canto. Diría que esas son las más importantes.

—yo puedo recordar cualquier cosa y tengo la vista y el oído muy finos, creo que es porque deseaba poder copiar fácil— dice risas— y ellos creo que lo típico, volar, agilidad para los deportes de riesgo y esas cosas— dice señalando a sus dos amigos.

Todos esperamos a que las gemelas comenten algo, la de piel más morena empieza a hablar —Yo puedo ver en la oscuridad, hablar cualquier idioma —Al ver mi cara adivina lo que estaba pensando— Sí, podía entender a campanilla, me he quedado porque quiero ayudarla si puedo. También sé dibujar cualquier cosa con los colores perfectos y muy rápido y cambiar el paisaje.

Su amiga, la que parece una modelo, toma la palabra —Yo puedo respirar debajo del agua y puedo ver cosas del futuro y otras cosas.

—¿Y que has visto del futuro?— Pregunta  Sarah.

—Del nuestro nada, he visto el de los que nos han abandonado y ese no era nada agradable. Había como fuego, humo y desierto por todos lados. —Al decir esto se le nota asustada.

Entonces nosotros les contamos nuestras habilidades. Cuando Lucas dice que puede ver los secretos de las personas todos nos asustamos, sí, incluso yo. Luego lo remata mirando a risas —deberías dejar de controlar el humor de los demás. Estamos a punto de luchar contra  unas cosas raras y parece que estamos en la previa de un campamento. Por cierto, ¿de dónde has sacas los metales para quemarlos?

—Los tengo siempre jajaja me has pillado, vale ya paro— y ha debido ser verdad porque de pronto todos empezamos a tener mucho miedo por lo que puede pasar.

—¿Qué es lo mejor que podemos hacer? ¿Alguna idea?— pregunto.

—Lo mejor para enfrentar a unas Náyades es no mirarlas. —Respondió la voz robótica de Lucas.

—No lo entiendo— dice Sarah— Las ninfas no son malas y desde luego no te envían al país de nunca jamás. Dudo que sean ninfas eso.

—piensa que no estamos frente a la criatura de Grecia clásica sino delante de lo que alguien ha imaginado y creído aunque sea un solo día de su vida— Dice Lucas.

Bueno, que no las veamos, ok. ¿Alguien tiene alguna idea de cómo despertar a Liedna e irnos de aquí?— pregunta Javi.

Yo le respondo señalando que no solo es Liedna, que hay un chico con las ninfas y que se acaba de llevar a una chica a rastras.

—Fausto, sobre ese chico olvídate. Su puerta es negra, nunca había visto una así. Tiene telarañas y cuernos por todos lados, da miedo solo mirarla, dudo que el chico pueda rectificar ya— dice Lucas con la voz débil. —Sobre la chica, ¿Quién era?

—Me ha parecido ver a Florero.

Sea quién sea deberíamos ponernos manos a la obra— dice Elástica, y sentandose en el suelo provoca que empiece la reunión de verdad.

El plan es el siguiente. Lo primero es que la gemela morena provocará una tormenta para señalar el inicio de todo. En ese momento yo tengo que amplificar mi voz y hacerme pasar por un dragón y fialogar. Por si no funciona Javi dice que Lucas le va a dar un invento para secar el lago porque "seguro que funciona para derrotarlas". Lo que hace más peligrosa la misión es que probablemente al verlas caigamos hechizados. Los chicos de agilidad no van a poder hacer mucho pero están dispuestos a pelear, de hecho se les ve emocionados.

Nos acercamos sin hacer ruido gracias al hechizo de Sarah. En un momento dado, me acuerdo de algo y Javi se da cuenta al instante y grita —¡NO!— Suerte del hechizo de Sarah. Me quito el zapato y le doy mi calcetin a Javi, diciéndole que si no lo muerde perdemos una oportunidad. Después de discutirlo un rato y de dejar a todos flipando lo muerde por la parte más alta y muy discretamente. Enseguida se hincha y saca todo tipo de músculos. Me mira sorprendido y me dice ¡No sabía que lo de los colores era así! Por lo visto ahora tiene todos mis poderes también. Ojalá le sea útil.

Nos hemos puesto en zonas diferentes rodeando el lago. Puedo escuchar las risas de las ninfas. Estoy con Lucas y con Sarah. De pronto oigo una voz en mi cabeza que parece ser la de observador "os informo de que escucho a otro grupo de ninfas al otro lado del lago" Me da rabia que tengan habilidades que se hayan callado, pero no es el momento de discutir eso. A Lucas no le sorprende en absoluto. Al poco rato escucho de la misma manera a Javi "Para que lo sepáis, acabo de morder el calcetín de Observador, esto mola!".

Solo ha pasado un minuto y se escucha la voz de Javi "Risas acaba de caer en la hipnosis, tenemos que empezar ya". Entonces aparece de pronto una nube negra sobre el lago. Hasta ahora no había caído en lo raro que es eso. Las risas se detienen, solo se escucha a Hugo decir, chicas, solo es una nube. En este momento me doy cuenta de que es la primera vez en este mundo que veo una nube de lluvia. Recibo un codazo de Lucas. Amplifico mi voz y empiezo el discurso que me he medio preparado.

"¡Escuchadme! Me llamo Safira, Soy el último dragón de la justicia que queda vivo. Estoy aquí por la atrocidad que habéis cometido. Os pregunto, seres del agua. De vuesta respuesta depende que seque el lago o no lo haga".

—Ni se te ocurra tocar el agua— dice una voz chillona —¿de qué atrocidad hablas?

—De la que habéis cometido contra los humanos— contesto.

—Pero si son humanos, ¿no conoces el código, dragón? Los humanos no tienen espacio aquí, es así casi desde la primera horneada.

—Los humanos se irán si les dejamos. Si les tratamos como lo hacéis vosotras dedicarán su vida a la venganza.— subo el volumen de la voz —¡Necias! Aferradas a un código que solo se machaca a sí mismo!— Tras un rato de silencio y ver que no responden decido probar otra cosa.

—¿Quién es el chico que os acompaña?

—¿Hablas de Gonzo? Este no cuenta como humano, lleva desde la horneada anterior con nosotras. Dragón deberías irte y dejarnos en paz.

Entonces es cuando me di cuenta de que muchas de las ninfas estaban rastreando el bosque y algunas estaban cerca de nuestro escondrijo.