15. La estrategia
Salene empieza a decir unas palabras inventadas mientras mueve los dedos y acaba con un bidibidabibidu. Entonces mi cuerpo empieza a deformarse. La sensación es de normalidad aunque no es nada normal ver cómo me sale la cola o como mi nariz y boca empiezan a escamarse. Mis uñas se rigidizan y voy creciendo bastante rápido, a los pocos segundos ya soy casi tan grande como la nave espacial. Por lo visto Salene no podía consentir que yo fuese un dragón cualquiera. La transformación termina cuando me cambia el aliento por una cosa bastante desagradable.
Al mirar mi cuerpo veo que mi color es un blanco impoluto, mis escamas blancas brillan demasiado con sus reflejos. Me da que voy a ser el unicornio de los dragones... Mi puerta sigue estando allí, no ha cambiado ni de color ni de tamaño, creo que estoy haciendo bien las cosas.
No puedo hablar, este ser no tiene cuerdas vocales, creo. Intento usar el aparato del pensamiento pero no da resultado por lo que empiezo a ponerme nervioso. Sofi parece que lo ha entendido porque se acerca con una cosa que acaba de crear y me hace señas para que baje la cabeza y me escala como si estuviese en el rocódromo, pasa por al lado de mi ojo, es una sensación muy rara, y llega hasta la oreja en la que encaja un aparato que me pellizca uno de los pliegues interiores y me dice —prueba ahora.— El problema es que al decírmelo al lado del oído me suena como sonaría un grito en una cueva. Muy estridente.
"¿Me podéis entender?" Les pregunto.
Todos asienten con la cabeza y contestan hablando o quizás pensando, no lo sé. Solo sé que los oigo a todos a la vez y con mucho volumen. Le pido a Sofi que lo baje un poco y con eso se arregla todo.
Sofi me ha dicho también que llevo una codificador para que los de la nave puedan ver lo que veo yo.
Varios dragones nos han encontrado haciendo este show y se acercan en picado a nosotros. Mis compañeros saltan corriendo hacia la nave mientras reciben un baño de fuego que rebota contra un escudo invisible, Sofi no ha podido bajar. Le pido que se esconda en mi oreja lo mejor que pueda. Allí se acurruca. Es algo muy raro. Los chicos consiguen entrar en la nave y es como si hubiesen desaparecido del mapa.
Los dragones siguen acercándose, me desperezo e intento mover las alas para que vean que no hay problema. Soy muy torpe y no sé controlar el cuerpo, solo consigo sacudirlo y deslizarme hacia un lado, por poco no me choco con la nave, si todavía está allí.
¿"Qué te pasa blanco?" Me pregunta una voz profunda.
"Los humanos me han aturdido, necesitaré un tiempo para poder recuperar mi coordinación".
"¿Quienes son los humanos?" Repite esa voz.
"Perdón, he llegado hace poco al grupo, los humanos es la manera que tienen los seres que nos atacan de autodenominarse".
"¡Esos seres no razonan!" Dice mientras deja escapar un poco de humo, ahora vuelan mucho más bajo.
Vuelvo a intentar levantar el vuelo, no puedo dejar a Sofi con estos dos cerca, va a tener que acompañarme, así se lo digo y noto como se agarra más fuerte en el pliegue, incluso noto tres pequeños pinchazos, como Picasa de mosquito—No te preocupes, puedo ser invisible, de pequeña jugaba al escondite.
Esta vez vuelo bastante mejor, el truco está en sincronizar el movimiento de los omoplatos, por llamar de alguna manera a ese músculo. Los dragones al verme ya en el aire se dan la vuelta y se dirigen al meollo. Por las pantallas no lo podía ver pero ahora me doy cuenta de que el aura de muchos de los dragones es blanca y la de otros es roja. Es más, diría que los de aura blanca atacan con mayor frenesí que los otros. En lugar de ir al campo de batalla voy a investigar lo que el dron no ha podido. Con este cuerpo se puede volar muy rápido y todos los dragones me dejan un pasillo para que pase. Me va a costar acostumbrarme.
Hasta el momento soy de los dragones más grandes que hay. Llego a la ladera que da al mar, es una pared rocosa con muchos más dragones, muchos tienen auras azules de distintas tonalidades, y hay, en la parte más baja, una gran cueva. Entro en ella y al asomarme descubro un dragón bastante raro. Es como un pez morena pero gigante y que vuela, sus escamas son rojizas y sus ojos son negros, al mirarlos algo cambia en mí. Mi cuerpo se estremece y dejó de poder controlarlo.
Acto seguido me encuentro dando la vuelta y dirigiéndome hacia las naves de Mike. Oigo como Sofi está hablando frenéticamente con los de nuestro grupo el problema es que no la entiendo porque todos mis sentidos se han entumecido.
—Le ha hecho algo [...] Tenéis que ir [...]— Solo puedo escuchar frases sueltas, las que dice más fuerte. No me atrevo a usar lo del pensamiento porque desconozco qué puede hacer el dragón serpiente. Mi cuerpo mientras tanto ha pasado ya la ladera y se dirige como un misil hacia la nave central. Recibo un golpe de láser pero las protecciones de Mauro son perfectas. Voy a toda velocidad hacia la nave y le doy un cabezazo que hace que se estampe contra el suelo.
No sé cómo Sofi ha hecho para sujetarse de ese golpe pero sigue en su sitio —¡Retirada! Las naves que podáis iros! [...] ¡Claro que soy Sofi! [...] Agrupados [...] ¡Mike eres imbécil!.
Alguna nave se retira pero otras dos en cambio deciden ir a por mí. Sus láseres no me hacen nada. No puedo controlar nada mi cuerpo por lo que lo veo todo como un espectador, me sitúo encima de una de las dos naves que quedan y cierro las garras sobre su cúpula, dejándola como si fuese una obra de Chillida. La nave se desploma, cuando voy hacia la tercera nave oigo "pum" y veo a Mike en la pose del bazuca, también lo para el escudo de Mauro. Suerte que ese loco no se imaginó activando una bomba nuclear porque mataría a todo el mundo con tal de poder hacerme daño.
Mi cuerpo reacciona y, en lugar de ir a por la nave, va a por Mike, le escucho decir todo su repertorio "ratatata" "pumb" "Bang". Cuando estoy a punto de estamparme con él veo como su amigo, el de songoku lo teletransporta a otro lugar con ese sonido tan característico. La tercera nave ha dado la vuelta y se está yendo, otros dragones la siguen pero creo que se cansarán rápido.
Recibo varios ataques de la cuadrilla de Mike, todos inútiles, sé que me van a poner la trampa de la telaraña en algún lado pero es imposible que me atrapen así. De pronto el miedo empieza a recorrer mi cuerpo, oigo una canción que hace que muchos dragones de aura roja se relajen y caigan desplomados, a los de aura blanca no nos afecta. Veo que Elástica está cantando y mi cuerpo se lanza hacia ella. Le da tiempo a reaccionar y saca una burbuja como de pompa de jabón que es capaz de repelerme y me deja clavado en el suelo. Luego se hace invisible y noto como se sitúa sobre mi espalda, creo que ha intentado tirar rayos láser con los ojos pero han rebotado en las escamas. Ha probado poner hielo en mis alas, ya que ahora estoy en el suelo pero no ha conseguido bloquearlas. Todavía no le he pillado el truco a lo de despegar y Mike ha aprovechado eso, escucho como dice "pum" y nos lanza un pancer. Le da igual que tenga a elástica en mi lomo, por suerte ella pone su escudo. Intento atraparla con los dientes pero no llego. Antes de que me dé cuenta mi cuerpo se lanza hacia atrás para chafarla pero ella, se recoloca como si nada.
No he sido consciente pero de algún modo Elástica ahora se ha acomodado en mi oreja junto a Sofi. Noto tres picadas más. Por alguna razón mi cuerpo omite ese dato y empieza a volar de nuevo encarando a Mike. Es una pelea lenta que, de tener yo poder y control sobre mi cuerpo, y querer pelear, se acabaría rápido. Pero prefiero que sea así. Qué él no me haga daño y que yo no sé lo haga a él. Mi cuerpo actúa como el de un perro intentando saber por dónde saldrá el topo la próxima vez y lanzándose. No pueden darme golpes porque soy muy rápido y por mis defensas. Los otros dragones mientas han decidido incinerar-lo todo.
Veo grupos de personas que se intentan poner a cubierto y actúan a modo defensivo. Me fijo un poco más y veo que Liedna está con ellos haciéndoles cruzar una cortina, va de grupo en grupo acompañada por una de las cinco primeras que rescatamos. Cuando acaba con un grupo se hacen invisibles gracias a una capa y aparecen en el siguiente.
Sofi y Elástica no paran de hablar. Se suele escuchar cosas como "cuidado a vuestra espalda" o "si, era allí" "ese no se despertará". De pronto escucho a Elástica gritar:
—Hay que hacer algo, los va a matar a todos
Y Sofi responde diciendo —Yo me encargo.— Noto una serie de pinchazos en el cuerpo y como intenta escalar hasta mi ojo. Mi cuerpo al ver la amenaza da una sacudida y ella se resbala, queda colgando de unos arneses y elástica la trae para sí otra vez. Luego repiten la operación pero esta vez elástica se encarga de que Sofi llegue y le dice —Va, haz eso guay que querías hacer.
Esta vez mi cuerpo no se ha enterado y de pronto me han aparecido unas lentes de prismáticos que amplían todo lo lejano como si estuviese a un palmo. No veo casi nada. Esas dos vuelven a su rincón y me dejan a mi volando dando tumbos y chocándome con un sinfín de dragones mientras cojo altura y cada vez más altura. Al mirar a Mike lo veo perfectamente y mi cuerpo ataca desde lejos tirando un rayo de luz solar. De mi sale un chorro bestial pero que no le alcanza porque se difumina por el camino, debo estar muy lejos. Mi cuerpo intenta recolocarse y repite la misma operación, sucede lo mismo. Mike me dispara un pancer pero mucho antes de llegar cae a tierra y explota. De pronto noto como mi cuerpo se relaja y mis sentidos empiezan a agudizarse. Todas las auras blancas de los dragones ahora tienen un tono más azulado.
Oigo perfectamente a las dos de mi oído, parece que están viendo un partido de fútbol.
—qué buen flash, ¡vamos que ya lo tenéis!
—Risas no dejes de tirar viento, ¡está funcionando!
—Lau, ¿Como se te ha ocurrido el cambiar la apariencia de la cueva así? se está chocando con todas las paredes— y mientras Elástica dice cosas como "el lago que ha hecho es precioso" o "¿has visto las estalactitas?" "Quiero vivir allí..."
—El, que estoy hablando con ellos, toma, ahora lo entenderás todo más—Le contesta Sofi.
—¡Cuidado con la cola! Mauro eso es, buen escudo. ¡Selene! ¿Ese tigre gigante es tu gato? ¡Wow! ¡Va chicas que podéis!
—Has visto lo que acaba de hacer la gemela rubia —pregunta Elástica— con el láser le ha cortado el camino de huida.
—Ya veo, a eso se refería Mauro con lo de paralizante, menudo cañonazo le ha metido en la boca y ahora remata con un tiro. Si que era útil la Franco sí.
—Lo del bolsillo de Lucas siempre me ha hecho gracia,— dice Elástica— esa pistola que tira anillos azules, vale, hace daño, pero no me digas que no es graciosa.
—Ya lo tenéis. ¡Ha caído!— dice Sofi para al poco lanzar un grito— ¿de dónde ha salido esa ola gigante? Chicos, ¿estáis bien? Contestad. ¡Contestad!
Sofi está gritando.
—¡Mauro! va a por tí, muévete ¡Mauro! —Lanza otro grito que me deja sordo—
Mauro...
Tras un rato de silencio escucho como Elástica comenta
—Las defensas de ese tal Mauro son increíbles, aún estando inconsciente y el monstruo no puede con él. Por cierto, ¿Quién es ese de la puerta?
—Ni idea, no venía con nosotros.
—Va a tirar una granada, ¡No, que allí están los nuestros!— y suena otro grito. — Vale vale, que acaba de sacar a un Raichu
—Acaba de decir ¿"impacto eléctrico"? Yo creía que era impactrueno, ¿no?— pregunta Elástica
— ¿cuántos bichos de esos tiene? Se llamaban Pokémon, ¿no?— dice Sofi— menuda tunda le están dando a la anguila esa. Parece que se vaya a electrificar toda la cueva.
La horda de dragones blanquecinos han empezado a moverse hacia la cueva, incluso yo, aunque como solo veo lejos mi cuerpo no se llega a acercar a la tierra.
—Si alguno está consciente decidle que se de prisa, hay muchos dragones que van hacia vosotros.
—No importaba decirle nada, mira— comenta Selene— le acaba de lanzar la pokébol y si da tres golpes ya lo ha capturado, no me había dado cuenta de que era un gyarados gigante y shiny. Mira, lo ha capturado.
—¿Y ahora qué hace?
—Acaba de sacar un chansey y ha guardado a todos los eléctricos, creo que quiere curar a nuestros compañeros.
Ya estoy totalmente liberado, le pido a Sofi que me quite las gafas y cuando lo hace nos dirigimos a la cueva. Cuando Miguel me ve me lanza un Pikachu y por suerte mi escudo detiene su rayo. Lucas le detiene y él hace volver a Pikachu.
En el momento en el que aterrizo las dos polizonas se bajan y Selene me destransforma. Miguel viene a mi a abrazarme diciendo que ya ha conseguido todos, que lo ha logrado. Luego saluda a todos. Hablamos un rato, y nos contamos la vida en el poco tiempo que hay.
Lucas lleva un buen rato observando a Miguel, al final no puede contenerse y le pregunta
—¿Desde cuando tu puerta es dorada?
Miguel se gira extrañado y la ve. —Desde ahora mismo.
Entonces su puerta se hace visible. Miguel la mira ensimismado. Parece que dice para sí cosas como "creía que tenía que crear un gimnasio pokémon" o un "pues así son las cosas"
Luego nos mira a cada uno diciendo:
—Me tengo que ir.
Entonces saca a Pikachu de la pokébol y le pregunta ¿Vamos?
Cruzan la puerta y esta desaparece dejando una mancha dorada en el aire que se reduce a una mota que brilla.
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