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14. Dragones

El grupo de cabeza nos lleva unas horas de ventaja. Según Lucas se dirigen hacia las montañas cuchillo en las que se han visto unos treinta dragones pero podría haber más. Nos falta saber el plan estratégico de Mike para acoplarnos, creemos que lo ha elaborado sin consultarlo con nadie.

Risas y Lucas están controlando los drones para llevarlos hasta las naves de Mike, son drones muy rápidos.

—Jorge, ¿tú qué poderes tienes?— le pregunto.

—Seguro que es capaz de dar vida a personajes de libros— dice Laura.

—Pues tener con nosotros a Aragorn no sería una mala idea.— se gira hacia mí— Puedo ver lo que ven otras personas y puedo teletransportarme.

Nos quedan unas horas para llegar por lo que aprovecho para preguntarles qué armas querrían tener.

—¿A qué te refieres?— me pregunta Laura.

—A que puedo crear armas y me parece que no está de más que tengáis alguna.

—¿Qué clase de psicópata eras para desear crear armas?— me pregunta Jorge.

—No es por ser psicópata, es porque de pequeño jugaba con mis hermanos a ver quién llegaba más lejos con el tirachinas y quería hacer trampas... No estoy orgulloso, ¿sabes?

—A mi me gustaría tener un cañón de viento,— dice Risas —creo que con eso podría conseguir que no se acerquen, y también necesitaría una cantimplora con agua permanente, no sé tragarme el zinc sin agua.

Me imagino un cañón de aire como un tubo en espiral, en verdad en este mundo la física no importa pero no soy capaz de hacerlo si no me convenzo de que puede funcionar. Aparece de la nada ese cañón, es bastante manipulable. Lo del agua le digo que se lo pida a Sofi, aunque la pobre se ha hipotecado como piloto, no sé si podrá.

—A mí dame un black trigger de francotirador equipado con lead bullet, con chameleon y con eagled— dice Mauro.

—Perdona pero no tengo ni idea de lo que me estás hablando.

—Necesito un arma muy especial de francotirador que tenga energía propia y que pueda disparar muy lejos, que también dispare paralizantes y además que me permita ser invisible.

—Vale— la hago y se la doy, no está muy satisfecho con el aspecto pero no puedo entrar en su cabeza.

Miro hacia Laura que parece pensativa.

—No había pensado en que podría tener un arma. Lo pienso y te lo pido luego— me dice Laura.

María me ha pedido un arma laser que pueda tanto disparar como deslumbrar aunque sea de día y Salene ha querido tener un traje caparazón que le permita volar y me ha pedido también unas bolsas de tela con tapa para llevar en la cintura, eso se lo ha hecho Sofi. Su traje me ha quedado parecido al de Iron Man, al verlo se ha reído y luego se lo ha puesto.

Jorge ha querido tener una espada Jedi, eso sí que sabía cómo era.

Por último Lucas y Sofi me han dicho que  pueden hacerse las suyas, tiene razón pero dudo que sea lo mismo, sin que me digan nada les he hecho unas pulseras escudo que si apuntas por la mejilla puedes electrificar a una distancia corta y funcionan con el párpado del ojo. Se las han puesto para impedir que insista.

Lucas saca unos comunicadores que había robado al grupo principal y nos da uno a cada uno —Con esto podéis hablar con quien queráis y podéis hacerlo a modo particular o en grupo. Para hacerlos funcionar solo tenéis que querer hacerlo.

Todos nos los colocamos en la oreja. Sofi sobre esto dice —Hice de más porque sabía que podría haber por allí ladrones como vosotros...

***

—Gente ¡mirad! Han empezado a pelearse con los dragones— Lucas se separa un poco de la pantalla para que podamos ver lo que está mostrando el dron.— no tiene buena pinta.

—¿Porqué han salido de las naves?— pregunta Sofi.

—Será cosa de tu amigo— le respondo.

Mauro mira las pantallas principales, donde están los datos de navegación, y dice —nos queda una hora y media para estar allí.

—Un poco menos— dice Sofi que va al lugar del piloto y activa una palanca.

***

Las naves están casi todas destrozadas, en el suelo hay puertas rojas y azules que se van abriendo, alguna amarilla también. Los dragones revolotean como si se tratara de un enjambre de avispas y algunos están en el suelo. Hay pequeños grupos de personas en medio de ellos, algunos están a la defensiva, como quien ha ido a nadar por primera vez a un parque de tiburones. Y otros atacan a la desesperada.

Hay un grupo de 8 naves que resiste en el aire gracias a los escudos de Sofi, son capaces de soportar el fuego y el hielo de las bestias y lanzan rayos láser a los que se aproximan demasiado. No veo ninguna opción de ganar. A no ser que haya alguien capaz de chasquear los dedos y que con eso mate a todos de golpe... Esa persona no existe.

Mis compañeros están todos cabizbajos y desanimados. Algunos miran sus armas como si mirasen un juguete pasado de moda.

—Algo tenemos que intentar, ¿no?—  digo a todos. Entonces enciendo el pinganillo y empiezo a escuchar la voz de Mike.

"Por allí, cuidado con ese. Atacad a ese, va a escupir..."

Me indigna muchísimo la manera de hacer de ese chico.

—Mike está perdidísimo y van a acabar todos en las puertas como la cosa siga Así.

—Fausto, cargo con eso ¿Vale? Deja de recordarlo, vamos a hacer lo que podamos— dice Sofi— ¿a alguien se le ocurre algún plan?

—Por el momento haré que la nave se camufle todo el rato— Laura hace un movimiento con los dedos mientras relaja toda la cara y el cuerpo y da una vuelta sobre sí misma— hecho.

Yo voy a ponerle algunas defensas más— dice Mauro quién se coloca un rato en posición fetal y luego se levanta— con esto deberíamos poder cruzar toda la linea enemiga y pasar ilesos.

—Eso depende de la imaginación que tuviese quien trajo a cada dragón— dice Lucas— pero creo que pocos habrán capaces de tosernos ahora.

Vamos poco a poco acercándonos al grupo más separado y descolocado, los dragones literalmente parecen un enjambre. Ir hacia ese grupo sin chocar con ninguno es imposible, de hecho cada vez que pasa alguno cerca de la nave recibe una pequeña descarga. Pensaba que eso crearía peleas entre los dragones pero no lo hace.

Usando los pinganillos hablamos al grupo que resiste y les indicamos que se acerquen allá donde estamos. Es un grupo de 5, se sorprenden pero siguen las instrucciones y acaban subiendo a la nave. Al hacerlo la nube de dragones se dispersa un poco, han perdido la pista del grupito y están buscando uno nuevo

—Gracias por salvarnos, hemos perdido a Djingo a Kaleb a Miriam y otros, sus puertas se los han comido— la chica que está hablando está al borde del grito y el llanto— no quiero vivir esto. Ha sido horrible.

Sofi la tranquiliza un poco y luego le  pregunta —¿Sabes quién soy?

La chica se para a mirar y al final acaba reconociéndola.

—Todos decían que nos habías abandonado, el mismo Mike lo ha dicho.

—Hay que hacer algo con ese zoquete— dice Sofi muy enfadada —Pues habrá que mostrar a todos que eso no es verdad.

—Mejor si antes de eso entendemos mejor la situación y qué se puede hacer— dice Lucas—dudo que arregles nada demostrando que Mike te ha traicionado.

—¿Y qué se te ocurre?

—Lo primero diría que es descubrir cuántos dragones hay— su dron está bordeando la montaña y va esquivando alas y colas con mucha maestría. Hay una cantidad enorme de dragones y todos están listos para pelear. Antes de poder terminar de recorrer la montaña un chorro de fuego nos corta la emisión del dron.

—Vale, definitivamente hay muchos— digo con cierta sorna. A modo de susurro se me escapa— en esta situación me  gustaría ser un dragón antes que un humano...

—No digas eso ni en broma—me recrimina Sofi, eso me hace despertar. No estoy aquí para desanimarme. He venido por mi propia voluntad, mi puerta granate sigue a mi espalda y hay muchas vidas por las que puedo hacer algo. Miro a las cinco personas que están agotadas en el suelo y eso me reafirma.

—Por el momento vamos a ir liberando a las partys que se han quedado marginadas, ¿os parece?

Desde entonces hemos estado atravesando la zona de dragones. A alguno que veíamos más peligroso le ha caído un rayo láser pero no podíamos abusar de eso porque si descubrían donde estábamos se habrían volcado hacia nosotros. Hemos recogido unos seis grupos más, todos maltrechos y les estamos obligando a descansar. En alguno había curadores por lo que ahora por lo menos ya nadie tiene heridas físicas. Las emocionales tardarán más en curarlas.

Salvar un grupo implica que todos los dragones que lo asediaban vayan a atacar al siguiente. Puede que hayamos arruinado la estrategia de Mike, pero una estrategia que se basa en poner carnada para matar a los buitres es lo más ruin que hay. No me importa que ahora en lugar de lidiar con 100 lo haga con 1000. Se lo ha buscado. El problema es que muchos que están con él son víctimas de su incompetencia y hacen lo que pueden, a muchos se los llevan las puertas.

Salene se me acerca y me dice al oído:

—Yo puedo convertirte en un dragón si quieres— Sofi la mira entre extrañada y quizás molesta.

—¿Eh?— es la única respuesta que me viene.

—Eso que habías dicho antes, pues yo puedo hacer que sea realidad.

—¿Y sería un dragón creíble?— digo en voz alta

—¡Fausto!— dice Sofi.

—Sí, sería un dragón, dragón. Estoy segura. Nunca he transformado a una persona pero sé que puedo hacer a la perfección— dice Selene

—Sabes que lo decía en broma antes, ¿no?— digo para calmar la tensión.

—Pues a mi me parece una buena idea.— Interrumpe Lucas mientras se acerca.— Si eres un dragón puedes darnos toda la información que necesitamos, e incluso puede que consigas que los dragones huyan. La batalla está perdidísima, ahora solo es ver a cuántos podemos salvar.

Miro a Lucas intentando ver algún gesto que diga que bromea o algo así pero no lo hay —¿Y porqué no te conviertes tú en dragón?

Le pregunto.

—Tu eres el que ha dado la idea— dice mirándome.

—¡Aquí nadie se va a convertir en dragón!— dice Sofi con cara de preocupada. —Estáis loquísimos.

—Venga pues proponed más cosas va, necesitamos un plan— dice Lucas.

Van proponiendo cosas que se pueden hacer, incluso los nuevos aportan alguna. Pero a la hora de la verdad todo lo que se propone es inviable. Nadie puede tirar gas lacrimógeno para llenar una montaña ni nadie puede saber dónde están los nidos de los dragones para atacarlos. Nadie conoce la palabra secreta que doma a más de un dragón y aprender a montar uno de ellos no cambiará nada el resultado.

Al final va a resultar que lo más viable será convertirme en un dragón. Me parece que ya lo he decidido.

—Sofi, necesito comunicadores mentales y no hablados. Creo uno para mí y varios para vosotros. Da igual lo que digas, lo haré.

Me acerco a Selene y le digo que estoy listo. Sofi a regañadientes hace aterrizar la nave y antes de que yo baje se acerca Mauro y me da un abrazo. No me atrevo a apartarlo para no ofenderle pero me incomoda un poco. Se separa al cabo de un rato y me dice.

—Con estas protecciones deberías estar bien.

No dejo que se acerque nadie a despedirse porque tengo muy claro que no voy a morir ni ellos tampoco. Solo que ahora seré un dragón. Debo confesar que tengo ganas.

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