No es difícil distinguir a los que han sido descartados, es gente que está ociosa por la base, pueden estar jugando al futbolín o dando paseos por el valle. Alguno se ha quedado en las literas mirando al techo.

Hablándolo con Lucas hemos decidido que invitaríamos a venir con nosotros a cualquiera que tenga su puerta roja en la dirección a los dragones. Si su puerta se encuentra allí deben ir para entender la razón.

No es muy difícil reclutarlos porque en general saben que querrían estar. Las gemelas y risas nos han pedido si iríamos antes de contarles nada. Liedna, que llevaba sin verla más de una semana ha aparecido para decirme que sí o sí me acompañaría. Es la primera vez que veo en ella el color verde azulado.

Otra que se nos une es la chica del mármol, por lo visto se llama Salene y su poder no es crear mármol sino que es transformar materiales en otros y también puede transformar a seres vivos. Llegó a la base acompañada de un gato que la sigue siempre. Hemos descubierto su poder por Lucas, ella no sabe que lo sabemos, ya lo contará cuando sea necesario.

Por lo visto Elástica y los dos amigos de Risas van con el ejército oficial. Me da la sensación de que Mike solo valora los poderes que ha visto en dibujos, series o videojuegos y que son de hacer daño. Si Javi hubiese estado aquí lo habría reclutado y supongo que a Sarah también. De hecho creo que ha creado una división de apoyo de magos de varita. Lo sé porque Sofi ha estado una hora creando varitas de sauco.

Sofi me da un poco de pena ahora mismo, está todo el día convirtiendo piedras en cosas, no tiene ni un descanso, cuando no hace naves hace láseres y cuando no hace láseres hace comunicadores. Por suerte usar su poder le desgasta muy poco aunque le exige concentración. No sé cómo aguanta. Dicen que la confianza da asco y lo corroboro, me acerco a ella y le pregunto

—Sofi, ¿tú podrías hacer unos drones de distancia infinita y con cámaras para poder seguir la acción desde aquí?

—Si, toma, aquí tienes— En un segundo me pone en las manos un dron y una pantalla con mandos. Le pido otro para Lucas y también me lo hace. No se lo plantea demasiado. Me lo da y sigue creando sus dispositivos.

—¡Muchas gracias! Cuando tengas un descanso avísame— señalo el comunicador que empleabamos cuando estábamos en la ruta de las nubes. Asiente con la cabeza y sigue construyendo lo que sea que haga. Ahora mismo me recuerda a Salene mientras hacía muros de arena sola para la ciudad. Me da pena.

—Ojalá pudiese ayudarte en algo— antes de irme le dejo un plato de lasaña al lado, seguro que sabrá cómo calentárselo cuando le apetezca hincarle el diente.

Al volver con Lucas veo que está hablando con un chico delgado y un poco encorvado. Le está intentando convencer de que se nos una. Pensaba que no insistiríamos a quien no quisiese venir, alguna razón tendrá.

—¿Dónde se encuentra tu puerta roja?— Le pregunta Lucas

—Hacia allá— dice mientras señala en una dirección totalmente opuesta a los dragones

—Entonces deberías plantearte ir a tu puerta roja porque créeme que todo es más agradable si no desprecias esa puerta— Explica Lucas

—¿Qué pasa si no lo hago?

—Si no lo haces perderás cualquier oportunidad de sentirte bien contigo mismo— responde Lucas con voz robótica, cuando acaba se lleva las manos a la cara y dice —te he dicho que no me hagas preguntas directas...

—Vale vale, solo quería saber la verdad. Mi puerta roja se encuentra en los dragones, pero me han descartado. No entiendo porqué quieres ir si ya se encargarán ellos.

—Quiero ir porque por algo mi puerta está allí, tengo que ver por qué es, me atrevo a decir que tenemos algo que aportar y algo me dice que si resolvemos el problema viviremos mucho más tranquilos.

—Os acompañaré— dice el chico delgado.

—¡Bien!— dice Lucas mientras cierra el puño en señal de celebración, luego me ve.

—Fausto, te presento a Mauro, se nos va a unir a la expedición.

Tiendo la mano a Mauro y con mucha curiosidad le pregunto cuáles son sus poderes.

Me contesta que puede volar y coser, miro a Lucas y me niega con la cabeza sutilmente mientras intenta esconder una sonrisa.

—Bienvenido a nuestro grupo— le tiendo la mano.

***

—Lucas ¿y ese chico al que has insistido?

—No lo dice pero es capaz de defenderse de cualquier ataque. Trátalo con cuidado porque lo ha debido pasar mal en la infancia, necesitamos a alguien como él. Además que creo que es capaz de proteger a los demás también. Ríete tu del de las burbujitas de los increíbles que te acompañó a la ciudad Nevada. Mauro es mucho más bueno que ese.

—No lo dudo pero ¿Porqué crees que ha querido venir?

—Supongo que al final todos luchamos de alguna manera. Fausto, te toca a ti hacer que este viaje mole, tú quisiste armar el grupo, ¡Apechuga!— dice mientras me da una palmada en la espalda.

—Excepto tu, todos tenemos las puertas rojas esperándonos allá, vamos a buscarlas.

—Lucas, no tenemos nada de ataque.

—Piensa que, o encontramos a alguien que se lo tenga todo callado o ese será nuestro punto débil. Además que cualquiera con un mínimo de ataque lo han reclutado para las partys. Quizás vaya siendo hora de que reconozcas que puedes crear armas, eso nos da a todos potencia de ataque, ¿no crees?

Si guardaba lo de las armas en secreto era por algo, no quiero volver a ver a un Mike de la vida matar indiscriminadamente o a otro Nico abusando de su poder. Me niego.

—Me has pillado... Oye, ¿si creo armas que solo afecten a monstruos? ¿Eso lo aceptarías?

—Siempre que se pueda considerar a una persona un monstruo yo lo aceptaría.

—No, eso no se puede.

—Pues no uses la palabra monstruo, piensa que aquí las clausulas son siempre imprevisibles. Además yo tengo esto— me enseña su pistola láser de juguete que saca del bolsillo.

—Parece algo cómico.

—Creo que reírse de esto es no tener miedo a la muerte. A veces lo ridículo es no saber ver detrás de la apariencia.

—Acabas de parecer Sarah.

Nombrar a Sarah es como tirarnos un jarro de agua fría, es algo que creo que nunca asimilaremos.

***

A la mañana siguiente es el momento de la partida, tenemos todo listo pero nos falta lo más importante, descubrir la manera de llegar. No le puedo pedir una nave a Sofi porque se enfadaría. Todos los demás están cargando con el equipo que ha estado creando Sofi, me parece que no ha dormido nada. Muchos se toman esta salida como una aventura sin darse cuenta del peligro real. Me parece que eso es uno de los virus de este mundo, todo es tan peligroso que casi lo mejor es desactivar el filtro del peligro para poder vivir algo.

Nosotros estamos observando desde el mirador, mientras vamos sugiriendo maneras de llegar. Hay unos cuantos más marginados del plan que van siguiendo los movimientos de las partys. En un momento dado veo a Sofi discutir con Mike, le pido a Risas si me puede transmitir su conversación. Estamos muy muy lejos pero si algo he aprendido es que el límite de la magia es la imaginación. Efectivamente es capaz de escucharlo todo. Risas reproduce la conversación poniéndoles voces a cada uno.

—¿Quién te crees que eres?— Le pregunta Sofi a Mike.

—Soy la persona que está a cargo de todo y las vidas de todos estos guerreros están bajo mi responsabilidad.

—Estás a cargo porque yo te lo pedí ¿Lo recuerdas?

—Si, y ahora delegada me toca ejercer ese cargo diciéndote que tienes que quedarte. Si vienes con nosotros ¿qué puedes hacer? No eres un perfil de combate.

—y qué es un perfil de combate ¿Mike? ¿gente sin camiseta que saca musculitos? O es gente que ha estado toda su infancia viendo dibujos de peleas... ¿Es eso un perfil de combate? ¿Qué entiendes por combatir?

—No tengo tiempo para esto— Vemos como hace una seña a otro chico que acude a rápido y le señala hacia Sofi —Llevala a las minas, aquí ya no hace nada.

—¿Pero de qué vas?— Le recrimina Sofi, no puede hablar mucho más porque el otro chico ha entrado en modo senin y ahora está llevándola en volandas hacia nosotros.

La deja en el portal de la mina, que estará a unos 15 metros por lo que la llamo para que se acerque.

—¿Qué piensas ahora de Mike?— Le pregunto.

—No quiero hablar.

—¿qué le dice un Mike a otro?

—Lee la situación Fausto, ahora te podría matar como continúes.

—Era una broma— Su color es azul pero está demasiado afectada.

Sofi se sienta en el portal y se queda callada contemplando la escena de abajo. Miro a Risas que asiente con la cabeza, si me ha entendido creo que ahora estará quemando zinc.

—Ven con nosotros, iremos cuando todos hayan salido.— Lo digo sin pensar y sin consultárselo a Lucas. Pero él no me ha consultado lo de Mauro.

—Era obvio que ibas a ir por tu cuenta. Eres muy transparente Fausto. Por cierto, gracias por la lasaña de ayer— me dice— contadme vuestro plan y os digo si me uno, pero ¿qué podéis hacer vosotros si sois descartes?

—Algo haremos— contesta la gemela rubia. Voy a preguntarle su nombre, no puede ser que las trate como en Nunca jamás, ella sigue hablando —El futuro que veo en este grupo pinta interesante.

Le pregunto su nombre y dice que es María, la gemela morena por lo visto se llama Laura. Sofi se queda muy extrañada de que no los conociera, no tengo mucho que explicarle. Risas ha dicho que le llamemos Risas, le gusta, le recuerda al personaje de un libro "brutal".

Lucas interviene para ponerle una condición a Sofi —Si tu puerta granate deja de seguirnos te dejaremos de patitas en tierra. Estás avisada, luego se gira hacia mi y comenta— lo mismo para tí.

***

Sofi nunca ha dicho que se nos uniría pero de facto lo ha hecho al sentarse junto a nosotros y preguntar.

—Venga, entonces, ¿cual es el plan?

—Ahora que estás aquí puede que el plan cambie un poco. ¿Te ves con ánimo de crear una nave más?

—Si sé que voy a ir en ella lo haré con gusto— toma una piedra y se prepara.

—¡Espera!— gritamos varios a la vez, luego añado— mejor que no sepan que vamos a ir, no quiero recibir órdenes de ese torito bravo y cabezón.

Todos entienden que me refiero a Mike, no es la persona más apreciada en nuestro grupo porque de alguna manera nos ha descartado y de una manera bastante despectiva. De hecho su color ha dejado de ser amarillo y ahora lo veo naranja. Eso no me lo esperaba.

Poco a poco van despegando las naves hasta que se queda todo desierto, los enanos han salido a verlas partir y acaban de volver a entrar en las minas. Entonces bajamos, aprovechando que no queda casi nadie y Sofi toma la piedra.

—¿Qué tipo de nave queremos?

—Una compatible con Mauro, Mauro lo mejor es que digas cómo te gustaría que fuese— digo yo.

—¿Porqué yo?

—Hazme caso, creo que es importante que sea así.

—Querría poder ver siempre en todas las direcciones, querría también que la parte de abajo fuese elástica porque me mareo cuando aterrizamos. ¡Ah! Y sería genial si la nave tuviese escudos protectores.

—Eso es obvio— Le responde Sofi.

—La nave necesita ser compatible con los drones que nos diste— dice Lucas.

—¿Queríais los drones para luchar desde lejos? Si es así os di unos bastante caca.

—No, no, están súper bien, son para recoger información.— contesta Lucas.

—¿Puedes hacer que sea como un camaleón?— pregunta Laura

—Marchando-—pone la mano sobre la piedra y aparece una nave espacial que parece más un ser vivo mecánico que una nave voladora. Tiene cristales tintados que rodean toda la nave.

—Los cristales pueden cambiar de color al color que elijamos— Explica Sofi— Solo le he puesto una condición a la nave. Yo soy la única capaz de pilotarla.

Me ha dejado de piedra, como si nosotros fuésemos como Mike, hemos contestado que estamos de acuerdo. Antes de subir todos se ha parado a recoger unas cuantas piedras, bastantes, y a subirlas. Estamos cerrando la puerta cuando aparece un chico corriendo y entra.

—Me uno a este barco.

—¿Con el permiso de quién?

—El mío— ríe el chico.

—¿Jorge?— Laura está muy extrañada — lo conozco por el colegio, somos los dos de Mallorca.

—¡Laura! Qué raro, es como si me persiguieras, he echado de menos tus arrebatos de responsabilidad estos 7 años.— Se gira hacia nosotros y dice —llegué ayer al campamento, no sé muy bien cuál es la historia pero me uno, mira a Liedna y se queda muy sorprendido.— Soy Jorge, te pareces mucho a una amiga pero en versión pequeñita— y sonríe mientras se acomoda en la nave.

Lucas cierra las puertas e indica a Sofi que ya estamos listos. María va a la puerta, hace como que la toca y dice —Cross check realizado,— luego nos sonríe a todos y vuelve a su sitio.

—Siempre había querido hacer eso.