Alyssa se sintió mal por Nicomeda, pero no iba a arriesgar su estadía en las pruebas por enfrentar a Helio ahora. El chico era demasiado fuerte para confrontarlo ella sola y, por lo visto, no seguía las reglas básicas en cuanto a piedad y fuerza mínima necesarias. Al lado de ella, Violet y Tristán ahogaron un grito.

— Vivirá - Les aseguró Alyssa - Aunque quizá esté internado un buen rato.

— ¿Y cuál es el plan? ¿Esperar a que eliminen al resto? - Quiso saber Violet - Solo... ¿vamos a escondernos?

— ¿Prefieres pelear contra Helio y los demás? Si ya conseguimos refugiarnos y sobrevivir, entonces deberíamos quedarnos - Argumentó Alyssa - Aún si eso nos hace clasificar más abajo en la tabla.

— Pero pasaremos - Completó Tristán - Pasaremos y podremos...

El contador bajó a veintidós.

Al menos, la premisa de Alyssa había quedado clara: nada de ir y enfrentar a nadie. Quizá, pensó Violet, su amiga se preocupaba por que les hicieran algo y los dejaran fuera de la prueba, aún si esa preocupación se traducía en no avanzar puestos ella misma. Realmente se estaba atrasando por ellos: evidentemente, su amiga estaba muy por encima de ellos dos y aún así, prefería seguir con ellos aún si eso le costaba la eliminación.

— ¿Por qué lo haces? - Preguntó - El quedarte con nosotros, es decir - Preguntó Violet - Podrías bajar y dejar fuera a un par de personas y todo esto se acabaría. ¿Por qué molestarte en cuidar de nosotros?

— Porque no quisiera que les ocurra nada malo - Admitió Alyssa - Me recuerdan mucho a mí cuando aún no tenía nada que ver con Alba Dorada. ¿Por qué entraron a la academia en primer lugar? No es una vida fácil y muchas veces, tienes que sacrificarte por alguna noble causa estúpida.

— Porque nos gusta la ilusión de hacer lo correcto: sentir que somos útiles - Contestó Tristán, interviniendo en la conversación - Saber que no viviremos una vida de oficinistas o sacando copias, o conduciendo un taxi. Entré a Alba Dorada porque quiero sentir que voy a cambiar el mundo. Aún si nadie lo nota.

Alyssa tragó saliva: ambos eran todavía muy jóvenes. Si bien, ella no odiaba Alba Dorada, sabía que trabajar ahí traía problemas. Los héroes siempre tienen problemas. Si Alyssa y su Dragón de Jade querían jugar a los héroes, pasarían por muchas desgracias (como de hecho, ya les estaba ocurriendo). Perdió a su familia, estuvo en la calle por un buen período... no le desearía eso a nadie.

— Qué bonito todo, pero... - Interrumpió alguien a espaldas del trío - Si elimino a dos de ustedes, se acaba la prueba.

"Freya Medina", pensó Alyssa. No destacaba mucho, pero sabía pelear. Había sido entrenada en alguna academia menor de Alba Dorada en el extremo oeste del país. Traía una muñequera de dardos sedantes, así que...

— No.

Alyssa la tacleó con todas sus fuerzas y, una vez en el suelo, se aseguró de coger la muñeca derecha de Freya y estrellarla contra el suelo de aquél puesto de vigilancia para después, azotarla un par de veces más, inutilizando la muñequera. Freya intentó golpearla, pero Alyssa le paró las manos y, muy a su pesar, decidió darle un cabezazo.

— Ayúdenme a... ¡vamos!

Tristán y Violet entendieron al instante y, tomándola de un brazo cada uno, tiraron de ella hacia el hueco que servía como trampilla para subir a la torre de vigilancia. Entonces, sin más miramientos, la dejaron caer.

— No creo que nos dé muchos puntos deshacernos de un cuerpo como si fuera una fosa común - Pensó en voz alta Tristán.

— Bueno, ya enfrentamos a alguien, así que es mejor que nada. ¿Feliz, Violet?

La chica, todavía algo espantada por el hecho de tener otra competidora escondida donde ellas, asintió mientras trataba de regular su respiración.

Solo faltaba que...

Freya se incorporó a los pies de la torre de vigilancia. Por lo visto, alguien la estaba esperando ahí abajo, pues empezó a gritar que la dejaran subir. Alyssa adivinó: Freya no podía correr por haberse torcido algún pie cuando la dejaron caer de la torre.

Quien estaba ahí abajo era Helio Soto, avanzando hacia la competidora a puño limpio.

— Por favor, no... - Alcanzó a suplicar Medina antes de que Helio cogiera su cabeza y la estampara una, dos, tres veces contra el muro de la torre de vigilancia. Freya no se movía, y sin embargo, Helio la siguió golpeando.

Alyssa no pudo evitarlo y apartó la mirada, asqueada. Ahora era un hecho: tendrían que enfrentarse a ese salvaje en la quinta prueba, pues era muy improbable que alguien de repente lo venciera. Ella misma no pensaba arriesgarse. No estaba en sus planes ser golpeada por otro simio.

Helio volteó a ver hacia arriba, y su mirada penetró directamente en los corazones de Alyssa y sus amigos.

— No necesito enfrentarlos ahora - Amenazó - Siempre podré destrozarlos en la prueba final.

Y dicho esto, se marchó.

— ¿Qué haremos? - Se preguntó Violet - ¿Cómo haremos para vencerlo? ¿Lo que hizo puede reportarse?

— Abre la mochila donde están los alimentos - Le ordenó Alyssa, sin contestar aún a su pregunta. Comer los va a relajar un poco.

— No le veo el sentido - Interrumpió Tristán.

— Si comes, tu organismo interpreta que estás a salvo, así que te relaja en automático. Es por eso que hay gente con ansiedad que tiene atracones: comen para calmar sus ansias, no porque de verdad tengan hambre, ¿sabes?

Tristán decidió aceptar el dato y llevarse una manzana a la boca. La verdad es que no sabía mal, pese a que no estaba acostumbrado a consumir frutas. A su lado, Violet hizo lo propio con otra manzana. Alyssa no comió todavía.

— Tendremos que formar alianzas si queremos sobrevivir a la prueba final - Soltó de repente - Darío y Nicomeda no pasarán y del resto no tenemos idea. ¿A quiénes sugieren?

— Ese chico, Rafael Valdez - Soltó Violet - No estaba muy feliz cuando Oliver hizo trampa. Él y Keri Cáceres podrían ser buenas opciones, ¿no crees?

Alyssa asintió. Tan sólo estaba esperando a que, en algún lugar, alguien más quedase fuera de combate, aún si eso significaba que Helio Soto cobrase otra víctima.

— ¿Qué creen que sea la última prueba? - Preguntó Violet.

— Nos pondrán a pelear unos contra otros, ¿no es obvio? Solo espero que no me pongan contra ustedes, porque de ser así... bueno, los aprecio, pero no lo suficiente como para cederles mi lugar en la Prueba, ¿saben?

Tristán y Violet lo comprendieron perfecto: no tendrían oportunidad si peleaban contra Alyssa. Más les valía entrenar con ella, en todo caso.

A lo lejos, sonó la alarma que indicó el inicio de la prueba. Al interior de la torre de vigilancia, el marcador bajó a veinte. Se había acabado.

La voz de un examinador les habló a través de un megáfono: "La prueba ha terminado, diríjanse a las salidas. Cualquier agresión registrada a partir de este momento conducirá a la expulsión del agresor. Dejen las armas al interior del domo. Descansen".

Tristán dejó caer la escalera de mano al suelo. Inmediatamente después, Violet comenzó a bajar.

Habían ganado sin intervenir casi en lo absoluto. Pero además, pensó Tristán, si hubiesen subido ahí sin Alyssa, probablemente esa chica, Freya, los habría arrojado así como la arrojaron a ella.

Aún de camino al camión que los llevaría de regreso a la base, en las cabezas de los tres, solo podía rondar una idea: Helio Soto les había dicho que iría tras ellos. Esa amenaza iba en serio.

Tendrían problemas si no se deshacían de él pronto.