15. ➳ El final de todo.
ʏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴏ ᴇɴᴛᴇɴᴅɪó, ꜱᴜᴘᴏ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴛᴇɴíᴀ Qᴜᴇ ʜᴀᴄᴇʀ...
Estuve una semana entera planeando el como buscar a Nabi luego de tener esa profunda charla con mamá.
No tenía su número, lo cual comenzar a escribirle como todo un anónimo estaba completamente descartado como primera opción.
—¿Qué opinas de ir a su casa y dejarle un enorme ramo de rosas y tú te vistes de un gran oso de peluche para decirle que la amas con todo tu corazón?
Con Suni nos quedamos mirando completamente disgustados ante la idea que había salido de la boca de Namjoon. Ambos estaban en mi casa mientras bebíamos y comíamos algo por petición mía, porque necesitaba idear un plan de forma muy meticulosa.
—¿De dónde viste esa idea tan espantosa? — le preguntó Suni, mientras enarcaba una ceja.
—¿No les parece genial?
—No. — respondimos al unísono. El peligris soltó un gran bufido mientras se echaba una pieza de pollo frito a su boca.
—¿Y tú que idea tienes, guapa?
—Mmh puede ser golpearte muy fuerte si me sigues llamando así. — empuñó su mano viéndolo de manera amenazadora. Reí por lo bajo ante sus comportamientos infantiles.
—Ah, eres muy difícil, me gusta eso.
—Que soy lesbiana, Namjoon. — explicó por décima vez Suni, poniendo sus manos en su frente.
—¿Y eso qué? Quizás conmigo descubres que eres bisexual. — sonrió inocentemente y pude ver el amague de la castaña para lanzarle un buen golpe, por lo que tuve que interrumpir.
—Bueno, con lo que estábamos hablando en un comienzo... — quise retomar la conversación antes de que se fuera por las ramas. — qué tal, ¿darle un discurso?
—¿Un discurso?
—Sí, un discurso de disculpas sincero, desde el fondo de mi corazón.
—Creo que te pateará el trasero... — comentó Namjoon, bebiendo un trago de su cerveza.
—O quizás solo lo ignore. — añadió esta vez mi querida secretaria. Junté ambas manos en la mesa de centro y los miré expectantes a ambos.
—Gracias por sus ánimos, mis queridos y buenos amigos. — reí falsamente lanzándome hacia atrás, para quedar mirando el techo en absoluto silencio. No sabía como demonios actuar, que hacer o que decir, porque definitivamente no merecía nada por parte de ella.
—Lo siento. Es que yo aun recuerdo de todas esas veces que fue a buscarte al trabajo y todas esas veces tenía que darle una excusa diferente porque no querías verla. — Suni se quedó mirando a la nada, como si estuviera viendo esas escenas pasar por sus ojos. Hizo un leve puchero y se agarró la cabeza. — es mi trauma cinematográfico.
—¿Él hizo eso?
—¡Si! Y no una, ni dos, fueron como diez o quizás más.
—Yah, eso es demasiado.
Sentí las miradas de ambos en mí y me incorporé lentamente. Me fulminaban con su mirada y yo respiré profundamente porque era algo obviamente no quería recordar.
—Sí, fui un idiota, lo tengo muy claro. Pero no podía actuar como si nada hubiera sucedido. Si yo aceptaba verla, estaba mil por ciento seguro que caería ante ella, sin importarme nada más. — hice un sonido con mis labios, pensando en todo el tiempo que ha transcurrido. — y ahora, es en lo único que pienso. ¿Pueden creer que nunca nos dimos un beso?
—¿Qué? ¿Ni siquiera un roce de labios? — preguntó totalmente sorprendida Suni.
—No. — sonreí como un tonto. — casi hubo algo, pero ella se detuvo porque tenía novia ahí, ya después ocurrió la desgracia. — hice una mueca al recordar ese sucedo. — Ah, que no daría por abrazarla una vez más.
—Jungkookie está enamorado. — el peligris se acercó hasta mí, para tomar mi cuello. — todo esto que nos dices a nosotros, deberías decírselo a ella.
—Por primera vez estoy de acuerdo con él. — concordó la castaña.
—¿Ves? Eso es un paso para que te enamores de mí.
—Solo se tú... — ignoró olímpicamente a Nam, quien la miró mal. — acércate a ella, intenta entablar una conversación y se sincero respecto a todo. Sé que todo lo que hiciste fue por ti y te felicito, porque te noto otra aura, estás recompuesto, pero te falta algo y ese algo en definitiva es ella.
—Mi miedo es que me rechace.
—Es que lo hará Jungkook. — respondió obvia. — te alejaste de ella, la hiciste a un lado, te mandará a volar, pero ahí es donde tu persistencia jugará un papel importante. ¿Te rendirás a la primera? ¿O lucharás para volver a obtener su amor?
—¿Lucharé?
—¿Me estás preguntando? — atacó apuntándome con una pieza de pollo.
—No, osea quiero decir, lucharé.
—No te oigo muy convencido. — hizo una mala cara, dándome un desprecio.
—¡Lucharé! — exclamé fuerte y alto, mientras me ponía de pie. — ¡Así sea lo último que haga!
—¡Eso es! ¡Sé como Kang Tae-Moo conquistando a Hari a pesar de todo!
—Me falta ser muy rico para ser Kang Tae-Moo. — opiné al respecto. Namjoon soltó una risa mientras le daba otro sorbo a su cerveza.
—Pero si ya tienes mucho dinero, Jungkook. Merezco un aumento de sueldo.
—Si Nabi me da una oportunidad, tendrás tu aumento.
—¿Oíste eso? — tomó por los hombros al peligris, totalmente emocionada. — tú estás de testigo.
—Yo soy tú testigo. — asintió mientras hacía el amague de tomarla por su cintura. Cosa que hizo que Suni se alejara completamente de él. — Ey, no tengo una enfermedad infecciosa.
—Tienes la enfermedad del hombre heterosexual intenso y eso es suficiente para alejarme de ti.
Me carcajeé un par de horas más, me entretuve mucho hablando con ese par que sin duda teníamos un vinculo especial. Suni siempre fue diferente a los demás. Desde que entró a trabajar y ser mi mano derecha, se formó una amistad laboral, pero que ahora trascendía de aquel ámbito, para estar en mi vida cotidiana como una excelente amiga. Sin duda, ellos me hacían no pensar en panoramas sumamente tristes.
—¿Qué haría sin ustedes?
Pregunté de la nada, ganándome un “aww” por parte de ellos, demostrando estar sumamente enternecidos ante lo que acababa de decir. Sus miradas lograron hacerme sonreír y los abrazos que me dieron luego, aún más.
Ellos fueron también un gran impulsor para hacer lo que mi corazón tanto ansiaba.
❀
❀
No podía decir con exactitud cuanto tiempo llevaba en el auto a causa de los nervios que me habían invadido cuando llegué a la universidad en la que Nabi estudiaba.
Mis dedos repiqueteaban en el volante esperando a dar con el momento exacto. Como un león queriendo cazar a su presa, solo que este león era muy, muy miedoso.
Veía a las personas pasar en completa tranquilidad, sin nada que le perturbara su mente y los envidiaba en estos momentos. Di un profundo suspiro y me decidí a salir con el ramo de rosas en mis manos y con mis piernas temblorosas caminé hasta la entrada del campus, esperando encontrarme con aquella rubia que nunca dejó de perturbar mi mente, ningún día.
Me parecía a aquella muñeca del juego del calamar pendiente a que no se fuera a ir sin darme cuenta y cuando la pude divisar, mi corazón comenzó a palpitar con una fuerza extraordinaria.
—Mierda, mierda, mierda, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo...
Estaba dispuesto a girarme y marcharme, incluso hice el amague, pero no podía quedar como un maldito perdedor que no intentó absolutamente nada. Refunfuñé y golpeé el suelo con la suela de mi zapato, para caminar en dirección a ella.
Sus ojos conectaron con los míos y mis piernas frenaron de golpe ante el nerviosismo, viéndola como un estúpido. Ella abrió sus ojos con sorpresa y luego pude notar la confusión. La persona que estaba a su lado me vio a mí de manera curiosa y cuando vio el ramo de rosas puedo jurar que sus ojos eran fuego puro.
Esto no se veía bien.
—Nabi, yo, tú... — mis palabras salieron de manera torpe a causa de los nervios y miré la suelo para concentrarme. — Hola, ¿cómo estás?
Ella se mantuvo en silencio y tomó fuerte el brazo de su, al parecer, amiga. Pasó de mí ignorándome por completo. Suspiré y me giré para caminar detrás suyo aún con el ramo de rosas. Escuchaba chillidos de otras mujeres, algunos comentarios de hombres, pero decidí ignorar todo aquello para concentrarme netamente en mi objetivo.
—Hoy estás muy linda... — dije a sus espaldas. — bueno, no solo hoy, siempre estás linda, todos los días y...
—¿Qué demonios haces acá, Jungkook?
Giró su cabeza viéndome de mala manera y puedo jurar que me hice pequeño ante sus palabras carentes de algún sentimiento.
Lo merecía.
—Yo... vine a hablar contigo.
—¿Y quién te ha dicho que yo quiero hablar contigo?
Está bien, sí, mas que merecido su tono frívolo, pero no puedo negar que me dolió aquella pregunta. Agaché mi cabeza y apreté el ramo con fuerzas.
—Nadie. Pero yo quise venir para hablar.
—Pero yo no quiero hablar.
—Pero yo sí.
—¿Y solo importa lo que tú quieres, acaso? — Giró por completo su cuerpo, deteniendo su andar. — Te puedes ir por donde viniste, Jungkook. No quiero hablar contigo.
—Pero Nabi, es importante lo que quiero decirte...— intenté explicarle.
Ella levantó su mano en señal de detención.
—¿Y cuándo yo quise hablar contigo? — inquirió dejando ver aquellas lineas de expresión en su frente al tenerla fruncida — ¿Me escuchaste? ¿Te dignaste a verme la cara? — sus palabras eran como dagas directo a mi corazón.
Lo merecía.
—Lo siento...
—No lo hagas. Por favor, ya no me busques. —pidió tocando sus sienes. — ah, pero antes... — se acercó a mi a paso rápido y me quitó las rosas. — me las llevo, porque amo las rosas y están bonitas.
Sonreí por lo bajo y asentí.
—Son todas tuyas.
—Gracias. Y como dije, no vuelvas a buscarme.
Volvió a emprender su rumbo junto a la chica que no dejó de mirarme como si fuera la peor cosa en este mundo y desaparecieron de mi vista. Por hoy, no le perturbaría la existencia. Pero estaba claro que no me rendiría. Porque rendirme no es propio de mi y viéndola nuevamente, tan linda, tan perfecta, tan única, tan... Nabi, es que comprendí que ella definitivamente es lo que quiero en mi vida.
Llegué a casa para contarle a mis amigos que fue todo un fracaso, pero no rotundo, ya que ella había decidido llevarse las flores.
“Por lo menos algo es algo. Tú sigue insistiendo.”
Fueron las palabras que salieron de la boca de Suni y así lo hice. Mis ánimos no decayeron y tuve la ferviente necesidad de decirles de todas las formas posibles cuanto lo sentía y que mi amor no ha disminuido ni siquiera un poco.
Porque Nabi es mi persona mágica, esas personas que supo ganarse mi confianza muy rápido y de forma inesperada. Un día llegan a tu vida y empiezan a hablar de absolutamente todo, de alegrías, de daños, de penas, de extraterrestres, de lunas, de sol, lamentos y heridas. En cuestión de segundos se metió a mi mundo para desordenar absolutamente todo y logró lo que otras personas no lograron en años; entrar de forma tan casual a mi universo. Y eso era algo que siempre era mi pensamiento e impulsor para no desistir.
—Suni, ¿puedes contactar a Nabi? — pregunté mientras anotaba unas cosas en mi computadora. La castaña levantó una ceja y me miró de forma extraña.
—Sabes que yo puedo contactar hasta el presidente si quieres, pero necesito el contexto, sino no puedo hacer bien mi trabajo.
—En simples palabras necesitas el chisme. — me crucé de brazos mientras apoyaba mi espalda en el respaldo de la silla.
—Exactamente.
—Sé que no le queda mucho para graduarse y ser una gran arquitecta. Por lo mismo quiero que sea la encargada de diseñar los planos de mi futura casa. — expliqué mientras me cruzaba de brazos con total seriedad. Pero el puchero de Suni me hizo poner alerta. — ¿Qué? ¿Qué está mal?
—No, es solo que... eso es muy lindo. — su rostro comenzó a hacer muecas extrañas intentando aguantar el llanto. — yo... también espero tener el dinero suficiente para cambiarme de casa como me cambio de calzón.
—¡Suni!
—¿Por qué quieres otra casa?
—Venderé en la que estoy ahora. No quiero seguir estando en un lugar donde mis recuerdos no son gratos. Si quiero comenzar una nueva etapa de mi vida, quiero que sea en otro ambiente y algo que sea planeado por Nabi. — dije tan seguro como cuando me tocaba hablar de un nuevo producto frente a muchas personas. — además, ella me dijo que quería construir su futura casa. Y quiero que esa sea su futura casa, junto a mí, siendo felices, ¿no suena bonito?
—Suena magnífico. Pero ponte manos a la obra, el tiempo corre, Jungkook. Tic, tac, tic, tac, tú sabes que el tiempo es nuestro peor enemigo.
Y lo tenía muy claro.
Se me dificultaba un poco saber en que manera proceder. No era un maestro de la conquista, tampoco del romanticismo, pero con ella quería hacerlo, quería intentarlo y hacer cosas que nunca antes pensé hacer.
Por eso dia por medio la buscaba por la más mínima cosa. Para saber como había estado su día, que tal todo en la universidad, le traía chocolates y rosas azules, porque descubrí que eran sus favoritas. Podía ver que había cierto atisbo de desconfianza, como si sintiera que esto no era real y yo podría irme en cualquier momento, pero ya dije que no me rendiría si se trata de demostrar que lo que siento por ella es real.
—Nabi, ¿te gustaría ir por un café?
—Deja de seguirme, Jungkook.
—Un rico ice americano nos puede estar esperando en aquella cafetería que fuimos por primera vez.
Nuevamente la había buscado, ganándome otra negativa de su parte. Pero mi sonrisa aún permanecía en mi rostro como si nada hubiera sucedido.
—Aún me cuesta comprender tu cambio de actitud. — negó con su cabeza. — ni siquiera comprendes la magnitud de esto. No comprendes ni imaginas cuanto sufrí porque no querías verme, ya no querías saber nada de mí.
—Pero eso fue por una razón...
—¿Pero qué necesidad de hacerme a un lado? Pudiste dar la cara y decirme todo. Podías ser sincero, pero preferiste el camino más fácil... desecharme.
—No es así... — aclaré de inmediato, intentando acercarme a ella, acto que impidió. — no es así. Estaba mal y quise ser egoísta para pensar por primera vez en mí. Necesitaba sanar, Nabi. Fueron muchas cosas que me dejaron muy, muy mal y yo...
—Está bien. Ya pasó. Ya todo pasó. Sigamos como estábamos, Jungkook. No quieras hacer esto más difícil. — su postura corporal era de alguien totalmente decidida. Pero sus ojos me podían transmitir que mentía.
—Hoy te ves muy guapa. — quise cambiar el tema, tocando mi pecho. — tan guapa que me dará un ataque al corazón.
—¿Un ataque al corazón?
—Si, justo ahora... — me lancé al suelo aparentando estar débil. Las personas que transitaban a mi alrededor me quedaban mirando como todo un bicho raro. — ¡Ah, Jang Nabi es muy preciosa!
—Yah, ¿qué crees que haces? ¡Levántate! — su mano fue a parar en mi brazo para hacer el amague de levantarme. Y era el primer contacto luego de todo el tiempo que había pasado, dejándome algo aturdido. — ¿por qué quieres que pase vergüenza?
—Yo sé que a ti no te da vergüenza. — quise aparentar que mi corazón no estaba jodidamente feliz por este minúsculo acercamiento. Y es que lamentablemente el pobre a estas alturas se pondría feliz con cualquier cosa referente a la chica que tengo junto frente a mí. — eres alguien diferente, por eso me comencé a enamorar de ti.
Pude notar como sus mejillas se ruborizaron y esquivó mi mirada. Y para mí eso fue un pequeño triunfo que celebraría estando a solas en casa. Esto no era en vano, tantas veces siendo rechazado no lo eran, pasar el tiempo con ella definitivamente no lo era.
Estiró su mano para ayudarme a levantar, pero cuando la iba a tomar feliz de la vida, ella la quitó, haciendo que mi espalda chocara nuevamente con el piso. Pude notar que esto le hacía gracia y una mueca de una sonrisa quería asomarse por entremedio de sus labios.
—Por favor, ya déjame en paz. — finalizó y giró su cuerpo para comenzar a caminar a paso apresurado alejándose de mí. Miré el cielo, aún con una sonrisa boba en el rostro.
—Vas bien, vas bien, Jungkook. — me hablé a mi mismo. — insistir y no desistir. Una señora de avanzada edad se me quedó mirando raro. — ¡Estoy enamorado!
—¿Y a mí qué, muchacho?
—Y haré que ella vuelva a amarme. — ignoré su tono hostil mientras me levantaba lentamente y sacudía rastros de tierra en mi ropa.
—Suerte en eso. No eres un chiquillo feo, es más, eres muy guapo, ¿a caso actor?
—Salí en una escena de un drama titulado: “lo que el amor puede lograr”. — mentí descaradamente. — véalo, le puede gustar.
—Lo dejaré en mi lista de pendientes. — aseguró mientras hacía un asentimiento de cabeza y se lo devolví. Cuando iba unos metros mas allá, me permití reír. Estaba muy feliz.
Pero el tiempo no se detenía.
Los días seguían avanzando y por temas de trabajo no había podido ir con Nabi para volver a darle una señal de que yo podía ser muy persistente si realmente me lo proponía. Fui hasta su casa de manera imprevista, admirando el ramo de rosas azules que iban perfectamente acomodadas.
Cuando llegué hasta la casa, toqué el timbre sin ningún tipo de nervio en mi interior y eso en definitiva era un gran avance. Pude ver el movimiento de cortinas por la ventana, como si alguien la abriera y la cerrara de manera veloz. La madre de Nabi apareció en mi campo de visión y aclaré mi garganta poniéndome algo tenso y nervioso, no había sido menor el pasar del tiempo.
—Hola, señora...
—Señora para mí es demasiado. Dime Haemin, por favor. — hizo un ademán con su mano. — ¿Buscas a Nabi?
Me sorprendí que ella no mostrara signos de odio en su interior. Incluso seguía actuando de manera tan dulce aunque no lo mereciera.
—Sí.
—Ella dice que no está. — respondió de manera divertida. Arrugué mi nariz al querer reír. — está de mal humor. — bajó el tono de su voz, mirando de vez en cuando hacía atrás, procurando que no vaya a salir una enojada Nabi.
—¿Por qué lo está? — susurré, siguiendo la conversación de igual manera.
—Hani vino hoy, no sé para qué. — se encogió de hombros y puedo jurar que mis hombros se tensaron. — Ella no me quiso decir nada, pero está muy molesta.
—¿Por qué tienes que decirle justamente eso, mamá?
Ambos nos sobresaltos al ver a una Nabi con un humor cascarrabias. Verla en esa faceta daba un poco de escalofríos.
—No dije nada malo, ¿verdad?
Asentí de inmediato.
—Nada, nada. — afirmé sintiéndome pequeño ante el aire de superioridad que tenía la rubia frente a mí.
—Jungkook, ¿qué haces aquí?
—Yo... vine a dejarte esto y...
—Estoy harta de tu insistencia. Estoy harta de que intentes aparentar que nada sucedió y estoy harta de que no me hagas caso. — me quedé en un silencio por las duras palabras que estaban saliendo de su boca. — el lugar que tú ocupabas en mi corazón ya no está más. Por favor, vete y déjame en paz, Jungkook. Hablo en serio. — Giró su cuerpo indignado y frenó en seco. — tampoco haré lo que me pidió tu secretaria. — fue lo último que dijo y entró nuevamente a su casa, dejándome con las palabras en la boca y también con el ramo de rosas en mis manos. La señora Haemin miró a su hija de manera desaprobatoria.
—Esa niña, está intolerable.
—No se preocupe. Es mi culpa por venir a molestarla. — justifiqué de inmediato. — bueno... ¿puede usted recibir las rosas?
—Oh, por supuesto.
—Muchas gracias. — le hice una leve reverencia cuando tomó el ramo entre sus brazos. — no le diga nada malo a Nabi, yo soy culpable de todo.
Me di vuelta y emprendí rumbo hasta mi auto, sintiendo leves punzadas en mi pecho que no quitarían tan fácil. Sabía que esto sería como una montaña rusa, entre los altos y los bajos momentos, pero recaía en mí la decisión de asustarme o disfrutar de este viaje.
❀
❀
Estaba en medio de esas crisis existenciales que dan en plena madrugada.
—Ya no sé que mas hacer para que en sus ojos vuelva a haber una pizca de amor, Suni. — dije totalmente cabizbajo.
Luego de las palabras que me dijo Nabi, que eran equivalentes a millones de cuchillos filosos directos a mi persona, vine a casa totalmente desganado. Llamé a los chicos, quien no dudaron en venir a darme un poco de ánimos.
—Dijiste que no te rendirías. — me apuntó Suni. — no te atrevas a hacerlo, Jungkook.
—No lo haré. — arrugué mi frente. — solo déjame tener mi momento de comprender y aceptar que todo lo que me sucede hoy es el karma actuando libremente. — o no quiero hacerlo. Pero chicos, ella me odia. Sé que lo merezco, pero cada día duele un poco más su indiferencia...
—Ella no te odia, tarde o temprano su indiferencia ya no estará más. Mira a Suni — la apuntó con su barbilla. — ya no me repele.
—Namjoon, eso es lo se imagina tu loca y tonta mente. — respondió la castaña cruzando sus brazos.
—¿Y si ella definitivamente ya dejó de sentir algo por mí? ¿Si está conociendo a alguien mas estable que yo? — mis inseguridades volvían a estar aquí, jugandome una mala, muy mala pasada.
—Ey no, no. — Namjoon hizo una cruz con sus manos. — que tu mente deje de crearse escenarios imaginarios que no sucederán... Podrás lograrlo, Jungkook. — me animó colocando sus manos en mis hombros. — pediremos unas cervezas, pollo frito y jugaremos en esa increíble pista de autos que tienes...
Me quedé quieto en mi lugar cuando Namjoon mencionó lo último.
—¿Dónde la encontraste?
—La tienes muy buen escondida, eh. Como si fuera un tesoro. La pista que tenía yo era mas pequeña y...
Me levanté para ir en busca de aquella caja que había sido el mejor obsequio que alguna vez pude tener. Aquella acción fue la muestra de amor mas desinteresado que pude experimentar, el saber que prestan atención a pequeños detalles que cuentas en una charla casual hace que el corazón tenga calidez. Llegué hasta el mueble que estaba en el pasillo de mi habitación y justo en unos de aquellos cajones estaba aquella caja con la pista en su interior.
La tomé con una sonrisa en mis labios y con algo de nostalgia. Las yemas de mis dedos pasaron por la caja sintiendo como un nudo se estaba formando en mi garganta al extrañarla mucho. Y encuentro hasta inverosímil como es que ella en tan poco tiempo se haya quedado en mi corazón con un gran ancla.
Y comprendí que nunca será el tiempo, siempre es la persona.
Creía que Hani era el gran amor de mi vida, aquella persona que me haría sumamente feliz, di todo de mí para hacer funcionar la relación llegando al punto de ser desgastante el dar mucho, pero recibir migajas. Cuántas veces callé por miedo a las consecuencias, cuántas veces dejé de ser yo mismo por intentar moldearme a la vida de alguien más. Y es que a todos nos pasa en algún punto de nuestra vida, nos descuidamos por algo o por alguien. Ceder para intentar salvar una relación que ya está desgastada, rota, sin arreglo. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero para mí va mas allá. Muchas veces son personas que llegan para hacer todo más ameno, para curarte de cierta manera, para hacerte comprender ciertos aspectos de la vida que creías que estaban perfectos tal y como estaban.
Nabi es mi persona.
Limpié la solitaria lágrima que se había escapado y a pesar de la tristeza que abundaba en mi interior, sonreí admirando este regalo tan especial que había llegado a mí.
Con la caja en mis manos bajé las escaleras, observando como Namjoon y Suni estaban hablando tranquilamente, quizás de mí, como era común en ellos. Sus ojos repararon en mí y en lo que traía conmigo.
—¿Quieren jugar conmigo?
Ellos solo sonrieron para asentir.
No sé cuanto tiempo estuvimos armando la pista para finalmente ver los autos partir a una alta velocidad.
—Mi auto ganará. — dijo la castaña segura de si misma.
—Pienso que yo ganaré. — hablé, cruzando mis brazos. — ganaré, chicos. Aunque sea lo último que haga, podré lograrlo.
Ellos comprendieron a lo que me refería. Namjoon sonrió por lo bajo para palmear mi hombro y Suni dio pequeños aplausos.
La magia está en los pequeños detalles.
Ay, Nabi, lo siento, no puedo rendirme contigo.
❀
❀
Caminaba algo dudoso con la caja en mis manos.
Una inseguridad me dominó momentáneamente y mi cerebro me dijo que no esto no era una buena idea y que nuevamente sería rechazado, como también repelido. Pero quise seguir, respiré profundamente al llegar a la puerta y sin dudarlo más, toqué el timbre.
Pobre, me echaría con algún policia si pudiera hacerlo. La he molestado tanto que un sentimiento de culpa se hizo presente.
Pero minúsculo.
Vi como se asomó en la ventana y su rostro era exasperación pura. Quise reír, pero no era el momento para hacerlo, así que me aguanté. Unos minutos después, una Nabi enojada — como ya era costumbre verla cuando yo estaba presente. — estaba justo delante de mí con sus brazos cruzados.
—No sé si eres sordo, o no comprendes indicaciones, o quizás te haces el desentendido...
—Me voy por la tercera.
Rodó los ojos por mi acotación y frotó sus sienes.
—¿Qué haces nuevamente acá, Jungkook? Creo que ayer fui muy clara, demasiado diría yo.
—Te dije que no me rendiría contigo. Eres la persona que mi vida necesita, bonita. — remojé mis labios que estaban algo secos. — Juntos podemos ser magia, Nabi. Démonos esa oportunidad que se nos fue arrebatada por circunstancias de la vida. Porque sabes que coincidimos lamentablemente en un momento equivocado, pero que sin duda volvería a hacerlo. Tú eres mi persona, preciosa y dudo que eso cambie. Entonces, como eso no cambiará, yo estaré día tras día demostrándote cuan enamorado yo estoy de ti. — concluí estirando mis manos para pasarle la caja, que estaba envuelta en un lindo papel color celeste con un listón.
Creí que lo rechazaría y se iría sin más, pero lo tomó con algo de duda. Quiso abrirlo de manera cuidadosa, pero el parecer la ansiedad le ganó, porque terminó rompiendo todo. Quedó absorta observando aquel objeto y tapó su boca para comenzar a reír.
—¿Esto es en serio?
—¿Tú solo puedes obsequiarme cosas? — Un brillo iluminó su mirada y con solo observar aquel detalle, sentí que gané. Porque es de esta manera que quería verla siempre. Abrió la caja para sacar la tierna muñeca de su empaque y la miró curiosa, viendo por todos lados donde debía presionar. — el botón está al medio. Presiona.
Me hizo caso y el tono infantil se hizo presente.
—Mami, me duele el estómago, necesito ir al baño.
—No puedo creerlo. — rió admirando todo. — ¿Qué es todo esto? Es la muñeca que hace popó.
—No sabes como se sintió el saber que fui realmente escuchado. Amé tu regalo, juego con las pistas y mi mente de manera rápida va hacia ti, recordándote, extrañándote, entonces quise dar mi movimiento. Acerté, ¿no? — reí rascando mi nuca. — y también, ten.
Le tendí un sobre, que nuevamente tomó desconfiada.
—¿Qué es esto? — preguntó, mientras abría aquel sobre para ver en su interior. Y cuando se percató de lo que era, apretó sus labios intentando ocultar su sonrisa. — ¿entradas para un concierto?
—Sip. En primera fila. Quiero ser tu compañero de conciertos.
Ella negó con su cabeza, quizás intentando procesar todo.
—¿Qué pasa si decides irte?
—Es imposible. — acoté seguro. — si me ha costado tanto poder tenerte, ¿por que me iría?
—No lo sé. — se encogió de hombros y su voz tembló levemente. — solo quiero asegurarme que no volverás a escapar de mí...
—Tú ya no escapes de mi, por favor. — me acerqué de manera cautelosa, esperando su reacción. Ella no se movió, no hizo ningún gesto y fue la luz verde para tomar sus mejillas. — la primera vez que te vi supe que eras alguien especial, no te conocía en absoluto, éramos dos extraños cuyos caminos se habían cruzado sin razón alguna. Solo sabía que quería estar a tu lado, Nabi, el siguiente día, el subsiguiente, y el siguiente. Y así, hasta la eternidad si me lo permites.
Vi como hizo un leve puchero para abrazarme fuertemente y sentí que todo se relajó. El peso de mis hombros desapareció y un alivio inundó mi interior. Le correspondí de manera inmediata, apretándola junto a mí, queriendo transmitirle cuanta falta me había hecho ella y sus abrazos.
—Comencemos bien, Jungkook, sin trabas, sin mentiras, sin...
—¿Nabi? ¿Cuál es tu apellido?
Ella guardó silencio y cuando captó, sonrió.
—No vale la pena nombrar el apellido de un hombre ausente, pero si tienes mucho interés, mi apellido es Jang, Jang Nabi.
—No puedo creerlo, ¿eres hermana de Hani?
—Lamentablemente medias hermanas, así que puedo ser una buena aliada si así lo deseas.
Sonreí abiertamente uniendo mi frente con la suya, sintiendo la electricidad en el aire mientras me acercaba lentamente a ella. Nuestros ojos conectaron en un deseo mutuo que había sido reprimido por mucho, mucho tiempo. Nabi mordió su labio inferior algo nerviosa, así que con las yemas de mis dedos acaricié su mejilla, sintiendo la suavidad de su piel. El silencio se volvió nuestro cómplice y sin poder esperar más, nuestros labios finalmente se unieron en un beso delicado y ansiado.
Por fin estoy haciendo algo que tenía muchas ganas de hacer. Profundicé aún más, sintiendo que nuestros labios encajaban a una exquisita perfección. Ella rodeó mi cintura, abrazándome de manera fuerte mientras me respondía de igual manera el beso, de manera ferviente, necesitada... quería memorizar y atesorar este momento, cada sensación y emoción era increíble. Sentí que el mundo desapareció a mi alrededor. Mi corazón dolía... pero dolía bien.
Nos separamos lentamente, aún manteniendo nuestras frentes unidas, sin dejar de abrazarnos en ningún momento, aferrándome a ella como si aquel momento era un sueño o en efecto algo efímero. Como un tipo de imán nuestros labios volvieron a buscarse con una urgencia mas intensa. Mi corazón latía desenfrenado y podía jurar que el de ella estaba en la misma situación, creando una sinfonía de emociones.
—Te tengo una propuesta aún mejor. — respondí sonriendo mientras seguía acariciando su mejilla con mi pulgar.
—¿Cuál sería esa propuesta?
—Sé mi novia. — pedí, cerrando mis ojos. — se mía, Nabi. Cumplamos nuestras metas, seamos un equipo que tendrá sus diferencias, pero al final del día se dirán cuánto se aman, un amor sano y real.
Vi como sus ojos se inundaban en lágrimas y asintió.
—Esa propuesta me gusta mucho más. — respondió dándome un corto beso en mis labios. — acepto eso y acepto ser tu novia, guapo.
Sonreí de manera abierta mientras la alzaba con una felicidad desmedida. Me tendió su mano y la acepté, me estaba invitando a pasar por primera vez a su casa, solo para ver como su muñeca hacia popó y eso la hacia sumamente feliz. Y verla feliz, es como todo estaba bien para mí.
—Te amo. — le dije cuando me quedé admirándola mas de lo debido, desde el fondo de mi corazón, con absoluta sinceridad. Me dedicó una tierna sonrisa.
—Yo también te amo, bonito.
Y aquí es donde sentía que todo volvía a encajar y estar en su lugar. Pudimos coincidir nuevamente a pesar del caos en nuestro alrededor y eso no sucede siempre. Soy un afortunado. Porque estuve tanto tiempo en lugares equivocados con personas incorrectas. Soportando a gente que solo pide y no da. Y después de tanto errar, puedo asegurar que con ella acerté.
Sabía que esto marcaría el inicio de un nuevo capítulo en nuestra historia. La espera por fin había terminado y de ahora en adelante podría hacerle saber todas las noches y días que ella es la persona correcta para mí.
ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴀꜱ ʟᴀꜱ ᴍᴇᴛᴀꜱ, ʟᴏꜱ ꜱᴜᴇÑᴏꜱ, ʟᴀꜱ ᴀɴꜱɪᴀꜱ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪʀ ꜱᴜ ᴠɪᴅᴀ ᴊᴜɴᴛᴏꜱ, ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ ᴄᴏᴍᴘʀᴇɴᴅɪó...
ᴀQᴜí ᴇꜱ ᴅᴏɴᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴢᴀʙᴀ ꜱᴜ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ.
ꜰɪɴ.
Cuando despierten (a no ser de que haya algún pajaro nocturno por estos lados a estas horas) tendrán el final publicado de “la propuesta”.
Espero de todo corazón que les haya gustado y gracias por absolutamente todo mis chiquiwapis 😭.
Las amo 🫶🏻.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro