13.
𝐐 𝐮 𝐞 𝐝 𝐞 𝐬 𝐜 𝐮 𝐛 𝐫 𝐢 ó 𝐥 𝐚 𝐯 𝐞 𝐫 𝐝 𝐚 𝐝,
𝐫 𝐨 𝐦 𝐩 𝐢 𝐞 𝐧 𝐝 𝐨 𝐩 𝐨 𝐫 𝐜 𝐨 𝐦 𝐩 𝐥 𝐞 𝐭 𝐨 𝐬 𝐮 𝐜 𝐨 𝐫 𝐚 𝐳 ó 𝐧...
—Jungkook, por favor, déjame explicarte...
Era como si no estuviera aquí, me sentía tan mal que tuve miedo de que algo pasara a mayores. Toqué mi pecho, mi corazón no dejaba de latir ferozmente dentro, como si fueran taquicardias indicándome que debía calmarme si no quería acabar en el hospital. Hice un ademán con mi mano y tapé mi rostro, no queriendo que mas mentiras salieran de su boca.
—Quiero... quiero que saques todas tus cosas de mi casa...
—No, no, Jungkook, escúchame... — tuvo el atrevimiento de tomar mis manos. Me quité rápido mientras negaba con mi cabeza, tenía lágrimas en mis mejillas por sentirme tan herido.
Tan humillado.
Traicionado.
Tan... idiota.
—¿Qué me vas a decir ahora, eh? — inquirí en un murmuro. — ¿Qué mentira saldrá ahora?
—Yo te amo, Jungkook, juro que lo hago... — nuevamente se acercó a mí para abrazarme fuertemente por la cintura. Tomé sus brazos para quitarlos, no quería tenerla cerca, no quería nada de ella.
—¿Esta es tu manera de amar? — la alejé de mí y esta vez me dirigí a Jiyeon, quien aún estaba muda. — ¿y tú? ¿Solamente observarás esto?
—Yo... yo lo siento mucho, no quería que las cosas sucedieran así...
—¿Y cómo se supone que sucederían? — cuestioné mordiendo mi labio tan fuerte que creí que lo rompería. — ¿desde cuándo? Vi los mensajes hoy y salía otro número, ¿desde cuándo me han estado viendo la cara de idiota?
—Tengo dos números. Y ella... siempre ha tenido su orientación definida... — comenzó a explicar la pelirroja, mientras se acomodaba su bata. Mis ojos nuevamente repararon en Hani, quien solo negaba con su cabeza.
—Cállate...
—Siempre le tuvo terror a decir su orientación sexual a la gente. Nadie lo sabe. Yo la amo desde que éramos adolescentes, me enamoré perdidamente de ella, Jungkook, lo siento mucho...
Necesitaba salir de aquí, necesitaba aire, sentía que desmayaría y no quería que eso sucediera justamente aquí. Jiyeon fue muchas veces a mi casa, parecía realmente su mejor amiga, yo nunca sospeché nada. Lo tuve en mis narices y no pude ver nada.
—¿Cuál fue la necesidad, Hani? — pregunté abatido, sintiéndome como un juguete, alguien con quien se divirtieron sin pensar en nada más. — yo si te amé, me enamoré de ti, ¿por qué no fuiste sincera conmigo?
—Porque... p-porque a mis padres no les gustaría la idea de que su hija sea lesbiana, Jungkook... — hipó a causa del llanto Hani. Su papel de actriz le estaba saliendo de maravilla. — perdóname, por favor...
—¡Me hiciste perder casi dos años de mi maldita vida! ¿Cómo puedo recuperar ese tiempo a causa de tus miedos? Ya no puedo hacerlo, no puedo recuperarlos...
—Y-yo realmente te amé, lo hice, lo hago... — con su antebrazo limpió sus lágrimas. — eres la persona mas maravillosa del mundo...
—Tú nunca me amaste... — solté una risa incrédula. — me implantaste una maldita inseguridad, me hiciste un maldito chantaje emocional, dijiste que sin mí no serias nada, notaste que me harté de tus actitudes, que comencé a ver mas allá y me manipulaste para que siguiera junto a ti... ¿Qué maldita necesidad tenias de hacer eso?
—¡Yo si te amé! Creí que tu serías la persona que haría que mis pies estuvieran sobre la tierra, que tú serías la persona que me haría hacer lo correcto... pero... de pronto todo se volvió monótono, tú te concentrabas mucho en el trabajo y...
—¿De verdad tienes la audacia de echarme la culpa? — pregunté enojado, muy enojado. Tenía un revoltijo de emociones que harían que colapsara. — ¿Qué pretendes con esto? ¡Te estabas revolcando con tu jodida mejor amiga, Hani!
—Jungkook, es mejor que te calmes... — Jiyeon quiso acercarse y poner una mano en mi hombro, pero la rechacé de un manotazo. No sé que mirada habré puesto, ya que se alejó de inmediato. Comencé a respirar con algo de dificultad y volví a tocar mi pecho. — Hani, necesita aire.
—Mierda, Jungkook, respira, amor...
—¡No soy tu amor! — exclamé furioso sujetándome de la pared, intentando respirar con normalidad, pero era casi imposible. Sentía que todo se estaba cerrando a mi alrededor. — ¡No vuelvas... a decir algo como aquello! Me arrepiento de todo, me arrepiento de haber malgastado mi tiempo en ti...
—No digas eso... — la castaña negó repetidas veces con su cabeza, esnifando por las lágrimas que corrían por su rostro.
—Tienes a tu amor... ahí al frente, ¿qué mierda quieres lograr conmigo? ¡No seré tu maldita pantalla! — cerré mis ojos fuertemente. Sentía que todo se había vuelvo tormentosamente caótico. — me sentí jodidamente culpable por comenzar a tener otro tipo de sentimiento por alguien más. Mientras tú te divertías con Jiyeon, yo me pasaba noche tras noche preguntándome que había hecho mal para que mi novia cambiara tanto... hasta que llegó esa persona a decirme que no era malo tener inseguridades, que debía conversar, que no era malo pedir reciprocidad... honestidad, Hani. — la miré directamente a los ojos, sintiendo que el enfado pasaba a segundo plano. Estaba desilusionado... muy desilusionado. — tú puedes estar con quien desees, pero eso no te da el derecho de herir a terceros. Creía que yo estaba dañándote por mis indecisiones, pero, ¿y tú? ¿qué logró tu miedo, tú egoísmo, tú indecisión?
—Jungkook, por favor entiéndeme...
—¿Y quien mierda me entiende a mí? — inquirí. — yo estoy al medio de todo, en medio de toda tu mierda. Querías tenerme para que nadie sospechara nada, ¿no es así?
—Hablemos en casa, mas calmados, por favor te lo pido, estás mal y puede pasarte algo. — pidió juntando sus manos en una súplica. — por favor...
—No... no tengo nada más que hablar contigo. Dejaré tus cosas afuera, no quiero que entres, no quiero volver a verte, te lo juro que si te apareces a buscarme, soy capaz de decirle todo a tus padres... — amenacé caminando lentamente hasta la puerta.
—No serías capaz de hacer eso.
—¿Quieres probarme? — levanté una ceja. Con el dorso de mi mano limpié mi mejilla a causa de las lágrimas que habían caído por sentirme el idiota número uno.
—¿Y qué harás ahora, eh? ¡¿Qué mierda harás?! — gritó dando una patada en el piso, Jiyeon se acercó a ella para intentar calmarla. — ¿te irás a buscar a esa idiota?
—¡¿Y qué si hago eso?! ¡Tú estabas teniendo sexo con alguien más! ¿Quién mierda te crees para cuestionar lo que quiera hacer? — la miré desafiante, a ambas. Es como si alguien mas me hubiera poseído y ya no tenía filtro alguno. — ella ha sido lo único bueno de estos últimos asquerosos meses.
—Ella es una maldita hija de puta... — vi como apretó sus manos y el semblante de su rostro cambió drásticamente. — siempre quiso la vida que yo tenía, siempre quiso vengarse de mí...
—¿De que mierdas estás hablando?
—Hani, no hagamos esto algo más grande... — pidió la pelirroja, tomando la mano del amor de su vida. Sonreí irónico por el panorama que veían mis ojos.
—¿Por qué crees que siguió buscándote?
—No es así, yo la comencé a buscar. — respondí a la defensiva.
—Esa idiota vio la oportunidad y no la desaprovechó. Es una infeliz, ella y su madre son la peor cosa que puede existir...
—¿Por qué le tienes tanto odio? — pregunté cansado de toda esta situación. — ya está. Tú tienes a Jiyeon, si viniste aquí es porque la amas, ¿no?
—Jungkook, podemos arreglar esto...
La mandíbula de Jiyeon se quería desencajar al oír algo como aquello. Y yo quería soltar una risa porque definitivamente esto era increíble.
—Hani, yo estoy aquí presente. Jungkook ya lo sabe, ¿qué sentido tiene que sigas engañándote a ti misma?
—No puedo, Jiyeon... — tapó su rostro para volver a llorar. — no puedo, lo siento...
La pelirroja se alejó de ella, completamente dolida ante lo que acababa de escuchar. Se quitó la bata sin importar que yo estuviera presente, por lo que volteé para no observarla. Escuchaba como se ponía sus pertenencias demasiado rápido, volví a girar cuando escuché que tomó las llaves de la mesa de noche que había ahí y salió de la habitación a paso apresurado, dejándonos solos.
—¿A quién mas quieres dañar? — la persona que tenía frente era alguien totalmente irreconocible. Ésta no es la persona que yo conocí en un principio. O quizás, nunca existió en realidad. — ¿ahora también quieres meter en esto a Nabi?
—¡Ella no soportó que papá la abandonara! — exclamó con su semblante serio, pero seguía llorando por toda esta situación.
—¿Qué mentira dirás ahora?
—¿Ella alguna vez te dijo su apellido?
Me quedé en silencio pensando en aquello. Negué mientras daba una falsa sonrisa.
—No quieras decir mentiras de alguien que no está aquí presente, Hani. Te lo advierto, ya basta de toda esta mierda.
Estaba enojado, pero pensé en aquella vez que la vi por primera vez en mi auto y recordé el momento en que le pregunté algo como aquello.
—¿Nabi? ¿Cuál es tu apellido?
—No vale la pena nombrar el apellido de un hombre ausente. Solo Nabi.
Respiré profundamente.
—Si quieres terminar con lo nuestro por las mentiras, ¿por qué irías con alguien que también te mintió?
—Ya cállate, por favor...
—Ella lamentablemente es una Jang. — se encogió de hombros, limpiando sus lágrimas. — el maldito error que cometió papá fue meterse con alguien más cuando estuvo separado de mamá y dejarla embarazada. Es mi jodida media hermana. ¿De verdad crees que fue coincidencia que ella se acercara a ti?
Nuevamente mi palpitaciones comenzaron a elevarse y no pude aguantarlo más. Corrí hasta el baño para vaciar todo lo que tenía en mi interior. Me sentía completamente débil, sin fuerzas, ya no quería nada más.
—¿Igual irás con ella luego de saber eso?
Me levanté a duras penas sintiendo mis piernas temblar. Tiré la cadena y enjuagué mi boca, también mojé mi rostro sintiendo una mirada penetrante a mi espalda.
—Espero seas feliz... — fui totalmente honesto respecto a eso. — pero no vuelvas a buscarme, no quiero volver a verte nunca más.
—Jungkook, por favor, no te vayas... — hizo el amague de volver a tomar mi mano, cosa que impedí. Me causaba una repulsión gigantesca.
Caminé a paso lento hasta la salida, sintiéndome mareado, consternado y un sinfín se sentimientos en mi interior que lograría que me pusiera a llorar aquí mismo. Resulta curioso ver cómo la vida está siempre suspendida en esta esa extraña balanza en la que, en ocasiones, todo encaja y por momentos todo parece estar al revés. Todo parece ir cuesta abajo, dejando un vacío en el interior.
Cometí el peor error al confiar en la persona incorrecta. Esperé demasiado solo porque yo si fui capaz de dar todo por ella y más. Quise el mismo trato y a cambio tuve traición.
La traición nunca es fácil de manejar, y no hay forma correcta de aceptarla.
No sé como llegué al automóvil, solo sé que cuando estuve dentro solté el suspiro mas lastimero para comenzar a llorar como un niño pequeño. Me agarré del volante soltando todo, mi pecho subía y bajaba a causa del llanto. A mi cabeza vino Nabi y todo lo que Hani dijo. Limpié mi cara con mi antebrazo y me dispuse a ir hasta su casa.
Deseando verdad por su parte, que desmienta todo lo que Hani dijo.
Observé su casa por unos minutos y bajé para caminar hasta la entrada, dudando nuevamente de tocar o irme a casa, hacerme el tonto y pretender que todo lo que salió de los labios de la castaña fueron mentiras para evitar que viniera justamente aquí.
Toqué, metiendo las manos a mis bolsillos y esperé a que alguien saliera.
Cuando la vi, justo frente a mí, sentí que el aire me faltaba, porque la había extrañado muchísimo. Me vio de manera extraña y de pronto, su rostro cambió a uno preocupado, tomó mi barbilla logrando que nuestros ojos conectaran, pero quizás mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
—¿Qué sucedió, Jungkook?
Sentí mi barbilla temblar y cerré mis ojos al escuchar su voz. Quería abrazarla fuertemente y no soltarla, pero no podía hacerlo. No sin antes tener respuestas.
—¿Por qué me mentiste, Nabi? ¿Por qué tu también lo hiciste? — pregunté sintiendo mi garganta quemar al pronunciar tales palabras. Ella me miró sin entender.
—¿De qué hablas?
—¿Me dirías alguna vez que Hani es tu media hermana?
Abrió sus ojos de par en par cuando pregunté eso.
—Es lo que quería hablar contigo... yo quería decírtelo, lo juro... — podía sentir la desesperación en su voz. Seguía con sus manos posadas en mi rostro.
—¿Sabias que le gustan las mujeres?
Con el dolor de mi corazón bajé sus manos, alejándome solo un poco y esperé su respuesta. Sabía que cada palabra tenía sus consecuencias y cada silencio también.
Su respuesta fue el silencio, dejándome con un sabor amargo en la boca y con el corazón mas roto de lo que ya estaba.
Ay amigas, ni que decir...
puedo decir que con esto tuve un win porque nadie tiró una teoría respecto a ellas, nadie cuestionó el porque nunca decía su apellido, así que VAMOSSS kaksjs
Todo es oscuridad, lo siento. 😭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro