09.
—¿Qué haces por acá? — No pude evitar preguntarle aunque lo intenté. Ella me observó con detenimiento y se encogió de hombros.
—Mi abuela materna vive por acá. Con mamá venimos poco, pero intentamos tener esas visitas tranquilas de vez en cuando. — explicó acariciando al can quien sacaba su enorme lengua agitado — ¿y tú? — su mirada reparó en mi hermana y luego en mí.
—Es mi hermana menor. Se llama Jeon Joonyi.
Ella abrió sus ojos con sorpresa y se acercó de manera rápida para agacharse a su altura con una sonrisa gigantesca. Cerré mis ojos al ver que mi hermana acercaba su mano a su cabeza e hice el amague de detener cualquier acto de agresión de su parte. Sim embargo, detuve todo movimiento al ver que mi hermana le daba leve golpecitos en su nuca.
—Mucho gusto, hermosa. Yo soy Nabi, espero nos llevemos muy bien. — acarició su mano y nuevamente tuve esa sensación en mi estómago. Toqué mis orejas y ladeé mi cabeza sintiéndome algo extraño.
—¿Q-qui... Quieres, tú quieeeres j-jugar a laaaas m-muñecas?
Nabi me dedicó una mirada, que supe descifrar a que no sabia que responderle.
—¿Has almorzado ya? — le pregunté esperando que su respuesta fuera negativa. Ella negó lentamente con su cabeza y celebré internamente su respuesta. — te invito a almorzar. Mamá cocina espectacular.
—Acepto. — respondió enseguida. — además debo jugar a las muñecas con mi nueva amiga. ¿Quieres ser mi amiga, Joonyi?
Mi hermana tapó su rostro haciendo sonidos con su garganta y asintió.
—T-tengo uuuna n-nueeva amiga, J-juungkook...
Besé la coronilla de su cabeza sonriendo y sintiéndome feliz de que mi hermana estuviera tan emocionada. Su cambio de ánimo fue brutal y todo es debido a la mágica aparición de la rubia junto al gigante perro que aún estaba a su lado con la lengua afuera. Nabi se levantó y apuntó al can.
—Debo ir a dejar a Zeus. ¿Me quieren acompañar?
—¿Qué dices, Joon? ¿Acompañamos a Nabi?
Ella con efusividad asintió. Comenzamos a caminar en un silencio cómodo. De soslayo veía a mi acompañante quien tenía una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.
—¿Por qué sonríes? — pregunté chocando mi hombro con el suyo en modo de juego. Ella solo negó levantando sus hombros con simpleza.
—Porque de todas las veces que he venido hasta aquí, nunca te había visto. — explicó mirando hacia el frente. — Ahora me sales hasta en la sopa.
Solté una risa y negué divertido.
—O quizás nos vimos alguna vez, pero éramos irrelevantes el uno con el otro. — dije mi teoría afirmando fuerte las empuñaduras de la silla de ruedas. Noté como mi hermana estiraba su brazo para tocar al perro quien caminaba feliz sacando su lengua.
—¿Tú crees?
—Estoy casi seguro.
Caminamos como por veinte minutos y yo sentía que mis piernas no daban más. Miré nuevamente a Nabi esperando que de una vez por todas se detuviera, pero no estaba ni cerca de hacerlo.
—¿Ya estás cansado?
—Con razón nunca nos topamos. — arrugué mi frente. — tu abuela vive algo lejos de la casa de mi madre.
—Así veo. Me gusta caminar, siempre que vengo tengo esos paseos largos con Zeus y él es el mas feliz. Si mi abuela saliera con él, Zeus no tendría piedad. — rió para por fin detenerse en una pintoresca casa. Se veía muy linda y muy bien cuidada. Las flores que tenía en su jardín delantero estaban en perfecto estado, haciéndolo ver un lugar cálido. — Espérenme, no tardo.
Entró de manera rápida obligando al perro a entrar, quien no quería hacerlo, arrastraba sus patas. Nabi ya estaba roja por el esfuerzo ejercido y saqué de manera cautelosa mi celular para comenzar a grabar la escena. Apreté mis labios evitando soltar una risa y antes de que me descubriera, lo guardé de manera veloz. Cuando finalmente ganó la lucha salió de la casa a los pocos minutos después haciéndose una cola.
—¡Batallar con un San Bernardo es un buen ejercicio! — movía su mano brindandose aire, intentando apaciguar la rojez de sus mejillas.
—Ya lo creo. — contesté divertido. — ¿vamos?
Asintió para retornar camino a casa de mamá. El camino de vuelta estuvo interesante por las anécdotas que contaba la rubia, es increíble como siempre tenia algo que hablar.
—... Y así fue como me enteré que tenía covid. — concluyó riendo. Me estaba contando de la vez que ella no tenía idea que tenía aquel virus, hasta que un día cuando su mamá hizo su comida preferida, no pudo sentir el exquisito sabor mezclarse en su boca. Creyó que su madre había cocinado mal, pero luego de unos exámenes, salió positiva en el virus y su madre la mantuvo alejada de todos en un cuarto especial. Era como si tuviera una enfermedad contagiosa.
—Técnicamente si lo era, bobita. — negué divertido subiendo a la acera. Joonyi aplaudió al estar en casa. Al parecer estaba muy emocionada por jugar. — voy a buscar a mamá, entra, ponte cómoda. — dije cuando dejé a Joonyi en su lado de la mesa.
Fui hasta la cocina de manera cautelosa y vi a mamá apagando la olla, que olía completamente delicioso. Mi estómago gruñó a causa del hambre. Toqué su hombro y como era de esperar, se sobresaltó. Con la cuchara de palo que tenía en su mano izquierda, me golpeó el hombro. Sisee de dolor mientras reía.
—¡Deja de asustarme, Jungkook! Un día me matarás de un infarto.
—Lo siento. Tú te asustas por todo. — moví mis manos sin dejar de reír. Me gustaba molestar a mamá. — oye, hay visita, ¿te molesta?
—¿Visita? ¿Llegó tu novia?
Rasqué mi oreja y negué.
—Es una amiga. Es muy divertida y simpática, te caerá bien.
Me miró con algo de desconfianza y asintió. Me pidió que arreglara la mesa lo cual acaté de forma inmediata. Cuando salí al comedor mi campo de visión fue hasta las dos mujeres frente a mí. Nabi jugaba a las barbies con mi hermana con una gran sonrisa. Golpeé mi pecho cuando comenzó a hacer eso tan extraño de nuevo y aclaré mi garganta.
—¿Todo bien?
—Joonyi tiene mucha imaginación, ¿verdad, amiga?
—S-su baaarbie s-se llama F-fiona...
—Te presento a Fiona y ella es rubiecita. — apuntó a la barbie de cabellos despeinados de color rubio que mi hermana tenía en sus manos. Sonreí agradecido y Nabi me devolvió la sonrisa, colocando un mechón detrás de su cabello.
Mamá entró a nuestro campo de visión a lo cual la rubia se levantó de inmediato.
—Buenas tardes, señora Jeon, mi nombre es Nabi. — se presentó dando una corta reverencia. — es un placer conocerla.
Un silencio se formó y pude ver como Nabi me pedía ayuda al ser ignorada. Solté una risa divertido y voltee a ver a mamá quien necesitaba de una traducción. Comencé a mover mis manos para decirle todo. Mamá volteó nuevamente a ver a Nabi y sonrió.
—Mucho gusto. Yo soy Jaemin, el gusto es todo mio.
Observé a Nabi para traducir la respuesta de mamá, pero ella me frenó.
—Lo siento. — movía sus manos con dificultad. Sabía el lenguaje de señas, pero no lo manejaba al cien. — él no me dijo... nada. Yo soy su amante.
Mamá y yo abrimos los ojos sorprendidos y ella supo de inmediato que definitivamente no había dicho lo que quería decir.
—Es mi amiga. Amiga. Es amiga. — traté de explicar de manera veloz, moviendo mis manos como era permitido.
—¿Me equivoqué? ¡Dios mío, que vergüenza! — se tapó el rostro. Quería largarme a reír de manera fuerte, pero estaba tan avergonzado que solo me limité a tocar mis orejas.
—Dijiste que éramos amantes.
—¿Cómo se dice amigos, Jungkook? Tu mamá me odiará. Pensará que soy una chica que se mete en relaciones ajenas y le caeré mal. — estaba totalmente desesperada y se pondría a llorar en cualquier momento por el bochorno.
Sonreí tapando mi rostro y le mostré la seña de amigos.
—Solo pones tu mano dominante en el dorso de tu mano base y ya está.
—Mi abuela siempre me dijo que aprendiera muy bien la lengua de señas y ahora es donde sé que tuvo razón. Me tuve que haber esforzado mas en esas lecciones. — hizo un pequeño puchero para nuevamente decirle todo a mi madre y ésta vez, presentarse de manera correcta.
—¿Tú abuela te dijo?
—Ajá. Siempre me decía que uno no sabia cuando podríamos estar en una situación así, que deberíamos saber y poder ayudar. — puso un rostro pensativo. — siempre tuvo una razón y nunca nos dijo. Quizás mi abuela conoce a tu madre.
—Quizás. Antes todos pensaban que mamá era mal educada por no saludar. Yo debía explicar que es sordomuda, que no ignoraba a propósito, sino porque no podía percatar cuando alguien lo hacía.
Nabi miró a mi madre y a mi hermana.
—Tienes una linda familia. No la has tenido fácil y eso me hace admirarte cada vez un poquito más.
Aclaré mi garganta cuando sentí los palpitos de mi corazón en mi garganta. ¿Qué me pasaba? Esto no estaba bien.
—Gracias, Nabi. Hago mi mayor esfuerzo por ellas.
—Y lo estás haciendo de maravilla.
Necesitaba tomar aire. Mi estómago estaba extraño y mi corazón estaba a punto de tener arritmias, específicamente taquicardia. Rasqué mi cabeza al sentirme cohibido.
—Gracias. De verdad agradezco mucho que puedas notar esas cosas.
Y eso era totalmente cierto. Nabi es la primera persona que me ha dicho las verdades a la cara y ahora, agradecía de sobremanera que notara todo el esfuerzo que hago por ellas. Mi familia es mi todo y que lo vea así, hace inflar mi pecho de orgullo al saber que siempre hice lo correcto.
Nos sentamos a comer y Nabi le pidió a mamá que le enseñara a cocinar el galbitang y ella asintió de manera efusiva.
—Dile que agregue mi número y podemos charlar. Me cayó muy bien. —codeó mi brazo y la miré mal. — ¿Qué? ¿No puede caerme bien?
—Nabi, a mamá le caíste muy bien y quiere tu número.
La rubia luego de echarse una gran bocanada de comida a la boca hizo un gesto con su dedo y sacó su celular para pasárselo a mi madre.
—Anote su número. Yo... —tocó su frente, quizás, intentando acordarse de las señas. Me causó ternura al notar que lo estaba intentando todo para tener una mejor comunicación con ella.
—Anota tu número. Ella lo guarda en los contactos con un lindo nombre.
Mamá tiró su cabeza hacia atrás riendo y podría jurar que esta escena, a Joonyi tan emocionada, a mamá tan risueña y feliz no se me olvidaría nunca.
—Oh Jeon eres malvado. Aprovechas que yo no soy experta en este lenguaje para burlarte de mi. — me miró mal y negó con su cabeza. — me esforzaré, ya verás. Podré comunicarme excelente con tu madre.
—Me gustaría ver eso. — apoyé mi codo en la mesa y descansé mi rostro en mi mano, para observar a Nabi fijamente. — Gracias por hacer feliz un rato a mi hermana.
—Estás agradeciendo mucho, ¿no crees? Lo hice porque me nació. Quería jugar a las barbies, amo a las barbies.
—Si, no sé quién está mas feliz, si Joonyi o tú. — bromeé remojando mis labios.
—Yo, claramente.
Ambos reímos y pude notar que mi madre nos miraba expectante y podría decir que hasta divertida. Se levantó de la mesa disculpándose que iría al baño.
—Bueno, esta es mi familia. Chiquita, pero hermosa.
—Si, es maravillosa. — concordó sonriente. No sé si era perspectiva mía o todos estábamos muy sonrientes el día de hoy. No había tensión, solo... diversion y risas. — ¿Está bien decirle a una persona sordomuda?
—Bueno... mamá nació sorda. Nunca pudo oralizar cuando fue creciendo, al no escuchar las palabras no sabía decirlas. Entonces evita hacer sonidos con su garganta cuando está diciendo algo en lenguaje de señas. — expliqué bebiendo mi vaso con refresco. — la palabra correcta solo sería persona sorda.
—Estoy aprendiendo tanto aquí. — aplaudió y observó la casa con detenimiento. — tienen muy linda casa.
—Gracias. Tú también eres... — me callé de manera instantánea al percatarme de lo que iba a decir. Mierda. Que estaba pasándome. — tú, digo, tú también tienes una casa muy linda. Osea, tu abuela.
Cerré mis ojos al darme cuenta que estaba haciendo el ridículo. Así que cuando el timbre sonó, salí disparado para abrir y evitar que Nabi viera mi rostro completamente rojo a causa de la vergüenza por mi lengua suelta. Abrí la puerta y sentí que el alma abandonaba mi cuerpo por completo.
—Hola, mi vida. Al final si pude venir.
Hani estaba fuera con una enorme sonrisa y de soslayo vi a Nabi, quien seguía jugando a las barbies con mi hermana.
Creo que tendré problemas.
Tardeeee, muy tarde (en todo ámbito kajsj) así que cuando despierten tendrán un one shot publicado y un capítulo de la propuesta 🤳.
Espero disfruten 💘.
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