Capítulo 3
Llegó el gran día, o bueno....la gran noche. El baile de la luna plateada.
La verdad no estaba centrada en eso. Mi mente estaba en otro lado, estaba pensando en Jungkook.
Cuando el me dejó en mi habitación esa vez que me enseñó a bailar, no pude dormir toda la noche, porque en ese momento caí en la conclusión de que me había enamorado de Jeon Jungkook.
Tocan la puerta. —¿Lista Ryu? —pregunta mi hermano desde afuera.
—Si, unos minutos y ya salgo —respondo.
Miro mi vestido, y es de color rojo sangre y aterciopelado. Con las tiras caídas. Mi cabello está medio recogido, y mis aretes son del mismo color del vestido y con detalles dorados. Y un collar de oro.
Tomo mi antifaz y salgo de mi habitación. Veo que mi hermano me espera.
—Perdón la tardanza hermano
—Te vez hermosa —me sonríe y le devuelvo el gesto.
Ambos bajamos y vimos a mucha gente en el centro. Nos paramos al lado del marqués.
—Vaya, como siempre, queriendo llamar la atención —crítica Sue.
—Por lo menos pasa sin la necesidad de hacerlo, en cambio tu...no sé si eres un árbol de navidad y un vestido de gala —le regreso la crítica con algo de burla.
Hyon y Tae se aguantaron las ganas de reírse. Porque era verdad, ella lleva puesto un collar de plata, aretes del mismo color, y vestido del mismo color pero con pedrería en ella. Eso, y con las luces del salón, lastima los ojos de cualquier persona.
—Maldita —dice entre dientes.
—Sue, guarda la compostura —la regaña la marquesa—. Y tú, Ryu —me mira—. Más vale que no hagas una estupidez —me mira con esa expresión habitual de desprecio.
>>No prometo nada<<.
En eso, se acerca una familia; la familia del Conde Min. Está conformada por el señor Min, su esposa y su único hijo; Min Yoongi.
El hijo es todo un misterio, no habla con las doncellas de las demás familias, sólo las escucha. Algunos piensan que le gustan los chicos. Otros dicen que oculta un secreto, que a lo mejor es un licántropo, un vampiro o que tiene un trato con algún demonio.
Muchos optan por la idea de que es un vampiro, ya que su piel es muy blanca cuál nieve. Y adivinen qué… Él también tiene el cabello negro.
Creo que últimamente van apareciendo más personas con el color de cabello negro. ¿Seremos la generación que salvará a las personas de ésta superstición tan absurda?
Eso espero.
—Conde Min, es un honor verlo aquí —da la bienvenida el marqués. Cómo si de un hombre ejemplar se tratara.
—Es un gusto verlo Marqués Kim —saluda con serenidad.
—Ya conoce a mi esposa y algunos de mis hijos —refiriéndose a Sue, Hyon y Shiba.
—Sí, es bueno verlos de nuevo —hace reverencia.
—Le presento a mis dos hijos restantes. Kim Taehyung y Kim Ryu —nos presenta.
Ambos hacemos reverencia. —Bienvenido Conde Min, un placer conocerlo —decimos al unísono.
—El placer es todo mío. Es bueno conocer a la joven que le causó curiosidad a mi hijo —alzo mi mirada.
—Es tan hermosa como nos la describió mi hijo —halaga la señora Min.
—Disculpe mi atrevimiento, pero nunca me he topado con su hijo —digo con algo de timidez. Ni yo sé de dónde salió eso.
El marqués me iba recriminar, pero el Conde Min habla. —Es que anda centrada en los libros. Mi hijo la ha visto en la biblioteca del pueblo, siempre a la misma hora que él —explica.
>>Bueno, tiene algo de sentido<<.
—Así es, mil disculpas si te sientes incómoda querida, lo que pasa que él es algo reservado y tímido al momento de hablar con las mujeres —comenta su madre.
—¿Qué esperas hijo? Invítala a bailar —le dice su padre.
Se acerca a mí y alza su mirada, así que pude apreciar como era.
Ok, seré honesta, es guapo. Ya veo porqué las doncellas lo persiguen; a él y a mi hermano. Claro, a ellos no los critican del todo por su cabello, pero a Jungkook y a mí sí.
¿Qué traen contra nosotros?
—¿Me concede este baile señorita Kim? —me extiende su mano.
Miro al marqués y su mirada de hazlo o te mato, me dio coraje. Así que acepté, maldiciendo en mis adentros.
Empezamos a bailar junto con otras parejas. Yo solo escuchaba murmullos por parte de los invitados.
—No les hagas caso —dice de la nada.
—Claro que no les estoy haciendo caso —respondo con algo de decepción.
—Bailas muy bien —me halaga.
—Gracias, alguien que conozco me enseñó a bailar —presumo.
Después de bailar, salimos de la pista.
Yoongi pidió que nos apartemos del resto, así que salimos al patio trasero.
—Iré directo al grano —me mira—. Perdón si rompo tus ilusiones, pero...
—Te gusta mi hermano —me cruzo de brazos.
—Pero, ¿cómo...? —no lo dejé terminar.
—Vi cómo mirabas a mi hermano. Solo pide que “mis padres y mis hermanos” no se hayan dado cuenta —comento.
—¿No estás molesta?
—¿Por qué lo estaría?
—Porque solo te di falsas esperanzas y porque me gustan los chicos.
—Primero, eso de las falsas esperanzas no me las diste, eres guapo y un gran hombre por lo que veo; pero a mí me gusta alguien. Segundo, si piensas que te voy a delatar porque te gustan los hombres, olvídalo; yo respeto gustos. Y se ve que quieres mucho a mi hermano. Así que tienes me aprobación —sonrío.
—¿Cómo sabías que me gusta tu hermano? —me mira con intriga.
—No es la gran ciencia, digamos que las veces que paseaba por la biblioteca, los encontraba muy cariñosos —me rio—. Aparte de que mi hermano se veía tan enamorado, y ahorita que vi como lo mirabas, me confirma todo —explico.
La plática fue interrumpida, ya que los murmullos se hicieron más fuertes. Entramos para ver la razón de que aumentarán los murmullos, y alguien se pone adelante de mi, para luego escuchar su voz algo ronca.
—¿Me permite esta pieza? —me extiende la mano.
Traía antifaz, pero no tardé en darme cuenta de quién era. Pues reconocería esos ojos rojos y con un brillo particular.
Llevaba puesto una vestimenta negra con una capa, una camisa blanca con lo que parecía ser un pañuelo en su pecho, y sobre ella, una joya de color rojo; casi hacía juego con mi collar.
—Claro que sí—tomo su mano.
Pero no sabía que al hacer eso, desataría el problema.
Narradora
—¿Y ese quién es? —pregunta con furia el marqués. Nadie respondió porque no sabían quién era.
>>Por fin se animó a invitarla a bailar oficialmente<<. Pensó Tae al ver a Jungkook y a su hermana. Supo que era él porque su hermana sonrió sinceramente, algo, que solo haría con la persona que se ganó su corazón.
Pero la noticia de que un misterioso hombre llegó al baile del marqués Kim no se hizo esperar, ya que llegó a oídos de la familia Real.
Ellos con la vaga descripción que tenían de esa persona, temían que fuera él. Así que, fueron al baile, y llevaron consigo a una pequeña tropa en caso de que fuera él.
—No me vas arruinar la vida Jungkook —el rubio monta si caballo y salen directo hacia la mansión de la familia Kim.
Por otro lado, Ryu y Jungkook seguían bailando bajo la mirada de las personas presentes en el baile.
—¿Qué haces aquí? —pregunta algo preocupada la chica.
—Vine a verte —responde.
—Pero bien sabes que no puedes ver, ¿y si te descubren?
—Correré el riesgo solo por la persona que amo —confiesa.
—Jungkook... —no sabía que decir. Pues la confesión del vampiro la había tomado desprevenida.
De golpe, irrumpe el baile el príncipe Jimin y el Rey Jeon. —Es un placer verte… Jungkook —saluda con algo de burla.
Al escuchar el nombre, todos se sorprendieron.
—¡¿Qué haces aquí?! —exclama el Rey.
—No tengo porqué darle explicaciones, su alteza —lo mira con desprecio.
Pone detrás a Ryu, pero ese fue un error. Ya que todos se dieron cuenta que él vino por ella.
—Jungkook, será mejor que te vayas —susurra Ryu, pero él la ignora—. Jungkook, por favor —insiste.
—Hazle caso a la dama —comenta Jimin.
Jungkook sin decir nada, se va en el humo negro que lo rodea. Dejando la joven sola en la pista de baile.
—Damas y caballeros, les pido que se retiren con calma por favor —ordena el príncipe.
Mientras todos dejan en lugar, los soldados toman a Ryu y la llevan a una de las habitaciones de la mansión, seguido de esto, entran el marqués, su esposa, el Rey y el príncipe.
—¿Hace cuánto lo conoces? —pregunta serio el Rey.
Ryu no responde.
—¡Contesta maldita! —grita el marqués.
—¡Hace una semana! —miente—. Tiene una semana de que lo conocí.
—¿Cómo ocurrió? —pregunta.
—Unos bastardos querían aprovecharse de mí, y él de la nada apareció —responde.
—¿Una semana y ya se enamoró? —se ríe el príncipe—. Lástima que verá a su amada casarse con otro —sonríe satisfactoriamente.
—¿A qué te refieres? —pregunta molesta.
—Señor Kim —dirigiéndose al marqués—. Quiero pedir la mano de su hija, Kim Ryu —propone.
—¡¿Qué?! —exclama la pelinegra.
—Con gusto su alteza, acepto su pedida de mano de mi hija —responde sin dudar.
—¡No! ¡Me niego! —protesta, pero el marqués le da una cachetada.
—¡Cállate malnacida! ¡Encierre la en su habitación! —ordena el marqués.
—Mejor que la encierren en uno de los calabozos del palacio —sugiere el Rey.
—¡Perfecto! —se alegra el Señor Kim.
Y así lo hicieron, se llevaron a Ryu discretamente al palacio, para después encerrarla en los calabozos.
En la sala del Rey, estaban todos presentes. Para hablar sobre el plan para destruir a Jungkook, y de paso matar a Ryu.
Pero no contaban que entre ellos se encontraba Taehyung, quién se había convertido en un cuervo para escuchar lo que tramaban.
—Para atraerlo, hay que anunciar que Kim Ryu contraera matrimonio conmigo —propone el príncipe—. Después de todo, ya nos dio a entender que se enamoró de ella. Y una vez que se entere, vendrá a impedir la boda.
—Y aprovecharemos eso para matarlo de una vez por todas y que ya no sea un peligro para el reino —concluye el Rey.
—Perfecto sus altezas, la familia Kim está dispuesta a ayudar con lo que sea necesario —acepta el marqués—. Sin más, me retiro —sale de la sala.
—¿Y qué vamos a hacer con la chica? —pregunta el Rey—. Pues todos serán testigos de que te vas a casar con una chica que está maldita por el vampiro. A parte de que ella probablemente sepa la verdad de nosotros y de él.
—Cuando Jungkook venga y ataque, mataré a Ryu y lo haré pasar como que él la mató, y así nadie sospechará que nosotros la matamos —propone con una sonrisa sádica.
—Me parece perfecto —mira a su hijo satisfactoriamente y con orgullo.
—Oh no, debo buscar a mi hermana antes de que pase eso —sale volando del lugar y se dedica a buscar los calabozos.
Mientras Tae busca a su hermana, el príncipe y el Rey mandaron a hacer anuncios del casamiento.
Al día siguiente, se empezaron a pegar los anuncios en el pueblo.
La familia Real anuncia con mucha alegría, el casamiento entre:
El Príncipe Jeon Jimin
&
La señorita Kim Ryu
Hija del Marqués Kim
La boda se llevará a cabo, dentro de una semana.
Para nadie de los ciudadanos se les hizo raro que anunciaran tan abruptamente el casamiento del príncipe heredero. Pues la alegría y la emoción se hizo presente de inmediato, que nadie analizó la situación.
Tae se encontraba con Yoongi en el patio de la casa de los Min, los padre de Yoongi habían salido por un asunto familiar, por lo tanto, él se encontraba solo y con la servidumbre.
—Ya busqué los calabozos y no encontré nada —dice frustrado Tae—. Y sino la libero a tiempo, Jungkook caerá en la trampa y los matarán a ambos.
—Tranquilo Tae —le dedica una sonrisa sincera—. Mi padre tiene unos planos del palacio del Rey —se dirigen a la biblioteca.
—¿Y por qué tiene planos del palacio? —pregunta con curiosidad.
—Mi familia y la suya tienen una amistad de años, se puede decir que somos su mano derecha y de confianza, y el Rey le entregó esos planos para que nadie los encontrara en su palacio —explica.
—Bueno, le falló su táctica —ambos sonríen—. Espera —cae en cuenta de algo—. Ryu es una bruja, mejor hay que esperar unos días —propone—. Si sale, sabe que debe buscarme.
—Bueno, pero por si las dudas, hay que tomar los planos. Nos pueden ayudar en algo —sugiere.
—Bueno, en eso tienes razón.
Por otro lado, Jungkook se enteró de la boda, destruyendo todo lo que había en ese momento.
—No te pude proteger —cae de rodillas, llevándose sus manos a la cabeza—. Perdóname Ryu —llora.
—Amo Jungkook, debe ir por la persona que ama, no se puede quedar así —un cuervo, sirviente suyo le habla.
—Tienes razón Iroh, tengo que ir por ella —mira el cuadro de su madre—. Ya perdí a alguien a quién no pude hacer nada para salvarla, no dejaré que vuelva a pasar. Vamos a armar un plan.
* * *
—¡Sáquenme de aquí! —grita con desesperación.
—¡Cállate mocosa! —dicen los guardias mientras se ríen.
Ella se sienta frustrada porque no sabe cómo salir. Había pasado un día desde que anunciaron la boda, y desde ese día la encerraron en el calabozo. La sacarían dos días antes de la boda.
Mira sus manos encadenadas.
<<Aguarda, si soy una bruja. Que idiota>>.
Agradecía por no usar sus poderes en presencia de la gente. Ya que eso le llevó a olvidar que ella era una bruja.
Hasta el mismo príncipe, que la había visto en persona usar sus poderes; se le olvidó ese pequeño detalle.
Esperó a que llegara la hora de intercambio de guardias. Y cuándo eso pasó, utilizó un hechizo de congelamiento para que las cadenas se rompieran, y utilizó el portal para salir de ahí. Quedando a las afueras del reino.
Debía entrar de nuevo, pero, para no ser reconocida, se hizo un cambio de apariencia. Luciendo ahora como una mujer de cabello castaño, ojos color avellana y pecas.
Entró y fue una victoria para ella, pues no sospechaban quién era.
Fue directamente a la casa de los Min, y al tocar, se topó con el mismísimo Yoongi.
—Yoongi —dice feliz.
—¿Te conozco? —pregunta algo confundido.
—Soy yo —pasa su mano por su rostro, como si de una máscara se tratara; dejando ver el verdadero rostro de Ryu.
—Ryu —mira a todos lados—, pasa rápido —susurra.
Empieza a susurrar. —¿Y Tae? —lo mira.
—Él está en la mansión, pero me dijo que si podías escapar, vendrías directamente acá —explica.
—Vaya —mira a todos lados—. ¿Y tus padres?
—Ellos están arriba —responde.
—¿A dónde vamos?
—Vamos a un escondite que tengo en el jardín. Te quedas ahí y ahorita llamo a Taehyung —indica.
Y así lo hicieron, Ryu se quedó en el escondite, mientras Yoongi mandaba a traer a Taehyung.
El hermano de Ryu llegó lo más rápido que pudo.
—¡Ryu!
—¡Tae! —ambos se abrazan, para luego separarse—. Hermanita, tengo que decirte algo importante.
Le empezó a contar sobre lo que tramaban el príncipe y el Rey. Que la boda es una trampa para atraer a Jungkook y matarlo, pero de paso, matarla a ella.
—Debo avisarle a Jungkook —dice preocupada.
—Si es así, debes salir rápido del reino e ir a dónde está Jungkook. Pronto se dará cuenta el príncipe que escapaste —comenta Yoongi.
Se vuelve a transforma en su apariencia cuando escapó del castillo y sale de la casa de los Min.
—Y eso haré —se aleja de ahí, y al salir del reino, se oculta entre unos arbustos densos y se transforma en un águila y sale volando de ahí.
Dirigiéndose hacia el bosque Aeron. Baja su mirada, y se da cuenta que Tae la empezó a seguir a caballo.
Al llegar al bosque, ambos se detienen y ella se transforma de nuevo en humana.
—¿Qué haces aquí? Es peligroso Tae —lo regaña.
—¿Pensabas que te iba a dejar sola? Ya pasó una vez y casi mueres, no pienso dejarte ir sola de nuevo —sonríe, para después abrazarla.
—Bien, sígueme —se adentran al bosque.
* * *
El Príncipe se dirige al calabozo en donde está encerrada. Al llegar, habla con los guardias.
—¿Cómo está la futura reina? —le pregunta a los guardias.
—Al principio estaba gritando como loca, pero cuando se hizo el intercambio de guardia se calmó y no ha vuelto a protestar —explica uno de los guardias.
Se le hizo raro al príncipe, pero dejó pasar ese pequeño detalle. Al llegar al respectivo calabozo, vio que estaba vacío y con las cadenas hechas pedazos.
—¡Maldita sea! ¡¿Cómo se me olvidó ese detalle!? —mira a los guardias—. ¡Es una bruja! ¡Hagan una búsqueda ya! —ordena furioso.
—¡Si su alteza! —se retiran rápidamente de ahí.
—No vas a arruinar mis planes maldita bruja —mira molesto el lugar.
Los guardias emitieron la orden de buscar a la chica por todo el lugar.
Mientras tanto, con los hermanos Kim. Estaban caminando por el bosque, pero sin saber en dónde estaban.
—Estamos perdidos —se queja el mayor.
—Perdón si —mira a su hermano—, tiene rato que no vengo por aquí. Cada vez que Jungkook me enseñaba magia, me teletransportaba con él.
—¿Y no puedes hacer lo mismo?
—No, porque no recuerdo la ubicación del castillo —explica.
Ryu
Se escucha un ruido. —¿Qué fue eso? —pregunto con algo de miedo.
—No sé, pero siento que hay que acelerar el paso —dice mi hermano, mientras se escucha como se acerca rápidamente algo.
De pronto, aparece un troll.
—Corre —le susurro a mi hermano.
Y nos echamos a correr, y el monstruo nos empezó a seguir—. No pensé que hubiera este tipo de criaturas —admito.
—¿No se supone que Jungkook es el Rey de los monstruos? —pregunta mi hermano algo cansado de correr.
—Sí, pero quiero suponer que no les ha comentado sobre mi —seguimos corriendo, pero la cosa gigante nos seguía.
En eso, encontramos un escondite y nos metimos ahí. Vimos como el troll se pasó de largo y no nos vio. Pero no íbamos a estar a salvo por mucho tiempo.
Del miedo, la desesperación y la frustración, empecé a llorar. —No llores princesa —me abraza.
—Es que jamás pensé que esto pasaría —refiriéndome a mi segunda oportunidad de vivir.
—Todo esto terminará pronto hermanita, lo prometo —me limpia las lágrimas.
—Ya no quiero seguir con esto —era la primera vez que me rendía ante algo, que no me sentía capaz de hacerlo.
—No te rindas, todavía hay una oportunidad de vencer a la familia real, pero para que pase eso, se necesita que te unas a Jungkook y juntos los derroten —me anima Tae.
Trato de alejar mis inseguridades por un momento, y lo miro. —Tienes razón, hay que derrotar a esos malditos —hablo con determinación.
—Bien, ahora tienes que irte, yo lo distraigo —me susurra mientras me acaricia el cabello.
Me sorprendo ante lo que dice. —No, me niego a dejarte aquí. Eres lo único que me queda, mi única familia —lo abrazo, para después sentir que mis lágrimas salen de nuevo.
Corresponde a mi abrazo. —Mayor razón para que te vayas y lo busques. Es más —lo miro—. Si logro salir de esto, te veo allá. Si ves que no llego dentro de una hora, tú sigue —me da un beso en la frente y sale del escondite, para después gritar y correr frente a la bestia.
No me da tiempo de gritar, así que me levanto, salgo del escondite y empiezo a correr sin mirar atrás. Me dolía dejarlo, pero debía ir por él, para evitar que suceda lo que sé.
Tropiezo con una rama y veo que atraigo a la bestia con el ruido. Me levanto y espero a que venga.
Veo como corre rápidamente hacia mí.
—Veamos de lo que soy capaz —empiezo a invocar un hechizo, pero de un momento a otro, cierro mis ojos, y siento un golpe brusco en mi cuerpo; para luego sentir lo frío del suelo.
Al abrir los ojos, mi vista es casi nula en el lugar, debido a la oscuridad que abunda ahí. Me doy la vuelta rápidamente al escuchar un quejido, y ver los rayos de la luz de la luna, que se veían absorbidos por su larga cabellera negra.
—Te he dicho que cuando quieras venir me avises por medio de una carta —se levanta y se acerca a mí, para luego agacharse y mirarme—. Y más si tienes tus habilidades mini brujita —me dedica una sonrisa. Que quién lo viera, le parecería imposible que hiciera eso.
—Perdóname, solo pasó —ahora soy yo quién le dedica una sonrisa
“Él no es el villano como dicen. A uno lo vuelven así, si es el héroe quien relata la historia”.
“Pero ésta vez, yo soy quién contará la historia pero estando del lado del villano”.
El troll se va acercando a nosotros, pero lo detiene la voz demandante de Jungkook. —¡No la lastimes, ella es tu futura reina! —dice.
El troll se arrodilla ante mi. —Perdóneme mi reina.
—¿Y mi hermano? ¿Dónde está? —pregunto con preocupación.
—Está encerrado en una de mis jaulas —responde.
—Quiero que lo lleves al castillo sano y salvo, ¿entendido? —ordena Jungkook.
—Si, amo —se retira.
—¿Estás... —no lo dejé terminar ya que lo abracé en ese instante.
—Me alegro de verte Jungkook —dice con calidez.
—¿Y tú boda? —pregunta algo decaído.
—¿Cuál boda? Si no me pienso casar con alguien que no amo —respondo.
—Pero, los anuncios...
Suspiro. —Para eso venía a buscarte. Tae me dijo que escuchó al Rey y al príncipe hablar de un plan. En el cuál conocistía en dar el anuncio de una boda entre Jimin y yo. Ya que ellos sabrían que vendrías a impedirlo. Y aprovecharían para matarte de una vez —le explico.
Su mirada estaba llena de odio y furia. Vi como apretaba sus puños.
—Y de paso, me matarían; ya que saben que conozco el secreto. Pero, para que no piensen que ellos me mataron, iba a utilizar la situación a su favor, mintiendo con que tú me mataste —miro a otro lado.
Se acerca a mí. —Es lo que menos haría, lastimarte... —me da un delicado beso en los labios—. Porque te amo Ryu —confiesa.
—Yo también te amo Jungkook, y me da igual si eres un vampiro, un brujo o un Rey. Eres el único que ha hecho que éste corazón ame de verdad —le devuelvo el beso.
Nos teletransportamos a su castillo. Y al llegar, mi hermano corre a abrazarme fuertemente.
—¿Estás bien Tae? ¿No te hicieron daño? —miro que no tenga alguna herida.
—Tranquila hermanita, estoy bien —me dedica su peculiar sonrisa.
—Iroh —llama al cuervo.
—Si su alteza.
—Reúne a todos y diles que se preparen en caso de que haya una guerra —ordena.
—Si amo —se va volando.
—Arlo —llama al troll.
—¿Si mi señor?
—Cuida a tu reina —me mira.
—Eso ni hablar, yo quiero darle fin a esto —digo de manera firme.
—No, es peligroso, tú te quedas aquí —me ordena—. Es más, que tú hermano se quede contigo. Kaoru, llévalos a una de las habitaciones y que no salgan de ahí —le pide a una hada del bosque.
—Si su alteza —nos empieza a guiar.
>>Se le olvida que soy bruja<<.
—Y ni pienses escapar por medio de magia, no funcionará —me dice.
—¿Y eso? —miro a mi hermano.
—El señor Jungkook puso un hechizo que bloquea la magia de otros brujos, brujas y magos —nos explica Kaoru.
>>Adiós a mi estrategia sorpresa<<.
Narradora
El Príncipe y el Rey llegaron a la entrada del bosque Aeron con sus tropas.
—Escuchen bien —se da la vuelta con su caballo—. Ésta es una guerra para ponerle fin al tan temido rey de los monstruos, al Rey Jungkook. De seguro ellos ya nos están esperando para atacar, pero nosotros no nos dejaremos, hay que terminar con ellos de una vez por todas. Piensen que lo hacen por sus familias, ellas ya no vivirán con temor de pasar por aquí. Así que les pregunto, ¿están listo para ésta batalla? —todos exclaman.
De pronto, aparece humo en la entrada del bosque, dejando ver al Rey vampiro.
—Den la vuelta todavía que tienen oportunidad —su tono de voz era gélido.
—¡Jamás! —exclama el Príncipe.
—Deja que el Rey y yo lo hablemos —mira con seriedad a Jimin.
* * *
—Agh, ¿cómo haré para llegar a ellos? —pregunta con frustración.
—Mmmm, ¿quizás diciéndole como tal al hada y al troll lo que puede suceder? —propone Tae.
—No es necesario —ven a Iroh.
—¿Y eso? —pregunta con curiosidad Ryu.
—Los voy a sacar, por suerte, en esta habitación hay pasadizos secretos que dan directamente al bosque —explica.
—¡Entonces qué esperamos! Guíanos Iroh —pide la chica.
—Si mi reina —los guía.
Sintieron que se tardaron una eternidad, pero por fin pudieron salir del castillo.
—Ellos no están tan lejos de aquí —comenta Iroh—. Pero si es algo tardado a pie.
—¿Quién dice que necesito caminar? —conjura un hechizo y se convierte de nuevo en un águila—. Vamos —emprende el vuelo.
—Y yo aquí convirtiéndome en cuervo —hace el mismo conjuro y se convierte en águila igual, para luego seguir a su hermana.
Al ver desde arriba que estaban discutiendo, aterrizan en unos árboles para escuchar la conversación.
—Yo no te he hecho nada, de hecho, nadie del bosque a roto el acuerdo que hice con ellos —comenta Jungkook.
—¡Pero el que tú irrumpieras en un baile es romper ese tratado! —reclama el Rey.
—Prácticamente rompí mi propio tratado, porque tú y yo no hicimos ninguno —suelta.
—¡Ataquen al bosque! —ordena el Rey.
—Sobre mi cadáver —dice Ryu, para luego transformarse en humana de nuevo y crear una muralla de enredaderas espinosas para que no pasen los soldados.
—¡¿Qué diablos?! —mira el Rey con sorpresa.
Aparece Ryu frente a ellos. —De los reyes que conocido en la historia de los libros, usted es el más vil y cruel que he conocido —dice.
—¡¿Cómo te atreves a decir eso?! —exclama. El miedo lo invadía, pues temía que soltara la verdad.
—¿Tiene miedo de que revele la verdad? —lo reta con la mirada.
Los murmullos entre los soldados no se hicieron esperar.
—Lo que son tú y ese vil vampiro, son los crueles —nos señala.
—¿Cómo es capaz de soltar tal calumnia hacia su propio hijo? —suelta por fin.
Todos los presentes se quedan sorprendidos al escuchar eso.
El Rey no sabía que decir. —¿Qué dices?
—¿No me diga que ya se le olvidó que tuvo un hijo? Su heredero por ley —lo mira con odio. No dijo más para no lastimar a Jungkook con eso.
—¡Maldita! —grita el Rey.
—¡Maldito usted y su familia! —grita.
El Rey ordena que lancen flechas, y así lo hacen, pero Ryu los detiene y los hace polvo.
—Les recomiendo que se retiren —pide a los soldados. Pero estos hacen caso omiso—. Hermanito, ya sabes que hacer —susurra.
—A la orden —escucha como le responde.
Tae crea un campo de fuerza, que deja afuera a los criaturas del bosque que no se pueden defender.
—Guerra quieren, guerra tendrán —abre portales para dejar pasar a los trolls, cíclopes, un Basilisco, las mismas criaturas chupa sangre, entre otras bestias.
Hace aparecer su espada y empieza a pelear. Ella le pidió a las criaturas que trataran de dejar inconscientes a los soldados, pues no quería ningún muerto y que sigan diciendo que las criaturas mágicas son peligrosas y asesinas.
Ella se vio cara a cara con el Rey Jeon, y éste no dudo en atacarla. Ryu lo esquivo con facilidad. El Rey se bajó de su caballo y empezó a pelear con ella.
Por otro lado, los hermanos peleaban entre sí.
—¡Debes entrar en razón Jimin! —exclama Jungkook.
—¡No! ¡No voy a permitir que me quites el trono! —lo ataca.
—¡Reacciona por favor Jimin! ¡No pido que me den el trono! Sino que solo me reconozcan como parte de su familia, que él no haga injusticias —detiene su ataque y lo empuja.
—No lo vas a obtener, y después de que te mate, mataré a tu preciosa novia —refiriéndose a Ryu.
Jungkook se dio cuenta que su hermano estaba influenciado por las ideas de su padre, y ya no iba a recapacitar jamás. Así que no tuvo más remedio que matarlo.
—Perdóname por esto hermano —esquiva el ataque de Jimin y se acerca a uno sus lados y le entierra la espada—. Perdóname —unas lágrimas se escapan de sus ojos.
Ve como el cuerpo de su hermano cae inerte al frío suelo. No pudo aguantar el llanto y empezó a llorar. Pues desde que Jimin nació, a pesar de que su padre lo maltrataba; el quería y protegía a Jimin con todo su ser.
Y el ver qué tenía que matar a su propio hermano le dolía hasta el alma.
El Rey, al ver qué su hija yacía en el suelo, se llenó más de rabia y odio hacia Jungkook. Así que decidió quitarle lo más preciado y querido, decidió acabar con Ryu.
Ella notó que el Rey daba ataques con más fuerza, y ella no le pudo seguir por mucho el paso. Al punto que ella cayó y el Rey le iba a enterrar la espada, pero se interpuso la espada de Jungkook.
Ryu aprovechó eso y enterró su espada en el abdomen del Rey, cayendo sin vida al suelo.
Todos vieron como ellos dos vencieron al rey y al príncipe, deteniendo la guerra.
En eso llegan a caballo el Conde Min y su hijo, al ver la escena, supieron que la tiranía secreta del rey había acabado.
—Salve Jeon Jungkook, hijo heredero del Rey Jeon, y por lo tanto, nuevo Rey de Cyrah —proclama el Conde Min.
Todos sabían que el Conde era como la mano derecha del Rey, ya que eran amigos desde la infancia; así que sabían que él no podía estar mintiendo con algo serio como eso.
Todos los presentes se arrodillaron ante él, tanto criaturas como humanos.
Todo había terminado, o eso creían. Todavía tenía fuerzas el Rey Jeon, que toma una daga que tenía escondida y se acerca corriendo, aprovechando que ambos estaban de espaldas. Ryu mira de reojo y ve cómo se acerca.
Se pone entre él y Jungkook y ella recibe la puñalada, el Rey aprovecha y le da otra pero en el pecho; para después desvanecerse por fin.
Jungkook tomó a Ryu en sus brazos, mientras la sangre brotaba de las zonas afectadas.
Ryu toca a Jungkook con sus manos algo ensangrentadas, y parte de sus dedos tocaron sus labios de él.
Flashback
—¿Y hay alguna forma de romper la maldición? —pregunta Ryu.
—La única forma de que se rompa la maldición es que la misma persona que mató a una bruja, mate a otra, y que el niño se embarre algo de su sangre de la bruja —responde algo preocupado el señor.
—¿No hay otra forma? —pregunta Tae.
—Me temo que no.
Fin del flashback
Ryu
Al tocarlo, empezó a retomar el color su piel. Sus ojos dejaron de ser rojos, para pasar a unos bellos ojos color café.
—Tus ojos son hermosos —sonrío débilmente.
—Por favor Ryu, no hables, debes guardar tus fuerzas para que te recuperes —empieza a llorar.
—No llores, ¿sí? Te ves más guapo cuando sonríes —empiezo a toser.
—Perdóname, perdóname por no mantenerte a salvo —me abraza con fuerza.
—No tienes porque pedir perdón... Ya sabía lo que me esperaba al salir del castillo —digo con dificultad—. Nos veremos en otra vida.
—En otra vida será —me da un cálido y delicado beso. Para después cerrar mis ojos.
Abro mis ojos y me encuentro en lo que es la habitación de un hospital.
—Agh, ¿qué pasó? —me trato de levantar.
—Ni se te ocurra niña —aparece mi mejor amiga.
—¿Lisa? ¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí? —pregunto exaltada.
—Tranquila, lo que pasa es que te atropellaron, ¿no lo recuerdas? —asiento, porque era verdad—. Alguien llamó a la ambulancia y por suerte te pudieron mantener estable. Pero quedaste en coma por 5 meses —me explica.
—¡¿5 meses?! —exclamo sorprendida.
—Tranquila, el doctor ahorita te viene a checar Eunji —sale de la habitación.
¿Todo esto fue un sueño? ¿Nada de eso fue real?
Porque la verdad lo sentí tan real, hasta pensé que era mi otra vida, o bueno, parte de ella.
Ahora recuerdo, mi nombre es Kim Eunji, edad 25 años, una excelente trabajadora de una prestigiosa empresa. Tuve una discusión de celos con otra compañera, y ella se desquitó conmigo, empujándome a la carretera, y en ese momento pasa un camión y fue parte de lo que causó el accidente.
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