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Capitulo 11

Xichen fue por él. Caminaron tranquilos por las calles, pero a diferencia de antes ahora estaban separados. A-Cheng apretó los labios.

 — Y te agrado ver a A-Yao ¿no? 

—Si

—Y se veía muy linda hoy... — Comento A-Cheng intentando sonreir 

—Si, es cierto — Xichen bajo la mirada

A-Cheng se alejo mas de él — Debe ser lindo, verse de nuevo y conversar —

Xichen frunció el ceño, de repente se sentía culpable de algo. El tono de voz que A-Cheng estaba usando le advertía que estaba haciendo algo mal.

— La verdad me gusta charlar con el — Xichen intento acercarse a él.

Un chillido hizo helar a A-Cheng, otra vez ese lado suyo lo hacía vulnerable. Por suerte la madre y tío de Xichen  aparecieron.

—¡Ahí están! —grito la madre de Xichen emocionado—¡A-Cheng, aquí! —alfa y omega voltearon —Necesitamos a Cheng—

—Creo que te vamos a robar, jovencito — anunció el tío Lan.

—No, no, no. Voy a seguir con...

QiRen lo interrumpió —No te preocupes, no hay bailarines ni cánticos en el bosque —

Tomaron a A-Cheng de las manos y lo llevaron con ellos.

—Tu no. Cosas de omegas. Lo odiarías—dijo la mujer a su hijo.

Xichen lo miró irse y levantó las cejas. En otra ocasión A-Cheng se hubiera resistido, pero ahora se dejo llevar por su familia preguntando si sus zapatos eran adecuados, para donde sea que fueran.
Su madre pasó un brazo amorosamente por la espalda de A-Cheng y Xichen no pudo evitar sonreír levemente.

—No podemos creer que esto pase— El tío Lan acomodo la pequeña esponja de agujas en su muñeca —Mi madre hizo este traje a mano en esta tienda también ¡en 1929! Es gracioso que esa moda haya vuelto—

—Estoy terminando con los botones... —murmuró A-Cheng desde el pequeño cambiador.

—Si, no te preocupes de la talla. Porque QiRen es el mejor modista en el Este de Alaska—

Cheng se sentía malísimo. Estaba usando un traje que estaba hecho para pasar de generación en generación, el cual claramente el no merecía. 

Se iba a casar con alguien que no lo quería, todo de manera obligatoria y con tradiciones familiares que debieron pasar a otra persona, no a él.

Suspiró e intentó sonreír. Él sabía de moda, y aunque el traje era de otra época, era precioso; De color rojo, con el cuerpo entallado. No era pesado, y la tela era cómoda, era un traje de boda tradicional de china, pero no se veia antiguo. Salió y les sonrió intentando esconder su bajo ánimo.

—Creo... que me queda un poco suelto. —Dijo intentando parecer normal.

—Era de esperarse, mi marido era más gordito que tú, A-Cheng. Pero no hay nada que no se arregle.—Acomodo del pecho y coloco algunos alfileres para guiarse — Busquemos tus pompis— llevó sus manos a los muslos de A-Cheng y las fue subiendo —estos si que no se esconden—

—Deben de estar por ahí — dijo A-Cheng mientras intentaba ocultar su incomodidad. 

— Diles que no se escondan cariño — dijo el tío Lan intentando acomodar la tela 

— Tal vez se encogieron por el frió viento de Alaska — Ante aquel comentario QiRen rió. 

La madre de Xichen acomodaba la tela de abajo—Estaba pensando que tal vez si quisieran podríamos visitarlos en las vacaciones de invierno de este año— propuso la mujer.

—Sí, sí pueden. O si quieren, nosotros podemos venir a visitarlos. —A-Cheng miró a la madre de Xichen y sonrió. Era sincero. Él quería volver a visitarlos. 

—Eso sería hermoso... —A la madre de Xichen se le llenaron los ojos de lágrimas—Eso me gustaría mucho—se limpio las lágrimas que querían escapar de sus ojos.

—Oh... vamos. —QiRen sonrió. —Prepárate algo caliente, terminaré con esto aquí. —

La madre de Xichen asintió y luego fue a preparar unos cafés. El tío sonrió y entonces se giró. Sacó una caja y entonces tomó entre sus manos un tocado.

—Ahora, solo un toque especial... —El tío Lan se acercó a A-Cheng y arregló el accesorio a su ropa con cuidado.

A-Cheng se miró en el espejo y entonces quedó casi sin aliento. Era un tocado de oro. Combinaba con el traje a la perfección. A-Cheng pasó sus dedos por su cabello y sintió el nudo doloroso en su garganta, sus ojos se volvieron cristalinos.

—Este tocado ha estado en nuestra familia por más de ciento cincuenta años —QiRen le abrazó por la cintura. A-Cheng bajó su mirada.

—Es hermoso, pero yo no- 

—Shhh. — Le hizo callar. —No he terminado. —

— Ay perdón 

— Resulta que mi bisabuelo se lo dio a mi bisabuela cuando se casaron. Fue todo un escándalo. Él era Chino y ella de la tribu Tlingit, entonces debía tener la aprobación de todos los ancestros antes de casarse. Casi terminaron por eso. 

A-Cheng le miró atento.

—¿Cómo siguieron juntos entonces?

—Ella era como tú. Fuerte. No aceptaba un no por respuesta. Era perfecta para él. 

A-Cheng bajó su mirada apretando sus labios.

—Quiero que lo conserves.

—No, gracias, no creo que-

—No, no, no. Los ancianos como yo aman darles las cosas a sus familiares. Nos hace sentir que seguiremos siendo parte de sus vidas cuando ya no estemos. Tómalo.

A-Cheng se le nublo a vista entonces, sentía que si hablaba iba a quebrarse en cualquier segundo. Negó con la cabeza como pudo. Levantó sus ojos evitando que cayeran y tocó su pecho mientras intentaba darse aliento.

—¿Te sientes bien? —QiRen le miró preocupada

— Yo... Bueno yo... —no podía verlo a los ojos, no después de estarle mintiendo tanto tiempo —Yo quería...saber si hay tiempo suficiente para arreglar el vestido.... —

QiRen rió y abrazo a A-Cheng—No te preocupes por eso. Te veras muy hermoso. Ya puedes quitarte lo si quieres—

Aunque siempre se mostró frío, él pensaba que el día en que se casara sería lindo, pero todo lo que sucedía en ese momento era mucho mejor, solo que nada era real. Se quito el tocado con delicadeza y lo miro con tristeza.

Se escondió en el vestido y lloro sin que nadie lo viera.

Se despido de ambos Lan con una sonrisa. Pero apenas salió de la tienda, corrió a toda prisa al muelle. Ahí solamente salto al bote, dejando que Xichen apenas lo desanclara, arrancó sin pensarlo.

—¡Oye!—grito Xichen aterrado, tambaleándose hasta llegar junto al omega —¿Puedes decirme que día los te paso? —

—¡Necesito alejarme de todos! 

—¿Que paso? 

—¡Nada! ¡Deja de hablar, por favor!—Cheng solo condujo, solo mirando a la señal de mar abierto a metro de el.

—¡Puedes decirme que diablos esta pasando! —grito Xichen —¡Jiang Cheng! —el Omega aceleró y el tuvo que sostenerse —¡JIANG WANYIN! —

El omega reaccionó —Lo olvide ¿Okay? 

—¿Olvidaste que?

—Olvidé lo que era tener una familia. He estado solo desde que tenía dieciséis y olvidé como se sentía tener personas que te amen, que te preparen el desayuno, que te digan: ¡Oye, podríamos visitarlos en vacaciones! Y yo diga: ¿Por qué no los visitamos nosotros aquí?; Y que te den cosas y ¡Tú tienes todo esto y yo lo estoy echando a perder! 

Xichen le miró incrédulo.

—No lo estás echando a perder, yo dije que sí. Estabas ahí, ¿lo olvidas? 

—Tu familia te ama, ¿sí lo sabes? 

—¡Ya lo sé! 

—¿Lo sabes? 

—¡Sí, sí!

Comenzó a desesperarse. Cheng parecía alterado y él sólo quería tranquilizarlo, nunca había visto al menor perder la tranquilidad de esa manera.

— ¿Y estás dispuesto a que pasen por esto?

—¡No lo van a descubrir!

—¡¿Cómo sabes que no lo averiguarán?!

—¡Porque tú lo dijiste!

—¡No, pero si tu madre se entera! ¡Oh por Dios, si tu madre se entera! —Dijo soltando el volante y llevándose las manos a la cara.

Xichen de inmediato tomó el control del bote y comenzó a conducirlo. A-Cheng había ido un poco más atrás tratando de tomar aire y relajarse, pero no podía mientras imaginaba que el tío Lan y la madre de Xichen podrían enterarse de aquel terrible plan. ¡La decepción en sus caras sería lo peor!

—¡A tu tío le puede dar un ataque cardíaco! —Exclamó sentándose en una orilla del bote.

Comenzaron a pelear sin notar que el faro estaba cada vez más cerca de ellos. A-Cheng soltó el volante y camino al otro asiento. Xichen tomó el volante y lo giro con fuerza. A-Cheng salió volando del bote.

—Te digo algo. La verdad no creo que secuestrar un bote sea la mejor manera de expresar tu frustración —gruñó —Ahora ¡claro, claro! Decidiste callarte ¿A-Cheng? —regreso a verlo y el omega ya no estaba junto a él. 

— ¡Xichen! 

—¡A-Cheng! 

Volteó nuevamente el bote y fue lo más rápido posible hasta Cheng. ¡Él no sabía nadar! 

—N-no sé... ¡No sé nadar! 

—¡A-Cheng, a la boya! 

—¡¿Qué?! 

—¡A la boya!

Cheng aleteo como pudo para de acercarse al objeto rojo. Movía sus pies bajo el agua tratando de darse más rapidez y tratar de no morir ahogado. Además del agua fría, la ropa le pesaba demasiado y eso le estaba volviendo loco de desesperación.

—Y-ya — Dijo cuando tocó con la punta de sus dedos la boya.

Xichen se acercó lo más que pudo, extendió su mano hacia el omega —Dame tu mano, vamos, dame tu mano— pidió. A-Cheng se aferraba a la boya— ¡JIAN CHENG DAME LA MANO!— A-Cheng tomo coraje y extendió su temblorosa mano hacia el alfa, el cual la tomó con fuerza para llevarlo seguro con él —Te tengo, sube—lo sentó y busco una manta —¿En que pensabas? Pudiste haberte matado—

A-Cheng temblaba —Bueno, tu diste una vuelta y me hiciste caer, inútil 

—Tu soltaste el timón, capitán 

— Lo siento — dijo avergonzado.

Xichen rodeo al omega en sus brazos — Te daré calor. Calma, calma — Abrazo a Cheng con fuerza — Ya estoy aquí — 

Xichen condujo despacio hacia la casa, se sentía terrible por haber descuidado a A-Cheng así, debía ser mejor alfa para el omega.

Cuando llegaron el alfa ayudó al omega a bajar del barco, con mucho cuidado lo guió por el camino hacia el patio principal.

QingHeng-Jun, se planto delante de ellos —Quisiera hablar con los dos —ordenó.

XIchen y A-Cheng le miraron caminar. Si de algo podía estar seguro el mayor, era que nada demasiado bueno podía salir de las palabras de su padre estando así de serio.

Lo siguieron hasta llegar a una pequeña casa de madera. El hombre iba a abrir la puerta, pero se detuvo antes con la manilla en su mano.

—Tu madre nunca debe oír nada de esto. —Exigió mirando a su hijo.
Entraron los tres al lugar tipo establo, miraron a su alrededor pero sus puntos de vista se enfocaron solamente en una persona. Sus ojos se abrieron un poco sin creerlo.

—Les dije que los vigilaría. —Dijo Jin GuangShan, el hombre encargado del caso de A-Cheng.

Xichen miró a su padre —¿Qué hace aquí este señor? 

—Recibí una llamada del señor GuangShan, y me dijo que si mentías, porque él cree que estás mintiendo, te enviaría a prisión. Entonces le pedí que viniera. 

—¿Qué? 

—Tienes suerte. Tu padre negoció un acuerdo en tu nombre. —Dijo GuangShan. —Bien, esta oferta durará veinte segundos. Escuchen con atención: Vas a declarar que este matrimonio es una farsa o te enviaré a prisión. Di la verdad, así te liberas, y él —dijo apuntando a A-Cheng —se va a China. —

Un silencio tortuoso y tenso se formó de repente. QingHeng-Jun mantenía su mirada en ambos chicos de un segundo a otro. A-Cheng se sentía intimidado por primera vez, no sabía qué decir. 

—Ah, oye. —Dijo el padre de Xichen algo agotado. —Dile que sí. —

 —¿Y si no quiero? —Respondió rápidamente. A-Cheng le miró de reojo.

—¡No seas absurdo!— Xichen miró a A-Cheng y luego al intruso hombre frente a ellos. Este último sacó rápidamente una grabadora de voz.

—¿Quieren saber? Les diré que pasó. He trabajado para A-Cheng tres años, hace seis meses comenzamos a salir, nos enamoramos, le pedí matrimonio y él dijo que sí. —Dio un paso hacia atrás y miró a su padre. —Lo veré en la boda.

Xichen abrió la puerta y tomó la mano de Cheng, entrelazando la con la suya A-Cheng le correspondió y salió junto a Xichen, dejando a ambos hombres confundidos e inseguros.

La pareja subió hasta el cuarto, cerrando la puerta después de entrar.

—Ah. —Suspiró el menor sentándose en el sillón a los pies de la cama. Xichen permaneció de pie a un lado de la chimenea apagada. —¿Quieres... hacerlo de verdad? —

—No lo sé... — A-Cheng asintió mientras arrugaba su nariz. Lo entendía, obvio que sí. Perder tu libertad solamente por salvar a tu odioso jefe no era agradable. Pero le dolía la situación. Era un poco humillante y tortuoso.

—Bueno, aprecio mucho lo que has hecho. —Comenzó a decir, haciendo que Xichen volteara hacia él. —Pero creo que- —

—Harías lo mismo por mí, ¿no? —Preguntó el mayor de repente.

Sí, sin pensarlo dos veces haría lo mismo por él. Porque de corazón creía que Xichen merecía eso y mucho más.

A-Cheng abrió la boca para responder, pero el toque de la puerta los interrumpió.

—¡Espero que estén visibles! —Dijo el tío Lan entrando rápidamente. —Tú tienes que venir conmigo. —Se refirió a Xichen. —Mañana es el día de su boda y deben dejar descansar a la fábrica de bebés, es tradición. —

Cheng se puso de pie rápidamente cuando vio a su tío sacar la famosa manta cerca de su espalda.

—Dale un beso de buenas noches a tu novio. Tendrán toda la vida para estar juntos después. —

El tío Lan salió, dejándolos nuevamente solos. Xichen miró sonriente mente a A-Cheg, este le devolvió una sonrisa algo tímida.

—Sí no me voy con el... 

—Volverá. Sí... 

Xichen caminó muy lento hacia la puerta, pero después volvió a mirar a A-Cheng, como no queriendo irse. —¿Te veo mañana? —Preguntó, tratando de asegurar que Cheng no se iría en medio de la noche. Temía despertar y que no estuviera.

De repente se descubrió a sí mismo temiendo no volver a verlo.

—Sí... —Respondió Cheng asintiendo suavemente.

Xichen salió cerrando la puerta por fuera.

En toda la noche ninguno pudo descansar pues ambos sintieron esa conexión especial, esa necesidad del otro.

Tal vez el ser destinados no era como en los cuentos, tal vez realmente se requería de tiempo el saber cuanto necesitas a alguien, tal vez si necesitas tiempo para descubrir a tu alma gemela. 

Y A-Cheng lo entendió, pues posiblemente la encontró y posiblemente su omega estaba más que contento, pero este tan solo lloraba pues sabía lo que era correcto.

Para cuando el día había llegado, A-Cheng estaba el doble de nervioso. Miraba su reflejo en el espejo, realmente se veía hermoso. El tío Lan se acercó sonriente y le abrazó con afecto, le regaló un beso en la mejilla y se retiró feliz de la vida. Parecía orgulloso por lo que estaba por suceder en unos momentos.

— ¿Nervioso? — A-Cheng miro a su hermano pero no dijo nada — Los nervios son normales ChengCheng—

—¿Quien mierda es tu ChengCheng?— dijo A-Cheng mientras frunció el ceño.

Wei Ying rió — Estas pálido — dijo con obviedad —Yo estaba peor cuando me case con Lan Zhan — A-Cheng pudo ver como su hermano sonreía nostálgica mente al recordar su día de bodas.

Que suertudo, pensó A-Cheng.

— A-Cheng — la madre de Xichen se asomo por la puerta — Es hora — dijo sonriendo.

Xichen sonrió intentando relajarse, los nervios le comían como nunca. Juntó sus manos y entonces se topó con la mirada fija de su padre quien lo observaba, no muy feliz, pero fijamente. El alfa apretó los labios y desvió la mirada simplemente. Ese día, por lo menos, no quería discutir.

Elevó su mirada intentando calmarse y fue entonces cuando lo vio entrar.

A-Cheng traía un perfecto traje rojo, se amoldaba a su cuerpo como si lo hubieran hecho especialmente para él. Cada parte de la tela se le veía preciosa. Su peinado era elegante y cada facción de su rostro se veía limpia y fina. Xichen lo había visto arreglado demasiadas veces, pero esta vez sentía que se veía tan esplendoroso que podía cegarlo.

Wei Ying se acercó lentamente a su hermano y le tomó del brazo. Ya que él era el familiar cercano todos estuvieron de acuerdo que fiera el quien acompañara a A-Cheng en la caminata hasta el altar. Todos se pusieron de pie, A-Cheng tragó saliva intentando no parecer terriblemente nervioso. Bajó su mirada y dio una pasada rápida a su atuendo y a todas las personas que se encontraban en el lugar. 

Miró nuevamente al mayor de reojo y entonces ambos se pusieron frente al hombre que dirigía la ceremonia.

—Tomen asiento, por favor.

Todos los invitados lo hicieron en silencio.

—Estamos aquí reunidos para dar las gracias y celebrar uno de los momentos más grandiosos de la vida. Para reconocer la belleza, honestidad y generosidad del amor entre Lan Xichen y Jiang Cheng, ante sus familias y amigos. — grito Xuan Yu

Ambos se miraron de reojo. A-Cheng se sintió terriblemente culpable. Apretó sus labios levemente y bajó su mirada.

— Porque sus familias y amigos fueron los que les enseñaron a Lan Xichen y Jiang Cheng a amar. Así que, es apropiado que la familia y amigos estén...

A-Cheng levantó el dedo índice de repente mientras cerró los ojos. El hombre dejó de hablar y le miró confundido. A-Cheng se volteó rápidamente a él y le miró fijamente.

Xuan Yu lo miró confuso —Mi amor, ¿tienes una pregunta?  

—No, nada  

—Y entonces ¿la mano? 

—No es una pregunta. Es más bien algo que me gustaría decir — Explico nervioso 

—Cheng —gruñó Xichen.

—¿Y no puedes esperar hasta el final? —El hombre le miró preocupado.

A-Cheng negó con la cabeza lentamente. Xichen cerró los ojos y bajó su mirada suspiro y sonrió lo mejor que pudo.

—Muchas gracias por venir. —Dijo A-Cheng haciendo una pequeña reverencia. —Tengo un pequeño asunto que decir sobre la boda. —Intentaba hablar claro y mantenerse tranquilo. —Es... más bien una confesión.

—¿Qué haces? —Xichen parecía desesperado por callarlo.

—Yo... Soy de China, con una Visa expirada que estaba a punto de ser deportada —explicó y Xichen apretó la mandíbula —Y como no quería irme de este maravilloso país, obligué a Xichen a casarse conmigo.

—No sigas... —El mayor bajó la mirada, derrotado.

El rostro de todos los presentes parecía asombrado y sin poder creer completamente lo que oían. A-Cheng prosiguió.

—Xichen tiene una ética profesional extraordinaria. Creo que lo aprendió de ustedes. —Dijo refiriéndose a sus padres y al tío Lan, quienes observaban sin poder creerlo. —Durante tres años lo vi trabajar más que a nadie en la compañía. Sabía que si lo amenazaba con destruir su carrera él haría cualquier cosa. Así que lo chantaje para que viniera y les mintiera.—

Xichen tragó saliva sintiendo un doloroso nudo en la garganta que comenzaba a doler. El rostro de la madre como el del tío Lan se deshicieron por completo escuchando el relato. A-Cheng sintió una puntada en su pecho.

—Pensé que iba a ser fácil verlo y hacerlo... —Aclaró su garganta. —Pero no. No es fácil arruinarle la vida a alguien... cuando ves lo maravilloso que es. —

A-Cheng sintió sus ojos llenos de lágrimas. El rostro de la madre de Xichen parecía cada vez más triste y esta vez amenazaba con llorar.

Wei Ying, quien estaba sentado en segunda fila, miró todo con los ojos abiertos.

Xichen observó fijamente a A-Cheng, pero este no fue capaz de dirigirle la mirada luego de decir las últimas palabras.

—Tienen una familia hermosa. No dejen que esto los separe. —Miró a los padres de Xichen y al tío Lan. —Todo es culpa mía. —

—Jiang Cheng. —Xichen le llamó casi en un susurro.

—Lan Xichen. —Se giró y le miró fijamente. —Esto era un negocio, y tú cumpliste tu parte, pero se acabó el trato.—

¿Cómo le decía que se acababa el trato cuando él sentía que se acababa algo más que eso dentro de él? Le dolía en lo profundo y recién se daba cuenta.

A-Cheng se giró y caminó por el pasillo. Al pasar al lado de los Lan, les miró para luego bajar su mirada, arrepentido de todo.

—Perdóneme —luego fue de largo junto a GuangShan—A usted lo veré junto al muelle. Me va a llevar al aeropuerto—

Todos vieron irse al omega, estaba confundidos, tristes y alterado. Pronto todos se volcaron hacia el alfa con preguntas, reclamos y comentarios de decepción.

—¿Cómo pudiste?

—¡Nos mentiste! —QiRen le miró decepcionada.

—¡Lo sé! —Dijo intentando calmar la situación. —¡Déjenme despejar la cabeza! —Y es que él se encontraba tanto o más desconcertado que ellas. —Luego les explico todo. Lo siento. —Dijo comenzando a caminar fuera del lugar. Necesitaba encontrar a A-Cheng

Corrió a la habitación y encontró el traje en la cama, junto a él un papel sobre varias hojas en grapadas.

Tomó la nota con su nombre.

Tenías razón, este libro es especial. Mentí porque sabía que el publicarlo te perdería como asistente, pero tienes una extraordinaria intuición, y me aseguraré de comprarlo antes de partir. Te espera una vida increíble, te la mereces.
-A-Cheng.

A-Yao entró al cuarto.

—Bueno, eso fue una locura... —Dijo el omega entrando al cuarto. Creía que Xichen necesitaba a alguien en ese momento y sentía que podía ser de ayuda para él ahora mismo— Ya sabes que la gente siempre hablara de lo que paso— miro de lejos al alfa y como contemplaba aquel papel —¿Estas bien?

—Si, no. Siento que sabes cual es el problema.—regreso a ver a la omega —El problema es que este omega es un dolor de cabeza ¿Me entiendes? Primero tenía que irse, eso lo entiendo, luego la boda falsa, quizá fue estresante, luego se fue y dejó esta nota. Porque no tiene ni la decencia ni la humanidad de hacerlo en mi cara —gruñó —tres años, tres años, trabaje con este... Terrorista. Jamás había dicho algo amable y un día es tan fácil escribir esta basura —arrugó La nota y la tiro lejos.

—XIchen...

—¡Existia un trato!

—¡Xichen!

—Lo siento, es que el, me vuelve loco

—Ya lo note y... ¿Vas a dejarlo ir? 

Xichen sintió a su alfa rugir. Solo había una respuesta a esa pregunta.

🍁🍁🍁

Publicado: Dic. 15, 2021

Editado: Ene.27,2022

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