Capítulo 54
Capítulo 54 La desaparición de Aome.
Día 27 del segundo mes
Caos.
Era el calificativo correcto que Miroku había encontrado para describir lo que estaba pasando en el estacionamiento del hospital, decenas de policías entrando y saliendo con fotos Aome que ayudarían en la descripción de la desaparecida, a pesar de que no habían pasado las horas suficientes para darla por perdida, las unidades del departamento no pudieron negarse ante la petición, es decir orden del youkai más temido de Japón.
A diferencia de Bankotsu, este último se inclinaba más por la palabra desastre, porque eso es lo que Sesshōmaru iba a provocar sino encontraban a su mujer pronto, un desastre descomunal, de tan solo imaginar lo que el demonio sería capaz de hacer, se le erizaba la piel y la sangre se congelaba en sus venas.
Kōga veía la vida de otra forma, a decir verdad, ya no la veía, en gran parte, tenía que ser realista y dadas las circunstancias y el terrible humor del Taisho, era cuestión de tiempo para que algún ser viviente en esta ciudad muriera bajo sus garras, y es que cuento más tiempo mirara el semblante sombrío del youkai, más claro se volvía el cartel de muerte, en lo largo de su frente.
–Perro astuto– mascullo Bankotsu entre dientes, con las manos en puño y una muy fruncida frente, Miroku asintió dándole la razón con la misma molestia –¿Cómo fue capaz de burlar a los guardias y las cámaras de seguridad?
–Es muy probable que haya recibido ayuda– respondió el detective con total seguridad.
El moreno resoplo–Obviamente, Inuyasha nunca ha sido tan listo– murmuro con cierta burla.
–Quien sea que fuera la persona involucrada, no creo que conozca los alcances de Sesshōmaru–respondió observando como el susodicho, se movía rápidamente de un lado a otro tratando de captar el rastro de su mujer o de su despreciable medio hermano, sin embargo, era como si el mismo suelo se hubiera abierto ahí mismo y los hubiera tragado a ambos.
Bankotsu negó– Creo que es todo lo contrario. Lo está haciendo desesperarse– agrego con seriedad– Ambos sabemos lo peligroso que puede llegar a ser eso.
Miroku contuvo el aliento, la última vez que el demonio había perdido los estribos y el control de sus impulsos, mucha gente salió herida, aunque en su mayoría, los seres que fallecieron en aquella ocasión, eran tan ruines y miserables, que no valía la pena recordarlos, la única anécdota que se relataba hasta el día de hoy, era sobre el increíble poder que poseía el hijo del gran general perro y que si su sed de sangre se volvía fuera de control podía acabar con la ciudad entera.
–Bankotsu, sé que ya te lo he preguntado, pero en verdad ¿no viste nada extraño cuando los viste? ¿Algo fuera de lo común, que te haya llamado la atención?
Frunció los labios y lo miro con aire preocupado, trato de relajarse y repasar los hechos en su mente, sin embargo, aún tenía muchas lagunas mentales.
Repaso en secuencia los hechos, los guardias del hospital lo escoltaron hasta el ascensor y en el momento en que bajo y los encontró, Inuyasha sostenía el cuerpo de la morena entre sus brazos, este en cuanto lo vio gruñó como signo de advertencia para que no se acercara, pero Kōga era muy testarudo, —“¿Que crees que haces?”— grito y corrió hacia él, sin embargo, una cortina de polvo le cayó en el rostro y lo último que supo fue que se desvanecía sin poder ayudarla – Aome estaba desmayada–suspiro agitando negativamente la cabeza– No… ese miserable se las ingenió para dormirme– acuso con rabia e impotencia.
–No te preocupes, pronto traerán los resultados del laboratorio, así que sabremos de que está compuesto el polvo que uso.
Dicho esto, uno de los médicos del hospital se acercó a ellos con el informe entre sus manos, iba a entregárselos al Miroku, pero Kōga lo intercepto en el camino y fue el mismo quien leyó la información.
–Es extraño ¿Este Inuyasha posee conocimientos de botánica? –Ambos hombres negaron– Mezclo perfectamente 3 tipos de hierbas para crear ese polvo– esto último lo dijo casi con cierto asombro—Hiedra púrpura, Cornebellum y Argtnia amarilla.
–Ese perro no sabe nada de plantas, no es posible que lo pudiera haber hecho el– aseguro Bankotsu.
–Pues la persona que lo hizo tiene un gran conocimiento sobre medicina tradicional, estoy seguro de que debe tener algún tipo de descendencia espiritual, con algún monje o incluso una sacerdotisa.
–¿En verdad crees eso? –cuestiono Miroku intrigado.
Kōga asintió con total seguridad– las plantas son muy inestables, una infusión mal calculada puede causar la muerte. Estoy seguro de que esta persona posee un gran conocimiento.
Sesshōmaru, quien había estado al pendiente de la conversación, se acercó en ese momento y le quito la hoja para comprobar el mismo lo que estaban diciendo.
Tenía el nombre en conocimiento de una sola persona, en todo Japón que era capaz de hacer tales infusiones.
–Jinenji–Gruño y a más de uno se le erizaron los cabellos de terror–Ese estúpido.
–Espera Sesshōmaru no creo que él sea el cómplice de tu hermano, no es capaz–se apresuró a decir Miroku.
–Claro que no, pero es un tonto fácil de manipular–agrego Bankotsu– Inuyasha es un perro astuto, quien sabe que mentiras le dijo para que ese hibrido lo ayudara.
–Sé que no lo ayudo, pero creo el polvo y tal vez sepa a donde se esconde— concluyó mientras apretaba entre sus filosos garras en papel.
Dios estaba tan furioso.
Miroku se apresuro a poner una mano sobre el hombro del Youkai —Lo buscaremos, pero debemos ser cuidadosos, Sesshōmaru no es necesario lastimarlo—aquello era mas una suplica que una petición.
—¿Quién es jinenji?— el doctor preguntó con interés a Bankotsu— También iré, no puedo quedarme de brazos cruzados.
—Es un hibrido alquimistas, así que es mejor que te quedes aquí— respondió este con seriedad— Si sabe que iremos tras él, puede volverse peligroso.
—Sr. Kōga nos será de utilidad si nos espera aquí, recuerde que Rin aún continúa en el hospital, debemos estar informados de cualquier eventualidad que pueda ocurrir—Agrego Miroku, y aunque el doctor no quería aceptarlo, tenía toda la razón, le preocupaba Aome, así como también Rin, sin embargo, dada las circunstancias, la niña era quien más riesgo corría ya que no sabían nada acerca de la condición en la que la morena se encontraba.
Soltó un suspiro resignado—Maldición…
Bankotsu dio un paso adelante—Yo también iré
Miroku negó con la cabeza —Tu te quedas
—¿Por qué debería hacerlo?—cuestiono molesto.
—Porque ya llevo un demonio impulsivo. No necesito dos.
Bankotsu bufo y lo miro un poco ofendido.
—Encárgate de todo— fue la orden que Sesshōmaru le dio antes de comenzar a caminar hacia la salida.
…
El demonio no estaba dispuesto a perder el tiempo, así que simplemente salió volando del hospital, Miroku apenas tuvo tiempo de seguirle el paso, para su fortuna, siempre llevaba consigo una estatuilla mágica que al arrojarla al aire se convertía en un ave de buen tamaño, esta de inmediato le permitió que se subiera en su lomo y desplegó las alas rápidamente.
El linaje del detective provenía de una muy buena familia adquisitiva, se decía que en los tiempos de la era feudal, los primeros Houshi de su familia fueron grandes monjes, pero a causa de los continuos ataques hacia lo espiritual debieron tomar otro rumbo, y con el pasar del tiempo aquellas costumbres se fueron perdiendo, a pesar de eso, la familia de Miroku aún conservaban algunos artefactos mágicos así como también secretos.
Sesshōmaru lo vigilo de re ojo, a pesar de que sus ansias de matar al hibrido Jinenji eran muchas, debía aceptar que el detective tenia razón, después de todo él no entablaba amistad con cualquier de humano o demonio que se apareciera, debían cumplir con ciertas cualidades como la lealtad y la astucia, francamente Miroku tenía muchas más, razón por la cual podía confiar ciegamente en él.
—Creo que ya puedo ver la cabaña— lo escucho decir, llevaban volando alrededor de diez eternos minutos—¡Es aquí!—Grito con convicción mientras señalaba con una de sus manos mientras la otra sujetaba las plumas del pájaro con fuerzas, este comenzó a descender.
El ave chilló y alertó a los integrantes de la cabaña, una mujer de edad avanzada salió del interior, corrió hacia Sesshōmaru y se arrodillo frente a él.
Bajo tanto su cabeza cubierta de canas que podía sentir la tierra tocando las arrugas de su frente—Por favor perdone la vida de mi hijo—Sollozo desesperada—Es un buen muchacho, no fue su intención—Aseguró—Ese joven, su hermano lo obligó— esta vez la mujer levantó la vista, y con movimientos torpes corrió la manga de su desgastado vestido azul—Me tomo prisionera y lo obligó, debe creerme Señor.
Sesshōmaru miro minuciosamente la herida, reconoció que los rasguños fueron hechos por Inuyasha.
Pero eso no apaciguaba su molestia, Jinenji se asomó temeroso al borde de la puerta de madera y miro con cautela al gran demonio perro.
—Será mejor que salgas o entrare por ti— advirtió este.
La mujer se puso de pie con el terror impreso en el rostro—Perdone a mi bebé, es inocente— suplico mientras se ponía de brazo abiertos frente a la entrada.
—No pretendemos lastimarlos— aseguro Miroku, peri la mujer tan solo le dedico una mirada llena de desconfianza.
Sesshōmaru un paso al frente con claras intenciones de sacarlo por la fuerza, pero fue en ese mismo instante, que el hibrido llamado Jinenji salió caminando con temor, puso las manos sobre los hombros de su madre para apartaba del camino, le dio una mirada suave, con la intención de que se mantuviera tranquila.
—No lastime a mi madre, si debe matar a alguien que sea a mi…
El detective suspiro, mientras que Sesshōmaru tan solo le dedico una larga mirada—Claro que asesinare a un hibrido, pero no será a ti.
La mujer volvió a inclinarse —Muchas gracias señor.
—Solo queremos saber ¿Dónde esta Inuyasha?
El joven monstruo se quedó en silencio y frunció las cejas ligeramente pensando. Negó por un instante confuso de tener una respuesta, pero sus ojos se abrieron de par en par al momento en que decía —Monte de las animas… el dijo algo sobre de tener jaquecas.
—¿Porque piensas que estará ahí por un simple dolor de cabeza?
Jinenji asintió ahora con más seguridad — Porque si estuviera en su lugar es a donde iría, ese monte tiene grandes cantidades de energía sagrada, capaz de inhibir sus poderes. Se que suena a locura pero pienso que es la mejor opción, además tendría jaqueca todo el tiempo por el consumo de mi poder.
Miroku no estaba convencido del todo— Pero tales cargas de poder, podrían matarlo.
El hibrido negó nuevamente—No, si se oculta en las minas a los pies de la montaña, una red subterránea de caminos que serían capaces de perder hasta el más fuerte de los demonios.
—Porque estaría débil— concluyó el gran demonio, observando con seriedad la gran montaña que se podía apreciar a lo lejos.
El detective también miro y a pesar de la distancia pudo percibir como esa enorme cantidad de roca estaba cubierta por una capa de aura color rosa, el campo de energía espiritual que la protegía.
—No podemos ir, ni si quiera tu serás capaz de poner un pie en esa montaña con vida.
Sesshōmaru no estuvo de acuerdo.
—Tal vez no un demonio—de repente la madre del hibrido dijo atrayendo la atención de todos— pero un humano si.
—El campo afecta a cualquier tipo de ser…
La madre asintió pero luego agrego—Si, pero un humano tendría más oportunidad, tendría más tiempo de adentrarse y de encontrar a ese sujeto.
—En ese caso, será mejor que regresemos y estudiemos cada paso—Miroku dijo y sesshōmaru asintió para luego girar sobre sus pies y emprender un vuelo de regreso al hospital.
Una vez en el edificio Kōga se acercó y les informó sobre la salud de la niña, esta seguía inconsciente, al parecer su cuerpo no resistiría por mucho tiempo.
La única alternativa era el trasplante, pero incluso si la operaban y esta salía exitosa, la recuperación podría matarla aún, porque estaba muy débil, ninguno de los doctores era capaz de sostener la idea de que logrará salir del quirófano con vida.
Koga se interpuso entre sesshomaru y la puerta que lo separaba de la habitación de la niña.
—¿Aún pretendes darle tu sangre?—cuestiono con desagrado, pero el demonio ni si quiera respondió, tan solo le dedico una larga mirada, tal vez una de advertencia, tal vez una que expresaba que no habían más opciones—Si eso es lo que quieres no te detendré—aseguro pero en las facciones de su rostro se podía apreciar la molestia—¡Solo déjame advertirte, decirte algo que ninguno de estos infelices te ha dicho!... Rin no sobrevivirá a la transformación, pero creo que eso ya lo sabes, solo tratas de engañarte a ti mismo.
Sin más se retiro, dejando solo al Inu con sus pensamientos, en el fondo esperaba que este cambiará de parecer e hiciera lo correcto.
Sesshōmaru permaneció inmóvil unos minutos mirando la blancura de la puerta, sumido en lo más recóndito de su mente, cerró los ojos un instante y los abrió, al mismo tiempo en que ingresaba a la habitación. No se movió ni un centímetro más, observo el rostro de Rin apacible y pálido, sintió un molesto nudo formándose en la garganta.
—Hn.
El simplemente dijo y tal ves significaban cientos de cosas.
Se marcho en silencio, camino hacia el estacionamiento aprovecharía la tranquilidad de aquel lugar para meditar un rato.
Sus planes se vieron interrumpidos cuando a unos metros más adelante noto que Kōga, discutía acaloradamanete con Miroku mientras que Bankotsu tenia un brazo extendido entre ambos, seguramente para evitar que se golpearan.
—¡… ninguna manera me dejaran a un lado entiende!—le grito a centímetro del rostro.
Miroku masajeo el puente de su nariz, rogando a dios por mas paciencia—Este asunto no te concierne entiende tú.
El doctor bufo—¿Crees que puedes detenerme? Ninguno de ustedes podrá evitar que vaya a ese monte.
—¿Qué sucede?
—Estos dos pelean por ir al monte.
—Lo correcto es que yo vaya—el detective dijo con tranquilidad— Mientras que tu y Bankotsu esperen a una distancia prudente, en caso de que inuyasha se encuentre ahí e intente escapar, será su oportunidad para atraparlo.
Sesshōmaru levantó una ceja al escuchar las ideas de este, estaba claro que el no recibía órdenes de ningún ser viviente en esta tierra.
—No me veas así, sabes que es lo mejor, porque ni tú, ni él sobrevivirán ahí dentro.
Koga se puso frente a Sesshōmaru, para seguramente mirar por escasos segundos al detective—Por eso mismo es que también iré, y no aceptare una negativa como respuesta, y si se oponen…. Pues iré de igual forma.
—No es el mas brillante de los planes….
—Es el único dado el tiempo que tenemos, no sabemos de que es capaz Inuyasha en estos momentos, cada segundo que perdemos aquí cuenta.
—Yo propongo que vayamos todos, y allá veremos que hacemos, quizás estando cerca podamos sentir algo, porque técnicamente solo es una suposición.
El Inu debía aceptar que Bankotsu tenia razón.
Esto era como caminar a ciegas.
—¿Vamos todos? —Kōga dijo.
Cerro los ojos antes de dar un cabeceo como afirmación.
Continuará…
**Dios mio siento como deje la historia, pero espero y puedan comprender mis motivos, soy mamá soltera, y trabajo mucho para cuidar de mi hijo, así que el tiempo que tenia libre lo dedicaba a el, además, de que la inspiración simplemente se había ido, hubo un tiempo en el que pensé que no volvería a escribir nada, sin embargo, estoy aquí de nuevo no sé cuánto me tome en subir los demás capítulos y las demás historias, pero quiero que sepan que no las abandonaré, aunque me tomen años, las terminaré todas.**
**Muchas gracias por la paciencia, se que muchas tendrán que retomar la lectura nuevamente, porque se que es fácil perder el interés en la historia, además de que se pueden olvidar**
**Ya sin otra cosa que decirles espero el capitulo les guste, cualquier error de ortografía me lo dejan en algún comentario, porque ha pasado mucho tiempo y me estoy poniendo al corriente, además si gustan también pueden dejarme un estrella**
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