Capitulo 36
Capítulo 36.
El secreto de Sesshōmaru (Día 25)
–Rin–el Inu llamo, mientras una de sus cejas se curvaba interrogante.
La pequeña llevaba cerca de 30 minutos rondando la entrada de su despacho, en un principio solo parecía ser uno más de sus juegos, pero este se volvió cansino al cabo de la octava o novena vuelta y es que esta, se recostaba contra la puerta de madera y quedaba ahí, tan solo de pie esperando algo.
Y aunque Sesshōmaru no lograra verla a través de la madera, podía sentir su presencia inquieta... Comenzaba a irritarlo y a preocuparlo en partes iguales.
–Rin–expreso nuevamente endureciendo el tono, la niña ingreso rápidamente y observo con cierta inquietud el rostro del que consideraba como a un padre.
– ¿Si?–cuestiono en voz baja.
El Taisho se reclina sobre la silla– ¿Que estás haciendo?
Ella parecía momentáneamente sorprendida ante su pregunta, como si hubiera deseado que no la notara. Esto tan solo aumentaba la curiosidad en el Youkai, y la idea de que fuera algo malo también crecía.
–N-nada–el timbre nervioso no pasó desapercibido por el agudo oído del demonio.
Él puso su mejor rostro de espanto y la observo sin decir una sola frase, claramente la pequeña figura de la niña se sintió rápidamente intimidada.
Asco nerviosamente su nuca con la mano izquierda– ¡Amo Sesshōmaru, si le gusta la señorita debería pedirle una cita!–ella finalmente dijo en voz alta, cerrando los ojos y haciendo de sus manos un par de puños.
¿Que fue todo eso?
El Dai Youkai la miro detenidamente por breves segundos, parecía temerosa de su reaccionar, estaba disgustado por su falta de respeto, sin embargo, tenía que admitir que una cita humana no parecía una mala proposición.
Al no oír nada por parte del contrario, Rin abrió primero y muy lentamente un ojo.
Su padre, lucia relajado ya no había esa sensación de peligro rodeándolo.
Se aventuró abrir el otro.
–Ve a jugar–ella sonrió abiertamente al escucharlo, asintió y salió corriendo del lugar entonando una rara canción, posiblemente inventada.
No había obtenido un Si pero tampoco un No, y por más loco que parezca para ella fue un claro Si
Pocos minutos después de que Rin se fuera y que Sesshōmaru hubiera terminado de llenar unos documentos, la esencia de la morena se aproximaba a la oficina... Como era de esperarse ella no golpeo antes de entrar, sino que asomo la cabeza por el espacio que queda en estos al ser abierta.
Lo observo y sonrió dulcemente–Hola–saludo.
El levanto la vista y el contacto entre sus ojos hizo sonrojar a la joven, recordando ciertas escenas de la noche anterior, que tuvieron lugar en esas mismas cuatro paredes.
Se permitió entrar, aunque no se acercó a el demonio se quedó al otro lado de la mesa– ¿Rin estaba contigo?–cuestiono curiosa, él asintió– ¿Te dijo algo?
La pregunta logro sorprenderlo– ¿Porque?–inquirió escéptico.
Ella se mostró incomoda y avergonzad bajo su dorada mirada–Es que... Leímos una novela y-y creo que se entusiasmó... Demasiado por el r-romance–respondió con palabras temblorosas. Aquella lectura había generado en Rin un profundo interés por la relación que tenían ella y Sesshōmaru.
Él se pudo de pie, y acorto la distancia que los separaba–No dijo nada de eso –aseguro, a tan solo centímetros de su rostro, pero claro era una completa mentira. La niña le había dado una buena idea.
Aome observo sus ojos, y joder podría hacerlo todo el tiempo.
¿Qué tenía este hombre que lograba hacerla suspirar con su sola presencia?
Cada día que pasaba, Aome se sentía más apegada a su aristocrática presencia, eso le provocaba cierto temor.
¿Qué pasaría luego...? Si ellos terminaran.
Aquel solo pensamiento desato un profundo mal sabor en la boca del estómago, como si una pesada bolsa de piedra fuera colocada ahí, presionando órganos de su cuerpo.
Sesshōmaru tomo aquel rostro entre sus manos, la mirada triste de la mujer despertaron cierto sentimiento de protección en su interior.
La beso.
Cualquier cosa que estuviera pasando por su mente, quería que la olvidara.
Que se concentrara en él y todo lo que estaba transmitiéndole con ese beso.
–Mmn–Aome jadeo suavemente, separándose tan solo un poco para recuperar el aire, pero la boca del Youkai se encontraba de nuevo sobre la suya, su lengua explorando cada trozo de su boca.
Ring-Ring- Ring-Ring
Son ánimos de alejarse, el demonio corto el beso pero dejo a la mujer aun entre sus brazos, con movimientos brusco saco el móvil de su bolsillo.
Casi rodó los ojos al ver el nombre parpadeando en la pantalla.
–Hola Sesshōmaru.
–Bankotsu–respondió este como saludo.
–Necesito que vengas a la oficina, uno de los empleados enloqueció.
Sus cejas se fruncieron– ¿Cómo?
–Sí, se ha liado a golpes. Necesito que trigas, tú cara de pocas pulgas y le des una lección.
– ¿Acaso no puedes encargarte de eso?–el contrario río, y Sesshōmaru se preparó mentalmente para oír una de sus tonterías.
–La compañía es tuya no mía, y además si tu sola presencia despierta el miedo en los empleados imagina, lo que pasara si ven tu cara–él comenzó a reír y el Inu gruño.
–Estúpido.
–Yo también te amo, te veo allí, estoy de camino–la llamada finalizo.
Sesshōmaru vio con cierta resignación la pantalla de su móvil, el contacto de Bankotsu parpadeo dos veces antes de desaparecer.
Luego si vista se posó sobre la delgada mujer entre sus brazos.
Aome lo vio con cierta tristeza– ¿Debes irte?–ella dijo y a cambio él asintió.
Delineo la piel de su barbilla con la yema de sus dedos antes de besarla de nuevo y salir rápidamente hacia el edificio de su compañía.
...
Sesshōmaru salió de la casa rápidamente, decidió usar el auto como todo un mortal, pisando a fondo condujo sobre la carretera deseaba terminar lo más pronto posible, para regresar y hacerle el amor a su hermosa miko.
En menos de veinte minutos, ya se encontraba aparcando en la calle frente a la empresa, rápidamente cogió su maletín y los–
¡Joder había olvidado los documentos!
–Mujer haces de mí un caos–murmuro para sí mismo, recordando que no cogió los papeles porque sus 5 sentidos y extremidades estaban sobre la hembra de mirada azulina.
Marcando a través del celular espero que respondieran al otro lado–Bankotsu ¿Dónde estás?
Se oyeron bocinas de fondo–Cerca, como a diez minutos ¿Porque?
–Necesito que regreses a casa y recojas unos documentos
–De acurdo.
Ahora solo faltaba avisarle a su lacayo
...
–Jaken necesito que cojas unas papales que deje sobre la mesa y otros de la caja fuerte y se los des a Bankotsu, ira por ellos–anuncio Sesshōmaru al otro lado del tubo.
–Si señor...–respondió el pequeño demonio antes de que la llamada cesara
– ¿Jaken has visto a Rin?–la voz de la morena llamo su atención, el pequeño demonio se giró percatándose del pequeño recipiente de medicamentos que esta traía en una de sus manos.
–Estaba correteando aquí hace un momento–respondió mirando hacia todas las direcciones–Se ha vuelto a esconder esa chiquilla...–farfullo con malhumor y Aome negó con pesadez.
Este asunto de los medicamentos, necesitaba hablarlo con Rin cuanto antes, era consciente de que eran de un sabor muy amargo y extremadamente fuertes para su pequeño cuerpo, pero necesarias para mantener su salud. La actitud de Rin preocupaba
– ¡Rin, me enfadare contigo si no apareces!–Aome dijo alzando la voz, Jaken se había retirado segundos antes– ¡Rin!
–No es justo–se escuchó la respuesta de la niña a lo lejos, esta parecía provenir del estudio, la morena frunció el ceño, si Sesshōmaru la veía seguramente terminaría regañándolas a las dos, porque no era un lugar para juegos, si perdían algún documento importante, se meterían en serios problemas.
– ¿Rin?–llamo la morena pero frunció el ceño al no ver a la niña, se cruzó de brazos y soltó un suspiro de resignada–Rin–intento de nuevo y se cerciora de mirar bajo el escritorio.
No había rastro de esta, Aome bufo y paso la vista a su alrededor percatándose de algo en particular, la caja fuerte de Sesshōmaru estaba abierta en su totalidad, lo cual era extraño ya que este solía ser muy cuidadoso y Jaken lo era aún peor, la morena se mordió el labio inferior, indecisa de si cerrar la bóveda y dejarla tal y como estaba, sin embargo, no podía dejar de pensar en que ese descuido podría traerle problemas al youkai verde.
El lado caritativo de Aome no pudo contenerse decidida se acercó, pero su curiosidad fue desviada del cerrojo hacia unas fotografías– ¿Hu?–parpadeo confundida–Si están aquí deben se fotos especiales...–se dijo así misma, sintiendo una gran curiosidad –Serán fotografías familiares–Aome se mordió el labio, trato de alejar las insaciables ansias de curiosear.
–Pero si es...–jadeo y abrió los ojos con sorpresa– ¿Yo?–las fotografías temblaron entre sus dedos–Soy yo...–repitió en un jadeo sorprendida. Aome conocía muy bien esas fotografías, habían desaparecido inexplicablemente del apartamento que una vez compartió con Inuyasha.–¿Por qué Sesshōmaru tiene fotografías mías?
– ¿Qué haces aquí?
Ella dio un pequeño brinco espantada, se giró con brusquedad buscando al dueño de esa voz–Bankotsu, me asustaste...–ella suspiro las palabras con alivio, por un momento pensó que era Sesshōmaru quien la había pillado husmeando, cerro la caja fuerte con rapidez devolviendo las fotos en su interior.
El nombrado sonrió–No respondiste mi pregunta...
Aome se encogió de hombros y sonrió una risilla nerviosa–Estaba buscando a Rin, es hora de su medicina–aseguro enseñando el frasco de píldoras que cargaba en sus manos–Solo que se ha escondido...–agrego en un suspiro.
Bankotsu movió las meció las cejas con diversión–Esa niña. ¿Necesitas ayuda para encontrarla o seguirás intentando en la caja fuerte?
Aome jadeo y su rostro se tiñe de vergüenza, sin embargo, la morena estrecho los ojos con aire ofendido– ¿Que tratas de insinuar?–cuestiono malhumorada.
Bankotsu soltó una carcajada, logrando que la mujer respondiera un bufido y saliera rápidamente con la frente en alto destellando aires de ofendida.
El moreno negó un par de veces divertido ante la actitud de la muchacha.
–Señor, aquí están los demás papales que solicito–la voz chillona de Jaken lo distrajo, este caminaba hacia el con un folder en la mano–Lamento la demora–se disculpó.
–No te preocupes Jaken. Gracias –se despidió con un cabeceo y una sonrisa de felicidad plasmada en los labios–Alguien tendrá que dar muchas explicaciones, pronto...–se dijo así mismo negando con diversión.
Continuara...
*Sin mensajes largos esta noche, porque estoy muerta de sueño
Nos leemos pronto, no se vayan sin comentar y dejar una estrellita*
Namaire!
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