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Capitulo 32

Capítulo 32.

Aprobación (Día 22) posible Occ

El perro movió la cola y ladeo la cabeza con un gesto en el hocico que le daba un aspecto de estar sonriendo o quizás divertido, tenía el pelaje más blanco y suave que había visto. Su pequeña carita estaba adornada por dos grandes orbes de color azul y unas pequeñas y bien peludas orejas en ambos lados.

Sesshōmaru gruño con el rostro serio y frío, su mujer ha estado más pendiente del perro que dé el mismo, y eso por alguna razón le molestaba, ellos acababan de convertirse en algo más que amantes, ella debía estar saltando de alegría por toda la casa.

Corrección, ellos debían estar saltando juntos y ya saben a qué me refiero, sin embargo, aquí estaba sentada en el sillón de su sala mirando como aquel peludo animal acaparaba todas las atenciones femeninas.

Sesshōmaru gruño y el perro movió las orejas en su dirección la mirada seria del gran demonio escandalizo al animalito, este lloriqueo aterrado logrando que su mujer lo viera con la frente arrugada.

– ¿Qué sucede contigo?–la morena dijo consolando con suaves caricias la pequeña cabecita, Sesshōmaru lo observo en completo silencio–Podrías por favor quitar esa cara, asustas a este hermoso bebe...–ella alzo al animal hasta la altura de su rostro y froto dulcemente su nariz con la contraria.

Definitivamente ese perro dormiría afuera.

–Mujer, basta.

La morena se detuvo y lo observo sin comprender–¿Qué basta?–cuestiono parpadeando repetidas veces, como si estuviera entrelazando ideas en el interior de su mente, analiza el lenguaje corporal del contrario, aunque no se necesitaba ser un experto para comprender lo que pasaba.

La morena lo ignoro y su atención estaba nuevamente en el cachorro y esta vez no solo froto nuevamente sus narices sino que le susurraba cursilerías.

–Cosita tan bonita.

–Bebe hermoso.

–Lindura

El Inu youkai frunció el ceño ligeramente antes de soltar un gruñido evidente, llamando la atención de Aome, quien se echó a reír de inmediato dejando al cachorro en el suelo para que paseara libremente alrededor de la sala.

Ella lo miro con una sonrisa divertida al igual que dulce plasmada en sus finos labios– ¿Acaso el gran Sesshōmaru estas celoso?–pregunto perspicaz evidentemente él no respondió pero si la miro como si acabara de volverse loca.

Y al contrario de hacerla enojar, Aome le respondió con una sonrisa traviesa

Se supo en cuatro patas y sin quitar sus ojos de los contrarios comenzó un sensual recorrido hasta la figura de su demonio.

Sesshōmaru echó un vistazo rápidamente a su alrededor, estaban completamente solos tanto Rin como su madre salieron a recorrer el jardín y Jaken era lo suficientemente astuto como para desaparecer rápidamente.

Un conocido calor comenzó a crecer entre sus pantalones y eso que solo la estaba mirando, pero sus ojos dorados brillaban con éxtasis, Aome fue lo suficientemente atrevida para deslizar con lentitud, sus delicadas manos por toda la línea muscular de su pierna, él soltó un gruñido bajo, en el mismo instante en que ella acaricia la parte interna de sus muslos, quedando tan cerca que aquella erección que comenzaba a ser notoria tras el paso de los segundos.

Aome se mordió el labio inferior, comenzaba a excitarse con tan solo imaginar lo que aquella carpa de tela escondía, llevo las manos hacia el bulto y lo estimulo suavemente, sintiendo como el cuerpo del youkai se tensaba.

–Mi Sesshōmaru...–murmuro la joven con cierto toque posesivo pero sin perder esa chispa que lograba enloquecerlo. El la tomo por los brazos y la incitó a que se sentara sobre su regazo con una pierna a cada lado de las suyas, aquella dura y palpitante erección se sentía caliente a pesar de que ambos tenían la ropa puesta, la morena se removió intencionalmente mientras acortaba la distancia para que sus labios se encontrasen.

Podía oler su excitación y como cada fibra que cubría aquel pequeño cuerpo entre sus brazos se estremecía, al mismo tiempo en que su boca emitía pequeños jadeos involuntarios.

No intenten imaginar cuanto le gustaba al youkai todas estas reacciones que provocaba en la joven miko, pues no encontrarías palabras para describir la perfección con la que se unían sus cuerpos.

Sesshōmaru la tomo por las caderas y la froto con brusquedad sobre aquel doloroso bulto, emitió un pequeño gruñido, una mezcla entre el deseo y la insatisfacción de no estar dentro de ella, deseaba llenar el vientre de la sacerdotisa con su esperma y no le importaría si vinieran un par de hijos luego y tal vez era un más extraño pensar en hacerle el amor con el vientre hinchado.

Una dolorosa palpitación atravesó el cuerpo del youkai de los pies a la cabeza y terminando justo en la cabeza de su miembro, Sesshōmaru froto con insistencia esta parte en las humedecidas bragas de la joven.

–E-espera o...–jadeo sin aliento–M-me voy a correr–admitió con el rostro perlado y cubierto por una capa de rojo.

El dorado en sus ojos brillo–Hazlo. Córrete para mí–ordeno en con el tono ronco, por lo que Aome sonrió débilmente comprendiendo que definitivamente este hombre la hacía perder la cabeza. Entendió que no poseía voluntad para negarse a él.

No detuvo la fricción en ningún momento y Aome culmino aquella nueva forma de hacer el amor, soltando un gemido y sosteniéndose al cuerpo de su amor, mientras temblaba a causa de placer liberado, pero para el demonio no fue suficiente, ahora más que nunca necesitaba meterse dentro de ella, cogió a las mujer por los muslos y subió rápidamente las escaleras.

Alguien en esta casa necesitaba una ducha larga y fría.

Ambos la necesitaban.

...

Irasue había vuelto al cabo de dos horas, y tuvo que esperar otra hora más hasta volver a ver el rostro de ambos, no se necesitaba ser un experto en la materia para comprender lo que acababa de pasar entre esos dos, solo bastaba con percatarse de las miradas disimuladas que se lanzaban ambos, aunque de los dos, la humana era quien más se evidenciaba, sonrojándose ante los atentos ojos de su hijo.

Pero sobretodo que ambos tenían el cabello húmedo y apestaban al olor del otro.

–Pasaron toda la tarde encerrados– eso no había sido una pregunta, Irasue reprimió soltar una carcajada ante el semblante colorado de la joven miko y la mirada gélida de su retoño.

–Yo- Vera–Aome tenía calor, mucho calor su rostro estaba hirviendo.

Irasue sonrió y alzo un dedo logrando que la morena quedara en silencio–No es necesario, se cuán difícil es poder encontrar e jabón–replico con diversión.

–Madre–Sesshōmaru advirtió.

La mujer por su parte lo ignoro y en cambio su atención se centró en el cachorro que corría torpemente hacia los pies de la joven sacerdotisa, segundos después se oyeron los pasos apresurados de Rin, ellos parecían estar jugando.

La pequeña Rin se veía muy feliz con su nuevo amigo.

Aome acaricio la mejilla de la niña, cuando esta se sentó a su lado en el sofá– ¿Estas bien?–pregunto y recibió un cabeceo afirmativo seguidamente de una sonrisa como respuesta–No corras demasiado ¿Si?–pidió con dulzura, la niña nuevamente asintió.

–Yako es tan adorable...–comento distraída mientras le brindaba cosquillas en la barriga y el cachorro se retorcía bajo su tacto, despertando la risa en ambas.

Irasue paso la vista desde las humanas, hacia su hijo, él parecía realmente concentrado mirando lo que estas hacían, sabía que la niña le importaba mucho ella se había ganado un lugar en la familia Taisho, de otra forma Sesshōmaru no le hubiera permitido quedarse, no le hubiera brindado acogido, no le había puesto su apellido y no estaría tan preocupado en buscar una forma de ayudarla, pero sobre todo jamás hubiera dejado que usaran el nombre su bestia interna para llamar a un cachorro así. La niña le importaba...

Pero... La mujer.

Irasue suspiro mentalmente, trataba de darle vueltas a un asunto que estaba claro hace mucho tiempo atrás, incluso antes de que ella estuviera aquí, su hijo ya-

– ¡Es hora de un baño!–anuncio Rin–Señorita Aome me ayuda.

–Sí, claro–respondió alzando al perro entre sus brazos y luego retirarse del salón, siendo seguida por la niña, dejando a los demonios a solas.

–Sesshōmaru–llamo y este la miro– ¿puedo hacerte una pregunta?

–Lo aras aunque me niegue–respondió este cerrando los ojos por un par de segundos más, como si se resignara ante ella.

Irasue embozo una pequeña sonrisa–Tienes razón, aunque puedes no responderla–admitió e hizo una breve pausa aclarando las ideas.

Sesshōmaru la miro por largos segundos a los ojos– ¿Qué es lo que te preocupa, madre?

– ¿Hasta dónde pretendes llegar con esa mujer?–finalmente cuestiono sin tapujos.

–...–El Inu arqueo una fina ceja–Me gusta.

Fue su simple respuesta, como si aquellas dos palabras lograran resumir toda una vida de relaciones amorosas. No basto para Irasue, aunque se sorprendió ante la sinceridad con la que se expresaba, pues jamás imagino a su propio hijo admitir abiertamente que le atraía una mujer humana.

Ella parecía desencajaba, como si hubiera estado esperado mucho tiempo en oír la siguiente pregunta– ¿La quieres?

Un silencio largo e incómodo se instaló en aquella sala, la gélides en ambos rostros parecía ser una lucha interminable, una ansiedad por leer los pensamientos más profundos del contrario.

Irasue necesitaba oír de los labios de su propio hijo, aquello que por mucho tiempo ya sabía, pero que no se había atrevido a indagar.

–Es algo que nunca en mi vida, he sentido por nadie

Vio a su madre asentir con lo que parecía ser una mueca de sonrisa, ella lo aceptaba.


Continuara...


*Han pasado 84 años desde mi ultima actualización, pero como ya les dijo tanto aquí como en facebook, no estaré libre si no hasta el 9 de nov, mientras tanto disfruten de este capitulo que he preparado en los momentos que tenia libre*

No olviden votar y comentar.

Recuerden que las amo, y que estoy ansiosa por volverlas a leer

bye

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