Capítulo 6 - Le Duplex
6 | Le Duplex
Viernes, 5 de junio
Olivia Audevard
No hemos llegado al local y Ansel ya se ha caído de bruces dos veces. Tony le ha ayudado a levantarse la primera, la segunda simplemente ha pasado por su lado mientras seguía hablando con Yvonne. Ella lleva un rato quejándose de sus tacones y termina sobre la espalda de Tony gran parte del camino.
A Ansel le doy yo la mano la segunda vez.
Gran error. Después de eso no me deja tranquila ni dentro ni fuera del metro.
En cuanto veo una fila y algo de luz le señalo el sitio a Ansel con la esperanza de que me deje en paz. Lo hace. Lo hace para ponerse a hablar con unas chicas que tenemos delante en la fila mientras esperamos para entrar, pero eso es suficiente.
Yvonne, pisando el suelo por fin, pregunta algo en francés hacia Kamun y, tras una corta conversación, Kamun se vuelve hacia mí.
—Ella pregunta cuándo van a llegar unos amigos—me explica.
Yvonne me cuenta algo en francés y Tony ríe a su lado.
—¿Qué es? —pregunto.
—El hermano de una amiga suya está de visita y está hablando de presentártelo —me traduce. Yvonne sigue parloteando tan rápido que no distingo ni las pausas, al terminar se queda mirando fijamente a Tony que, tras unos segundos, se vuelve hacia mí para traducirme una vez más—. Me ha pedido que te diga que el chico es modelo. —Suelta un suspiro—. Lo ha repetido en bucle literalmente.
—Oh.
Al mirar hacia Yvonne ella está levantando los pulgares hacia mí.
Rompo a reír.
—Oui? —pregunta, eso sí lo entiendo.
—¿Cómo se dice "y por qué no" en francés? —pregunto hacia Tony.
—Puedes usar "Pourquoi pas".
—¿Puedes repetirlo?
Lo hace y esa vez lo mantengo en mi cabeza, lo repito, creo una frase con ello y dejo que la pronunciación y palabras que imagino se graben en mi memoria. Uso el método que mejor me sirve para memorizar y, cuando siento que estoy sosteniendo las palabras en mi cabeza, las suelto hacia Yvonne.
—Pourquoi pas? —imito.
Tony sonríe a mi lado y Kamun -bastante ido a decir verdad- levanta las manos para que le choque los cinco.
—Buen acento —me felicita Tony.
—Gracias —sonrío.
Choco sus manos antes de dejarlas caer. Extrañamente, siento un orgullo casi infantil por esa felicitación. Es como si estuvieran acariciándome la cabeza por hacer algo muy simple bien, pero me hace sentir más feliz que las felicitaciones que he recibido por cosas más importantes. Derribé a un chico que llevaba dos años entrenando en un ring. Me felicitaron, sobre todo Ramirez, pero se sintió mal. Era lo que se esperaba de mí, nada por lo que alegrarse. Aquí me siento una niña inocente orgullosa de hacer algo mejor de lo que se espera aunque sea tan simple como pronunciar dos palabras.
Kamun no tarda en salir de la fila para encontrarse con un grupo pequeño que viene directo hacia nosotros. Hablan en inglés y nos presenta aunque admito que al menos yo no hago el más mínimo esfuerzo en aprenderme nombres. Me quedo cerca de Tony, sacando algo de conversación de él y perdiendo de vista a Yvonne cuando ella se junta a quienes parecen ser amigas suyas. A Ansel le hemos perdido desde que hemos llegado y entra antes que nosotros a Duplex con un grupo de desconocidos. Tony llega a verlo y solo niega.
Creo ver cómo más de uno se queda fuera, personas que tenemos delante son sacadas de la fila de malas maneras y eso me hace fruncir el ceño, sobre todo al recordar la advertencia de Asher sobre que este lugar podía ser "conflictivo". Tony me da un pequeño empujón en busca de atención.
—Son algo desagradables, pero uno de los amigos de Kamun es familia del dueño así que no te preocupes —me dice.
—¿A qué te refieres con "desagradables"?
—Mejor que no sepas.
Kamun se va de la fila cuando un par de chicos y una chica salen de un coche negro que para cerca de la puerta. Les han traído y, uno de ellos, saluda a Kamun de forma animada antes de acercarse a los de seguridad. Terminan dejándonos pasar antes que al grupo de delante. Eso sí, Tony habla por mí cuando enseño mi carnet de conducir para que comprueben mi edad. Hay algo ahí que hace que el hombre de seguridad se quede mirándolo por demasiado tiempo.
Tony llega a pedirle que me lo devuelva y estoy convencida, por la mirada que nos da, de que de no ser porque vamos con un familiar del dueño, nos habríamos quedado fuera. Aun así me lo devuelve y pasa al siguiente. ¿Ni siquiera nos han hecho pagar?
Bajo unas escaleras iluminadas de un tenue rojo con Tony. El nombre del local está contra la pared, iluminado en blanco y quedándose atrás a más escaleras bajamos. La luz va cambiando de forma suave hasta convertirse en un oscuro azul que invade la sala en la que terminamos una vez abajo.
—¿Hay taquilla? —pregunto.
No distingo la canción que está sonando, la música tampoco se oye tan alta como esperaba. El local todavía está bastante vacío y una de las pocas personas que está bailando con ganas es Ansel. Está con un grupo diferente al nuestro y un vaso en mano que no sé cómo ha conseguido tan rápido. Aunque tampoco puedo decir que me sorprenda.
No puedo contener una media sonrisa al verlo, al ver esa energía.
Tony se queda a mi lado, tratando de comprender lo que yo veo. Siempre he encontrado eso curioso, la forma en la que otros dejan ir los detalles más llamativos. Tony mira y frunce el ceño como si estuviera harto de ese comportamiento, como si le cansara que Ansel viva su vida de forma tan descuidada o ruidosa. Yo le veo y lo envidio porque él disfruta. Es como esas sonrisas que hacen brillar la mirada de las personas, esas que siempre ocultan como si estuvieran mal. Ese tipo de sonrisas es una de las cosas más bonitas que he visto en toda mi vida y siento que, quienes me las regalan, ni siquiera las valoran.
Como ahí, en Ansel veo esa felicidad pura que por segundos llena un corazón que el tiempo ha dejado sin vida. Así que, sí, sonrío. Y le envidio.
Finalmente niego antes de ir a la taquilla y dejar que Tony me ayude con las traducciones para dejar mis cosas. Nos reunimos con el resto poco después. Es un grupo grande y las luces del local hacen que parezca más pequeño de lo que es. Quienes llegan se deslizan hacia una de las mesas o asientos que hay contra las paredes, esperando con consumiciones a que el local se vaya llenando.
Las luces cambian sus colores al ritmo de las canciones, la iluminación en el techo en forma de brillantes círculos de neón me distrae más de una vez. Poco a poco, la música se oye más fuerte, la sala empieza a llenarse y noto cómo el número de personas varía mientras ellos se mueven entre las otras salas que descubro una de las veces que voy al baño. He contado tres. Me he asomado para oír canciones de diferentes estilos, algunas mejores que esta, pero vuelvo a la sala más grande y con el grupo.
Las primeras horas ni siquiera pasa por mi cabeza buscar una distracción. Me divierto riendo por tonterías que los amigos de Kamun hacen, casi siento que soy parte del grupo de amigas de Yvonne por lo cercanas que son conmigo desde el primer momento y llego a ser arrastrada por Ansel a las otras salas porque le causa curiosidad ver cómo son. Nos escabullimos por esas salas gran parte de la noche, bailando y riendo hasta que una chica a la que reconozco de la fila -del grupo con el que él ha entrado- aparece, presiona una mano contra el pecho de Ansel y, como si yo no existiera, se lo lleva consigo. Ansel está tan borracho que no da ni un adiós.
Me hace gracia la situación, aunque, a esa chica, definitivamente le hace falta tener cierta educación.
Claro que eso también da pie a algo más. Porque yo siempre termino haciendo lo mismo. Piso una sala y mi mirada vaga en busca de un rostro atractivo y chico perceptivo. Suelo estar largos minutos o incluso horas con un tira y afloja de miradas, acercamientos y sonrisas, disfrutando de ese juego que, sin palabras, me tira más cerca y lejos del chico que ha llamado mi atención. Hoy, un chico rubio de ojos oscuros ha estado en mi mira desde que Ansel y yo hemos entrado a esta sala. Sola, me quedo entre la gente, bailando con la canción que ha terminado por gustarme bastante y esperando. Conozco las señales.
Acabo de quedarme sola y llevo mucho con el tira y afloja.
Claro que sé qué viene ahora.
Antes de que termine la canción, el chico rubio se ha acercado. Al verle, lanzo los brazos sobre sus hombros y él desliza las manos sobre mi cintura. Ese pequeño juego sin palabras no necesita explicación.
Mi madre no sabe el número de chicos con los que he estado, creo que le daría un ataque de saber que he pisado más de una casa de chicos a los que he conocido esa misma noche. Ella pondría el grito en el cielo hablando de lo poco seguro que eso es.
Ese es el punto.
Que estoy cansada.
Cuando era más joven me hicieron creer que acercarte a un chico primero era descarado, que debía ser él quien diera el paso. Vi que otras chicas eran llamadas de todo por tener sexo con un chico al que no conocían. Odié cada palabra al respecto. Esos comentarios, esa rabia. Sé lo que valgo y eso no va a cambiar por una relación de una noche por mucho que otras chicas decidieron que así debía ser. Esas relaciones rápidas me dan algo que no puedo obtener de otra forma porque, durante unas horas; no soy nadie.
Ellos no necesitan un apellido, no quieren una historia. No tengo que mentir porque no tienen que conocerme. Con un chico así puedo no ser nadie, y es una de las únicas veces que puedo tener eso. Es el único momento en el que me siento viva porque ahí yo dejo mi historia escapar entre mis dedos y desaparecer. Ahí soy solo yo, aunque ya haya dejado de saber quién ese "yo" es realmente.
Rozo la nuca del chico con mis dedos y uno de sus mechones rubios, algo largo, se desliza por su frente mientras canta una canción cuya letra yo desconozco. Cuando canta, hay una ligera marca junto a sus labios que se vuelve más notoria y rompe esa imagen de porcelana que tenía en la distancia. Me gusta. Casi curiosa, rozo con un dedo esa arruga que le sale junto al labio y pronto mi atención termina sobre una sonrisa suya.
Le miro. El tono oscuro de sus ojos se vuelve más claro cuando las luces brillan en un vivo rojo y, entre la gente, beso sus labios. Primero, tanteando, pero en cuanto me devuelve el beso cierro los ojos y dejo que esa oportunidad para poder olvidarme de todo llene mi cuerpo.
Todos los días reviso mi habitación cada vez que despierto, luego reviso que mi madre esté bien, leo los correos de los agentes asignados a mi caso y me siento sobre la cama con ganas de llorar mientras ruego que ese no sea mi último día viva. Todos los días hago ejercicio porque estar en forma puede ser lo que me dé una oportunidad si pasa lo peor: Tengo que poder correr rápido y durante largos minutos por si he de huir, tengo que saber cómo defenderme físicamente porque no sería la primera vez que me encuentran. He crecido en una vida donde cada día tengo que estar veinticuatro horas pensando en fijarme en cada detalle porque de eso podría depender seguir viva. Mi mente termina destrozada cada noche por la tensión, las mentiras y el miedo que no me puedo permitir a mostrar porque no tengo ni tiempo para eso.
Cuando salgo de fiesta, veo una vía de escape, veo ese riesgo y sé que quiero tomarlo porque vivir como lo hago lleva años matándome por dentro. Así que elijo a un chico que me parezca atractivo y dejo mi vida a un lado. Sin mentiras, sin explicaciones, sin ser nadie. Ahí dejo todo ir y es como volver a respirar. Me siento una persona real de nuevo.
Las canciones van pasando.
Llego a intercambiar un par de palabras con el chico, suficiente para poder oír sobre la música que su nombre es Thomas. Apenas digo más que mi nombre porque no es mi intención hacerlo. Bailo con él, le beso, y le convierto en mi distracción de la noche.
Admito que se siente bien hacerlo.
Por unas horas, casi siento que somos una pareja que ha salido. Construyo una falsa historia a nuestro alrededor para poder disfrutarla, saborearla como si fuera real. No quiero que termine y todavía menos volver con la gente a la que tendré que seguiré mintiendo por la mañana. Thomas es mi vía de escape. Thomas es quien, hoy, me hace sentir más libre que nunca, dueña de mi propia vida y decisiones.
Así que le doy más de una señal antes de preguntarle si vive cerca. Por suerte, su inglés es suficientemente bueno como para poder entendernos y, entre eso y el traductor de Google, terminamos decidiendo que su piso es un buen sitio al que ir.
Tomo su mano y volvemos a la sala principal.
Le llevo conmigo hacia mi grupo para poder despedirme. Kamun está tirado en un sofá con gafas de sol puestas. Parece a un minuto de quedarse dormido así que le deseo un buen viaje y le doy un abrazo antes de tratar de encontrar a alguien más.
Yvonne se acerca corriendo, tira de mis manos y me dice algo rápido de lo que entiendo únicamente la palabra "amigo" y sus señas descaradas hacia su grupo de amigas y un chico que hay con ellas. El chico modelo sobre el que Tony me tradujo.
Lo había olvidado.
Cierro mejor mis manos sobre las de ella en busca de atención.
—Désolé. —Creo que se daba así una disculpa.
Miro hacia atrás y Thomas hace una seña a modo de saludo. Yvonne lo entiende y, tras quedarse mirándole más de lo necesario como si le analizara, me dice algo en francés que no entiendo y luego hace una seña de "él está ok" con los dedos. Río sin poder evitarlo antes de verla ir hacia su grupo y explicarse. Me muevo antes de empiecen a mirar hacia aquí.
A Tony le encuentro en un grupo pequeño y, al notar que me acerco, lanza un brazo sobre mis hombros para acercarme lo suficiente como para que sus palabras sean audibles.
—¿Todo bien? —me pregunta.
—Sí.
En cuanto lo digo, él aparta su brazo.
—Me voy ya —añado.
Me pide que lo repita antes de entenderlo y luego parece confundido.
—¿Uber? —me pregunta—. Te acompaño a esperarlo.
—No, tranquilo, me voy con alguien. —De nuevo se acerca un poco porque no oye y me pide que lo repita una vez más—. Me voy con alguien.
—¿Alguien? —repite sin entender.
Hago una seña detrás, hacia la zona donde sé que Thomas está esperando. Él está junto a la taquilla, apoyado contra una pared de forma descuidada y admito que eso se me hace atractivo. Los dos chupitos de tequila de antes empiezan a notarse.
—Oh, entiendo. ¿Tienes mi número?
Niego y él extiende la mano para que le dé mi móvil que, junto a un poco de dinero, es todo con lo que me he quedado antes de dejar el bolso en taquilla junto a mi americana. Tony escribe su número con un "#" frente a su nombre antes de dármelo para que salga de los primeros.
—Cualquier cosa, llámame —termina.
—Gracias, pero irá bien.
Él no parece convencido tal y como cualquier persona sentiría cierta incomodidad al ver a alguien irse con un completo desconocido. Lo siento también, pero tengo tres puntos a mi favor: Uno, que tanto Thomas y yo tenemos la misma intención. Dos, que no he pasado tantos días aprendiendo sobre defensa personal como para sentirme indefensa y, tres... El tres es que, en una vida vacía, vale la pena tomar algún riesgo si eso me hace sentir algo.
Es duro, y yo estoy demasiado quemada.
—Vigila a Ansel, está un poco...
Tony asiente hacia mí.
Parece cansado de tener que ser la "niñera" en cuanto a Ansel implica y no puedo culparle. Me termino de despedir de él, recojo mis cosas de la taquilla y salgo de Le Dúplex con Thomas.
Aunque doy más de una mirada sobre mi hombro de camino a su piso y dentro del portal por precaución, en cuanto Thomas cierra la puerta de su habitación, lo dejo todo ir de nuevo.
Mi vida siempre ha estado estructurada en mentiras y reglas, pero, esta noche, tengo la libertad de hacer lo que yo quiera con quien yo quiera y no tener que hacer caso a las preocupaciones hasta por la mañana.
Hasta que amanece, todo lo que hay en mi cabeza es Thomas.
Y yo llevaba demasiado tiempo necesitando una distracción como para no disfrutarlo.
──────༺༻ ──────
Vale creo que es el momento de decir que, sí, os he escuchado. Me habéis dicho mucho que queríais que metiera sexo de forma al menos implícita en alguna novela y aquí tenéis,
De nada <3
#NoConOtroPersonajeLanaPls
¿QUÉ DECIR?
1. Ansel perdiéndose antes siquiera de entrar al local.
#RipPorTonyComoNiñeraDeAnsel
#AnselLigón *guiño**guiño*
2. Tony... ¿Chico que se preocupa por todo el mundo que está en su vida o pasa algo más?
#VotosAquí
3. En la entrada de Duplex... ese pequeño momento con el carnet de conducir de Olivia... ¿Alguien más se ha quedado como... 😳?
#TRAERÁDRAMA
#NoTraeráDrama(Espero)
4.Olivia:
¿Qué decir de ella?
Me da penita que está muy quemada con todo este tema... Es triste pero bonito que por unos momentos pueda sentir que está "viva" de nuevo ♥ Ella está muy:
Traducción: "Sé lo que es mirarse en el espejo y odiar lo que ves".
Pero ella es muy fuerte 💕 (o más bien y como ha dicho "no tiene ni tiempo para preocuparse")
#WeLoveThomasAsherQuién
lol
Estoy de fondo con cuchillos para defender a Olivia porque sé que es un tema que se va normalizando a más edad porque se empieza a ver más y es más natural, pero temo las respuestas hacia Olivia haya porque ella haya querido tener un rollo de una noche, sinceramente.
#¿QuiénSeUneAlGrupoDe "si alguien lanza odio a Olivia por esto vamos con cuchillos"?
:')
#ByeAsher
Ahora sí, nos leemos este sábado con ascensores ♥
Digo khé
Un abrazo enorme,
— Lana🐾
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