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Capítulo 47 - Vídeos y citas

Hola volví

47 | Videos y citas

Olivia Audevard

Viernes, 24 de julio

Ansel e Yvonne están charlando y riendo en la cocina cuando salgo de mi habitación a media tarde. Presiono el fino cárdigan contra mi camiseta para tener algo que hacer con mis manos y me reconforto en la suavidad del tejido para usarlo de ancla con la realidad. He pasado una de las peores noches en mucho tiempo y puedo sentir el frío deslizarse por mi piel ante la tensión y la falta de sueño. Mi corazón todavía se siente agitado ante imágenes conocidas cuando intento distraerme con el ambiente tan vivo de la cocina.

Los dos están sentados en la isla de la cocina, ella sobre el mueble y él en una silla mientras juegan con un huevo y un táper de plástico. Han puesto el táper sobre el huevo. Ahora lo golpean o levantan esperando que el otro rompa el huevo sin darse cuenta. Mientras, ríen y charlan en francés emocionados.

Tony, que está por el pasillo con un refresco en su mano, se acerca al verme.

—Llevan así desde que Ansel ha visto un vídeo en Tik Tok donde jugaban a eso y ha querido probarlo —explica—. Al menos ya ha dejado de seguir a la cuenta de "ciencia en casa". Casi incendia el baño la última vez que intentó imitar lo que veía ahí.

Me lo creo.

Apoyo la espalda contra la pared y oigo un grito de Yvonne cuando casi le da al huevo. Al menos eso es lo que interpreto al ver a Ansel tirar de la mano de ella para romper la cáscara y así ganar él. Yvonne lo evita y empiezan a discutir después de eso. Es tan extraño que los gritos no hayan hecho que Asher salga a quejarse que no puedo evitar darle una mirada a su puerta.

—¿Preocupada? —pregunta Tony al notar el gesto.

—¿De que Ansel e Yvonne hagan que los vecinos llamen a la policía, de nuevo, por todo el ruido que están haciendo? Un poco.

Le doy una sonrisa tan falta de fuerza que no puedo mantenerla por mucho tiempo.

Estoy cansada, exhausta, y estas últimas dos noches sueño tanto que no puedo esquivar las imágenes intrusivas que me atormentan. Por eso ni siquiera he pisado la habitación de Asher desde el martes, algo que le ha extrañado notoriamente porque, no estoy segura de cómo ni cuándo, pero hemos desarrollado la costumbre de dormir en su habitación.

—Sabes que no hablo de ellos —comenta Tony.

—¿Entonces?

Tony hace un gesto hacia la puerta de Asher esperando que esa sea explicación suficiente. No lo es. Llegado este punto tengo tantos "pequeños secretos" con Asher que no soy capaz de hacerme una idea de a cuál puede referirse.

—¿Recuerdas cuando te dije que Ansel tenía una gran obsesión por las redes sociales y que hacía que todo el mundo se enterase de las cosas? —Asiento y él me da una media sonrisa que denota culpabilidad—. Digamos que subió algo hace un par de semanas.

La forma tan borrosa y distorsionada en la que sentía mis propios pensamientos cae.

—¿Qué?

—Fue cuando salisteis a Mix. No se veía muy bien, pero era fácil reconoceros.

Oh, mierda.

¡Oh, mierda!

La mirada de Tony vuelve hacia la puerta de antes para marcar de qué se trata. ¡Claro que Ansel no se iba a quedar tan tranquilo con solo enviarme a mí la foto! ¿Por qué no miré su cuenta de Instagram pese a saber cuánto la utiliza? Si incluso encontré una foto de la última fiesta en el barco donde estaba hablando con Marcus y que Ansel llenó de corazones. Por supuesto que iba a hacerlo una segunda vez.

Mi mirada cae en la cocina con un suspiro pesado.

—Ansel hace que todo el mundo se entere de las cosas, pero no dije que hiciera falta que él entendiera lo que estaba pasando para eso —comenta con humor.

Cuando Yvonne baja de la isla de la cocina para abrir el microondas, una gran cantidad de humo se desliza por la cocina. Ansel se acerca a la ventana mientras charlan para evitar que todo se llene de humo, pero es tarde. De un momento a otro, la bola de humo ya está extendida por toda la cocina.

—Lo del vídeo fue hace semanas, ¿por qué no me dijiste nada? —pregunto.

Es tan irónico cómo Ansel ha hecho que todos se enteren sin saberlo él.

—Porque eso no me incumbía. Todos somos adultos aquí, Olivia.

En ese momento, salta la alarma de incendios con un estridente y repetitivo pitido.

El "todos somos adultos" se pierde al ver la escena.

Oh, merde [Oh, mierda] —murmura Ansel desde la cocina.

Ansel tira de lo primero que encuentra; un trapo, y lo mueve para intentar apartar el humo. Yvonne no tarda en sacar el palo de una escoba del armario de la limpieza y trata de golpear el detector de humos con eso.

Sé que no serviría de nada acercarme porque ahora no queda mucho que hacer hasta que el humo se vaya, pero me cuesta quedarme aquí al ver la escena.

—Tony, sobre el vídeo...

—Como decía, no tienes que explicar nada. Aquí todos somos adultos. —Vuelve la mirada hacia Ansel, probablemente poniendo en duda sus palabras—. Además, lo sospechábamos de antes.

—¿Qué?

—No conoces a Yvonne, ella es un sabueso para estas cosas.

Sigo su mirada hacia ella y lo que encuentro es a una chica golpeando la alarma con el palo de la escoba mientras le grita a Ansel:

Éteins l'alarme! [Apaga la alarma]

Si, mais comment? [Sí, pero, ¿cómo?] —se queja Ansel de vuelta.

Yvonne hace un gesto de impotencia y tira el palo al suelo para cambiarlo por un trapo y subirse a la encimera. Se estira sobre la punta de sus pies para intentar cubrir el detector de humo y hace una mueca ante el estridente sonido mientras mira a Ansel como si preguntara: "¿Se te ocurre algo mejor?"

—Creo que incluso se lo preguntó directamente a Asher —añade Tony recuperando mi atención.

Asher no me dijo nada de eso.

—Fue algo del momento —trato de justificar.

—No tienes que dar explicaciones. —Es su forma de decir que no me cree, lo sé porque su mirada se suaviza hasta reflejar ternura hacia mi forma de intentar defender la situación—. Siempre hay alguna relación por el piso, es algo normal. Si no mírame a mí. A Maia la conocí porque coincidimos aquí. E incluso Ansel...

Se calla de golpe.

—¿Qué pasa con Ansel?

—¿No te lo contó? No conozco a alguien que no lo sepa todavía. Ansel e Yvonne siempre sacan el tema cuando se aburren y se ponen a fingir que están juntos. —Eso me llega por sorpresa. ¿Insinúa que sí han sido pareja?—. Fue hace tres años. Yo no estaba aquí todavía. Yvonne es quien sabe contarlo, no yo, pero al parecer por la mañana Ansel dijo que le gustaba mucho el piso, ella que había un par de habitaciones libres, y así es como Ansel se mudó aquí.

—Así que ellos fueron pareja —entiendo.

Tony rompe a reír.

—Dios, no. Nadie habría sobrevivido a eso —vacila viéndoles destrozarlo todo porque están entrando en pánico por culpa del estridente sonido de la alarma. Sí, tampoco yo puedo imaginarles como pareja—. Fue algo de una vez. Cuando les conocí ya eran como les ves ahora.

—¿Rompían todo y luego entraban en pánico?

—Todo el tiempo.

Entre las quejas de Yvonne y Ansel, el pitido de la alarma y la baja conversación que Tony y yo hemos llevado hasta el salón para intentar alejarnos del ruido, Asher hace acto de presencia. La puerta golpea la pared cuando sale y no tarda de poner la queja sobre sus labios de forma más notoria que incluso el golpe.

—¿Pero se puede saber qué demonios estáis haciendo? —es lo que dice.

Al ver la escena, maldice entre dientes y se apresura a la cocina cambiando el idioma por el camino. Va directo hasta Yvonne. Ella todavía está subida en la encimera y Asher se acerca para asegurarse de que ella no se caiga. Lo que, por cómo Yvonne se ha estirado hacia el detector para quitar el humo de su alrededor, podría llegar a pasar.

Mientras, Ansel mantiene la ventana abierta, moviendo el cristal en un intento de crear corriente.

Putain! Qu'est-ce que tu fais? [Joder, ¿qué estás haciendo?] —pregunta Asher con rabia hacia Yvonne. Extiende una mano hacia ella intentando que baje. Yvonne la aparta hablando sobre el pitido de la alarma—. Descendez de là! [Baja de ahí].

Laisse-moi tranquille. [Déjame tranquila] —responde ella.

Yvonne, descends tout de suite! [Yvonne, ¡baja ahora mismo!]

El grito hace que ella se muestre molesta y su mano se aleja del detector.

—Mala idea —murmura Tony—, Yvonne es muy orgullosa.

Sea lo que sea que Yvonne responde, lo tomo por un insulto. Lo que queda de los tirabuzones que ella se hizo ayer se enredan suavemente cuando, ofendida, baja la cabeza y tira el trapo que tenía en la mano a Asher. Tony ríe por lo bajo al verlo y entiendo mejor por qué él no quería meterse. Asher, en cambio, no parece por la labor de dejarla ahí subida.

Más suave, y casi entredientes, Asher añade:

Fais pas le con, je suis sérieux. [No hagas tonterías, hablo en serio]

Ella cierra las manos notando que, sin el trapo, no tiene razón para seguir ahí y se agacha. Aparta la mano que Asher le ofrece antes de sentarse sobre el mueble y bajar de un salto.

D'accord, petit malin, et maintenant? [De acuerdo, listillo ¿y ahora qué?] —le pregunta al apartarle.

Gesto que, Asher, tampoco se toma demasiado bien.

Antes de que él pueda decir más, todos notamos lo obvio; el silencio.

La alarma cesa y Asher usa eso para alejarse. Al llegar a su habitación, para y mira hacia el salón. Asher me ha dejado una nota hace unas horas. La ha deslizado bajo mi puerta para recordarme que hemos quedado esta noche para ir a Trocadéro y dudo que espere una respuesta afirmativa al respecto. Así que no sé bien qué espera, pero oigo su puerta cerrarse en cuanto aparto la mirada.

La conversación de Ansel e Yvonne es más suave mientras recogen el desastre que ellos mismos acaban de crear y Tony parece haber olvidado de lo que estábamos hablando antes de mover ligeramente la lata y traer el tema de antes de vuelta.

—¿Podrías no aclarárselo a Ansel? —pido—. Estoy viendo lo que es convivir con él cuando está en modo casamentero y es todo menos agradable. Lo que menos quiero es que esté así todo el tiempo que nos vea a Asher y a mí en la misma zona del piso.

—No te preocupes por eso, aunque deberías hablarlo tú con él.

—Pero te acabo de decir que...

—No eso —interrumpe confundiéndome. Mueve la lata en su mano intentando encontrar las palabras—. Olivia, Ansel lleva hablando del chico alemán con el que estás ahora sin parar desde el sábado. Todo el tiempo, incluyendo cuando Asher está delante.

—Eso no es... —¿Cómo explicarlo? Paso una mano por mi frente sintiendo el cansancio presionar contra mis ojos y la necesidad de tomar el aire más intensa cada vez. Tony malinterpreta el gesto.

—Asher no es mi persona favorita, pero es un buen tío. Si Asher y tú tuvisteis algo, lo mejor es que lo hables con ambos porque, si no, las cosas pueden terminar tensas. Sobre todo si Ansel no se calla, algo que solo hará si se lo pides directamente.

¿Intenta decirme que a Asher podría sentarle mal oír hablar del tema y está pidiéndome que lo solucione? No sé si me siento confundida o reconfortada por ver que no soy la única que le tiene aprecio a Asher, sobre todo viniendo de alguien como Tony, que siempre intenta cuidar de los demás. Incluso si para eso intenta defender a otros de mí.

—Lo de Marcus no es cosa mía —aclaro—. Ansel tiende a ser muy distraído y Asher adora molestar a todo el mundo. En la fiesta Asher descubrió que comparte el segundo nombre con el chico alemán con el que Ansel intentaba juntarme, así que lleva desde entonces divirtiéndose a costa de Ansel y ese malentendido.

—Oh.

Es tan irónico que la primera vez que recibo esta "charla" sea la única en la que no he hecho nada para merecerlo que podría reír. Cierro mejor el cárdigan al mirarle.

—No quiero que suene mal, pero, ¿por qué te cae bien si siempre que os cruzáis es tan... ?

No hace falta que termine la frase porque los dos sabemos lo que quiero expresar. Quiero saber qué ha hecho que, pese a las quejas de Asher y su indiferencia, frente a lo poco que le gusta socializar, se haya ganado un punto a favor por parte de Tony. Siento curiosidad.

—Ayudó a Yvonne una de sus primeras noches aquí. —Quizás porque sabe que Asher no me lo contará o porque no debe ser tan importante como para ser un secreto para Yvonne, me lo cuenta—. Yvonne, Kamún y Asher salieron con unos amigos que Kamún e Yvonne tenían en común una de las primeras noches de Asher aquí. Fue unos meses después de que Yvonne hubiera roto con su novio. Ese tío era un celoso y controlador al que ella creyó que podría hacer entrar en razón. El día en el que él se cabreó porque ella le dijo que iba a salir con sus amigos, ella terminó con él.

Aunque la conversación en la cocina pisa la nuestra, él baja más el tono al seguir.

—Esa noche coincidió con su ex en el mismo local. Yvonne me contó al volver que él había estado rondando toda la noche. Terminó acorralándola cuando iba a los baños y fue Asher quien se interpuso. Él debió haberse dado cuenta de que algo estaba mal en algún punto de la noche y, aunque no habló del tema, ella me contó que se notaba que estaba respaldándola cada vez que su ex se acercaba. Aunque estaba con amigos, Asher fue el único que estuvo atento y apenas se conocían. Así que sí, puede ser un imbécil cada vez que te cruzas con él, pero es un buen tío.

Recordando las palabras que Ansel me dio el primer día, pregunto:

—Ansel también sabe eso, ¿no?

—No hay nada que Yvonne no le cuente.

Eso es un sí. Entiendo, por fin, por qué Ansel habló bien de Asher el primer día y, a su vez, su insistencia hacia unirle a los planes. Asher puede ser todo lo cortante que quiera, puede echar a la gente, pero tiene buen corazón. Que otros también lo vean se siente como un alivio porque es algo que más de una vez me gustaría gritarles.

—Lo es —añado hacia el "buen tío" que ellos han definido.

A su modo, pero lo es.

Con eso, apoyo una mano sobre su hombro a modo de despedida.

Como iba a hacer antes de que Tony me interrumpiera, salgo del piso para dar una vuelta por la ciudad antes de reunirme con Asher fuera. Sin apenas haber dormido en el último par de noches y con el móvil lleno de mensajes sin leer por parte de Ramírez e incómodos "¿Qué tal?" "Bien" que he compartido con mi madre desde nuestra última llamada, vuelvo a la plaza de la Concordia.

Me quedo sentada en la fuente que hay frente al obelisco de Luxor, perdida en mis pensamientos, perdida en la vida que una vez tuve y en cómo sería recuperarla. En cómo se sentiría volver a encontrar a la parte de mí que también murió aquella noche de agosto.

(...)

El autobús 63 pasa en Assemblée Nationale a las 20:05-20:10

NO LO PIERDAS

Dirección Porte la Muette hasta Trocadéro (8 paradas)

A las 20:30 ALLÍ

Releo las palabras de la nota de Asher desde la foto que he sacado.

Él no ha aparecido. No lo ha hecho en la parada del autobús y yo he esperado media hora hasta decidir que un plantón no iba a arruinarme la noche. Le he dado tiempo, más que suficiente teniendo en cuenta que él ha llegado antes de tiempo a todas nuestras salidas hasta esta. Así que esperé y, al ver a las personas apresurar el paso hacia la plaza de Trocadéro a las nueve de la noche, decidí seguirles.

He llegado a tiempo de ver cómo, a en punto y durante cinco minutos, encendían las luces parpadeantes de la Torre Eiffel. He cruzado la plaza hasta llegar a la balaustrada del fondo y me he hecho un hueco para apreciar la iluminación hasta que el juego de luces ha terminado y solo han quedado las luces normales que encienden en la torre durante la noche. Ahí, con los cañones de la fuente de Varsovia encendidos y las luces de los Jardines del Trocadero iluminando el agua, la presencia del monumento pasados los jardines y el puente de Jena, me he quedado cautivada.

Ha sido poco después que he seguido el sonido de una guitarra hasta encontrar a personas reunidas en las escaleras de la izquierda de la plaza. En el descansillo entre la plaza y los jardines, había un músico al que sigo escuchando desde entonces.

Guardo el móvil de vuelta dentro de mi bolso y lo apoyo sobre mis piernas para no perderlo de vista. He dejado el cárdigan a mi derecha para tener más espacio y no tener que apartarme cada vez que alguien intenta bajar las escaleras. Quedan pocos espacios libres. Pese a lo anchas que son las escaleras de piedra, hay tantas personas de distintas edades disfrutando del espectáculo que se ha vuelto complicado poder moverse por aquí.

Aplaudo cuando la canción termina y veo al grupo de tres que había estado improvisando un baile junto al músico saludar de forma teatral antes de volver a sus sitios. A mi alrededor, las personas les vitorean y animan y, con un marcado acento francés al hablar en inglés, el músico también les felicita. Él crea una ambiente cálido a nuestro alrededor del que disfruto tanto que no tengo palabras.

Si esto no era lo que Asher quería que viera, entonces he encontrado algo todavía mejor.

Asher tenía razón. París no es solo monumentos y lugares turísticos. La esencia de la ciudad está en cómo los ves, está en su ambiente. Aquí, eso es todo lo que veo.

La música, el buen humor y las desgarradoras vistas de la torre me envuelven con un manto cálido que me tiene en las manos de esta ciudad.

—Sabía que te encontraría aquí.

Estoy tan cautivada por el ambiente que no le pongo mucha atención a Asher cuando quita mi cárdigan para sentarse él. Me lo pasa hecho una bola que apoyo sobre el bolso. Su única disculpa (si es que puede llamarse así) por llegar hora y media tarde, es la botella de vino abierta que me ofrece.

Agarro la botella solo para dejarla sobre el escalón.

Hay un niño, un par de escalones por debajo, que no deja de mirar hacia mí con curiosidad justo como hace en este momento. Su madre ya le ha pedido tres veces que deje de mirar hacia atrás y me ha dado una sonrisa tensa como disculpa, pero él no ha dejado de hacerlo. Desde que le he saludado y sonreído la primera vez, se ha vuelto una y otra vez. Suele girarse para enseñarme lo que tiene en la mano; un coche pequeño o una caja de luz que me recuerda a la que uso para leer algunas noches. Finjo sorpresa todas las veces aunque repita el mismo objeto y él se ve tan orgulloso que mi sonrisa se termina volviendo real.

Ahora aparto la botella para que no me vea bebiendo alcohol.

—¿Es esto a lo que te referías con Trocadéro? —pregunto.

—Algo así.

En cuanto la madre vuelve a pedirle al niño que deje de mirar hacia atrás, le doy mi atención a Asher. Miro mejor esta vez, notando la camisa oscura y el pelo alborotado que me hace querer estirar mi mano para tocarlo. Incluso noto esa duda que no llega a poner en palabras o cuya razón no me permite entender pero que roza y suaviza sus facciones más que la oscuridad.

—Me he cruzado con Tony antes. ¿Sabías que Ansel subió un vídeo nuestro en Mix a su cuenta de Instagram?

—No, pero tampoco me sorprende. Le dejé de de seguir al de dos días porque no dejaba de subir historia tras historia. Creo que también le bloqueé para que no volviera a encontrarme por ahí. —Mira hacia atrás para ver cuánto espacio tiene y se estira para asegurarse de que nadie se siente a su lado—. ¿No decías que Ansel no lo sabía?

—Y no lo sabe. Quienes lo saben son Tony e Yvonne.

Asiente. A él le da igual.

—También me ha dicho que Yvonne te lo comentó.

—Puede ser, no suelo prestar demasiada atención.

Apoya una mano sobre mi rodilla y da un suave apretón.

La canción termina y el músico se toma un corto descanso para beber agua antes de seguir con una canción en francés que todos parecen reconocer menos yo. Asher la conoce, estoy convencida, pero lo ignora por completo mientras desliza los dedos sobre la rotura en mis vaqueros y tira de los hilos sobre mis rodillas.

—Oye, hay algo de lo que debería avisarte.

Apoyo una mano sobre la suya para apartarla antes de que destroce más el pantalón y eso le hace levantar la mirada hacia mí. Maldita sea, ¿cómo sabe mostrar tanta inocencia cuando es todo menos lo que le representa?

—Hasta que os encontramos.

Al oírlo, Asher aparta la mano y me arrepiento de haber querido apartarlo yo en un primer momento. Asher suelta un suspiro y su expresión adopta esa indiferencia de siempre cuando mira hacia Sammuel. Su amigo está un par de escalones por encima, con un gofre en su mano y seguido de un chico al que no recuerdo haber visto.

—Este par de imbéciles me ha seguido hasta aquí, eso es lo que tenía que decirte. Tenían curiosidad porque no he querido decirles adónde iba. —Asher mira hacia Sammuel antes de añadir—: Aunque pensaba que me había librado de ellos en la estación.

Sammuel presiona la mano en el hombro de Asher antes de sentarse unos escalones por encima. Su amigo y él se sientan todo lo cerca que pueden e ignoran la molestia tan notoria en el tono de Asher. El otro chico, de pelo más largo y sudadera abierta que me parece salido de una película de los noventa, trae una lata de cerveza con él. Se sienta detrás de Asher, pasa un brazo sobre su cuello, y tira de él hacia atrás para decirle algo en francés.

Harvey, je te déteste. [Harvey, te odio] —Asher aparta el brazo de su amigo al decirlo.

Harvey pasa la mano por el pelo de Asher para vacilarle. Como era de esperar, Asher no se lo toma bien y le aparta con una brusquedad que mezcla insultos que he conocido gracias a oírselos a él. A modo de tregua, Harvey le ofrece la lata de cerveza y Asher la tira al escalón a modo de negativa.

Se queja entre dientes.

Todavía molesto, no se fija en Harvey cuando sus ojos caen sobre mí.

D'accord. Allons nous présenter à... [De acuerdo. Vamos a presentarnos a...]

Ah, ne commence pas avec ça. [Oh, no empieces con eso] —avisa Asher.

S'il t'emmerde, c'est parce que [Si eso te molesta, es porque...] —empieza Harvey antes de que Asher pise sus palabras. Lo último que oigo decir a Harvey es—: Sale jaloux [Maldito/sucio celoso].

Sea lo que sea que significa, hace que Sammuel rompa a reír.

—Te lo merecías —respalda Sammuel.

—¿Sabéis qué? Nos largamos de aquí. —Asher se pone en pie y extiende una mano hacia mí para avisar de que soy quien está incluída en ese "Nos". No me interesa hablar con sus amigos o llevarme bien con ellos, pero estoy cómoda aquí. Al notar la duda, Asher insiste—. Rubia...

—Joder, ¿todavía no te sabes su nombre? —vacila Sammuel.

—Oh, maldita sea. Ta gueule, crétin [Cállate imbécil] —Asher sigue en pie y ha empezado a recibir miradas de quienes están sentados escalones por encima. También de esos curiosos que ojean al notar el tono que sus amigos y él están usando—. Es que no se os puede llevar a ningún puto lugar.

—¿Podéis evitar las malas palabras? Hay niños cerca —pido.

—Sí, estos dos imbéciles —señala Asher.

Harvey deja la lata a su lado y, quizás porque no entiende inglés o puede que porque prefiere ignorarlo, hace caso omiso del comentario. Harvey pone bien su sudadera de forma teatral y estira una mano hacia mí.

—Harv...

Ravi de vous rencontrer, Sabanna. J'ai beaucoup entendu parler...[Encantado de conocerte, Sabanna. He oído hablar mucho...]

Harvey, pas drôle. [No me hace gracia] —Asher interrumpe con más dureza la segunda vez.

Harvey vuelve la mirada hacia Asher sin entender y Sammuel empieza a comer su gofre pasando la mirada por todo lo que no seamos nosotros. Sea lo que sea que acaba de pasar, diría que no ha sido demasiado agradable. Al notar que le miro, Sammuel me da una sonrisa tensa.

Algo poco agradable hacia mí, por lo que veo.

—Liv, nos vamos —insiste Asher.

Esta vez, cedo.

No es que tenga especial interés en irme, pero es cierto que llevo una hora aquí. Al menos, lo he visto y disfrutado. Además, algo me dice que terminaremos yéndonos de todas formas si seguimos aquí porque no debe de quedar mucho hasta que alguien se harte de ellos y quieran echarnos. Por eso, recojo mis cosas y me pongo en pie.

Asher se queda unos segundos más mientras empiezo a bajar las escaleras. Habla en francés con sus amigos y espera paciente cuando paro en el descansillo para apreciar la escena unos minutos más antes de bajar hasta los Jardines del Trocadéro.

Asher mete las manos en sus bolsillos, en silencio, al guiarme hacia una zona más alejada al costado de los jardines. Atravesamos una fila de árboles y nos quedamos en un paseo mal iluminado que nos lleva hacia el costado de las escaleras en las que antes habíamos estado.

Desde aquí, apenas puedo ver las luces de la Torre Eiffel o escuchar la música, pero, si nos quedamos en silencio, todavía puedo escuchar el eco de una canción y encontrar el reflejo de la cima de la torre cuando la luz de la parte superior gira en nuestra dirección.

Asher se deja caer en el banco más alejado.

—Juro que les mataría si pudiera —está diciendo.

Dejo mis cosas junto a su lado y Asher las mueve para que me siente junto a él. Aun así, pongo algo de distancia al sentarme para tener más espacio. Ese es un concepto que confunde a Asher cuando estira el brazo sobre el respaldo para girarse hacia mí y hablar.

—Ignora lo de antes, son unos imbéciles —excusa.

Una sonrisa cansada cruza mis labios.

—Ya sabes lo que se dice: "Dios los crea y ellos se juntan".

—¿Intentas insultarme, rubia?

—No es un intento si lo has entendido.

Pellizca mi brazo.

—Ja-ja —deja ir con sarcasmo.

Me vuelvo hacia él y la distancia que he puesto en medio no es suficiente como para que no toque mi brazo con sus dedos. En el silencio que se crea, es más fácil encontrar el eco de una nueva melodía. Una que no reconozco en absoluto pero que nos acompaña igualmente.

—Solo para que conste, llegar tarde ha sido su maldita culpa. En cuanto he dicho que me iba no me han dejado en paz. —Roza mi colgante y, con lentitud y cuidado, tira de la cadena hasta poder deslizarla entre sus dedos. La presiona como si le costara decir las siguientes palabras—. Lo de joderla esta vez no ha sido intencional.

Eso, en él, es lo más cercano a una disculpa hacia algo que él ha hecho que va a dar.

Mentalmente exhausta por el último par de noches, no lo pienso demasiado antes de sentarme más cerca y aprovechar su postura para apoyar la cabeza sobre su hombro. Noto su tensión crecer durante los segundos que tarda en decidir dejar caer el brazo sobre mis hombros.

—Lo sé —digo y, luego, nada.

Simplemente nos quedamos ahí. Hablamos poco y dejamos que el silencio se vuelva reconfortante al pasar entre nosotros. En un momento, llego a cerrar los ojos al sentir sus dedos enredarse con suavidad en mi pelo. También sé que me deja tirar de su mano e ir probando si los anillos que llevo puestos le entrarían. No se queja, tampoco yo. Supongo que, hasta que tenemos que irnos porque nos alcanza la madrugada, solo pasamos el rato disfrutando de la compañía del otro.


──────༺༻ ──────

Asher en las fiestas en las que coincide con Asher y Olivia me da la vida.

En el barco: Hace que Olivia se entere del chisme de Asher, pero él no se da cuenta.

En mix: Hace que todos sus seguidores se enteren de momento 🔥 entre Asher y Olivia, pero él sigue sin enterarse.

JAJAJAAJ TONY YA NOS LO AVISÓ EN SU DÍA

ANSEL CHISMOSO

Así me imagino a sus seguidores cada vez que él sube algo a Instagram:

Traducción: Cuenta el cotilleo, cariño

Salvo a Asher porque (finjamos sorpresa) ha bloqueado a Ansel en Instagram lol

🔹 TONY: Modo "No le hagas una putada a Asher" ¿Os ha sorprendido?

🔹 ASNEL Y TONY teniendo algo de aprecio a Asher porque cuidó de Yvonne 😭

🔹 ASHER fingiendo que eso no pasó JAJAJAAJ PERO-

Pausa para recordar que también sabemos que le echaron de Duplex por hacer lo mismo. ¿Soy yo o por mucho que se queje siempre está ayudando a todo el mundo sin que se lo pidan / y fingiendo que lo lo hace? Ta bello. #Asher > #Jayden

Digo qué

🔹 Ansel e Yvonne entrando en pánico por la alarma... Tan chikitos

ANSEL E YVONNE QUE TUVIERON ALGO.

PERDÓN

POR QUÉ NO SABÍAMOS ESTO

🔸SAMMUEL Y HARVEY SIGUIENDO A ASHER PARA VER CON QUIÉN HABÍA QUEDADO... POR FAVOR VERLES DESDE FUERA ES TAN CAÓTICO JAJAJAAJ

Y, ¿Harvey pensando que Olivia era Sabanna? Mal momento para no saber francés jAJAJA

POR FAVOR TODO ESE MOMENTO ME HA DADO LA VIDA

Y EL FINAL.

ESE FINAL ME LA HA QUITADO PORQUE

¡Un abrazo y nos leemos el sábado o domingo (o lunes jé) !

— Lana🐾

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