Capítulo 41 - Parte de la familia Bremen
dRAMA TIME YEY
N/A: Si algo me gustaría transmitir con esta novela es que siempre hay dos versiones de cada historia y que la verdad está solo entre ello. Así que no saltemos a la yugular de Jayden (entenderéis esto pronto)
Y disfrutad, que hay un detalle importante *coff título coff* aquí : )
41 | "Parte de la familia Bremen"
Asher Bremen
Jueves, 16 de julio
Aburrido, respondo algunos mensajes y voy dejando otros en leído mientras esquivo a las personas que cruzan la alta valla verdosa para entrar al parque de Buttes-Chaumont. Tengo la bolsa de Vapiano en mi mano mientras espero a mi tío Bastian que, por el último mensaje que me ha mandado, estaba a "dos minutos" hace treinta.
Lo último que yo le he mandado ha sido una foto del cartel que dice "Rue Manin" que tengo detrás para que sepa en qué entrada del parque estoy.
No me sorprende que llegue tarde, tiende a hacerlo mucho, lo que me sorprende es que haya traído a su perro con él. Un mestizo de dos razas pequeñas que tira de la correa al verme, emocionado por venir a saludar aun cuando siempre he hecho lo posible por no caerle bien.
No me gustan los perros pequeños.
—¿Has traído al bicho? —pregunto en francés a mi tío.
El perro, de colores tierra y con el estómago completamente blanco, tira tanto que se levanta sobre las dos patas traseras para intentar llegar a mí. Me aparto antes de que toque mis pantalones.
—Quiero más a este bicho que a ti, respétale —dice mi tío al llegar.
Adoptó al perro como algo temporal cuando un compañero de trabajo le dijo que había encontrado a tres cachorros abandonados en Bois de Boulogne y, una vez pasaron dos semanas juntos, Bastian decidió que no quería volver a tener un apartamento vacío.
Pese a mis quejas, termino aceptando la correa del enano cuando mi tío me la ofrece y, aunque no le acaricio, tampoco me desagrada que siga danzando a mi alrededor en busca de atención. Con la correa del perro en una mano y la bolsa de comida en la otra, entramos al parque.
—¿Vas a decirme en qué lío te has metido ahora? —pregunta mi tío.
Le miro entre sorprendido y ofendido.
—¿Es que no puedo llamar a mi tío solo para verle porque estoy en la misma ciudad? —pregunto de vuelta—. Además, ambos sabemos que no soy yo el que ha estado insistiendo para quedar. Ella te ha pedido que me eches un ojo, ¿no?
Su perro, llamado Dmitri por un personaje del Battlefield, vuelve a tirar de la correa. Esta vez intenta alcanzar a un perro tres veces más grande que él que pasea cerca. Al no poder llegar a él, Dmitri empieza a ladrar como si estuviera amenazando al grande. Escondo mi sonrisa ante lo ridícula que me resulta su soberbia.
—¿Es que no puedo querer ver a mi sobrino? —pregunta mi tío antes de añadir—. Pero sí, tu madre lleva llamándome cada dos días desde que viniste. Deberías contestarle alguna vez, me está dejando sin horas libres con tanta llamada.
—Le contesto.
"De vez en cuando", añado en mi cabeza.
—Como sea, ¿vas a decirme por qué has querido llamarme o tengo que empezar a buscar en las bases de datos para saber qué has hecho? —pregunta.
—Ja-ja —exagero sin prestarle demasiada atención.
Maldigo cuando Dmitri vuelve a tirar de la correa y me pregunto por qué mi tío no ha hecho nada para educarle en los siete meses que el perro lleva con él. Ya no es completamente un cachorro, debería al menos haberle enseñado a que no tire de esta forma, solo se va a terminar haciendo daño.
—No tenía nada mejor que hacer —explico.
Iba a ir a clases, pero no tengo ganas de lidiar con Sammuel. Estoy cabreado todavía, y no quiero pagar esa rabia con él. Así que prefiero no ir, tal y como prefiero no pasar la tarde en Le Nouvel Institut con Harvey, Daphne, Lucien y algunas amigas de Daphne por la misma razón. No estoy de humor, pero tampoco me gusta quedarme en lugares cerrados así que prefiero no pisar mi habitación.
Además, llevo sin quedar con mi tío Bastian desde la semana en la que llegué, ya iba siendo hora de hacerle una pequeña visita. Aunque hubiera sido mejor sin Dmitri de por medio.
Tiro de la correa y maldigo de nuevo cuando Dmitri insiste en tomar un desvío que nos lleva hacia la zona más alta del parque, esa que siempre está llena de gente. He estado muchas veces aquí, incluso en la zona alta donde todo lo que hay es música, comida y conversaciones de grupos grandes y pequeños. Cruzada la pasarela y tras el temple de la Sybille, las irregulares campas están atestadas de personas. En la parte baja, al menos, es más fácil moverse, especialmente cerca del lago.
Mi tío vive a cinco minutos de aquí. Siempre que me quedaba con él, solía comer aquí. Me gusta este lugar, más que cualquier otra zona de París.
Por eso evito venir con gente. Así evito que se acostumbren a este lugar y aparezcan cuando estoy intentando esquivar a todo el mundo para tener tranquilidad.
Junto al lago y pudiendo ver el temple de la Sybille erigirse sobre la piedra, hay una zona verde casi vacía. Así que es ahí adónde vamos. Mi tío se queja al sentarse sobre el césped y Dmitri aprovecha para correr hacia él en cuanto le encuentra sentado. Se sube sobre las piernas de mi tío y empieza a chuparle la cara.
—Es asqueroso —digo.
—Vomitaste en mi coche una vez, ¿de verdad quieres hablar de lo que es asqueroso? —pregunta de vuelta. Acerco y abro la bolsa de Vapiano en vez de contestar y dejo caer la caja de pizza a su lado—. Eso pensaba.
Vomité porque tenía dieciséis y Harvey ya había cumplido los dieciocho. Porque nos emborrachamos en una época donde mi tolerancia al alcohol era mínima y en la que todavía no sabía que mezclar diferentes tipos de alcohol era mala idea. Mi tío vino a buscarme al de una o dos horas de haber salido, y, más por su bien que por el mío, nunca le habló de ese incidente a mi madre.
Dmitri baja para olisquear la caja de pizza y no tarda en apartarse bruscamente.
—Incluso tu perro odia la pizza con atún —sonrío.
Saco la lata de cerveza que he comprado para mí, la abro, y echo un trago bajo la atenta mirada de mi tío. En su silencio todavía puedo sentir el: "Que no se entere tu madre" que me lleva dando desde que tenía diecisiete y me empezó a dejar guardar las botellas que me habían sobrado o que iba a beber esa noche en su nevera. Él siempre me ha dado más manga ancha en todo, siempre ha sido cercano.
Como con las partidas al Battlefield que tenía con Jayden y conmigo.
Siempre ha sido ese familiar al que iría directo con cualquier problema antes de ir a mis padres. Siempre que no tenga que ponerle en contra de mi madre porque siempre le ha tenido demasiado respeto a ella como para siquiera intentarlo (Al menos eso es lo que dice, aunque yo creo que es por la anécdota que nos contó años atrás en la que, siendo adolescentes, discutieron, ella se enfadó, y le clavó un tenedor en la mano), sé que me ayudar.
Abre la caja de pizza y, antes de que pueda remarcar lo mucho que me disgusta esa mezcla, él apoya la mano sobre mi cabeza y me da un flojo a modo de "cállate". Saca el primer trozo de pizza y ni siquiera su perro se acerca a pedirle un trozo.
Con la lata en la mano, vuelvo la mirada hacia el lago. Su agua es todo menos transparente, de un tono verdoso que se mezcla con el color de la hierba y toques más oscuros que rozan las piedras del borde. A lo lejos, puedo ver la pasarela extenderse a bastante distancia del suelo y a personas parar ahí para fotografiar el parque.
Es bonito, les doy eso.
Es tranquilizador más bien. Un trozo de naturaleza en medio de una agitada ciudad.
—Supongo que no verte en semanas significa que te has adaptado bien a vivir solo —comenta mi tío.
—Tengo compañeros de piso —le recuerdo—. ¿No te lo dijo mamá?
—Me lo dijo, pero sabes que no me refería a eso.
Muevo la lata.
—Tampoco es la primera vez que vivo fuera de casa. Sabes que estuve en un internado francés en Maine durante tres años.
Medio francés más bien, pero hacía borde con la zona francoparlante de Canadá y eso era bastante notorio. Incluso si había muchas clases en inglés, la influencia francesa era grande.
—Pero allí estabas más cerca de casa —puntúa.
—También he estado en París muchas veces, ¿se puede saber adónde quieres llegar? —Sea lo que sea, sé que tiene algo que ver con mi madre. Mi tío, su hermano, no sabe disimular, pero tampoco tiende a delatar directamente sus intenciones—. Estoy bien, tío Bastian, y puedes decírselo a ella cuando te llame.
Bebo hasta terminar lo que quedaba en la lata y la dejo a mi lado. Dmitri va directo a olisquearla y luego se distrae cuando ve otro perro pequeño cerca. El perro enano de mi tío se paraliza al ver a un perro de su tamaño que, por lo que parece, no está haciéndole caso alguno.
—Sea lo que sea que te ha dicho, ignórala, Madeline le habrá comido la cabeza con toda la mierda que se le ocurre —murmuro sin mirarle.
Llevo esperando esa llamada de mi madre desde que fui directo con Madeline. No sé lo que Madeline le habrá contado, pero sé que habrá habido algo y, una vez tienen ya una imagen formada sobre ti, cualquier detonante es preocupante. Por suerte, me queda poco tiempo aquí. Aunque ella quiera, dudo que mi madre vaya a tener oportunidad de mandarme de vuelta para las tres semanas que me quedan aquí.
—¿Madeline es la de...?
Miro hacia mi tío a tiempo de verle señalar su propio cuello de forma disimulada y respondo por impulso.
—Joder, no —digo bruscamente.
Presiono una mano contra la parte baja de mi cuello. Justo donde estuvo la última marca sin pararme a pensar que no recuerdo haber visto una nueva. No paro a pensar que Olivia dejó bastante claro que ese tipo de marcas no le gustaban después de disculparse por la primera vez que lo hizo.
No me esforcé en aclarar que eso había hecho todo menos molestarme.
Solo caigo en la cuenta de que ahí no hay nada cuando mi tío muestra una sonrisa ladeada.
—Imbécil —me quejo todavía en francés. Aunque él haya aprendido inglés desde que mis padres se prometieron porque vio venir que mi madre iba a quedarse en Estados Unidos y él quería poder visitarla sin inconvenientes, con él siempre he hablado en francés. Es más cómodo.
—Así que sí que hay alguien —comenta.
—No me jodas con eso.
Mi tío Bastian rompe a reír.
—Deberías contárselo a tu madre, no sabes el tiempo que lleva queriendo que le presentes a alguien. Antes de que me digas nada, no, no he abierto la boca sobre la chica del internado a la que invitaste una semana a París hace dos años.
Eliana.
Hablé con mi tío y, como su casa tiene bastante espacio, conseguí que me dejara traer a una persona. De todas formas, ella iba a quedarse conmigo en la habitación de invitados, no le molestábamos. Su única regla fue "Que no pase nada por lo que tu madre vaya a matarme". Quizás por esa regla, puede que porque yo estaba ya poco interesado o porque siendo el piso de mi tío me resultaba incómodo, Eliana y yo no llegamos a hacer nada allí. Solo le enseñé la ciudad y poco más.
Salvo este parque.
Joder, creo que incluso le presenté a Harvey.
—Se quedará con las ganas entonces. —Dmitri se acerca a oler la lata de nuevo y paso una mano por su cabeza para apartarle y que no chupe el borde porque podría cortarse—. ¿Puedo preguntarte algo?
Sé que sí, pero la pregunta que quiero hacer me incomoda tanto que intento ganar unos segundos para mentalizarme. Cuando él dice, "adelante", tengo algo más preparada la frase para dejarla ir y desentenderme de nuevo.
—¿Mi madre te ha dicho que me tengas vigilado? —pregunto.
"¿Ella está tan preocupada de mi comportamiento que cree que voy a terminar como mi primo?" es lo que quiero preguntar. Hace tiempo que dejé de sentirme miembro de pleno derecho de mi propia familia, pero no sé si estoy listo para sentir que su imagen de mí es tan mala como sospecho.
Mi tío suspira y manda callar a Dmitri cuando empieza a ladrar a una mujer que está empujando el carrito de un bebé. Al parecer, Dmitri odia los carritos porque se vuelve loco al ver ese, tanto que mi tío pide disculpas a la mujer por el ruido antes de sentar al perro sobre sus piernas para conseguir que se calle.
Como decía, tendría que educarle.
—Ella está preocupada, ya lo sabes.
—¿Preocupada de que me atropellen porque aquí nadie mira al cruzar la calle o preocupada de que me meta en un lío que haga que me arresten? —pregunto sin ganas de mirarle. Eso es lo que quiero saber, porque hay dos tipos de preocupación, la de: "Me preocupo por ti" y la de "Me preocupa lo que puedas hacer".
Quizás, en el fondo, solo quiero que me diga que es el primer caso.
Puede que anhele una preocupación real que me haga sentir que todo no está tan perdido.
Pero mi tío baja la mirada a Dmitri mientras le acaricia.
Es la segunda opción.
—Ha sido un año duro —dice con un tono de voz neutro—. Para todos.
Cierro los ojos por un instante. Sí, ha sido un año duro, ha sido un año y medio que se ha sentido como un infierno que sigue quemando el camino que una vez pisé. Uno que deshilacha la vida que tenía y que sigue deshaciendo los cimientos hasta dejarme sin nada y, en el fondo, no puedo evitar tirar de todo ello en la dirección de mi hermano.
Sobre todo ahora porque, indirectamente, su influencia ha llegado a Madeline y ella ha llegado hasta Sammuel. Incluso sin estar aquí, ha pasado lo de siempre; que le siguen eligiendo a él. Que siguen culpándome a mí de todo porque es más fácil. Sigo siendo la oveja negra de la familia para ellos, y lo soy para cualquiera que escuche a mi hermano.
Incluso si me he alejado, incluso si me he desentendido, su influencia me sigue y destroza todo lo que toca.
Ojalá me hubiera traído otra cerveza.
O vodka.
Paso una mano por mi pelo y ahogo mis propias palabras.
Mi tío carraspea en un intento de cambiar de tema y eso me hace tragarme las ganas de preguntar de qué lado está él en todo esto. Supongo que, en el fondo, no lo quiero saber. Así es más fácil pensar que tengo a alguien de mi lado que no sea mi hermana. Sobre todo porque ella prefiero que se quede fuera de todo esto. No quiero influenciarla, nunca querría que ella tuviera que elegir o saliera dañada.
La quiero demasiado como para hacerle eso.
Por eso, cuando escucho la pregunta que hace mi tío para cambiar de tema, se me hiela la sangre.
—¿Qué tal está Lily? —pregunta.
—¿Cómo que qué tal está?
—Tu madre me dijo que la ingresaron por una reacción alérgica el otro día. Creo que le daban el alta... ¿Qué haces?
Sacar el móvil, eso es lo que hago.
Mi corazón se acelera y mis pensamientos caen en picado en malas direcciones cuando busco en mi móvil alguna llamada perdida de mis padres. Nada. Tampoco tengo mensajes, y hablé con Lily ayer mismo. Solemos hablar todos los días aunque sea un poco, y tiendo a llamarla cada dos o tres días aunque solo sea por cinco minutos. A veces para darle las buenas noches cuando aquí es por la mañana y, otras, porque quiero saber sobre sus preocupaciones y su día. Ella siempre me ha contado todo, y no quiero que esa confianza se rompa.
—Asher —llama mi tío al verme buscar en mi móvil sin éxito.
—¿Cuándo pasó? —le pregunto.
—El lunes, creo.
—Lunes —repito y marco el número de mi madre.
Me pongo en pie para poder alejarme y mi tío tira de la correa de Dmitri para que no venga detrás de mí. Necesito andar para calmarme porque hay miedos que, una vez has sentido, vuelven con facilidad. Hay emociones que te consumen como la primera vez sin importar que la situación sea diferente.
Cuando Tiffany murió, yo no sentí tan fuerte ese miedo previo. Ella estaba en quirófano y sabía que era grave, pero, en ese momento, confías. No paras a pensar en que terminará mal. Te quedas ahí de pie, en negación y dices: "Estará bien". Se lo dices a otros y te lo dices a ti mismo, pero, cuando no acaba bien, todo cambia.
Porque ahí te das cuenta de que el hospital no siempre es la salvación. Ahí comprendes que los médicos son personas, no Dioses. Ellos no pueden salvar a todo el mundo. Una vez entiendes eso, una vez pasas por una experiencia que te arrebata a alguien de forma tan cruda, nace un nuevo tipo de miedo.
Uno que te envuelve y consume, uno que hace que temas la palabra "accidente" y "hospital", uno que hace que tu corazón dé un vuelco y que sientas la angustia de una pérdida si alguien entra en quirófano o a alguien le ingresan.
Es incontrolable, y te roba todo.
Ya no hay esperanza ciega las siguientes veces, no importa lo suave que sea la situación.
Con Jayden fue todo. Sentí lo que bloqueé con Tiffany, y sentí cada "No saldrá de esta" de los médicos. Me ahogó, me destrozó, me hizo desear despertar en cualquier realidad menos en esa. Me tuvo escondiéndome en las escaleras de incendios con ataques de pánico o de ansiedad mientras rogaba poder retroceder un solo día. Me ahogué en esa súplica.
Así que, ahora, aunque sepa que no es el mismo caso, mi corazón cae en cuanto conecto el nombre de mi hermana con un ingreso al hospital. Y la rabia me invade al saber que no me han avisado.
—Hola —saluda mi madre alegremente en francés—. Justo iba a llamarte, ¿qué tal con la fiebr...
—¿Han ingresado a Lily? —corto.
Mi madre se queda en silencio por un instante y nota, por cómo vuelvo al inglés, que no es una buena reacción por mi parte. Cuando me cuesta pensar con claridad, cambio al inglés porque en francés me bloqueo y, eso, ella lo sabe. Suaviza sus palabras para hacer el mínimo daño.
—Ella está en casa y bien, cariño —sigue en francés.
—¿La ingresaron? —insisto con rabia.
—Una noche. —El aire se va de mis pulmones. Aunque sé que Lily está en casa, aunque sé que está bien, no es el miedo de ahora el que siento, es el previo. Es el de mis recuerdos mezclándose con lo insoportable que sería la idea de perder a mi hermana. El miedo, ilógico, se apodera de mí tirando de viejos traumas que nunca han llegado a sanar—. Se fue de excursión con el campamento de día en el que está y uno de los yogures que tomó era de macedonia. Pensaban que no tenía mango, pero se equivocaron. Tuvo un choque anafiláctico pero por suerte no fue tan severo como otras veces. Le notaron las ronchas y la llevaron al hospital antes de que se le empezara a cerrar la garganta. Pasó la noche allí por precaución, pero está perfectamente. Puedes estar tranquilo.
—Tranquilo —repito y río secamente—. No me avisasteis.
"No digas que te preocupas por ella cuando ni siquiera pareces parte de esta familia", me dijo Jayden el día que decidí que no quería seguir en esa casa. Ahora, la frase vuelve y se siente como una daga clavada en mi corazón.
—No ha sido nada grave —justifica con tranquilidad.
—No, se le cerró la garganta y no ha sido grave. La han ingresado en el hospital y no ha sido grave —digo con un áspero sarcasmo. Lo que me golpea es una punzada de traición—. Es mi hermana.
—No queríamos preocuparte —insiste ella pasando también al inglés—. Asher, cariño, sabemos que han pasado cosas difíciles y estás lejos. No queríamos asustarte. Ha sido solo un susto, nada más.
—Me he enterado por el tío Bastian. ¿Le llamas a él pero no a mí?
Joder, que soy su hermano.
Soy quien siempre ha estado ahí para ella. Soy quien... El recuerdo de Tiffany vuelve y me golpea como una bofetada. Dejo de andar y encuentro el recuerdo de los intensos ojos de mi prima azules, tan oscuros que destacaban con fuerza sobre una piel pálida. Los recuerdo, y recuerdo la preocupación en ellos la última vez que me miró. Tal y como recuerdo su pelo negro enmarcar su rostro cuando intentó levantarse del asiento para salir una vez más y volver conmigo a casa.
"Por favor, me dijiste que podría pasar la tarde contigo", suplicó.
"Tengo otros planes, Tiff —respondí colocándola bien sobre el asiento y atándole el cinturón. Ella cerró la mano sobre mi brazo con tanta fuerza que sus dedos dejaron marcas sobre mi piel que no se fueron hasta dos días después. Hasta el día de hoy, todavía creo que es porque ella estaba asustada, y eso me hace repetir esa tarde una y otra vez. Viendo eso, le sonreí y la abracé una vez más—. El sábado, cuando vengáis, te llevaré a la piscina con unos amigos. Te he comprado los manguitos que te gustaron para que puedas nadar con nosotros."
Su mirada al dejarla en ese coche todavía me persigue.
Tiffany no quería que la dejara, ella quería quedarse conmigo, y yo preferí ir a la fiesta de cumpleaños de un amigo de Jayden porque me sentía parte de "los mayores" porque me hubieran invitado. Porque, por esa época, siempre quería seguir los pasos de mi hermano mayor.
Si no lo hubiera hecho, ella se habría quedado en casa conmigo como habíamos quedado días atrás. Si yo no hubiera elegido seguir a Jayden, si no hubiera elegido quedar bien con un grupo de chicos de un año más que yo sobre mi prima, ella no se hubiera ido en ese coche.
Ella estaría aquí.
A día de hoy todavía le doy vueltas a eso. ¿Salió rápido del coche porque estaba enfadada? ¿Porque estaba molesta conmigo por haber cambiado los planes, por no haberla dejado quedarse? ¿O realmente vi ese miedo en su mirada cuando tiraba de mí rogando quedarse? Ya no sé si esa última mirada y el temblor en su voz fue real o un sueño, pero me persigue de día y de noche.
Lo hace porque, una parte de mí, empezó a pensar que ella sabía algo. ¿Por qué si no insistiría tanto? ¿Por qué si no estaría tan asustada? Pero, eso, no me atreví a decirlo después porque me sentía culpable. Culpable por no haberla escuchado, por no haber cedido, por ser egoísta.
Me siento culpable porque la dejé ir cuando ella me suplicaba, entre asustada y dolida, quedarse.
Me siento culpable porque ella me dijo que no quería irse y todo lo que yo hice fue decirle: "Estarás bien, te lo prometo".
Y no lo hice, porque esa fue la última vez que la vi.
La arrebataron de nuestro lado y me odio por no haber hecho las cosas diferente.
Por no haberla escuchado, por no haber cumplido las últimas palabras que le dediqué.
Por eso siempre me he esforzado en ser cercano a Lily. Puede que ahora no me necesite, pero ella crecerá. Llegará a la adolescencia y ahí todo son conflictos. Pase lo que pase, quiero que sepa que me tiene a mí para lo que sea. Quiero que pueda confiarme sus miedos, su malestar y sus dudas, quiero estar ahí para ella como no pude estarlo para Tiffany.
Porque ahí aprendí lo que era importante; las personas a las que quieres.
No un estúpido cumpleaños con los "mayores", no la "popularidad" que siempre fue tan propia de Jayden, no intentar ser cercano a él porque con los años había empezado a distanciarse de mí. Cuidar de quienes te importan, solo eso.
—Lily está perfectamente —insiste mi madre.
—Lo sé.
Encuentro reconfortante saber que ella está bien, pero eso deja hueco a algo peor, a unas de las últimas palabras que me dedicó Jayden. Al sentimiento de haber dejado de formar parte de mi propia familia. Ese me quema de forma en las que no puedo ni empezar a describir. Me siento tan dolido en ese sentido que, por mucho que intente contener la rabia y mis palabras, no soy capaz.
Aunque no debería, aunque intento no decirlo, termino por intentar hacerle el daño que yo estoy sintiendo con la apagada esperanza de que eso cambie las cosas. De que ella lo vea, de que lo entienda en vez de ignorarlo todo.
Que vea que me duele su forma de dejarme fuera de todo.
—Pero gracias por actuar como si eso no fuera de mi incumbencia. Ya veo cuánto os importa que siga formando parte de esa familia —es lo que digo—. Pásame a mi hermana al teléfono.
—Cariño, no se trata de...
—Pásame a Lily —corto.
Es mi madre, y me siento dolido, desde hace demasiado tiempo. Esto solo es algo más, un detalle más, y yo estoy cansado de toda esta mierda. El problema es que alejarme y hartarme no quiere decir que deje de importarme o de doler. Odio querer tanto que todo esté bien pero sentir que no encajo más en esa familia.
Odio no poder dejar de darle vueltas al "ni siquiera formas parte de esta familia" de Jayden porque eso me envenenó. Lo siento dentro y todo lo que veo es su reflejo, el rechazo, la soledad que me genera en todos los sentidos. Solo quiero ver un esfuerzo por su parte fuera de las conversaciones triviales, joder quiero que uno de ellos intente hacer bien las cosas conmigo al menos una vez.
Una.
Ahora, mi madre hace lo que le pido y, tras unos minutos, oigo la voz de mi hermana pequeña devolviéndome el aliento y la sonrisa al otro lado de la línea.
—¡Hola, Asher! —saluda alegremente—. ¿Sabes que he ido a jugar a hockey con Jayden hoy? Le he metido dos goles.
—¿Dos? —finjo sorpresa como si no supiera que Jayden le ha dejado hacerlo—. Eso es increíble, Lils. En poco tiempo serás mejor que él. —No tengo que verla para saber que está sonriendo—. Oye, me he enterado de que te ingresaron.
—Oh, eso —murmura en bajo.
—Oh, eso —repito más alto. Vuelvo a andar, siguiendo el camino de vuelta porque me he alejado tanto que he llegado hasta el inicio de la pasarela—. Lils, hemos hablado toda la semana, ¿por qué no me has dicho nada?
—Porque no quería preocuparte —repite las palabras de mi madre tan bajas que dudo que sean ciertas. Suspiro y dejo que ella se dé cuenta sola de que no voy a creerme eso. Cuando lo hace, sus palabras salen con el aire como si intentara deshacerse de ellas rápido—. No quería molestarte.
—¿Molestarme? —repito incrédulo—. ¿Por qué piensas que me molestarías?
—Porque tú siempre estás... lejos.
Dejo de andar.
—¿Lejos? —pregunto sin entender.
Físicamente lo estoy, sí, pero nunca es una distancia que haya puesto con ella y la sola idea de que ella lo haya interpretado así me hace querer preguntarle cada detalle que le haya llevado a pensar eso para corregirlo.
—Sí. No quiero molestarte porque a veces igual no quieres...
—¿Igual no quiero qué?
—Saber de nosotros —termina.
—¿Pero de qué hablas? —pregunto con rabia antes de tragarme mi propia molestia para que no le llegue a ella—. Lily, ¿cómo no voy a querer saber de ti? Quiero ser el primero en saber estas cosas, no enterarme porque el tío Bastian me ha preguntado qué tal estabas después de que te hubieran ingresado.
Se queda en silencio.
—¿De dónde has sacado la idea de que me molestarías? —pregunto.
"Dímelo y lo corregiré", es lo que pienso.
—No lo sé —murmura.
—Lily, sé sincera.
—Te vas a enfadar.
—Jamás me enfadaría contigo —le recuerdo.
Se queda en silencio una segunda vez y ahí tengo mi respuesta.
Sabe que no me enfadaría con ella, pero también sabe con quién sí lo haría.
Jayden.
—¿Jayden te dijo que me molestarías si me hablabas? —pregunto con lentitud.
Cierro la mano con fuerza alrededor del móvil.
Voy a matarle como se haya metido ahí. Nunca dijimos nada, pero era lógico pensar que a Lily no íbamos a meterla de por medio. Nunca hablo de Jayden con ella porque no quiero tocar la imagen que tiene de él, no lo hago porque sé que esto no se trata de eso. Jayden la quiere, a su modo, pero la quiere, y no pienso meterme entre ellos. Si él lo ha hecho... Eso no pienso perdonárselo.
—No, bueno solo... —Suspira—. Le pregunté a mamá si te habían llamado porque no me habías escrito después de que me ingresaran y me dijo que no te lo habían contado para no agobiarte. Luego salió y le pedí a Jayden que te llamara porque no tenía mi móvil y me dijo que no ibas a contestar. Le dije que sí lo harías y él me dijo que no contestarías porque a ti solo te molestamos y que te fuiste porque no querías ser... Porque no querías estar con nosotros.
Me humedezco los labios y miro hacia el temple de la Sybille con impotencia.
Incluso lejos, incluso sin estar presente, sigue haciéndolo.
Mete la mano en mi vida y lo está poniendo todo patas arriba. Puedo soportar a Madeline, la forma en la que ahora mi madre trata conmigo e incluso la dureza de mi padre, pero, ¿Lily? ¿La ha metido a ella? Eso es un golpe bajo.
—Lily. —Tengo que parar para mantener mis palabras claras y no duras. Aun así, hablo entredientes—. Me importas más que nadie y lo único que podrías hacer que me molestara sería no contarme estas cosas. Siempre voy a estar ahí para ti, ¿lo entiendes? Eso no va a cambiar porque me pelee con Jayden, y eso no va a cambiar porque él sea un completo capullo. Tú estás por encima de eso.
Una vez lo marco, tomo mi decisión.
He intentado ignorarlo, he intentado que él parara, pero no lo ha hecho.
Ha cruzado la línea.
—Dile a Jayden que me llame cuando llegue a casa, tengo un par de cosas que decirle —añado.
¿Quiere hablar conmigo? Bien, de acuerdo, hagámoslo.
Cuando cuelgo, lo hago con la rabia bullendo en mi interior y apenas me despido de mi tío con un "Lily está perfectamente" antes de recoger lo que queda en la bolsa de Vapiano y dejar a mi tío con Dmitri en este parque.
Vuelvo al piso para estar ahí cuando Jayden llame, porque sé que va a hacerlo. Pronto.
Y tengo mucho que decir al respecto.
Lily es mi límite y, él, lo ha cruzado. Si quiere que hablemos, lo haremos, pero no pienso pasarle ni una.
──────༺༻ ──────
Pues eso, que Asher y Jayden van a hablar como queríais, de nada : )
Hoy podré la nota con gif y # porque hay muchas cosas y como ponga texto no acabo en la vida. PD-HOLA AMORES, ME HABÉIS ECHADO DE MENOS? SÍ? QUE NOS LEAMOS DE NUEVO MAÑANA O EL LUNES DECÍS? SÍ? TANTO ME HABÉIS ECHADO DE MENOS?
#Asher delatando por accidente que está con alguien ante su tío lol
#Asher estuvo con Eliana (la ex a la que engañó) en París, ¿creéis que fueron a las tumbas de Héloïse y Abélard? (💥 para sí // ❌ para no)
Lo peor es que seguro que fue mejor guía que con Olivia lol
# Olivia diciendo que quería un gato en el apartamento. > Asher con alergia a los gatos > Lectors pensando que entonces podrían tener un perro > Asher con los perros:
#EmojiSadPorElGato/PerroParaElShipp
#EmojiDeCorazónPorAsherComoHermanoMayor
(hice una pequeña dinámica en mi muro el otro día y no hubo tantos votos como esperaba hacia él como hermano en vez de Jayden, mi corazón hizo crack )
#Asher sintiendo que no forma parte de la familia porque lo que Jayden le dijo le afectó mucho : (
#Asher sintiéndose culpable por la muerte de Lily porque ella iba a quedarse con él ese día pero él cambió de planes : (
#Asher sintiéndose culpable porque le prometió que estaría bien al verla asustada y luego... </3
Le prometió...
#LÍNEA PARA OPINAR DE QUE NO AVISARAN A ASHER DE LO DE LILY
#LÍNEA PARA OPINAR DE QUE JAYDEN LE DIJERA A LILY QUE A ASHER ELLOS (Y ELLA) NO LE IMPORTABAN LO SUFICIENTE COMO PARA QUE LE INTERESARA SABER LO QUE HABÍA PASADO
#Línea de lana para recordaros que no hate. No pretendo crear hate hacia Jayden, y me gustaría usar esto para recordar que cada personaje tiene su razón y su verdad. Incluyendo Sammuel con Ada, incluyendo Madeline, incluyendo la familia de Asher...
#Línea para hablar de la que se va a liar cuando Asher y Jayden hablen.
¿OS habéis preparado?
Porque...
El próximo capítulo narrará Olivia, pero luego tendremos a Asher así que, preparémonos *guiño*
Después de todo, ¿llevamos tiempo esperando que hablen, no?
Un abrazo y nos leemos probablemente mañana o el lunes para empezar bien la semana, mis amores ♥
— Lana🐾
#Dmitri perrito enano <3
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