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Capítulo 4 - Planes

4 | Planes

Olivia Audevard

       Son pasadas las siete cuando llegamos al piso. Al entrar hay bastante ruido. La televisión está encendida, sale música de una de las habitaciones y hay al menos tres personas en la cocina hablando fuerte. Ansel dice algo en francés y reconozco a Yvonne cuando ella mira hacia la entrada y dice:

    —Pas un jour où Tony fait la cuisine. [No en un día en el que Tony cocina]

    Reconozco el nombre antes de identificar al chico esbelto al que me han presentado esta mañana. Él tiene una sartén en la mano, a Yvonne a su derecha y a un chico pelinegro de rasgos asiáticos a su izquierda.

    Ansel deja la cámara con cuidado sobre el mueble de la entrada.

    —Es pronto para cenar, pero parece que Tony cocina hoy —me explica.

    —No lo entiendo.

    —Tony es algo así como el único de este piso que sabe cocinar. Que realmente sabe cocinar —aclara—. Hay días en los que está de muy buen humor y se deja convencer para preparar algo para todos. Parece que hoy es uno de esos días.

    —Oh.

    Ansel pregunta algo en francés y, en cuanto tiene una respuesta por parte de Yvonne, vuelve a aclarármelo.

    —Ven, no querrás perderte esto —me dice. Por curiosidad más que por otra cosa, le sigo hacia la cocina—. ¿Has probado una tortilla francesa alguna vez?

    —¿Alguien no?

    —Puedes haber probado huevos revueltos hechos una cosa plana, pero definitivamente no has probado una tortilla francesa a la francesa —marca.

    Voy a preguntarle si hay alguna diferencia cuando él pide al chico al que todavía no me han presentado que le haga un hueco y levanta uno de los platos que Tony ya ha preparado. Es un plato con tomates pequeños partidos a un lado y algo más similar a un rollito que a una tortilla en el centro. Ansel dice algo más en francés antes de dejarla sobre la isla de la cocina. Vuelve con cubiertos, se sienta y espera a asegurarse de que estoy a su lado para hacer un corte vertical en el centro.

    Sonríe.

    El color de la tortilla es uniforme y, en cuanto Ansel lo corta, dentro puedo ver queso algo derretido sobre trozos de huevos revueltos todavía sin hacer del todo. Es como si por fuera estuviera perfectamente hecho y por dentro todavía se mantuviera a medio hacer.

    —¿No es malo comer el huevo poco hecho? —pregunto.

    —Creeme, esto es todo menos malo. Prueba. —Parte un trozo y puedo ver rastros de jamón salir junto al queso del interior. Estira el tenedor para que yo lo alcance y, ante mi duda, sigue—. Va a preparar para todos, pruébalo.

    Lo hago.

    Agarro el tenedor y lo pruebo.

    Me doy cuenta, en pocos segundos, de que este plato no tiene nada que ver con el plato rápido que hacía mi madre a veces cuando era tarde y no tenía demasiadas ganas de cocinar. Siempre me ha costado comer el huevo frito así que ella me hacía huevos revueltos o una tortilla rápida. Sin embargo, las que ella preparaba eran algo secas sin importar cuánto las hiciera. Esta es suave, casi se deshace en mi paladar y, sin duda, el sabor es increíble.

    Ansel distingue mi sorpresa y termina regalándome ese plato. Aunque no es todavía ni de cerca la hora a la que acostumbro a cenar -y quizás la de ninguno de ellos-, terminamos los cinco sentados para, como ha traducido antes Ansel, aprovechar que Tony estaba cocinando.

    —Tienes que enseñarme a preparar esto —pido al terminar.

    —Puedo intentarlo, pero no es tan fácil como parece, Yvonne lleva desde octubre intentándolo y apenas ha habido algún avance —se burla un poco. No tarda en traducírselo para luego seguir—. ¿Te gusta cocinar?

    —Me relaja.

    Ansel ríe.

    —Eso suena demasiado cliché —murmura—. La cocina no relaja, la cocina estresa. ¿Sabes cuántas veces se me ha quemado todo? —Se vuelve hacia Tony—. ¿Y eso de limpiar después? A nadie le gusta limpiar después.

    —Las tareas repetitivas en las que no hay que pensar demasiado pueden ser bastante desestresantes —digo sin pararme a pensar.

    Recito palabras que en su día me dieron.

    Me mira y yo me encojo de hombros. Se equivoca en algo, la cocina sí es relajante. Puede que no tanto cocinar, pero ver cocinar me gusta. Ramírez ha cocinado bastantes veces para mi madre y para mí. En todas ellas yo he andado a su alrededor, relajándome con cada uno de los pasos que él daba. Él pensaba y yo sólo disfrutaba de los apagados sonidos, de los olores y de la paz que Ramírez siempre me transmite. De vez en cuando él solía dejarme hacer algo. Algo simple como cortar una zanahoria o añadir las verduras a una olla, pero todas las veces me hacía sentir como una experta. Al igual que cuando empecé a salir a correr con él y me dejaba adelantarle, cocinando me intentaba hacer sentir que el plato era mío y que había hecho más que añadir dos verduras a sus dos horas de trabajo.

    —Bueno, cuidado entonces, porque Ansel tiene razón en algo y es en que la cocina aquí es estresante. Si sabes cocinar vas a tener cuatro sombras por el piso cada vez que pises la cocina —me advierte Tony.

    —Tres —corrige el otro chico—, Maia dejó el piso ayer.

    Eso Yvonne lo entiende porque pregunta "¿Maia?" y, al traducírselo, las palabras de ella son algo apagadas. Finalmente, le dice algo a Tony y puedo distinguir ese "Gracias" que le devuelve.

    Me pierdo intentando entender ese pequeño intercambio.

    —¿Cuántos somos en el piso ahora? —pregunto en un intento de aliviar la tensión que empieza a creer en el ambiente.

    —Kamun. —Ansel señala al otro chico y, con eso, yo por fin saco su nombre. Sigue señalando—. Tony, Yvonne, tú. —Baja la mano—. Está el otro nuevo que llegó hace cosa de una semana, Asher, y luego queda Chloe, pero ella no se relaciona con nadie y se irá pronto así que si ves a una chica de pelo rubio corto por aquí, haz como si no estuviera. No es nada sociable, pero no te lo tomes como algo personal.

    Yvonne refunfuña por lo bajo y Tony rompe a reír a su lado. Kamun hace un comentario que da la impresión de ser burlón y Ansel muestra una media sonrisa.

    —Yvonne no se lleva bien con Chloe —me explica Ansel en bajo—. Chloe suele llegar de madrugada haciendo mucho ruido e Yvonne no se lleva bien con cualquiera que la despierte antes de las siete.

    Así que supongo que lo que Yvonne ha dicho no ha sido nada agradable hacia esa otra compañera de piso. Por las reacciones, diría que esa tal Chloe no le cae bien a nadie de aquí.

    Muevo el vaso de agua entre mis manos.

    —Bueno y, ¿qué soléis hacer por aquí para pasar el tiempo? —pregunto.

    —¿Te refieres a por qué zonas salir y así? —pregunta Kamun.

    —Maldita sea Kamun —reacciona Tony, pero más que con molestia lo hace con cierto humor—. Todavía es pronto para que Olivia se una a tus tours de cócteles, dale un respiro.

    —Me voy en cuatro días, no hay tiempo para un respiro —devuelve Kamun.

    —Decía más bien qué ver durante el día, pero lo de zonas por las que salir también suena bien —admito.

    Kamun le da una mirada de "Te lo dije" a Tony y se vuelve hacia mí. Él, al igual que el resto, se ha terminado rápido la tortilla que ha preparado Tony. No me extraña. Lo único que ha quedado son unos de esos tomates en el plato de Yvonne.

    —Puedo hacerte una lista —me dice Kamun.

    —Suena bien.

    —También puedes venir a Duplex este viernes —añade.

    —¿Duplex?

    —Una discoteca. Es mi último día en París y quiero celebrarlo, puedes unirte.

    —No te sientas presionada —añade Ansel—. De aquí vamos todos. También irán algunos compañeros de clase de Tony, unas amigas de Yvonne y algunos conocidos más de Kamun. Si quieres venir eres más que bienvenida. Si no, puedes mandar a la mierda el plan sin preocuparte.

    —No, suena bien —respondo.

    —¿Eso es que te unes? —pregunta Kamun.

    Mientras, por lo bajo, Tony ha ido traduciéndole todo a Yvonne.

    —Claro —sonrío.

    —¿Ves, Tony? —pregunta Kamun—. Nunca es pronto para cualquier cosa que implique alcohol.

    Diría que Tony le imita de forma infantil, pero al decirlo en francés no estoy del todo segura. Mientras él lo hace, abren una de las puertas del pasillo y esas palabras en francés llegan a los oídos de Asher porque, nada más sale, las repite de forma menos burlona. Kamun le dice algo a lo que Asher responde mientras abre una de las neveras.

Asher saca una botella de Vodka.

    La conversación entre Kamun y Asher sigue en francés, con las palabras de Asher siendo lentas y descuidadas mientras que las de Kamun son más duras y marcadas. Al final, Kamun termina pasando a inglés, notoriamente más cómodo en ese idioma.

    —Dame dos minutos —pide.

    Asher le responde en francés y, cuando Kamun sale de la cocina, veo a Asher meter la botella en una bolsa de plástico.

    —¿No tenías clase mañana? —le pregunta Ansel.

    —Tengo —responde Asher.

    Tony señala el congelador y dice algo en francés. Asher lo entiende y saca del congelador una bolsa pequeña transparente que tiene hielo dentro. La mete también en la bolsa donde tiene el Vodka.

    Alguien va a empezar fuerte la noche.

    —Podemos irnos —dice Kamun al salir de su habitación.

    Asher tira del asa de la bolsa, mete las llaves que tenía en la mano en el bolsillo de sus vaqueros rotos y, sin decir nada, sale del piso con Kamun. En cuanto cierran, Yvonne aparta su plato y se estira un poco sobre la mesa con cansancio. Ansel me traduce lo que ella dice.

    —Ha dicho que no tiene ganas de que le despierten de madrugada entre semana.

    En eso le doy la razón.

      Ayudo a recoger y limpiar los platos antes de volver a mi habitación. Lo primero que hago tras ponerme el pijama es cerrar con llave, cerrar la ventana y llamar a mi madre. Hablar con ella es doloroso y relajante al mismo tiempo. Hablar con ella me recuerda que ambas estamos bien, pero también es como que te claven un puñal. Es recordar una situación que no me gusta estar viviendo.

       Intento relajar el ambiente contándole acerca de mi día. Le hablo de Trocadero para explicarle dónde saqué la foto que le envié. Menciono las paradas que hicimos y le describo todo lo que he visto a lo largo del día de hoy. Ella ya ha estado en París antes. Estuvo en su viaje de bodas. Me ha aconsejado un poco sobre restaurantes a los que debería aprovechar para ir, pero, incluso al hacerlo, yo podía notar su sonrisa vacilando. El miedo curvaba sus labios con dureza. Yo fingía no verlo todas las veces.

      Decirle que quería irme sola un tiempo fue un fuerte golpe. Dudo que hubiera aceptado de no ser porque este programa es una forma de no parar por completo de estudiar. Mi madre quiere que yo vaya a la universidad como si fuera a haber un futuro estable para mí alguna vez. Incluso de haberlo, no estoy segura de que la universidad sea lo que yo quiero.

     Separarme de ella ha sido una de las decisiones más dolorosas y liberadoras que he tomado. La quiero con toda mi alma. No quiero perderla nunca, pero vivir atada a ella me está consumiendo. No solo con ella sino con todo lo que esto implica. Los traslados, los cambios de nombre, los policías viviendo entre nuestros vecinos, las normas...

   Es como si el día en el que ese asesino mató a mi padre nos hubiera matado a nosotras también. Así se siente vivir así. Es gritar sin ser escuchada. Es existir sin vivir. Es una prisión.

     Pero decirlo me convertiría en una tonta desagradecida.

    Me están protegiendo, me están dando una vida. ¿No debería ser suficiente como para quedarme callada y aceptarlo? Sin embargo me encuentro huyendo una y otra vez. Me alejo, tirando de una correa invisible en busca de una libertad que no van a darme. Quizás, si tiro suficiente, ellos la rompan por mí.

    Todos morimos en algún punto y, aunque unos antes que otros, aunque unos lo tengamos tan claro y con un miedo tan persistente como nosotras, no quiero que mi vida se centre solo en eso.

    Por ello, aunque mi corazón se encoge un poco al oírla llorar al otro lado del teléfono porque me echa de menos y está preocupada, no cambio de idea. Este es un pequeño paso hacia una vida sola. Hay decisiones que tengo que tomar y pasos que he de dar. Este es el primero.

    Al colgar el cansancio es más mental que físico, pero eso tampoco me ayuda a dormir.

    Pongo la alarma, meto el táser que me regaló Ramírez bajo mi almohada y me aseguro de que la puerta esté cerrada con llave antes de meterme entre las mantas. Cada vez que cierro los ojos, mi corazón se acelera y los abro de nuevo. 

    Siempre es ese el sentimiento que tengo, esa falta de seguridad que no muere con pestillos, llaves ni escondida en rincones. Me consume como el recuerdo borrado de uno de los peores días de mi vida. Uno que, por mucho que mi mente se haya esforzado en olvidar, sigue golpeteando como si fuera lluvia contra un cristal.

    Uno que hace que mis dedos se cierren con fuerza contra la manta y que me sienta de nuevo una niña pequeña que quiere que sus padres la consuelen. Es el trauma de mi niñez que arrastra consecuencias incluso diez años después. Una herida sin sanar, una que evito mirar.


──────༺༻ ──────

Contadme, ¿sois más como Tony o como las sombras de Tony? (Es decir, ¿sois quien cocina o quien acosa a quien sabe cocinar jajaja)

#TeamSoyTony

#TeamSoySuSombra

Me imagino a Tony preparando platos muy preparados y luego al resto de esa casa tan:

Kamun saliendo de fiesta a los dos minutos de que le cuenten el plan es un estilo de vida JAJAJA ¿Quién de aquí se siente identificada con él?

#Yo Me Siento Identificada

#Lol Yo No

Asher saliendo hasta las cinco de la mañana y con una botella de Vodka solo para él cuando tiene clase al día siguiente es otro nivel.

Seamos sinceras: ¿Quién ha salido de fiesta teniendo clase a la mañana siguiente -y asistiendo-?

#OopsYo

#YoNo

Ya puedo imaginarme a Asher por la mañana tipo:

Traducción: "Realmente no ha terminado bien".

Sobre Olivia, aquí estamos viendo más poco a poco lo que es su vida, pero hemos avanzado bastante. Nada, que alguien quiere matarla a ella y a su madre por una venganza. ¿Queréis galletas con el té?

Oh y, ¿a alguien más le da un mal presentimiento el tema de que tenga miedo de no poder volver a ver a su madre porque podrían matarla antes de ese día?

Y, ¿a quién acabo de provocarle ese miedo con la pregunta anterior?

je, perdón

Ahora sí, gracias por el apoyo y nos leemos el próximo sábado con más París y más LPDA♥

(y esperemos que con Olivia dejando de saltarse sus clases lol)

Un abrazo enorme,

— Lana🐾

Oh y, si habéis llegado hasta aquí os doy un pequeño adelanto: EL CAPÍTULO EN EL QUE VAYAN A DUPLEX VA A SER INTENSITO

Y jugoso

Y ya sabéis quién irá también ¿no?

*insertar emoji perver aquí^

Ahora sí, bye, ♥

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