Cuando Siena salió de la estancia, aún permanecieron callados unos segundos hasta que todos empezaron a moverse incómodos y comenzaron a levantarse con ganas de irse.

— No quiero que os marchéis aún ―ordenó Loira de pronto, haciendo que todos volviesen a sentarse expectantes―. Quiero que hablemos de un tema antes de dejaros ir hoy.

— Lo que acabamos de presenciar aquí no es una agradable antesala a una reunión amigable. Sería conveniente dejarlo para mañana, Loira ―dijo Elster con voz dura, recriminatoria.

— Me es indiferente lo que os haya hecho sentir el juicio de Siena. Más me duele a mí haber sido consciente de su traición y haber tenido la obligación de juzgar a mi propia hermana, pero la vida aquí sigue y no puedo consentir que perdamos el tiempo ―contestó con voz aún más dura. Estaba dejando claro que era una orden y debían acatarla todos―. Ahora, siéntate y escucha, como te ordena tu Reina.

Todos se sentaron aún más en silencio que antes. Estaba claro que la Reina no estaba contenta con el juicio y la decisión que había tenido que tomar y no esperaba que le recriminasen que hiciese cumplir la ley. Sin embargo, las miradas durante el juicio sí habían sido de incomprensión. Entendieron el juicio y la pena de Tajto puesto que casi la mata, pero nadie llegaba a comprender que no tuviese piedad con su hermana cuando se la veía claramente arrepentida. Por no hablar de que era la mejor en su trabajo. Urai esperaba que el tema de la comida no se viese alterado por la falta de dirección y organización por parte de Siena.

— Bien. Ya que estamos todos aquí quiero aprovechar para tratar varios temas. El primero es el sustituto de Siena. No estoy por la labor de que sea Arno, puesto que en ocasiones anteriores no ha demostrado sus capacidades cuando ha tenido que sustituir a mi hermana, sin embargo, por jerarquía es el siguiente. Además, espero que, al no tener ya el respaldo de Siena por si se equivoca, se centre y sea capaz de desarrollar el trabajo. De no ser así, el mes que viene nombraré a otro ―comenzó Loira algo más calmada.

— Nos parece bien ―fueron respondiendo todos. Urai prefirió no contestar cuando vio que la mayoría daba su aprobación. Él no podía olvidar que Arno había sido el que había seguido a Siena y quien la había delatado ante la Reina. Todo podría haberle salido bien a su mujer si no hubiese sido por ese indeseable. Sin embargo, había descubierto una traición en ciernes y había tenido mucho que ver en la operación para detenerles. Para todos los que eran conscientes de estos hechos les debía parecer la recompensa idónea, sin embargo, para él, le parecía una desagradable noticia.

— Perfecto. Pasemos, pues, al siguiente tema. Quería preguntar a Davra como va con los prototipos necesarios para los trabajos de Maissy ―preguntó dirigiéndose directamente a la aludida.

— Ya terminé la reparación de los prototipos. Estoy a la espera de si Maissy necesita algún ajuste más. De momento he vuelto a centrarme en la cúpula ―expuso la ministra de energía y tecnología de la ciudad, algo extrañada de que les hubiese hecho quedarse por temas que parecían banales a simple vista.

— ¿Cómo vamos con la cúpula? ―quiso saber Loira. Urai tampoco entendía la finalidad de la reunión por los temas que estaban tratando, pero Loira nunca daba puntada sin hilo por lo que suponía que todo aquello terminaría llevando a algún punto o conclusión importante para ella. O quizá solo buscaba dar sensación de normalidad después de lo ocurrido, restarle importancia a un hecho que había dejado a todos en shock. Fuera como fuese, tendría que esperar para saber sus motivos reales al final de la reunión.

— Mientras unos pocos de mis más experimentados trabajadores y yo hemos estado centrados en el proyecto reproductivo, el resto ha continuado con la cúpula. Al no tener dedicación completa hemos ido algo más lentos en este proyecto por lo que tenemos la cúpula muy atrasada ―explicó Davra algo nerviosa al no saber si esos datos iban a desatar la ira de una volátil Loira―. Estamos alrededor de tener el cincuenta por ciento de la cúpula construida.

— Sí, me lo imaginaba. Hemos tenido que dividir fuerzas y a eso hay que sumarle las noches de fiesta que hemos tenido y unas nevadas algo largas. Me suponía que no se había avanzado mucho y más sin contar con tu supervisión ―contestó mostrando que no estaba enfadada por la demora y que había preguntado porque quería confirmar sus cálculos―. Bien, quiero que demos un buen empujón al proyecto cúpula. Lo quiero terminado lo antes posible. Ya que Maissy no va a requerirte ni a ti ni a tu grupo más, en principio, quiero una dedicación absoluta por vuestra parte a terminar la cúpula. Normalmente tenemos un par de semanas entre nevadas en las que se puede trabajar. Quiero que la primera semana todo el que no tenga tareas esenciales para nuestra supervivencia se dedique a ayudar en la construcción. Durante esa semana dispondrás de todo tu personal y gran parte de la población de la Noche a tu disposición. Y la primera semana de nevada también. Vendrán todos a palacio y ayudarán en lo que puedan para la creación de los paneles de cristal y demás cosas que necesites. Eso te lo dejo a ti orquestarlo. Quiero que esté terminada en un año a más tardar. ¿Lo ves factible?

— Con tantas manos a mi disposición y si no surge ningún imprevisto que nos ocupe ese tiempo, yo diría que lo podemos tener terminado en ese plazo ―confirmó Davra con una seguridad en sí misma que hizo sonreír orgulloso a su marido. Incluso vio sonreír contenta a la propia Reina ante tanta seguridad.

— Excelente, me alegra tu actitud y tus palabras porque estoy preparando tu siguiente proyecto. Y te aseguro que no va a ser sencillo ni lo tendremos a corto plazo ―continuó Loira sonriendo aún. Urai observó cómo todos la miraban extrañados, a la espera de que diese datos sobre a qué se refería, aunque él ya vislumbró la auténtica finalidad de esa reunión. Si no estaba errado, iba a hablarles sobre el submarino. Por eso le había hecho buscar información sobre ello, por eso quería saber los tiempos de la cúpula, por eso les había hecho quedarse―. Gracias a nuestros ahora enemigos, hemos descubierto cierta información. Ellos disponían de unas referencias de sus ancestros sobre un lugar llamado el Arca. Un lugar en el que guardaron semillas de plantas que hoy ya ni existen, pero de la que ellos tienen información. El Arca, según sus datos, se encuentra en la Zona de Exclusión. Como bien sabéis, no podemos llegar a esa zona puesto que, al igual que la Zona No Habitable, no tiene oxígeno y moriríamos a los pocos minutos. Pues bien, su solución fue la creación de un submarino como el que tenemos en dique seco languideciendo. Quisieron que se lo diese, pero no me fie de ellos. Entonces solicitaron nuestros planos y manuales del submarino para construir uno ellos mismos. Al descubrir que, efectivamente los teníamos, también me negué a dárselos, puesto que no me fio de que realmente haya allí lo que ellos dicen que hay. Ante todo, busco protegernos de una civilización que nos muestra una cara salvaje y atrasada, pero que luego solicitan planos para construir una máquina que necesita un nivel muy avanzado de tecnología. Viendo que no se lo daba, decidieron venir y robarlo. Para eso engañaron y manipularon a Siena. Me cuesta creer que se tomaran tantas molestias por unas semillas y por ese motivo he pedido a Urai que revise todo lo que tenemos de nuestros ancestros por si tenemos referencias a ese Arca que tanto ansían nuestros vecinos. ¿Has encontrado alguna referencia a esto, Urai?

— Lo cierto es que sí, mi Reina ―contestó Urai poniéndose en pie para contestarle a ella y a todos. No se había confundido, tenía razón en la finalidad de esa reunión. Lo que le sorprendió fue el tacto con que había tratado el tema puesto que, siendo consciente de que había gente allí que no sabía la verdadera historia del fin de la Tierra y de dónde provenía toda su tecnología, había evitado mencionarlo de forma directa para no causar dudas en los que desconocían el pasado. Seguiría su línea y evitaría cualquier referencia que pudiese levantar suspicacias en aquellos que no lo sabían―. Llevo un par noches sin salir de la biblioteca, revisando todos los documentos de la época antigua que pudiesen contener algún tipo de referencia al Arca, como me pediste. He encontrado varias referencias que lo mencionan y confirman lo dicho por los del Sol: es un almacén de antiguas semillas. Posiblemente la mayoría son de plantas que están extintas en nuestro tiempo. Lo malo es que solo he encontrado referencias a una localización aproximada. Me quedan documentos que revisar aún y espero poder encontrar algo más específico. Necesitamos unas coordenadas y estoy buscándolas.

— Excelente, eso son buenas noticias. Sé que ellos construirán ese submarino con o sin nuestros planos. Lo bueno es que contamos con mucha ventaja al tener uno, ya que solo tenemos que repararle y que contamos con los planos y manuales de dicho submarino. Eso quiere decir que, mientras ellos parten desde cero, nosotros tenemos medio camino recorrido. Davra, ¿cómo ves lo de reparar ese viejo amasijo de titanio?

— Teniendo los planos debería ser más fácil que construirlo desde cero, como dices. Tendría que mirar primero los documentos, comprenderlos y estudiármelos para ver por dónde tendríamos que empezar. No es solo repararlo exteriormente para que soporte la inmersión sin que se rompa por cualquier parte, sino toda la tecnología que se necesita para manejarlo y que cumpla su función. No será sencillo, eso hay que tenerlo claro ―comentó Davra pensativa y, quizá, algo sobrepasada por el trabajo titánico que se abría ante ella.

— Por ese motivo os decía que no sería un logro a corto plazo, sino que se tardaría mucho en conseguir. Mientras tú y tu plantilla termináis la cúpula, Urai se dedicará recabar todos los datos que haya sobre el Arca para acotar su localización y, posteriormente, tendrá que traducir los planos y documentos que tenemos en papel para que tú solo tengas que leerlos y comprenderlos para llevarlo a cabo. Urai, ¿cuánto tiempo necesitarás para traducirlo? ―le preguntó mirándole directamente a él. Quería tener una idea aproximada de los tiempos que tardaría cada uno para hacer una aproximación de cuánto tiempo tendría que esperar para tener su submarino operativo.

— Imagino que en un año lo podré traducir. Si no, tendré, al menos, suficiente para que Davra pueda ir mirándolo y haciéndose una composición de lugar. Querría tener toda la información que haya localizada y traducida totalmente para dentro de un año. O la mayoría traducido ―contestó con seguridad, aunque sin querer comprometerse a tenerlo todo. Debía recordar que pasaría varias semanas durante ese año con su mujer en la Zona Neutral y no podría trabajar.

— Excelente ―dijo sonriendo la Reina, orgullosa de su gente y aún más de sus respuestas―. Nos han estado engañando durante siglos. No permitiremos que se queden con algo tan importante como esas semillas porque estoy segura de que no las compartirán con nosotros. Serán nuestras. Llegaremos antes que ellos. Podemos hacerlo.

Sorprendentemente, nadie puso en duda sus palabras. Todos se contagiaron de su fuerza y su seguridad y quisieron llegar al Arca antes que el Sol. Prácticamente ninguno sabía de su existencia unos minutos antes, pero de pronto, todos lo querían. Al confirmar él que existía había dado veracidad a todo lo que Loira había dicho. Ya nadie se cuestionaba si realmente el Sol estaba tan avanzado, si realmente buscaban los planos, si había una carrera para llegar al nuevo premio, si eran tan necesario llegar a esas semillas, si no habría cosas más importantes que desarrollar en las que invertir los recursos materiales y la mano de obra. Solo querían ganar a sus mentirosos y ambiciosos vecinos. Debían dar las gracias porque no había suspendido el proyecto de la cúpula para darle prioridad al nuevo proyecto. Lo que estaba claro era que Loira era ambiciosa y que sabía cómo hablar para contagiar de esa ambición a sus subalternos. Ya nadie parecía recordar que Siena había sido exiliada, ya solo existía la traición del Sol, sus mentiras y las ansias por ganar en esta nueva carrera por unas míseras semillas.