Rodrigo concreta la cita con Esteban y Suna prepara la operación de seducción con ayuda de Rafael.

La tensión en la sala de juntas era realmente insoportable, Rodrigo no dejaba de atacar a Esteban con frases en doble sentido, su manera de hablar era sutil; hacía comentarios que a pesar de llevar una sátira insultante no existía motivo alguno como para que su víctima se defendiera, de hacerlo sería él quien terminará perdiendo tal contienda. De tal modo que Esteban se limitó a guardar silencio pacíficamente.

—Por favor Rodrigo, es suficiente, guarda tus bromas para otra ocasión —dijo el Sr Arturo Walker—. El motivo principal por el cuál los he reunido aquí es el siguiente —hizo una pausa y los miró cálidamente— Quiero que exista paz y armonía entre las familias Harrison y Walker. Ya no quiero más resentimiento y rivalidades entre ustedes.

—¡Vaya! Me alegra que lo mencioné padre —dijo Rodrigo— ya que se me ha metido en la cabeza la loca e incipiente idea de invitar a mi buen primo a beber una copa.

La sorpresa en el rostro del Sr Walker fue grande, era la primera vez que presenciaba el interés por parte de su hijo en socializar de manera amistosa con su primo Esteban.

—Si piensas que iré a uno de esos deplorables lugares que sueles frecuentar, déjame anticipar mi respuesta —dijo Esteban, pero, antes de finalizar fue interrumpido por el Sr Walker.

—Esteban, por favor, dale una oportunidad a Rodrigo. Creo que una oportunidad como está merece de tu consideración para que se lleve a cabo, además no creo que las intenciones de Rodrigo sean malintencionadas, ¿verdad hijo?

—Por Supuesto que mis intenciones son buenas —respondió triunfante, pues tenía la seguridad de que Esteban no rechazaría su invitación, no después de haber sido persuadido por el Sr Walker, quien no dejaba de verlo con una expresión suplicante en la mirada.

—Siendo así, no me queda más que confiar, dime dónde será la reunión.

—Te mandé la ubicación —respondió mientras se levantaba del asiento y guardaba su celular en el bolsillo de su pantalon —. Gracias por la reunión padre, fue en verdad asertiva —dijo antes de salir de la oficina.

—Muchas gracias por aceptar la invitación de Rodrigo, en verdad te lo agradezco.

Expresó con fervor el señor Walker.

—No tienes nada que agradecer.

Esteban era una persona perspicaz, sabía bien que detrás de aquella invitación se escondía algo turbio, que en definitivo no le beneficiaría en nada.

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—¡Está buenísimo! —exclamó Rafael, con la fotografía de Esteban en ambas manos, se dejó caer nuevamente en el sofá en el cuál había estado sentado— ¡Fiuuu! La paga es exorbitante, en definitivo este sujeto debe de ser un verdadero dolor de estómago para Rodrigo, ¿cierto?

—Quizás, pero no es la primera vez que Rodrigo me pide algo así, ya en ocasiones anteriores le he prestado este tipo de servicios —respondió Suna mientras servía café para los dos.

—Todo suena genial, pero yo creo que deberías pensar y analizar mejor la situación. Rodrigo nunca te había pagado tanto por acostarte con uno de sus enemigos, ¿por qué eso es lo que es, verdad?

Suna permaneció en silencio un par de minutos, bebió su cafe y después le sostuvo la mirada a Rafael.

—No lo sé —respondió natural y relajado.

—¿Cómo? —preguntó sorprendido— ¿No tienes idea de quién es el sujeto de la fotografía?

—Se llama Esteban y es un alfa al igual que Rodrigo.

—Imposible —masculló, después se levantó y caminó por la sala del pequeño departamento de Suna—. Que poco profesionalismo, la verdad me sorprendes. Debiste de investigar bien antes de aceptar algo así, además, quién te garantiza que realmente sea un alfa común, ¿y si es dominante?

—Tranquilízate, no es dominante. Rodrigo me lo aseguro, además él lo conoce.

—¿Tanta confianza le tienes? —preguntó molestó.

—Por supuesto. Rodrigo es mi cliente más seguro y confiable, no olvides que gracias a él tengo mi salón de belleza y si todo sale como se planeó, con el dinero que me pague podré comprar la casa que tanto deseo y tendré mi vida resuelta; así ya no dependere de este negocio, que aunque sea denigrante ante la sociedad, me ha servido para conocer a gente amigable e inclusive buena, cómo Rodrigo.

—Creo que fantaseas con respecto a Rodrigo. No digo que no sea un cliente confiable, pero llamarlo buena persona; eso sí raya en la fantasía. Gente como él, lo es todo, menos buena —Rafael volvió a su asiento y suspiro—. Aun así, recomiendo que investigues más acerca de este alfa —dijo sacudiendo la fotografía de Esteban— debes saber bien quién es en realidad, ¿dónde vive? ¿A qué se dedica? ¿Qué relación tiene con Rodrigo? Y ¿Por qué se ha vuelto en un objetivo de ataque para él?

—Ya no tiene caso —argumento mientras ponía su taza de café en la mesita de centro— hoy es la cita con él en el Antro-bar, justo a las 9 de la noche.

—¿Y por qué me lo dices hasta ahora?

—Toda la semana estuviste ocupado, no tuve tiempo de informarte, así que no te enojes. Lo importante es que ya lo sabes y ya lo viste en la foto. Necesito de tu ayuda, Rodrigo lo citó en la barra, en cuanto lo veas tienes que atenderlo y me informaras cuando ya esté ahí, no olvides que siempre obtienes un porcentaje de mis negocios sean o no exitosos.

—Esta bien, pero si detectó peligro alguno, da por hecho que detendre toda la operación.

—Hecho.

Contestó Suna arrebatándole la fotografía de las manos a Rafael.