La princesa y la sirvienta (7)
— Im Nayeon.
La nombrada volteó al escuchar su nombre, viendo a Momo y a dos guardias más.
— ¿Necesitan algo?
— La Princesa Chou pidió que almorzara con ella, a las 2:00 pm en el jardín. — Informó la alfa. — Le decimos con anticipación por si quiere arreglarse.
La omega se quedó impactada, su amiga Jihyo quién también estaba ahí estaba igual o peor que ella.
— Oh, está bien.
— Por favor no llegue tarde.
La alfa hizo una reverencia y se fue de allí.
— ¡LA PRINCESA CHOU TE INVITÓ A ALMORZAR! — Gritó Jihyo, yendo a dónde su amiga para tomarla por sus hombros y moverla. — ¿Me perdí de algo?
— Bueno… ¿Te acuerdas que ayer no podía dormir?
— Sí, que parecía que tenías hormigas en la cama.
— Bueno, por la tarde, ella me fue a buscar.
— ¿No estaba con la princesa Mina?
— Sí, escucha. La princesa me fue a buscar pero yo estaba enojada con ella, muy tonto de mi parte, pero eso después te lo cuento mejor. — Suspiró. — La cosa es que ella me dijo que me quiere.
— ¿Cómo?
— Me dijo “te quiero” .
La beta se puso una mano en la boca, más impactada de lo que ya estaba.
— ¿Y tú qué hiciste?
— No le pude responder porque la llamaron, desde ahí no hemos hablado.
— Im Nayeon, ¿Acaso le diste agua de calzón a la princesa?
— ¿Yo le di agua de calzón? A lo mejor fue ella quién mandó a qué me dieran. — Se defendió. — No es normal lo mucho que me gusta. — Murmuró con los brazos cruzados.
— ¡Bueno ya! Tengo un vestido que te quedará hermoso, vamos a vestirte. — La beta empujó a la omega hasta su habitación.
Tzuyu estaba impaciente.
Caminaba de un lado a otro mientras se mordía la uña del dedo pulgar.
¿De verdad vendría?
Tocaron la puerta sacándola de su crisis.
— Adelante.
Las puertas se abrieron dejando a la omega entrar.
Tzuyu se le quedó viendo, muy embobada por lo hermosa que se veía.
— ¿Princesa Chou?
— Te ves… Hermosa. — Se acercó a la omega. — Me gusta.
La omega se sonrojó, no estaba acostumbrada a recibir halagos que vinieran de personas externas a su familia y amigos.
— Gracias, usted también se ve linda.
— Vamos a sentarnos.
Caminaron hasta la mesa, Tzuyu se apresuró a ponerle la silla a Nayeon para que se sentara, la omega dijo un pequeño “gracias” por el gesto.
— Me comentaste la otra vez que te gustaba el tteokbokki, así que mandé a la señora Lia a hacer el mejor tteokbokki que podrás probar, así que come con confianza.
La omega asintió, llevándose un bocado a la boca.
— ¡Está delicioso! Oh Dios mío, está delicioso. — Exclamó llevándose una mano a la boca.
Tzuyu le sonrió mientras comía silenciosamente, feliz porque su plan había ido a la perfección.
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