La princesa y la sirvienta (5)
Nayeon no iba a aceptar que sintió algo de celos al ver a Tzuyu con aquella princesa.
Para empezar que le pareció raro que la alfa no la había ido a buscar para pasar su rato hablando, verla con aquella chica solo hizo que su lobo y ella se sintieran molestos.
— Así son todos los alfas. — Se dijo mientras tendía unas sábanas. — Vienen, te tratan bonito y luego hacen lo mismo con otra persona. — Suspiró.
Cuando terminó de arreglar las sábanas, la alfa apareció.
— Hola, Nayeonnie.
La omega la miró, sólo para pasar por su lado e ignorarla, dejando a la alfa confundida.
— ¿Nayeon?
La omega no se volteó, en cambio, empezó a caminar más rápido.
— Nayeon, ¿por qué no me hablas? — Le preguntó mientras la seguía. — ¿Hice algo malo?
— ¡Princesa Chou!
La voz de la omega hizo que Nayeon se detuviera y volteara a verla.
— Dijo que iría al baño y luego no regresó, así que vine a buscarla. — Dijo la princesa acercándose a Tzuyu, tomando su brazo.
Nayeon se limitó a seguir su camino, no queriendo seguir viendo la escena.
— Princesa Mina.
— ¿Qué sucede?
— Tengo que hacer algo, muy importante, vaya al jardín con sus padres y mi madre. — Se zafó del agarre de la omega.
— ¡La puedo acompañar! — Insistió mientras intentaba tomar otra vez el brazo de Tzuyu.
— En serio, vaya al jardín.
— No, yo quiero estar con usted.
— Escuche princesa. — Pidió ya algo irritada. — Sé que yo le gusto, pero usted a mí no, y si me disculpa, tengo que irme. — Finalizó para correr por donde se fue Nayeon, dejando a la princesa sola.
Vio a la omega sentada en la fuente del jardín, dándole la espalda.
Se acercó a ella lo más silencioso posible.
— Alteza, sé que está aquí.
Tal vez no fue tan silencioso.
— Nayeon, ¿estás molesta conmigo? — Preguntó mientras se sentaba, esta se giró dándole la espalda.
— No, ¿por qué debería estarlo? — Respondió cortante, contradiciendo sus palabras.
— ¿Entonces por qué no me quieres hablar?
— Usted estaba muy ocupada con la princesa Myoui que no la quise molestar, ella gusta de usted.
— ¿Estás celosa?
La omega se empezó a reír, la alfa estaba demasiado confundida.
— ¿Yo? No, para nada, ¿por qué debería estar celosa?
Ohh, al fin lo captó.
— Nayeon, mírame.
La omega se volteó a verla.
— La princesa Myoui no me interesa, en serio. Iba a venir a verte después de saludar a su familia, pero la princesa Myoui me lo impidió y no podía negarme, sería muy maleducado de mi parte hacerlo. — Tomó sus manos. — Me gusta estar más contigo que con ella, créeme.
Nayeon ahora estaba apenada, no se había puesto a pensar que la alfa sólo estaba siendo amable con la omega.
— Yo… Lo siento, me siento muy apenada por la forma en la que he actuado, no debí actuar así.
— Bonita, no tienes que disculparte. — Dejó un besito en el dorso de su mano. — Entiendo tus razones, yo también me pondría celosa en tu lugar.
Ahora Nayeon sí parecía un tomate de lo roja que estaba, a la alfa le encantaba aprovecharse de que la omega no sabía responder ante sus cumplidos o actos.
— Nayeon.
— ¿Sí?
— Te quiero.
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