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La princesa y la sirvienta (4)

- ¿Es necesario que yo esté ahí? - Preguntó la alfa mientras le terminaban de arreglar el vestido.

- Te verás maleducada si no bajas a saludar a la familia Myoui, después de que los saludes puedes irte. - Explicó su madre.

Tzuyu no tuvo más opción que ir a recibir a la familia Myoui del Reino vecino.

- Majestad, la familia Myoui ha llegado.

- En unos momentos bajaremos.

Terminaron de arreglar a Tzuyu y salieron de la habitación. "Que no haya venido, por favor Luna te lo pido, que no haya venido" Ya en la entrada, los reyes Myoui pasaron.

- ¡Reina Chou! Tiempo sin verla. - Dijo la reina Myoui, quien era una omega.

- Es un gusto volver a vernos, reina Myoui. - Respondió con amabilidad. - También me da gusto verlo, rey Myoui.

- Lo mismo digo, reina Chou.

Tzuyu suspiró aliviada, no había rastros de aquella chica.

- ¡Princesa Tzuyu! - Gritó una voz femenina.

Tal vez cantó victoria muy rápido.

Se preguntarán, ¿quién es la chica y por qué Tzuyu no quiere verla?

La chica es la única hija de los reyes Myoui: Mina.

La familia Myoui es una de las más cercanas a la familia Chou, por lo que se conocen desde pequeñas, la chica siempre había sido muuuy cariñosa con Tzuyu y hasta cierto punto ella lo podía tolerar.

No la veía desde hace dos años, por lo que había olvidado como se sentía su insistencia, parecía que nunca iba a cambiar.

- Princesa Myoui. - La omega abrazó a la alfa, tanto que esta se preguntaba de donde tenía tanta fuerza. - Es... un placer volver a verla.

- Yo también la extrañé mucho, Princesa Chou. - Dijo, separándose de la princesa.

- Bueno. - Habló la reina Chou. - ¿Quieren pasar al jardín a tomar algo de té?

- Sería un placer.

Tzuyu aprovechó que todos estaban distraídos para ir a las escaleras, cuando iba a subir el primer escalón, Mina habló - Princesa Chou, ¿no va a acompañarnos?

- Lo siento, tengo cosas que hacer. - Se iba a ir, pero la omega otra vez habló.

- ¿La puedo acompañar? - Preguntó entusiasmada.

- No puede. - Respondió rápido. - Lo que quiero decir es que estaría aburrida.

- No lo estaré. - Corrió hacia donde ella y enlazó su brazo con el de la alfa. - Vamos

Esta le sonrió incómoda y prosiguió a subir.

Pero algo que la alfa no notó, fueron los ojos marrones que observaban la escena recelosos.

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