── ¡No puedo hacerlo!

── Sana, sí puedes.

── ¡No puedo!

Sana se escondía en el baño, se supone que hoy sería el día de su declaración, pero a última hora se había retractado, con la excusa de sue no podía hacerlo.

── Minatozaki Sana, vas a salir, vas a ir con la princesa Chou y le vas a confesar que estás enamorada de ella y que la quieres para toda la vida.

Sana abrió la puerta, asomándose.

── ¿Crees que pueda hacerlo?

── Eres Minatozaki Sana, la chica que se ha peleado con más de cinco alfas siendo una omega, ¿qué no puedes hacer?

Sana soltó una sonrisa nasal, Miyeon siempre la animaba.

── Está bien.

── Vamos. ── Enrolló su brazo con el de la Omega. ── Ya te tengo ideas de lugares para que salgan a citas.

Tzuyu se encontraba en los establos, pasando a saludar a los caballos, tenía tiempo que no los veía.

El olor dulzón a caramelos hizo que dejara de acariciar a los cabellos y se voltease a ver a la dueña de tal aroma.

Vio como Sana la veía desde la puerta del establo.

── ¿Tienes miedo de pasar? ── Le preguntó divertida.

── La verdad es que me dan miedo los caballos. ── Confesó, mirando sus manos avergonzada.

── ¿En serio? ── La alfa se acercó a Sana, quien asintió. ── ¿Por eso es que no vienes para aca?

Sana volvió a asentir, muy pocas personas sabían de su raro miedo a los caballos.

── Me parecen bonitos y todo, pero me gusta más verlos de lejos.

Tzuyu rió, tomando a la omega por la cintura.

── Vaya, la omega pateoalfastresmil le tiene miedo a indefensos caballos.

── ¿Indefensos? Si la mayoría no pueden estar juntos sin querer matarse. ── Se defendió.

La alfa le tomó la mano dejando un besito en esta, para luego entrelazarla con la suya.

── ¿Quieres caminar un rato? ── La omega asintió.

Mientras van hasta el jardín, Sana le explica por qué le tiene pavor a los caballos.

── ¿Desde siempre?

── Sí, cuando era chiquita estuve al lado de un caballo que casi se pelea con uno que estaba al lado, me asusté mucho, desde ahí les tengo pavor. Se que suena tonto, te puedes reír.

── Si me sorprendió, pero no como para reírme. ── Le dijo.

── Tzuyu. ── La omega se detuvo justo debajo de un árbol de cerezo.

── ¿Qué sucede?

La omega tomó las manos de la alfa, quien la veía confundida esperando una respuesta.

── ¿Tú... quieres ser mi novia?