Prologo
-Hace mucho tiempo en un lugar muy lejano...-comenzaba a narrar una joven mientras sujetaba un libro de cuentos infantiles.
-¿En serio piensas iniciar así?-salió un chico de cabello castaño y ojos verdes.
-¿Tienes algún problema con ello? -pregunto la joven observándolo y esperando su respuesta
-¡Por favor! Todos conocemos el Hace mucho tiempo y esas cosas ¿Podemos hacer algo diferente solo por esta vez?-aquel chico ponía ojos de cachorro para intentar derretir el congelado corazón de la joven.
-¿Que tienes en mente?-ella cruzo sus brazos mientras esperaba a que el chico se decidiera por algo, para después acercarse a su oído y susurrar varias cosas-Solo por esta vez-ella acepto la hoja que tenía-No lo arruines o juro que te pasara lo mismo de aquella ocasión- la joven se levantaba de su lugar para cederle el puesto al castaño.
-¡Gracias!-levanto una mano para despedirse mientras este sonreía como victoria- Vieja bruja-susurro cuando vio que se encontraba lo suficientemente lejos para que no lo escuchara.
-Ahora-junto sus manos y las comenzó a frotar- Vamos a hacer las cosas bien y esta mis queridos amigos es la mejor forma de comenzar una buena historia-
Esto es Berk, el secreto mejor guardado en esta parte de... bueno en todas partes. Sé que no parece mucho pero este montículo de roca mojada oculta un par de sorpresas, vivir aquí es increíble aunque... no tanto para los más sensibles y mientras la mayoría de las personas tienen mascotas como perros, gatos, caballos.
Nosotros tenemos...Dragones.
No deben entenderme mal, esta Isla es un poco especial desde que cambie las cosas hace 1 año ¿Qué cómo lo es? La respuesta es sencilla y eso es porque en el pasado vikingos matábamos dragones y ahora todos los dragones viven aquí como nuestras mascotas o quiero suponer que así lo vemos nosotros pero también hubo cambios no solo en la gente si no en mí también.
Y eso es porque... bueno mejor vean las cosas como pasaron ese día, todo sucedió un día cualquiera...
-¡Hiccup!-como todas las mañanas mi padre siempre gritaba y eso solo era indicio de problemas.
-¿Que ocurre papá?-bajaba las escaleras esperando que no fuera algo relacionado con chimuelo.
-Ya es medio día hijo y no has hecho tus deberes-note que llevaba consigo una cesta-Recuerda que el entrenamiento a los nuevos jinetes es tu responsabilidad, además de que debes atender las tareas que te asigne como entrenamiento-
-¿Te iras?-mi voz sonó algo seca.
-Tengo que partir por un tiempo-el semblante de mi padre parecía algo sería-por lo tanto te quedaras al mando-coloco una de sus manos en mi hombro.
-¡Papá!-grite mientras que con su mirada me decía ¨No tienes elección¨- Como sea-solté un suspiro resignado.
-Te veré...quizás-salió de la casa.
Qué bonita relación padre e hijo tenemos, aunque no era de esperarse ya que últimamente mi padre viajaba más de lo normal y no sabía si eso podría ser algo bueno o malo. Sabe mi padre que odio quedarme con la responsabilidad de todo el pueblo, eso de ser jefe es...bueno es lo suyo no lo mío, lo que yo quiero es tener aventuras con chimuelo y no quedarme aquí.
Cada vez me hace lo mismo cuando tiene que irse y eso es dejándome toda la responsabilidad para según el ¨Me acostumbre a ser jefe y tomes las mejores decisiones ¨lo digo entre comillas porque la última vez que me dejo a cargo los gemelos terminaron quemando más de medio pueblo por hacerle una broma a patán.
No salí en todo el día de la casa ya que estaba lo suficientemente molesto para intentar hacer algo, aun cuando Astrid vino a animarme o mejor dicho hizo un intento de 5 minutos, pero si soy honesto me enojaba que viniera solo cuando me quedaba a cargo. Las cosas han cambiado desde que los dragones están en Berk ya que ahora todo el mundo me acepta y Astrid sale conmigo, podría decirse que mi fama es lo que me ha ayudado en mi estatus social.
Estaba oscureciendo y yo maldiciendo mi suerte, abrí la puerta y note que mi fiel compañero chimuelo estaba recostado mientras observaba el horizonte.
-¡Hey amigo!-me lance sobre el a lo cual el respondía tirándome y colocando todo su peso sobre mí-¡Ok!-grite- tu ganas, tu ganas- en ese momento se levantó pero no sin antes lamerme todo dejándome todo pegajoso-Sabes que eso no se quita-comencé a quitarme la saliva para después tomar un poco y tirársela.
-¡Oye Hiccup!-gritaban a lo lejos los Gemelos, Astrid y Patán.
-¿Que sucede?-pregunte cuando ellos se acercaron más.
-La vieja bruja regreso-comenzó a reír patán- Y está pidiendo ver al jefe sustituto-
-¿Y?-pregunte sin darle importancia a lo que decía patán.
-Bueno...-los gemelos se veía nerviosos ante lo que pregunte-Puede que...ammm...-buscaban las palabras para decir el problema en que se había metido.
-Sucede que estos torpes quemaron toda la casa de la vieja Dock-el enojo de Astrid era tal que les dio un golpe a ambos.
-¡Genial!-bufe de mala gana-Lo que me faltaba me dejan de jefe sustituto y ya vienen los problemas-comencé a quejarme mientras que todos me observaban extraño- Saben... es su problema yo me largo-di media vuelta y comencé a caminar lejos mientras chimuelo me seguía el paso.
¿Cómo es posible que esos dos siempre me metan en problemas? Quiero decir, yo no tengo la culpa y no pienso responder a esto que se arreglen ellos. Estoy cansado de que sea todo yo y nadie me dé un poco de tiempo para mí y para colmo no podía haber algo más perfecto que encontrarme de frente con la vieja Dock, una señora bastante vieja y arrugada, encorvada, pequeña y de un carácter que no estaba dispuesto a soportar.
-¡Usted joven!-gritaba enojada-¡Usted tiene que arreglar eso!-señalaba la casa, oh bueno lo que quedaba de casa-Se supone que usted es el jefe sustituto ¿no? así que...-Bla, bla, bla era lo que ya escuchaba llego a un punto en que repetía lo mismo tanto que sí, así es paso lo peor que le puede pasar a una persona que tiene mucha paciencia y eso es Explotar.
-¡NO ES MI PROBLEMA!-explote después de escuchar lo que me decía una y otra vez-¡ARREGLESELAS USTED MISMA VIEJA BRUJA! yo me largo-comencé a caminar lo más lejos que pude con chimuelo hasta que note un resplandor que alumbro toda la isla.
Voltee y vi que la vieja Dock se transformó en una mujer de piel blanca igual que su cabellera, grandes ojos azules dejándose notar por el vestido azul que usaba, podía compararse con el hielo mismo.
-Hiccup Horrendous Haddock-los ojos azules de aquella mujer me miraban con intensidad y furia.
-¿S-señora Dock?-temeroso note como chimuelo estaba en posición de ataque, sería pan comido derrotar a...bueno quien quiera que sea esa mujer.
-Tu arrogancia es algo imperdonable, dejaste de ser un chico con un corazón puro -aquella mujer aunque era hermosa me hacía sentir varios escalofríos-Ante tal falta serás castigado por ello-
En el momento en que chimuelo iba a atacarla...ella detuvo su ataque con una ventisca helada que dirigió hacia mi rumbo, cerré mis ojos al momento del ataque pero cuando los abrí chimuelo estaba tirado en el piso. La mirada de chimuelo era de dolor para después cerrar sus ojos mientras que su cuerpo estaba siendo cubierto por una espesa capa de hielo hasta dejarlo como una estatua.
-¡Chimuelo!-Trate de romper el hielo que lo cubría.
-Es inútil, si lo haces solo lograras destazar a tu dragón-su semblante se relajó un poco.
-¡¿Quién eres tú y que le hiciste a chimuelo?!-corrió Astrid con su hacha para atacarla pero de un solo movimiento la mando a volar al otro lado.
-¡Insolentes!-gritaba la mujer con un semblante oscuro y de ira-¡Tu!-me señalaba con furia.
-Perdóneme señora, no era mi intención...-trate de disculparme y buscar las palabras correctas para solucionar las cosas.
-¡Silencio!-ordeno mientras observaba alrededor-¡Tú! y toda tu isla quedarán bajo mi hechizo-aquella mujer formo una bola de nieve que lanzo al cielo alumbrando el cielo casi nocturno, comenzaron a caer pequeños copos de nieve ¡Momento! ¿Nieve?
-Ammm... ¿Y eso sería todo?-solté una risa ante la supuesta ¨Maldición¨ que no era más que la caída de unos cuantos copos de nieve, aquí hemos pasado peores cosas-¿La maldición es hacer muñecos de nieve? ¿O será quizás ángeles de nieve?-los gemelos y patán comenzaron a reírse de mis bromas.
-¿Eso piensas?-sonrío la mujer sin preocupaciones.
No sabía que más decir y eso es porque me parecía absurdo la supuesta maldición, pero lo que me preocupaba más era saber algún método para regresar a chimuelo a la normalidad, note de momento los copos que estaban cayendo comenzaron a adherirse a mi ropa en mi ropa y entre más me los trataba de quitar ellos se pegaban más, lo mismo paso con los chicos hasta el punto que algo tan pequeño como un copo de nieve se convirtió en una tormenta.
-¡Hiccup!-gritaron al ser envueltos al igual que yo en lo que parecía una tormenta.
Todos los aldeanos incluyendo los dragones quedamos atrapados en la tormenta, mientras que aquella mujer se reía de nosotros, note como mi cuerpo me dolía cada vez más algo...algo en mi hacia que... era.. Era como si algo en mi saliera.
-Tu castigo... vivirás con la forma que adoptaste, la forma de una bestia-solo una risa de victoria aquella odiosa mujer. Comencé a ver a lo que se.... ¿Garras?¿Cola? ¿Alas? ¡SOY UN DRAGON!
-Parece que después de todo tienes neuronas en tu cerebro-continuo riendo aquella mujer.
Creo que la que no tenía cerebro era ella, quiero decir ¡Mírenme! ahora puedo ir a donde quiera y vivir las cosas que realmente quiera hacer.
-Alto muchachito mal educado-sonreía y eso creo yo no es bueno-¿Creíste que sería así de fácil? Mi maldición te atara a esta Isla por toda la eternidad y creo yo que bueno...-sentí un gran dolor en mi cola y note que me faltaba... ¿Es enserio?
Muy astuta eliminar es parte para que no pueda volar
-Te agradezco el cumplido-hacia una leve reverencia
¿Cómo es que puede saber lo que digo? ¡REGRESA TODO A SU ESTADO ORIGINAL! nadie tiene aquí la culpa de lo que paso.
-No lo hare-respondió cruzándose de brazos-pero dado a que los miserables como tú me dan pena te daré la oportunidad de corregir tu error-se podía notar que tenía un gran ego igual o peor al de Astrid-Si logras que una doncella se enamore de ti por cómo eres... se romperá mi maldición-sonrió levemente.
¿Qué una mujer se enamore de mí? creo que regresaremos a la normalidad dentro de poco, Astrid me ama.
-¿Eso crees?-comenzó a reír la mujer en parte por muy hermosa que fuera me daba miedo-Pero si esta flor se marchita y ninguna doncella te ama...bueno todo lo que conoces se quedara en base a su apariencia dejándote en soledad ¿eso es lo que querías no?-comenzó a reír hasta desaparecer en una tormenta dejando caer solo una flor en aquel manto de nieve.
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