Misión ¿Cumplida?
Narra Loreens
—¿Esta listo majestad?
—No Peter. —Respondí al mozo, quién está mañana habíamos contratado para que atendiera a todo lo que se nos ofreciera. Fassieller mencionó que tener un aliado no sería tan malo, así él no nos delataría ante los Lavoud.
—Pero usted es el Príncipe —protestó.
—No. Claro que no soy el príncipe. No puedo casarme con la señorita Charlotte estando así —me mostré ante él. Mi caminar de un lado a otro me volvía loco pero me movía por inercia, mi preocupación era mayor que cualquier cosa.
Solo faltaba poco tiempo para la boda y en todo el día no hemos encontrado al príncipe Naveen. Quién sabe en dónde podría estar.
—Pero el Dr. No ha llegado aún, tenga esperanzas. —Peter trataba de tranquilizarme pero eso hacía que me alterará más.
—¡Exacto! Si él no aparece estaré perdido, ambos lo estaremos, podemos ir a la cárcel o peor, podríamos ser ejecutados los dos. —declaré.
Su expresión tranquila se tornó en una alarmante. Podía ver en sus ojos que no deseaba morir o ir a prisión, pero ya estaba involucrado en el juego, ya no podía escapar.
—Nunca me dijeron que podrían encarcelarme por atender sus caprichos. —Soltó de pronto.
—No sabríamos que pasaría algo así —me defendí. Ni siquiera yo sabía que esto podría acabar tan mal hasta que Naveen desapareció.
—¿Cómo que no sabían? Ustedes dos han jugado sucio en contra de mi integridad. —reclamaba mientras se dirigía a la puerta de la habitación.
—¿Qué haces?
—No pienso seguir con su juego perverso, confesaré todo para salvar a la señorita Charlotte de sus perturbadores planes y así poder tener mi conciencia tranquila. —colocó la mano en la manija de la puerta y dispuesto a abandonar la habitación, abrió la puerta en dirección al largo pasillo de la mansión.
Lo tomé del brazo y lo jale, obligándolo a entrar de nuevo.
—¡Oh, no señor! Tú no vas a ninguna parte, te quedaras aquí, porque si me voy yo, tú te vienes conmigo. —amenacé apretando mi agarre a su brazo.
—No seas estúpido, yo no pienso ir a prisión por tus malas decisiones. —espeto.
—Tú también decidiste mal, desde el momento en que aceptaste el dinero que te ofreció Fassieller. Ahora estás dentro y no podrás salir. —continué.
—¿Y qué vas a hacer para impedir que lo haga? —se reveló.
Su mirada era certera, estaba dispuesto a irse y delatarnos. No podía dejar que se fuera, sino todo sería un desastre y Fassieller me mataría.
Solté mi agarre y liberé su brazo.
—Esta bien, si quieres irte está bien. Ya no necesitaremos de tus servicios. —dije con calma.
Abrió la puerta de nuevo, dispuesto a salir por completo, pero pronto, este cayó al suelo inconsciente.
Él golpe no fue tan grave como para matarlo, solo lo suficientemente fuerte para poder ganar tiempo, mientras Fassieller aparecía con Naveen.
Lo tomé como pude y lo senté en una silla, tomé corbatas y bufandas y lo até a esta con fuerza y lo coloque en una esquina de la habitación.
De pronto la puerta se abrió de golpe, dejando ver a un furioso Fassieller.
—¿Lo encontraste? Dime qué lo encontraste. No puedo salir y casarme con la señorita Charlotte así...
—Y no lo harás —me interrumpió. —Ahora chico asustadizo, toma tus cosas y larguemonos de aquí antes de que la niña de papi venga a buscarte y no encuentre al verdadero príncipe. —enuncio acercándose a mí, mientras en su mano yacía una copa de vino.
Su sombría mirada me convenció de que hablaba serio. Tenía un plan, era lo único que sabía, tal vez no era el adecuado pero era conveniente y el más oportuno para la situación tan crítica y problemática en que nos encontrábamos.
Listo para aceptar que debía abandonar a la señorita Charlotte a pocas horas de la boda. Tenía que alejarme de la persona de la que me enamoré en tan poco tiempo. Pero lo hacía por su bien y por el mío más que nada.
Fassieller me sugirió que me apresurarse y tomará el dinero y las joyas del príncipe, con él perdido ya no necesitaría de esas cosas y sin él, Fassieller, no podría volver a ser humano.
No paso mucho tiempo cuando los cuadros en las paredes comenzarán a moverse sin parar, los muebles siguieron el baile de estos y prontamente las velas del candelabro se apagaron.
Fassieller comenzó a reí a carcajadas con una melodía tan macabra que me aterró estar cerca de él.
—Esto es una buena señal Loreens. Tenemos al príncipe —su voz en la oscuridad se volvió más oscura y me dio sensación de que algo malo pasaría.
Sin más la chimenea se encendió dando paso a un refulgente fuego que iluminaba toda la habitación tan desmesuradamente.
Un ejercito de sombras tenebrosas y grotescas nos rodeaban por todas las paredes. Sin más Naveen cayó al suelo; tratando de levantarse y alegandose, la sombra de Fassieller, tomó su sombra y este ya no pudo seguir forcejeando para huir.
—Eso es mis amigos, encontraron al príncipe —dijo sonriendo con maldad. —Es hora de concluir con el plan.
Saqué el amuleto, tal y como Fassieller me lo pidió; sostenía a Naveen mientras él pinchaba su índice con el amuleto.
—¡No pueden hacer esto! ¡No es justo! ¡Bajame Loreens, te ordenó que lo hagas! —protestaba Naveen.
—Usted ya no me dará más órdenes majestad —concluí sarcásticamente.
Mientras sonreía, veía como poco a poco acompañaba a Peter en la oscuridad de la inconsistencia, al mismo tiempo que Fassieller lo encerraba en un pequeño cofre de madera.
—Ahora solo falta la última fase del plan, tenemos la sangre del príncipe en el amuleto y solo falta sellarlo para que así ya no la necesitemos más. —me explicó mientras colocaba el amuleto en mi cuello.
—¿Sellarlo? —indage confundido.
—Claro solo debemos sellar el hechizo para que nunca más vuelvas a convertirte en Loreens y por fin seas el príncipe que todos creen que eres.
—¿Pero cómo lo hago? —me preocupaba volver a fallar.
—Debes besarla.
¿Besarla? ¿Así se sellará el hechizo? Es algo fantasioso ¿no? Pero creo que eso no sería problema para mí, al fin y al cabo, cuando lo haga ya no volveré a mi cuerpo, seré el Príncipe Naveen por siempre.
—Solo debes besar a Charlotte para que ella, siendo una princesa temporal, sellé el hechizo y tú seas un príncipe de verdad.
Sus persuasivas palabras me dieron el valor suficiente para salir y afrontar el destino, mi destino, esa oportunidad que la vida me estaba dando para poder encontrar el amor, la felicidad y el poder.
N/A
Holaaaaa gentes.
Paso por acá solo para recordarle que ya se acerca el final, creo, y para que se los digo ustedes ya lo saben, pero no sé preocupen, yo veré qué salga genial.
Me encanta cuando alguien bueno se vuelve malo, wajajajajaj. Bromas, pero si. Loreens está independizandose de las órdenes de Naveen.
También quiero decirles que este capítulo esta hecho de cada pedacito de tiempo que tengo en mi trabajo, ya que me están socando para que saque todo rápido y cuando estoy estresada, tomó mi teléfono y escribo, aunque sea una frase de los capítulos, y luego los leo completos para ver si tengo que hacer cambios.
Eso es todo por hoy, creo que me alargue en el N/A pero quería contarles como es mi travesía al escribir cada capítulo, es por eso que tardó tanto.
Pero la meta es terminar la historia antes de que muera el año. Así que vamos a por ello.
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