《Narra Naveen》

El tacto de sus labios con los míos, otra vez, me dejó un buen sentimiento. Eran dulces y suaves, hasta que ella se alejó. ¿Por qué me pasa esto cuando estoy con ella? Parece que no me controlo cuando estoy a su lado, pero no puedo defraudar a mi padre, debo casarme con Charlotte para que él éste orgulloso de mi, no quiero que se lleve una decepción así como ocurrió con Martín. Eso lo destruyó.

" - Marta ¿cómo pudo pasar esto? Es inaudito, nunca creí que mi hijo mayor se escaparía con una gitana. Jamas creí que mi hijo, la sangre de mi sangre, se revelaría de esa forma contra mí. - mi padre caminaba de un lado al otro por toda la habitación mientras mi madre veía la ventana con su semblante caído, sentada en la butaca cerca de ella."

"Mi visión no era muy buena desde mi escondite pero ver a mi padre pasar de un lado a otro frente a mi, comprobaba lo que sucedía."

"Todo estábamos devastados mi mejor amigo, mi hermano, la persona a la que acudía cuando tenia un problema o lo buscaba para jugar ajedrez y salir de la típica rutina de príncipe, se había largado con una gitana, la peor traición que podía ocurrirnos. ¿Qué va a decir la gente ahora?"

" - El reino se vendrá abajo cuando nuestros aliados se enteren de que el futuro rey de Maldonia, se fugó con el enemigo - los pasos pesados de mi padre cada vez más se pronunciaban.

De un momento a otro se dejo caer a lo pies de mi madre.

- Esto es todo Marta, perdí a mi hijo, su traición me duele, como si ahora estuviese muerto - sus sollozos hicieron que mis lágrimas brotaran también.

- Ya Tomás, todo esta bien ¿si? No pierdas la fe, él regresará y si no es así, todavía hay esperanza, Naveen ya esta creciendo y le falta muy poco para que este listo, solo debemos prepararlo para que pueda gobernar el reino sabiamente. Él es nuestra nueva esperanza. No te desanimes, yo también estoy devastada pero no podemos hacer que el pueblo pierda la fe en nosotros - mi tierna madre acariciaba el cabello marrón de mi padre. Veía las lágrimas caer por sus mejillas y mezclarse en su blusa; sus palabras entrecortadas me rompían el corazón a mi también.

Ella se acercó lentamente, levantando suavemente el rostro de mi amado padre y posicionó un silencioso beso sobre su frente, finalmente, ambos se consumieron en un eterno abrazo".

Ví a Tiana caminando hacia la fogata hasta que se quedó sentada frente a ella, sin moverse e inmutable ante aquellas llamas que alumbraban su bello rostro.

"Vamos Naveen, debes concentrarse en el plan. Buscar a mamá Odih y regresar a la mansión Lavoud siendo un humano de nuevo, para casarme con Charlotte" pensé , "No te distraigas"

Caminaba hacia la orilla del pantano, y de pronto algo me arrastro hacia atrás adentrandome de nuevo al pantano.

- ¡¡TIANA!! - grite asustado, no sé que era eso, pero me halaba con gran fuerza.

- ¿Naveen? - volteo ella sobresaltada, al verme ella hecho a correr, detrás de mí - ¡¡NAVEEN!! - gritó de nuevo.

Me aferre con fuerza a una raíz de un árbol que sobre salía del otro lado del pantano, para evitar que esa cosa me llevará con ella. Voltee para ver que era lo que me arrastraba y sólo pude ver una sombra que hablaba mi sombra, no era que tomaba mi pie y me halaba, sino que era mi sombra la que halaba, que raro.

- ¡¡AYUDENME!! - gritaba mientras me halaba con fuerza y yo soltaba la raiz; había perdido la fuerza en mis brazos, y por más que quisiera sostenerme de algo para impedir que me llevará, todo era en vano.

Escuchaba los gritos de los chicos y de Tiana, sin embargo no podían alcanzarme; de un momento a otro, sentí un golpe, había caído al suelo y ya no iba en movimiento, estaba libre, de pronto vi, varios destellos de luz, que eliminaban las sombras que me rodeaban y que querían llevarme a algún lado.

- Jajaja, vuelvan al mundo del cual han venido - se escuchó una voz entre los árboles que me rodeaban, estaba lejos del pantano ya.

No era una voz joven, pero no podía deducir que era.

- ¡Naveen! ¿Estas bien? - escuche a Tiana a mis espaldas.

Asenti mientras me ponía de pie.

- ¿Qué era esa cosa hermano? - pregunto Louis, recuperando el aliento.

- No lo sé, parecían sombras. Era como si halaba mi sombra y por medio de ella yo me iba también,

- Que extraño, está eso, chicos.

Entre los árboles se acercaba una silueta, era algo robusta, tenía un baston, parecía baston, era algo baja y tenía un gran manto, cuanto más se iba acercando se podía visualizar con más claridad, parecía ser una mujer.

- Tienen, suerte de que estuviera por estos rumbos. ¿saben, esas sombras son peligrosas, sólo hay una persona en todo Nueva Orleans que se atrevería a invocar a esas bestias. Ahora díganme, ¿quién se metió con el hombre sombra? - dijo con autoridad.

Yo sonreí, tímidamente, la mujer parecía conocer al doctor Fasieller, vaya tal ves ella podía ayudarnos, sin tener que buscar a mamá Odih.

- Bueno, ¿hacia donde se dirigían? - pregunto amablemente.

- Estamos buscando a mamá Odih, para que nos ayude a arreglar algo. - contestó Tiana.

- Ah, eso suena interesante, parece que tiene un problema con el hombre sombra y yo les puedo ayudar.

- ¿Conoce a mamá Odih? - pregunto Loius.

- Claro que la conozco, soy yo.

Wow, ella era mamá Odih, todo es extraño en este lugar, pero me alegró saber que nuestra búsqueda había terminado; aún seguía asustado por lo que acababa de pasar, pero era el príncipe Naveen debía guardar apariencias.

- Siganme.

Comenzamos a caminar tras de ella, la cual nos llevaba entre los árboles y lejos del pantano y los caminos por los que habíamos cruzado antes, nos introducía más al bosque pero si era para salir de este cuerpo, estaba bien.

- ¿Realmente te encuentras bien? - se acercó Tiana y susurró.

- Si, estoy bien. Tu tranquila.

Aunque por dentro me moría de nervios, estaba sobresaltado por el arrebato de hace un rato pero pronto se acabaría está pesadilla. Pronto mamá Odih nos convertiría en humanos otra vez.