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Louis

Al despertar note que el sol ya había salido y era tiempo de irme; vi que Naveen seguía profundamente dormido, así que salí del árbol con mucho cuidado de no despertarlo a él y siendo sigilosa por si los cocodrilos estaban escondidos.

Salí a explorar el lugar para prevenir los peligros e hice movimientos y ruidos para asegurarme de que estaba a salvo.

- Bien, Tiana, no hay nada aquí, ahora solo hay que buscar la manera de volver al pueblo y arreglar...esto - dije viendo mi reflejo en el pantano.

Pensaba en irme saltando pero quien sabe cuan lejos este para irme así, ademas de los peligros que me acechan, como ayer que casi muero. No puedo volar, así que no lo pensaría, aunque seria una buena y veloz idea, llegaría mas rápido, pero no; seria una buena opción irme nadando, pero ni siquiera se cuanto tiempo estaré así, pero no puedo quedarme, menos estos días en que debería buscar una soluciónmas confiable a mi problema.

- Vamos Tiana piensa... - luego de muchas ideas rechazadas por mi misma, algo que era raro ya que yo las planteaba, opte por hacer una balsa.

"Eso es"

Tome unas ramas fuertes, necesitaba que resistirán hasta llegar al pueblo; tome lianas y las uní, amarrando las ramas unas entre otras, creando mi balsa. Cuando estuvo lista la metí al agua y me subí en ella.

- Umh, la corriente de este pantano esta en cero movimiento, debo hallar la forma de avanzar - así que tome una rama grande y gruesa que me ayudara a avanzar y ¡¡Voila!! funciono a la perfección - listo Tiana, vamos a cumplir tu sueño - y comencé a avanzar, mi alegría me hizo olvidar al compañero bobo que aun dormía en aquel tronco hueco.

- Buff - resople en voz alta. di la vuelta y regrese al pie del tronco. - Si no fuera porque lo necesito para salir de este cuerpo de rana no volvería, ni siquiera me acordaría de su "majestad" ¡Me lo agradecerás, Naveen, sé que algún día lo harás! - tome una pequeña roca de la orilla del pantano y la arroje directamente por el hueco del tronco, por fortuna se detuvo en mi objetivo.

- ¡¡AUCH!! - escuche refunfuñe al torpe.

- Naveen, ya levántate

- No -grito

- ¡¡Levántate ahora!! - grite aun más fuerte.

- Esta bien, esta bien, ya me levante, ¿satisfecha? - dijo asomándose por el hueco del tronco - ¡WOW, una balsa! - expreso con alegría y salto desde el tronco hasta la balsa, haciendo que esta cosa, tan delicada, se hundiera un poco y regresara a flote.

- No hagas eso - reproche. Me asusté al sentir que el agua tocaba mis patas.

- Esto es asombroso...y...muy cómodo - dijo al recostarse.

Me resigne a avanzar al remar, pero con su peso era un poco mas difícil, íbamos mas lento.

- ¡Hey mira! - pare de remar y voltee - un banyo del pantano - tomo una rama en forma triangular de un extremo con una forma alargada al otro, había telarañas en la parte del triangulo que conformaba, según Naveen, "las cuerdas".

- Solo es una rama, una simple rama con telarañas encima. Nada en especial. - bufe.

- Te mostrare que funciona -y comenzó a tocar una melodía

- ¿Vez? Si funciona. Tócate un poco de jazz.

Tan solo el sonido del jazz, me hacia odiar este insufrible viaje, no podía quedarme haciendo nada mientras mi local esta siendo vendido a otro comprador, no claro que no; el sol comenzaba a ponerse muy fuerte sobre nosotros y aunque hubiesen arboles a nuestro alrededor, estos no nos cubrían lo suficiente, ya hacia calor y el holgazán de Naveen no colaboraba en hacer esto mas fácil, nada más se destinaba a tocar esa rama con telarañas mientras yo hacía todo el trabajo.

- Me vendría bien un poco de ayuda, ¿no crees? - reclame irónicamente.

El dejo de tocar para verme directamente a los ojos expectante, como quien dice ¿qué quieres?.

- Bien - se encogió de hombros - tocare mas fuerte entonces - y continuo tocando, la verdad no entiendo como esas telarañas resistían el movimiento entre ellas y el rose de los dedos de Naveen.

- Agh - suspire frustrada - eres un llorón malagradecido - dije, pero el sonido del la música lo tenia "sordo"; que suerte para él, no escuchaba que me quejaba de su ineptitud.

De pronto sentí una corriente de agua que sacudió la balsa, empujándola hacia adelante y al instante me percate que algo andaba mal, como si nos estuvieran siguiéndo, fuese humano u otros animal del pantano, pero el miedo comenzó a apoderarse de mi en cuanto vi que las ondas y la corriente que movían la balsa, era aun mas fuertes y el movimiento era mas intenso; y adivinen que: << Y a todo esto el hechicero ni se inmuta>>. Naveen no hacia nada. Literal.

Efectivamente era peligroso, lo presentía.

- Naveen, siento algo malo.

- Ah si, princesa ¡Ay perdón! camarera, eso se llama hambre - dijo sarcásticamente.

"Cuanto desearía arrojarlo al pantano" "Tranquila, Tiana, todo estará bien"

Pero del agua salio un cocodrilo enorme.

- ¡Naveen! - grite aterrada al ver que abrió la boca con el fin de devorarnos. El movimiento del agua hizo que la balsa casi se volcará, al instante Naveen se lanzó sobre mi, me abrazo rápidamente y por instinto de protección y temor, hice lo mismo, aferrando mi vida a sus brazos.

- ¡OYE! . dijo el cocodrilo muy entusiasmado - adoro esa canción.

- ¿Qué? - abrí los ojos.

- ¿En serio amigo? - dijo alegremente Naveen.

- Claro - toco el cocodrilo un trompetín.

Los ojos de Naveen se llenaron de alegría y un brillo excepcional que me sorprendí viéndole fijamente a esos ojos grandes y cafés tan bellos. De la emoción que tenia Naveen, me soltó y, por desgracias de la vida no estaba en la mejor posición que se diga, caí de espaldas.

- Venga amigo - Naveen tomo su banyo y comenzaron a tocar: banyo y trompeta, tompeta y bayo, ¿será que mi maldición es escuchar el jazz por todos lados? Pues así parece que debe ser.

Luego de diez o quince minutos de música improvisada por parte de un sapo y un cocodrilo, por fin termino.

- ¿Dónde aprendiste a tocar así amigo?- decía Naveen entre risas.

- Antes vivía cerca de una casa, en la que el dueño tocaba la trompeta junto con su hijo que tocaba una guitarra. Viví allí muchos años , me acostumbre al sonido y observaba sus tardes tranquilas y alegres, aprendí cada movimiento, cada respiración, cada sonido y vibración. Era majestuoso. Un día, cuando el dueño, ya en años, murió y su hijo enterró los instrumentos en el patio. Ya nunca se oyó el sonido del jazz en ese lugar. Extrañaba como mi corazón resonaba al escucharlos tocar. Así que me propuse buscar los instrumentos para mí, pensé que tal vez, solo tal vez, yo podría darle vida de nuevo después de años de silencio; pero en mi intento, el hijo de ese señor tan alegre, quiso cazarme, desenterré todo el patio, mientras buscaba y escapaba de él. Solamente encontré la trompeta y salí corriendo de ese lugar para nunca más volver - dijo con suma tristeza; se limpio las lagrimas al igual que lo hice yo.

- ¡WOW! - expreso Naveen.

- Después de todo eso, comencé a tocar aun cuando era muy malo, lograba tocar algunas notar y crear sonidos, al menos para mí. Y gracias a practica tras practica en soledad, pude ser mejor hasta ahora.

Un silencio incomodo, pero reconfortante abundo en nuestro entorno, solo podíamos oír el chillido de algún pájaro que pasaba por sobre los arboles o se posaban en las ramas.

- ¿Cómo te llamas?- hable después de un largo tiempo de espacio vació.

- Louis

- Es un gusto Louis, yo soy Tiana y él es Naveen - me presente.

- Espera camarera ¿tu nombre es Tiana?

- Claro que sí, niño presumido.

- Nunca me lo habías dicho, que gran desventaja, tu sabías mi nombre pero yo no sabía el tuyo hasta hora.

- No era necesario decírtelo, ademas quién no iba a saber el nombre de un niño mimado y presumido que llega a un pueblo desconocido, un cartel de silencio en una biblioteca puede ser gran cosa para estos pueblanos de la zona. - me moleste un poco.

- AUCH camarera, eso dolió.

- ¿Camarera? - pregunto confundido Louis.

- Sí amigo, admirate, estas ante humanos, no somos sapos verdaderos - dijo Naveen.

Louis se rió a carcajadas, me hubiera pasado igual si estuviera en su lugar; no podría creerlo, pero en este momento no. Después de todo ese cómico drama, que él hizo con sus risas, se dio cuenta de que hablábamos en serio.

- ¿Es en serio? pero ¿cómo?

- El príncipe azul se dejo engañar por un médico brujo del vudú, él es un príncipe - dije fastidiada.

Lo analizo unos minutos.

- ¡Ah! Ya caí. Alto ¿dijiste vudú? ¿cómo lo que mamá Odih hace?

- ¿Mamá qué? - Naveen me vio confundido.

"No sé" moví mis labios encogiéndome de hombros y moviendo la cabeza de un lado a otro.

- Mamá Odih, la bruja malvada de Bajú, ella hace hechizos y aterroriza a todos por la noche.

Era una oportunidad para volver a ser normales, volver a ser humanos.

- ¿Nos llevarías con ella? - mi voz se mezclo con la Naveen diciendo las mismas palabras al mismo tiempo.

- ¿Qué? - abrió sus ojos, creo que tenía miedo o algo parecido - ¿En lo más profundo del pantano, en aquellos lugares mas oscuro y tenebrosos, cruzando montes espinosos y cazadores armados por todos lados? - dijo con temor con tan solo imaginarlo - Lo siento, pero no  - y se tumbo bajo un árbol a tocar su trompeta, en una melodía lenta y tranquilizante.

- Entonces... - dije - vamonos - tome a Naveen por el brazo y lo halé hacia la balsa.

- Espera... - susurro y se safó de mi agarré - ..un minuto.

Se dirigió a donde estaba Louis y se recosto junto a él

- ¡Oh, amigo Louis! Si tan solo nos llevaras donde Odeth, creo que así se dice, no importa; - e hizo un ademan con su mano, diciéndole al aire que no importaba que haya dicho mal el nombre de la bruja. Era algo normal en Nueva Orleans que hubieran brujos en el pueblo o incluso en el bosque. - ella nos convertiría en humanos y volveríamos a ser como antes, a tocar el Jazz, la gente, las fiestas, los desfiles, en fin... - suspiro Naveen, a todo esto Louis no se despegaba de sus melodías - Tu también podrías disfrutar del jazz, los desfiles, la música, etc...Si tan solo fueras un poco mas pequeño y sin estos enormes dientes, asombrarías al mundo con tu música sin espantarlo, Creo que podríamos converserla para que te convierta, a ti también, en humano, pero no se podrá porque no quieres-algo, de lo que Naveen dijo hizo que Louis dejara de tocar - Bueno, fue bueno conocerte y tener esta interesante y amena charla, pero debemos irnos; goza de tu soledad, amigo mio. Arrivederci - y se alejo de Louis, camino hacia a mí con una sonrisa triunfal. Pero no entiendo ¿por qué la sonrisa?

- ¿Por qué sonríes? No creo que hayas hecho gran cosa - asumí.

El solamente me observó triunfalmente y contó hasta tres con sus dedos a lo que Louis salto detrás de nosotros.

- ¡Eh! Amigos, tengo una idea asombrosa, le pediré a mamá Odih que me convierta en humano como a ustedes, así tocaré jazz en el pueblo - gritaba enérgicamente.

- Ya rugiste amigo - Saltó Naveen sobre Louis.

- ¡Vamonos! - grito Louis. Me tomo y me subió a su cabeza.

Salto al agua.

- Si fuera humano ya, me iría a Nueva Orleasn, con mi trompetin, muy chiquitín, tocando jazz muy feliz... - cantó.

¿Cantó? Definitivamente eso hizo y sonó la trompeta creando una melodía muy pegajosa y muy estridente.

- Yo sé que es Loui Oxford y Magan Ridelskin y otros más se jubilaran, cuando un cocodrilo toque allá - el sonido de la trompeta me ensordeció, ya que debía correr o nadar y saltar en cada tronco que veía para poder seguirle el paso porque no se quedaba quieto, no sé Naveen como no se caía de su espalda. - Cuando sea un humano al fin, muy fuerte sonaré - toco su trompeta una vez mas - a nadie mas venerarán que a mi. ¡Oh, gracias! ¡Gracias! Yo también te quiero linda - saludo un "publico invisible".

Bueno si vienes a Nueva Orleasn no es extraño que te encuentres algún loco, saltando, bailando y cantando por ahí.

- ¡Hey me toca! - grito Naveen. - Si vuelvo en mi otra vez, me iré a festejar; las noches todas diversión - se puso a mi lado y me dio un codazo - Oye no suena mal - Saludo a unas mariposa y estas se acercaron, <<si que es un pillo>> pensaba en mis adentros - Aquí las pelirrojas, morenas por acá y rubias, todas con piel de ceda ya vamos a celebrar ¡Hey Louis! ¿qué mas da si te vas, te vas? hay que vivir con diversión, hasta antes de cantar. Ser humano lograré yo al fin, hasta volver así como yo antes fui, te lo garantizo a ti - estaba rodeado de las coquetas y presumidas mariposas. Me guiño un ojo; no se porque el hecho de que este con ellas me hacía sentir extraña.

- ¡Oh no! no, no, no - dije espantandolas - tu vas a casarte pronto - recalqué.

- ¡Ay si! Tienes razón, dejaré una hilera de corazones rotos a mis espaldas - fingió tristeza. Dramático y exagerado.

- Conmueve tu modestia, también tu responsabilidad, trabajar por lo que lograrás, solo así como debe ser - comencé a cantar como si mis labios se movieran involuntariamente por si solos. - Si vuelvo a ser humana, así me portaré; si das lo mejor siempre cada vez, lo bueno se pondrá a tus pies. "LO QUE DAS HAS DE OBTENER" lo dijo papá y no lo olvidaré, así te lo encomiendo - dije mirando a Naveen con una sonrisa triunfal.

- Tres humanos, lograremos ser - dijimos al unísono inconscientemente.

- Muy fuerte soplaré- sonó la trompeta con un jazz deleitable para todos. Louis lo disfrutaba al igual que Naveen y yo me dejaba llevar por ellos.

- ¡Que viva la pachanga! - grito Naveen de un salto.

- ¡Daré yo lo mejor hasta brillar como el sol! - canté, me sentía libre, al fin poda expresarme sin que alguien me reprenda o se moleste.

Se siente tan bien ser libre. Tenía buenos compañeros con optimismo al cien por ciento.

- ¡¡TRES.........HUMANOOOOOOOOOOSSSSSSS........!!!! - gritamos hasta que nos quedamos sin aliento; y después de este show tan estravagante ante todo el pantano, comenzamos a reir a carcajadas hasta que nos dolió el estomago y las lágrimas brotarán de nuestros ojos por reír demasiado.

- Ustedes están locos - dije entre carcajadas. No podía parar de reir; jamás en mi vida había hecho algo como esto.

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